"Alguien especial (Y esa eres tú)"
Para mayor información sobre Chachi Luján lea la nota que le hicimos hace tres meses, mientras él preparaba su nuevo material. Se tituló, "Un esperado retorno". Haga click aquí.
Sencillo, amante de la buena música y la tecnología. Encontró aquí un espacio para compartir experiencias que algún día formaron parte de su vida, dentro y fuera de los medios de comunicación. Y algunas cosas más... Welcome back my friends to my blog that never ends, I'm so glad you could attend. Come inside! Come inside!
Conversando con él, nos sorprendió su sencillez y tranquilidad espiritual, eso que solo irradian los que realmente la viven. Creo que es el músico peruano más sencillo del mundo, y el más conocido también. Lo reflejó cuando, tranquila y sencillamente, nos dijo cosas como que, durante un año, trabajó al lado de Elvis Presley o que, hace un tiempo, Sting lo llamó para que colaborase con él y le tuvo que decir que no, "porque estaba muy ocupado en ese momento". ¡Qué cosas! Es el famosísimo Alex Acuña, quien recientemente exhibió su talento en nuestra capital, al lado de reconocidas figuras peruanas bajo la denominación de Los Hijos del Sol.
- Hay algún músico que te haya impresionado por su talento, profesionalismo, personalidad, no sé.
- Creo que el mejor músico de jazz ha sido John Coltrane. De los contemporáneos con los que he trabajado, Wayne Shorter, Jaco Pastorius (fallecido en 1987) y Joe Zawinul.
Así finaliza la primera parte de nuestra conversación con el percusionista peruano, el mismo día que viajaba con destino a Los Angeles, para luego seguir a San Francisco y, posteriormente, a Nueva York. Así acontece su vida, entre aviones y escenarios. "Si aceptara todos los viajes, viviría más en el aire que en tierra", nos dice Alex Acuña, el músico.
Luego de compartir sobre su amplia carrera profesional, Alex nos habló de su vida privada, sus hijos, su esposa, los artistas nacionales e, incluso, dejó un mensaje para la juventud peruana.
- Háblanos de tus gustos.
- En comida, me gusta la peruana. No hay nada como la papa a la huancaína, el lomo saltado o un buen ceviche. En colores, me gustan los del arco iris. ¿Vicios? Ninguno. ¿Si tengo alguna cábala? Bueno, toda mi música se la dedico a Jesucristo. ¿Un país? Perú. Si ello no fuera así, yo no podría entregarme al mundo que quiere verme.
- Tus viajes.
- Permanentes. Unas veces estoy en Japón y otras en Alemania, Francia y toda Europa Occidental. Voy mucho a los países escandinavos como Suecia y Finlandia, cuando no recorro los Estados Unidos o Sudamérica. Mi vida transcurre entre aviones, escenarios, estudios de grabación y escuelas de música.
- Tu ciudad.
- En 1987 volví a Pativilca después de veinticuatro años, y me recibieron muy bien. En el Municipio me hicieron firmar un libro de personajes célebres, y me hicieron conocer la casa en la que vivió el General San Martín. Me emocionó mucho pasar por la calle en la que crecí, aunque lamento que ya no exista la casa en donde nací.
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"Creo que el jazz es la máxima expresión
a la que un músico puede llegar. Es aquello que
solo algunos pueden alcanzar gracias a haber recibido
ese regalo divino que es la improvisación.
Si todos los músicos improvisaran,
todos serían jazzistas".
(Alex Acuña, 21 de agosto de 1990)
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- Tu país.
- El mejor del mundo. El Perú tiene tantas riquezas, y no solo naturales. Es la única nación en el mundo que tiene tres países en uno: la costa y el mar, la sierra, y la selva amazónica.
- Tu familia.
- La más linda sobre la Tierra. Mis padres, hermanos, sobrinos... Mi esposa, mis hijos. Nos amamos, nos respetamos, nos confiamos.
- El público peruano.
- Es muy alentador y siempre apto a nuestro regalo musical. Para mí es una inmensa alegría tocar aquí con Los Hijos del Sol. Esperamos volver a tocar pronto para todo el Perú.
- Tus hobbies.
- Muchos. Si me pides uno, es el de veranear con mi esposa e hijos. Alquilamos un yate y nos vamos a bucear, nadar y pescar. Para ello nos gusta San Diego.
