Con el cierre de Telestereo, se va acabando una nueva etapa de la radio en el Perú. Su señal, en los 88.3 del dial limeño, dejó de salir hace dos noches, dando paso a una serie de hipótesis y conjeturas. Que si la radio ahora se llamará La Exitosa, que si pasará únicamente baladas (para hacerle competencia a Radio Ritmo) o que si será el grupo Capuñay el encargado de su administración. Alguien, incluso, se atrevió a decir que había escuchado que los mismos dueños, la familia González, iban a continuar con la dirección de la radio pero con otro formato, distinto al de adulto contemporáneo que caracterizó a
Telestereo durante más de dos décadas. Todas, hasta hoy, solo teorías.
Diversidad es lo que necesita el dial limeño. Cuzco, 1993.En 1980, Radio América, una de las clásicas emisoras del dial limeño, decidió reinventarse. Y lo hizo de la manera más inteligente llamando a sus filas a
Diana García de Palacios. El pase de ese año, sería, a mi entender, el pase de la década. Nunca me hubiera podido imaginar la voz de Diana García en otra emisora que no fuera Radio Miraflores o América Televisión, donde casi desde que tuve uso de razón fue la voz comercial deportiva. Acaso una de las primeras en Latinoamérica toda, donde aún, el rol de la mujer, era paralelo al fútbol y sus demás vertientes. Pero un día, la cercanía de Diana a la entidad de Montero Rosas, hizo que se fuera con su música a otra parte. Y muy pronto, su voz comenzó a escucharse por los 94.1 del dial, rebautizada como la "FF", la Frecuencia Fina.
Diana, que, muy aparte de ser una gran profesional, siempre fue buena amiga, no se fue sola. Y, de la misma Radio Miraflores, se llevó de la mano al disc jockey Salvador González, conocido con el sobrenombre de "Speedy", y, con él, a dos de los técnicos más eficientes y experimentados: José "Chepito" Ríos Peñafiel y Raúl "el Chato" Rosales. El elenco de Radio Miraflores se quedó con nombres como los de
Perico Durán, Beto Cruz,
Gerardo Manuel,
Liliana Sugobono, Hugo Salazar,
Jorge Henderson y Johnny López, entre otros. A mediados de año, la gerencia decidió encargar a
Enrique Llamosas, otro de sus puntales, a promover un concurso de nuevas voces. Por su lado, Diana comenzaba a captar sintonía cada mañana con su clásico Tú, Yo y mis Discos, esta vez, por Radio América.
"El último beso" - LOS DOLTONS.
Buenos días, día, fue el nombre del matutino espacio transmitido diariamente desde los 101.1 de la FM. Me tocó conducirlo durante casi todo el tiempo que pertenecí a Radio Panamericana, entre el
83 y el 85. Una mañana, tuve la genial idea de desenpolvar un disco que, amén de haber sido muy popular en su tiempo, era también peruano (aunque de autor extranjero). Se llamaba "El último beso". Y sus intérpretes, Los Doltons. A ellos los había escuchado casi desde la primera vez que empecé a oír música, seguramente, en el programa que
Nelly Mendívil, desde Radio Miraflores, transmitía pasado el mediodía. Se llamaba La Juventud peruana canta... Con esa pasión que una década después me tocó aprender directamente de Nelly, decidí lanzar al aire a Los Doltons en Panamericana. Pero comenzada la canción, una mano me lo prohibió por ser tan huachafo. Y aunque literalmente tuvimos que sacarlo del aire, con pena más que con rabia, solo me quedó sonreír. Me habían llamado huachafo.
En agosto de 1980, la gerencia de Radio Miraflores, finalmente, decidió hacer pública la relación de finalistas de su concurso, entre los que estuvieron, Jorge Muñiz, Randy Calandra, Gustavo Pacheco, Mónica Rodrigo, Vicky Obregón (que en paz descanse), Henry Venegas y un servidor. Y me tocó a mí llenar el matutino vacío que un par de meses antes había dejado Speedy en la FM. No obstante, fue una historia la que me identificó un poco más con él. Al menos, al principio. Raphael, el divo español, había llegado a Lima. Como de costumbre, la disquera le había organizado una rueda de prensa. Podría decir que fue en el Hotel Country de San Isidro, aunque no estoy cien por ciento seguro. Lo cierto es que cuando llegué, acompañado de algunos de mis nuevos colegas, una dama cuyo nombre jamás podría olvidar, piurana por excelencia, gritó: "¡Speeeeeeedy!". Y, yo, que ya conocía el paso de Speeeeeeedy por la radio, por compromiso, solo atiné a voltear, como para ver si mi colega estaba por allí, cerca a mí. Pero, como me lo imaginé desde que escuché el alarido en frente mío, la dama se había equivocado de voz, de labios, de ojos, de todo. En cuestión de segundos, al pobre Speedy le habían bajado algunos centímetros de estatura y le habían alargado la nariz. ¡Qué tal roche!... el mío.
