"If you remember the Sixties, you weren't there."
La desaparición de Denny Doherty, en enero último, nos hizo reflexionar sobre el futuro de aquellos legendarios grupos de rock que, desde los años sesenta, labraron el camino de lo que hoy otros continúan. El integrante de The Mamas & The Papas, piedra angular de la música popular californiana, dejó sola a la bella Michelle Phillips, para contar el resto de las memorias del cuarteto de Los Angeles, que, alguna vez, inmortalizara temas como "California Dreamin'", "Monday, Monday", "I Saw Her Again", "Dancing In The Street", y una de mis preferidas, "Creeque Alley", de 1967, la que narra parte de la historia del grupo.
En 1974, mucho antes de la aparición de la Internet, leí la noticia de la muerte de Cass Elliot, conocida como Mama Cass, en la revista Pelo, publicación mensual argentina que llegaba atrasada al Perú. Se dijo que la muerte de la grande cantante, tanto por su tamaño como por sus cualidades vocales, fue por atragantamiento de un sandwich. Creo que hasta no hace mucho, esa era la versión oficial que hasta suena jocosa. Cass Elliot murió de una falla cardíaca, en el departamento londinense de su amigo Harry Nilsson, luego de un espectáculo sold out en el famoso Palladium. Cuatro años después, en otra de esas coincidencias que tiene el rock, Keith Moon -el loco baterista de The Who-, sería encontrado muerto exactamente en el mismo lugar. Tras esos sucesos, Nilsson, el intérprete de "Without You", y gran amigo de Ringo [Starr], decidió vender la propiedad. Se la compró Pete Townshend. Para ese entonces, Cass, ya estaba en el cielo, y Moon, posiblemente, en la Luna.
"I Saw Her Again".
El pasado 19 de enero, a los 66 años de edad, Denny Doherty, el tercer miembro del cuarteto, siguió las huellas imaginarias de sus ex-colegas Phillips y Elliot... y Hendrix y Moon. Quienes hemos tenido oportunidad de ver la historia del grupo, hemos podido notar que, si bien es cierto el ambiente que vivían los cuatro era "fenomenal" (entre alcohol y alucinógenos), Doherty era como la chispa de la banda. Su primer contacto con el resto del futuro combo fue a través Elliot. Dicen que fue ella quien lo presentó a John y a su esposa, la modelo Michelle Phillips, la cuarta integrante del conjunto. John, aún lideraba The New Journeymen. Luego, los cuatro fundaron uno de los grupos más populares de los años sesenta y uno de los más influyentes de su generación. Cass siempre vivió enamorada de él, mientras él anduvo enamorado de la esposa de John. Leí que Cass Elliot, incluso, le propuso matrimonio, lo que Doherty rehusó. El cantante había enviudado en 1998.
Michelle Gilliam, por su parte, inició muy joven su promisoria carrera. A los 18 años, contrajo matrimonio con John Phillips, de quien abrazó su apellido. Sus condiciones vocales tanto como su belleza física, la encumbraron rápidamente como símbolo de la música popular de su época. El matrimonio le dio a una hija a la que llamaron Chynna (más tarde, una de las Wilson Phillips). Debido a su supuesta infidelidad con su esposo, el líder del grupo, fue separada y reemplazada inmediatamente por Jill Gibson, enamorada de Lou Adler, el productor. No obstante, la Gibson duró menos de tres meses, cuando el público, Cass, y Doherty (y el propio John), empezaron a extrañar a la hermosa vocalista. Michelle volvió al cuarteto y siguieron adelante, pero no por mucho tiempo. Las heridas de amor no habían sanado del todo... La biografía de la señora Phillips cuenta, además, que ha participado como actriz en varias películas. Entre las más importantes, Star Trek: The Next Generation, Valentino y Spin City. Nos alegra, eso sí, que en menos de una semana, el 4 de junio, esté cumpliendo un año más, y siga tan linda y guapa, casi como toda la vida.
La aventura de The Mamas & The Papas, que a mediados de los sesenta había comenzado exquisita, placentera y primorosa, terminó tan solo tres años después por el apasionado intríngulis. Se sabe que el acercamiento de Doherty a la bella esposa de Phillips, fue aquello que originó el desbarajuste del grupo. En tanto, Mama Cass, platónicamente, seguía enamorada de Doherty. Ay, el amor.
Javier Lishner
Santa Clara, California
30 de mayo de 2007