- Deportes.
- Actualmente soy coach de la Liga Americana en la American Youth Soccer Organization, en la que juegan mis tres hijos. Practico con ellos las artes marciales y, con mi esposa, hago bicicleta.
- Tus hijos.
- Tengo cinco. Linette de 22 años, y los mellizos Javier y Jair de 17, que son de mi primer matrimonio. Luego siguen Regina de 10, y Danny de 8, de mi segundo compromiso con Diana.
- Tu esposa.
- Diana es la persona ideal para alguien como yo, que necesita entendimiento moral, espiritual y mental. Los músicos somos difíciles de comprender ya que tenemos ideas diferentes. Yo viajo constantemente y recibo de Diana el apoyo que necesito.
- ¿Y tu cuenta bancaria?
- (Ríe) Dicen que soy millonario. Te pido que publiques que eso es cierto. Pero que soy millonario en intis (la devaluada moneda durante el primer gobierno de García Pérez). La verdad es que mucho de lo que tengo se debe a que he sabido ahorrar, invertir, comprar y revender.
Alex Acuña, además de ser un reconocido músico, es imagen comercial de las principales firmas musicales del mundo. Yamaha, utiliza su imagen para promocionar sus baterías; Zildjian, sus platillos; Latin Percussion, sus instrumentos de percusión; Vic Firth, sus baquetas y, Remo, sus cueros.
- ¿Y los músicos peruanos?
- El músico peruano es el más vivo, el más pícaro y el más inteligente. Admiro a muchos pero, entre todos, a Ramón Stagnaro, quien es único en el mundo. También a Cocho Arbe, pianista, arreglista y compositor. Ambos son mis "gallitos de pelea", a quienes quiero y respeto mucho. Son aquellos que se suben a un escenario en cualquier lugar, hora, momento o situación, y salen airosos desde el primer instante de la actuación.
- Alex, algún mensaje para la juventud peruana.
- Líguense y átense a la honestidad, cuiden su salud. No abusen de las facilidades que están alrededor que, en muchos casos, solo sirven para deteriorar y exterminar a las personas. Reconcíliense con ustedes mismos y con sus compañeros que, solo así, podrán mirar hacia las nubes o más allá, hacia el cielo. Solo así podrán examinarse el espíritu.
De esta forma, concluye nuestra conversación con Alejandro Neciosup Acuña, alguna vez, compañero de Elvis, Roy Orbison, Al Jarreau, Diana Ross, Paul McCartney, Jackson Browne, Bonnie Raitt, Bruce Springsteen, Jennifer Warnes, U2 y muchos más. Entre los peruanos, de Jean Pierre Magnet, Miguel Figueroa, Lucho González, Oscar Stagnaro, Héctor Veneros, Lucho Calixto, Juan Torres y, las hermanas Rosa y Eva Ayllón. El 30 de septiembre, lanzará su próxima producción solista bajo el nombre de Alex Acuña & The Unknowns, la que deberá aparecer en Europa (vía la Royal Music), Japón (vía la JVC Victor) y Estados Unidos (vía la GRP de Dave Grusin). Participan en el disco, entre otros, Paulinho Da Costa y Carlos Santana.
Javier Lishner
Lima, Perú
Agosto de 1990
Stay with me: Ladies and gentlemen, the Faces.
Extraño suceso: Ron al piano, Kenny al bajo, Ian (detrás) en guitarra y Ronnie en batería. En la delantera, como siempre, Rod the Mod.
La ensalada terminó un día como hoy, 18 de diciembre, en 1975, cuando el cantante anunció su retiro definitivo de la banda, para dedicarse a su creciente carrera solista, la que había comenzado, en paralelo, cinco años antes. El guitarrista Ron Wood acababa de asociarse a un grupo llamado the Rolling Stones, quienes desesperadamente habían buscado un reemplazo para el puesto que había dejado vacante Mick Taylor, otro de la escuela de John Mayall. Ian MacLagan, con su piano, se dedicó a acompañar a una gran variedad de grupos en vivo. Y, Kenney Jones, por su lado, tuvo que esperar unos años para ocupar el asiento de baterista en The Who, a la muerte de Keith Moon. Como si el intringulis no fuera suficiente, Kim, la ex-esposa de Moon, se casó con MacLagan, el pianista.