El huachafo y sus seguidores. Lima, 1988.Mi primer programa oficial de radio en la FM de Miraflores, enclavada en los 96.1 del dial, fue el 3 de septiembre de 1980. Fue entre las 10:00 a.m. y la 1:00 p.m. Se llamó
Reunión Acústica, y utilizaba como característica musical un extracto del Viaje al centro de la tierra, de Rick Wakeman. A los pocos meses, mientras la familia no terminaba de convencerse de mi labor en la radio, me consiguieron un puesto en Seguros El Sol. Así que, allí, de la noche a la mañana, el nuevo disc jockey tuvo que dejar su matutino espacio para ponerse saco y corbata, y trabajar en una oficina. Como se dice, estuve a punto de tirar todo por la borda. Sobre todo, cuando el gerente me dijo: "Te va a ir muy bien en Seguros. Tienes todas las cualidades...". Pero el bichito pudo más y, con el consejo y las sugerencias de varios de mis colegas, me movieron a las noches. Entonces, Reunión Acústica, de la mañana pasó a la noche, exactamente después de La Hora Pirata, que conducía Gerardo Manuel. Cuando sucedió el asesinato de John Lennon
en diciembre de ese año, por ejemplo, me encontró trabajando en ese turno. Hasta que un día, mientras andaba en pleno programa, recibí una inesperada llamada de la gerencia.
Jaime Delgado Aparicio era uno de los más connotados músicos peruanos de entonces. Se había hecho popular en un sector de la juventud peruana luego de dirigir a Black Sugar, una banda de fusión, y también como director de su propio proyecto, la Orquesta Contemporánea. En su llamada, el director gerente de la radio me pidió que terminando mi programa, que iba de 9:00 p.m. a 11:00 p.m., me quedara unos minutos más para hacerle la presentación y darle la bienvenida a un nuevo espacio. Se trataba de Maestra Vida, bajo la conducción de Luis Delgado Aparicio, hermano de Jaime. Esa fue la primera vez que, ante la sorpresa de muchos, una radio en el Perú lanzaba salsa en la FM. Pero, antes de que la radio se volviera salsera, el conductor prefirió trasladar su pasión y conocimiento a otra emisora. Y Miraflores nunca se convirtió en salsera. Ni huachafa.
El huachafo y su cámara backstage. Coachella Festival, 2001.Un par de años después, mientras empezaba a poblarse el aún tranquilo dial limeño, en los 93.1, nació Super FM. Su programación atrajo a muchos oyentes desde que empezó a emitir la música que casi nadie tocaba. New wave y new romantic que le llamaban. En 1982, la emisora se empezaba a posicionar como una nueva alternativa a las radios populares como Panamericana y 1160, y de la mismísima y rockera
Doble Nueve (Studio 92 aún no existía). Para un sector de la audiencia, fue la radio perfecta. Buena selección musical, pocos comerciales, canciones actuales y diferentes, y un selecto elenco de disc jockeys (que no eran huachafos). Y, además, aunque pequeña, con las más hermosas oficinas que, hasta ese entonces, jamás hubiere tenido una radio en el Perú. Un año después, tras mi primer desencanto con Miraflores, en marzo de 1983, fui a conversar con ellos. Me aceptaron. Pero, en el último minuto, cuando la movida ya estaba por ser consumada -y yo andaba tomando el colectivo que por la avenida Arequipa me conduciría hasta sus oficinas en Santa Beatriz-, otra mano impidió el pase. Y me quedé literalemente en la calle. Fue después que ingresé a Panamericana (para convetirme en huachafo). Super FM no duraría tanto con esa programación. Terminó por convertirse en Radio Ritmo e identificarse con las baladas en español.
Hace poco más de una semana, en este mismo espacio, compartimos opiniones sobre la defunción de
Radio Z Rock & Pop; la que, para todos, era una de las pocas emisoras de pop-rock que quedaban en la FM limeña. Yo, que no la vi nacer por no residir en ese momento en Perú, supe rápidamente de ella. Y es que tuvo entre sus disc jockeys, a algunos de los de mi generación. Entre ellos,
Juan Carlos Hurtado, Randy Calandra y Coco Valderrama. Con Coco nunca compartí labores, con Randy solo unas semanas en 1980 y, con Juan Carlos, unos meses en el 86. Pero los tres, destacados profesionales. Justamente, Randy y Coco, no hace mucho, habían regresado para encargarse de la programación. Hasta que llegó Capuñay y le cambió el ritmo a su historia.
A través de los años, en la FM limeña, ha habido muchos cambios abruptos. El de Super FM, en su tiempo, fue escandaloso. Pero así es la vida, al menos, la que nos ha tocado vivir. Sin ir muy lejos, una vez, la muy culta Radio Stereo Lima 100 estuvo a punto de convertirse en rockera. Cuando Diana García,
Lucho Argüelles, Johnny López,
Sammy Sadovnik y quien suscribe, anduvimos tratando de conseguir la señal de manos de su inolvidable dueño, el señor Richard Ajello. Pero no se pudo. Y entonces, diametralmente opuesto a lo que pasa hoy en Telestereo, los cultos oyentes de aquella radio, se hubieran quejado de los huachafos como Javier Lishner.
Mientras tanto, hoy, mi recordada Panamericana, en donde hidalgamente me formé como huachafo, transmite entre otras, por ejemplo, "Lárgate" de los Hermanos Yaipén, tan peruanos como los Doltons, aunque seguramente no tan huachafos como ellos. Un día, estando en Seattle, quise contarle la historia a Mike McCready, guitarrista de Pearl Jam, cuyo grupo, aunque 30 años después, había hecho "
El último beso". Pero a última hora, estando en frente de él, me dio vergüenza.
Javier Lishner
Santa Clara, California
16 de enero de 2010