Inconfundibles por donde se les mire: Stewart y Wood, alive and well.
Lane, tras una larga batalla contra la esclerosis múltiple, en la que anduvo siempre apoyado por colegas como Steve Winwood, Eric Clapton, Jimmy Page, Jeff Beck, Paul Rodgers, Bill Wyman, Charlie Watts y Joe Cocker, amén de sus ex-compañeros de grupo, finalmente, murió en 1997. Los cuatro restantes miembros, de una u otra manera, siguieron reuniéndose en distintas ocasiones. Stewart con Wood, Wood con MacLagan, Wood con Jones, y así por el estilo. Hubo, hace veinte años, una reunión de los cinco integrantes originales, en el estadio de Wembley, en la que participó Lane solo como vocalista. Fue durante una gira de Stewart, en 1986. Aquella tarde, la enfermedad le impidió al buen Ronnie tocar su instrumento. Sentado en su silla de ruedas, a su lado, estuvo Bill Wyman, de los Rolling Stones, interpretando sus partes y cumpliendo con el amigo.
Una de las últimas fotos de Faces con sus integrantes originales. Arriba: Lane, Jones, MacLagan. Abajo: La fama y la fortuna.
Trilogías en la historia del rock, hay muchas (Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath; Clapton, Beck y Page; Emerson, Lake & Palmer, etc). La que relaciona a Faces, The Who y los Stones, es otra de ellas. Por más que Faces, a pesar de haber sido un exitoso grupo en directo, nunca llegó al nivel de sus dos londinenses contemporáneos. A propósito de los Stones, Feliz día Keith Richards. A la distancia, nuestro saludo. Y que los Faces vivan por siempre.
Javier Lishner
San Jose, California
18 de diciembre de 2006
Happy Birthday JL. Hotel de Turistas de Ica. Enero de 1984.
Por lo regular, cuando nos encontrábamos en gira, luego de la presentación, rompíamos filas. Los más aventureros, nos íbamos más lejos y volvíamos más tarde, aunque, a veces, muy temprano (en la mañana siguiente). A menudo, incluso, sin hambre como para tomar desayuno.
Me pasó una vez en Cajamarca, que mientras regresaba al hotel, después de haber conocido la ciudad de noche, encontré al elenco en el lobby listo para viajar de regreso (por tierra) a Chiclayo. Los vi como un espejismo, pero, conforme me iba acercando, no desaparecían. Y no desaparecieron. Tuve que hacer un saludo formal, treparme al autobús y hacer mi cama en los cinco asientos posteriores del mismo. En Chiclayo, recién, tomaríamos el avión que nos llevaría a Lima. Esas seis horas en autobús, es algo de lo que podría canjear por casi cualquier cosa para eliminarlas de mi pasado. Nunca había dormido en una cama que se moviera tanto. Si aunque sea Belaunde hubiera hecho algo por esa carretera, la cosa hubiera sido distinta. Pero, claro, seguía pensando en las musarañas y en su Marginal de la Selva, la que había construido casi veinte años antes. La sola reminiscencia del evento me hace doler la cabeza. Aunque, aquella vez, de Cajamarca a Chiclayo, me dolió todo, hasta el bolsillo. Sin embargo, hubo otras, como la de Ica, en enero del 84, que recuerdo con mucho cariño...
Nos encontrábamos hospedados en el Hotel de Turistas, que tenía su famosa discoteca en el primer nivel (y una piscina a la que algún loco del grupo se tiraba desde la ventana de su habitación del segundo piso). Yo miraba, nomás. Era sábado, día del show, y, en horas de la tarde, mientras los rayos del sol caían sobre nuestros hombros, parte del clan apareció con una exquisita torta de pecanas, adquirida en Helenas, en la Plaza de Armas, con motivo de mi onomástico número nosecuántos. El grupo Hielo, que formaba parte del elenco artístico, participó de la celebración. Años después, Tomás, su bajista, me haría padrino de su hija, y Sergio, su cantante, se convertiría en Fiorella. Completaban el grupo, Nory (Takayesu) en guitarra y Víctor (Ríos) en batería. Como invitado solían viajar con Tito Rullo, músico y extraordinario aporte para promover el buen ambiente de la comunidad artística.
Hubo otras giras que requirieron de mayor esfuerzo y, también, refuerzo. Como en Arequipa, donde, una vez, por ayudar a cuidar una de las puertas de acceso, casi me trenzo a golpes con un desadaptado que se quiso pasar de listo. Y, otra, en el Coliseo de Chiclayo, en donde, delante de nuestras narices, una banda de pandilleros se zampó, como Pedro en su casa, por una ventana. En Huancayo, acostumbrábamos aprovechar el viaje para participar de su feria dominical, antes de emprender la retirada a Lima. Una vez, incluso, con Sammy Sadovnik, acompañamos a César Abril al cementerio de la ciudad para visitar a su padre. Caramba, que fue emotivo. Algo serio en medio de tanto barullo. En Arequipa, era habitual visitar el Convento de Santa Catalina. Y, hasta una vez, creo que fue a Piura, viajamos en un avión de la Fuerza Aérea Peruana, sin asientos ni comodidades, y con un ruido permanente durante la media hora de vuelo que, para los claustrofóbicos, fue todo un nuevo experimento. El ingreso y la salida del aparato, como era de suponer, fueron por la rampa trasera, por donde normalmente sube y baja la tropa en acciones militares. Alguien, un poco mayor, descendió quejándose de la columna.
Con música, fue una experiencia sin igual. Pero, lo sin igual, terminó para mí a fines de 1985 cuando un día como hoy, 15 de diciembre, participé de mi última Más Más en el Coliseo Amauta.
[PERÚ ROCK] El 20 de octubre de 1987 fue martes. Ese día, Julio Caipo, el eximio guitarrista, líder de un poderoso trío que formaba con César Noriega y Pepe Vilogrón, organizó una reunión para presentar a José Talavera Espinar.
En la Plaza de Armas de Tarma con Yesabella, Isis, S.O.S. e imponentes guardias de seguridad.
Pepe, como lo llamaban, era socio de CATS Producciones, una joven empresa que poco tiempo antes había asistido al empresario Jorge Bustamante, en la gira Enhorabuena 87, la que tuvo como imagen a Jorge Henderson Palacios, exitoso presentador de la televisión peruana y antiguo compañero de Radio Miraflores. Enhorabuena viajó por el territorio con una pléyade de baladistas nacionales, entre los que figuraron, Mache, Luis Alonso, Jenny Higginson, Beto Danelli, Isis, Maryna Tafur, Daniel, y Daniel Avila (hermano de nuestro antiguo compañero de Panamericana, J.A. Junior). Incluso, alguna vez, el 24 de septiembre, habían participado, con el propio Jorge, en nuestro programa de radio.
Aquel martes al mediodía, con Pepe Talavera en La Caravana, Julio Caipo prácticamente dio el primer paso para lo que muy pronto se iría a anunciar en conferencia de prensa, en el Grand Hotel Miraflores, como Perú Rock Gira 88. Y, esa fue otra historia.
Para comenzar, iniciamos la Gira 88, en diciembre del 87. Esa vez, ya no solo formábamos parte del elenco, como en La Más Más, sino también éramos miembros del lado organizador: CATS Producciones. Con CATS habíamos acordado que, en cada una de nuestras salidas, que sucedían los fines de semana, invitaríamos a diferentes periodistas y disc jockeys para que fueran testigos de nuestro proyecto. Ergo, había que portarse bien.
La gira comenzó por el Norte, en las ciudades de Piura y Chiclayo, y fue tomando cuerpo conforme pasaba el tiempo. Fue por eso que, cuando en septiembre del 88 el gobierno de García Pérez anunció el paquetazo económico, nos jodió toda la inversión, no solo económica sino la que no se compra: el esfuerzo, el tiempo y la dedicación.
Empezamos teniendo como base a Beto Danelli, quien, aunque se identificaba más con la balada, también cantaba a ritmo de rock. Además, lo acompañaba una banda muy identificada con el género que incluía a Ernesto Samamé, su hermano Ricardo, Andrés Landavere y Lucho Guimet. Con Beto, estuvieron Yesabella, S.O.S. y Julio Caipo. Luego vinieron los viajes a Tarma y Chanchamayo, incluido un huaico que casi provoca la suspensión del espectáculo en la ciudad del café y que sí provocó la rapada de cabello de quien suscribe, lo que algunos aún deben recordar. La periodista Patricia Saavedra, por ejemplo. Aposté que, debido al derrumbe que había sucedido durante la noche, bloqueando la carretera, no íbamos a poder trasladarnos de Tarma a Chanchamayo (donde iba a ser el show) y, por consiguiente, íbamos a tener que cancelar la presentación de esa noche. Aunque con demora y dificultades, con la ayuda de los pobladores del área -entre rocas, lodo y un profundo barranco-, cargando los equipajes a nuestras espaldas, pasamos y sí realizamos el show en los predios de la Cooperativa Villa Rica, hasta donde tiempo antes yo había llegado bajo la coordinación del correcto empresario local, Carlos Macarlupú, con grupos como S.O.S. y Fosh (de Tomás Díaz). Feiser, también conocía muy bien ese terreno. Esa noche de Perú Rock Gira 88, el 30 de enero, la sazonamos con unos traguitos de pisco, los que, alguno, acompañó con galletas charada de chocolate. Lo que sucedió después de esa combinación imperfecta es otra historia. Sammy Sadovnik es uno de los que la recuerda muy bien.
En junio, arribamos a Chimbote para actuar en el Coliseo Paul Harris. Ahí nos auspició Radio Studio 54, y fue donde conocí a mi hoy amigo Luis Alberto Garibay, mi cuasi vecino en Los Angeles. Al mes siguiente, el de la Patria, llegamos a Huánuco y Huaraz. Rio fue el estelar de esas presentaciones, y completaron el elenco: Danai, Feiser, S.O.S., Punto Negro y Clip. En Huaraz, el éxito de la actividad fue tan grande, que hubo que programar una segunda función inmediatamente terminada la primera (previo permiso in situ otorgado por el Municipio de la ciudad). Julio Andrade y César Bustamante, bajista de Frágil -quienes se encontraban de visita turística- fueron testigos del (doble) acontecimiento. En septiembre, don Armando Villanueva, quien llevaba la banda de Primer Ministro, anunció "el paquetazo" a la Nación y, un mes después, debido a ello, nos vimos obligados a cumplir con la que sería nuestra última intervención en Trujillo. Llegamos a la Capital de la Primavera con Rio, JAS, Feiser y Punto Negro, el eterno telonero, en el buen sentido del término. El carisma de su vocalista y sus canciones de estribillo fácil, eran el mejor ingrediente para iniciar cada una de las presentaciones. Con Punto Negro, hubo una anécdota. Y sucedió en Huánuco, el 9 de julio, en el Coliseo 15 de agosto, a casi 2,000 metros de altura, en el distrito de Amarilis.
Como empezaba a hacerse costumbre, Punto Negro, que formaban Renato Guerra, Dante Tirabanti, y los hermanos, Coco y Oscar Bravo (luego convertido en quinteto con la adición de Toshi Ikeda), se empezó a convertir en el encargado de abrir las presentaciones de Perú Rock. Aquella vez, en un ambiente inmejorable (de la que el disc jockey, y ahora empresario iqueño Gastón Medina puede dar fé), su show fue muy bien recibido por el público que abarrotaba el coloso y que, en ningún momento, dejó de ovacionar a los invitados. Y lo hizo hasta el final con Rio, quienes fueron también los estelares en esa noble ciudad de los Andes. Terminada la presentación de Punto Negro, cientos de fans corrieron sin medida detrás del grupo. Querían una foto, un autógrafo o cualquier cosa de sus integrantes. Tratamos de brindarles resguardo pero, uno, el bajista-fundador, Dante Tirabanti, el mayor del grupo, se quedó detrás. Una adolescente, en su desesperación por tocar a sus ídolos, vio parado a Dante, un poco mayor, subido de peso, con lentes, e incipiente calvicie (contrastando con el nombre de su anterior grupo que se llamó Pelo), y le preguntó: "¡Señor, señor!, dígame rápido por favor, ¿sabe por dónde se fueron los de Punto Negro?". Y el bajista no tuvo mejor idea que señalar para allá... Horas más tarde, ya en el restaurante del hotel, el buen Dante tuvo que conformarse con frescos chifles y un suculento locro de gallina... mientras algunos se chiflaban de la risa. Sin duda, Dante, fue siempre el alma de los eventos en los que participó y, por esas cosas de la vida, siempre anduvo cerca de las anécdotas. (Ver EN HUANCAYO: La Yuca del 87).
En la Laguna de Paca a 3,400 metros de altura, camino a Huánuco. Con Rio, Clip, Feiser y Punto Negro.
Las presentaciones en Ica y Lima, que ya andábamos preparando para finales del 88, tuvieron que ser suspendidas hasta hoy, por culpa de la inflación. Porque lo nuestro iba viento en popa, incluso, con la idea de la internacionalización, para lo cual quien suscribe ya había cruzado una vez la frontera.
[FANTÁSTICO] No fue la gira más larga ni la más importante. Pero, seguramente, una de las más divertidas. Fantástico fue un programa que apareció en Panamericana Televisión en agosto de 1989, mientras, en Canal 13, yo conducía Mirando la Radio, un show diario de videos musicales y entrevistas.
Compartían la conducción, Katia Balarín, Rocky Belmonte y Franco Scavia. Lo que comenzó como una aventura sin cabeza, muy pronto, se convirtió, posiblemente por las cualidades de sus conductores, en el programa más popular de la televisión local. Mi alejamiento de Mirando la Radio, coincidió, casi, con el de Franco Scavia de Fantástico. Fue así que, en enero del siguiente año, recibí la llamada de Fernando Guille, el productor, invitándome a integrar el elenco que perdía a uno de sus miembros originales. En esa oportunidad, y por primera vez, la aventura que asumía, si bien era del espectáculo, no era musical. Debuté en Fantástico al día siguiente de mi cumpleaños número nosecuántos.
El adiós de JL. Despedida con mariachi. Cumplíamos 300 programas.
En Tarapoto, en el departamento de San Martín, como en cada ciudad a la que llegamos, fuimos recibidos por público seguidor del programa que, por momentos, nos hacía sentir como Beatles. Katia, la imagen femenina del grupo, recibió flores en cada aeropuerto al que arribamos. En Tarapoto, todos recibimos flores. Aquella vez, el avión de regreso casi deja a Rocky y a quien suscribe, por haber estado conociendo la ciudad desde la noche anterior. Solo nos faltó meternos en los baños termales de Chazutayacu. Felizmente, todos llegamos a Lima, como se dice, sanos y salvos. Lo que casi no sucede cuando volvíamos de Arequipa.
Esa vez, el tiempo nos jugó una mala pasada y, estando cerca de aterrizar en el aeropuerto internacional Jorge Chávez, luego de unos veinte minutos dando vueltas alrededor del mismo círculo, y de empezar a escuchar suspiros subidos de tono; el piloto, de pronto, decidió regresar al sur para aterrizar de emergencia en la base aérea de Pisco, a 242 kilómetros de la capital. Por ser ese territorio militar, no pudimos descender de la nave. (Ese es el mismo aeropuerto que años después, en 2000, recibiría al desgraciado de Vladimiro Montesinos cuando llegó de Panamá). En ese aeropuerto, no pudimos ni siquiera acercar nuestras narices a través de las ventanas, pues nos hicieron bajar las cortinas como medida de seguridad. Ya estaba oscuro. En Lima, entre tanto, los familiares habían sido notificados de la eventualidad y del inminente retraso de la tripulación. Durante varios minutos, mientras nos encontrábamos dando vueltas encima del mar sin encontrar respuesta, algunos, hasta a los que nos tocó aplacar los ánimos, recordamos, muy bien, lo sucedido tres años antes con el equipo de Alianza Lima.
El aumento de animadores en el elenco (lo que hizo que los minutos de cada uno al aire fueran en sentido contrario), me hizo dejar el programa. En mi última participación, obtuve fotos con bailarinas y modelos, y casi con todos los compañeros con los que había compartido grandes momentos. Fue la noche que Fantástico cumplía trescientas emisiones al aire. Y, sin querer, mi despedida fue con torta y con mariachi. Esa vez, la torta no fue de pecanas.
[TALENTVS] En 1992, luego de un lapso de vivir seis meses en Ica dirigiendo Radio Efextos, me enfrasqué en una nueva gira. Sería la más larga y, por su carácter educativo, si se quiere, la de mayor responsabilidad.
En la Cámara de Comercio de Pucallpa. Seminario de Talentvs.
Era junio, y me había tocado iniciar una nueva temporada radial, gracias al consejo de Diana García de Palacios. Por tercera vez, había encallado en Radio Miraflores a la que, un tiempo antes, Diana también había vuelto. Esta vez, regresaba para conducir El Gusano Eléctrico.
Johnny López, el popular presentador de la televisión peruana, amén de su trabajo de disc jockey en Radio Studio 92, había fundado una institución artístico-educativa con el publicista Freddy Chirinos Peña. En 1992, Chirinos ya había dejado la barca en manos del reconocido comunicador. Fue así como encontré la invitación de integrarme al equipo de la Asociación Talentvs, como socio y director ejecutivo, cargo que también desempeñaba López. Como quiera que la escuela quedaba en Miraflores, y tenía cierta experiencia en las aulas, opté por aceptar la propuesta. Además, las clases comenzaban a las seis de la tarde y encajaban perfectamente con el horario de El Gusano Eléctrico, que, a pocas cuadras, terminaba una hora antes.
Una de las primeras ideas que se nos ocurrió fue la de llevar las actividades de Talentvs al interior del país. Ahí, en donde, los amantes de la radio, no tenían muy a la mano cursos prácticos de locución y oratoria. Con el apoyo de la empresa privada, pudimos, si quiera, empezar a soñar con esta nueva actividad. Johnny, quien comenzó desde muy joven en la radio, y, desde el 31 de diciembre de 1980, incursionó con éxito en la televisión, conocía bien el territorio. Quien suscribe, en cambio, con las actividades que venía desarrollando en los últimos años, tenía los contactos necesarios en cada ciudad. Así que, uniendo esfuerzos, experiencias e ideales, nació nuestra gira nacional de "Locución, Animación y Oratoria". La cosa comenzó a rodar en Chancay, ciudad al norte de Lima, en la que tuvimos poca asistencia. Como en la mayoría de actividades, sabíamos que solo el tiempo nos iba a reconocer el trabajo. Y sucedió. Hubo ciudades en las que, muy pronto, tendríamos a más de cien personas asistiendo a un seminario. Y, en alguna otra, más de doscientos en un auditorio. Por lo general, nos presentábamos en salones de los municipios, como el caso de Huacho o Imperial; en alguna aula de universidad, como en la San Luis Gonzaga de Ica; o, como en Chanchamayo, en un restaurante campestre en las riberas del río. Todo local es bueno, cuando de compartir conocimientos se trata...
Un día, paradójicamente, decidimos trasladar los seminarios a la capital. Así, organizamos varios eventos para el público en general que quisiera participar de esa actividad educativa. En Lima, le agregamos un ingrediente: la participación de colegas que, al igual que nosotros, disfrutaban compartiendo sus conocimientos. Entre los muchos comunicadores que pasaron por las aulas de Talentvs estuvieron, Zenaida Solís, Hugo Salazar, Sammy Sadovnik, Gina Parker, Randy Calandra, Reynaldo Aragón Jr., Miguel Humberto Aguirre, Álamo Pérez Luna, Elsa Arana Freire, Oscar Díaz Moscoso, Juan Alberto Mata y Rulli Rendo.
Compartiendo con Reynaldo Aragón Jr., Randy Calandra y algunos alumnos.
El 1 de junio, una semana antes de partir a California, con auditorio lleno, di mi última clase. Fue en nuestra oficina de Miraflores, en la calle Berlin.
Nada más agradable que compartir, con otros, los conocimientos que alguna vez, otros, compartieron con uno. Y la gira fue un éxito. No obstante, aún sigo sin definir cuál de todas fue la mejor. Cada una tuvo su encanto y fue realizada en diferente momento.
Javier Lishner
San Jose, California
15 de diciembre de 2006
Rio continúa firme celebrando 20 años del lanzamiento de Lo peor de todo.
Escuché decir a su guitarrista, Chachi Galarza, que el acontecimiento tiene características especiales debido a que incluirá a grupos invitados que se volverán a unir con la exclusiva finalidad de la celebración. Feiser será uno de ellos, y es plausible. La novedad que ofrece este evento es que, además, Rio, con sus invitados (Chachi Luján, Raúl Romero, Jorge Pardo, Koki Bonilla, etc.), tocará canciones de ellos. Y, como si fuera poco, los invitados, como retribución, interpretarán una que otra canción de Rio. En principio, es una buen idea. Eso es más o menos lo que hizo The Band en San Francisco, hace treinta años. La diferencia es que Rio celebra la continuación del grupo y, The Band, aquella vez, con Bob Dylan, Eric Clapton, Ringo Starr, Neil Young, Joni Mitchell, Van Morrison, Ron Wood y Neil Diamond, celebraba su despedida.
Lo que yo propondría al próximo que festeje una fecha importante como esta, es que alargue la invitación a las familias. Porque los que alguna vez escucharon a grupos como Rio en su juventud, hace quince o veinte años, hoy, en buen porcentaje, son padres de familia (por más que sigan juergueándose o no). Me imagino a Rio liderando una velada familiar, al estilo festival, con las mismas bandas que hoy invita o, incluso, unas cuantas más, lo que podría darle al evento un toque inusual. Un día rockero que podría comenzar a rodar durante las primeras horas de la tarde, con comida, cerveza y todo. Y pisco, también. De antemano sabemos que Rio no hace apología de la borrachera, sino que quiere revalorar lo que es nuestro. Supongo que, estando ahí, muchos pensarán como ellos.
Chachi a lo Moe y Cucho a lo Larry. ¿Dónde está Curly? (FOTOS: Rio)
Esa es otra manera de inculcarle a los niños, la nueva generación, la buena música que los padres escucharon cuando eran jóvenes. Y disfrutar, juntos, de los mismos grupos (antes de que se extingan). Si durante el acontecimiento algún padre quiere pasarse de copas, adelante, si es eso lo que quiere enseñarle a sus hijos.
Locales amplios para miles de personas, y al aire libre (ahora que el clima limeño se presta), por demás, existen. Solo se necesitaría que los empresarios que manejan presentaciones de grupos clásicos como Rio o Uriah Heep, enfocaran su publicidad pensando en la perspectiva que significaría atraer a más miembros de la familia, y no solo a uno. Habrá casos en que a la señora o alguno de los hijos, por alguna razón valedera, no le interese asistir y se quedará en casa. Lleve usted al otro, que sí podría estar feliz de ver a papá o mamá vacilándose como en sus buenas épocas, que ya no son las de hace veinte años. Pero asegúrese de llevar al otro, y no, a "la otra".
Cucho, Chachi y Pocho al norte de América (FOTO: Armando Pattroni)
El tiempo no pasa en vano. Es el momento de dar paso a las nuevas generaciones, por más que Mick Jagger siga haciendo maromas en el escenario para ganar dinero. Además, Chachi dijo -al igual que Phil Collins hace menos de un mes-, que esta presentación no tenía un interés económico. Aún mejor. Se puede, incluso, jugar con un precio especial para familias con más de dos miembros. Ya es hora de que el rock sea disfrutado por igual por viejos, jóvenes y niños. Antes, por una cuestión generacional, eso no se podía. Ahora, sí.
"Lo peor de todo, de estar contigo... Es que te quiero, es que te quiero"
Podríase empezar a cambiar el hábito de que el rock es solo para nosotros. Eso era cuando el rock era joven, pero, el tiempo pasó. O, no es que se está celebrando los veinte años del lanzamiento de un disco? Entonces, celebrémoslo todos. Así como celebramos el cumpleaños de la abuela, o la independencia nacional. Salvo mejor opinión.
Javier Lishner
San Jose, California
4 de diciembre de 2006
Hace un tiempo, alguien me comentó que el riff de guitarra al inicio de la canción [de marca Blackmore], era el más popular y conocido en el mundo. Y es posible. Lo que no me comentaron es lo que me confió Ian Gillan, aquella vez, mientras tomaba desayuno en el Sheraton. Que él, y solo él, había escrito la canción luego del infierno en Montreux; el que sucedió una noche como la de hoy, en 1971. No obstante, en los discos, después de 35 años, los créditos del tema en cuestión siguen apareciendo así: Words & music by Ritchie Blackmore, Ian Gillan, Roger Glover, Jon Lord and Ian Paice. Cosa de contratos. Mejor lo dejamos ahí.
Javier Lishner
San Jose, California
3 de diciembre de 2006