MARTES NEGRO: Black Sabbath en San Jose
Circles and rings, dragons and kings
Weaving a charm and a spell
Blessed by the night, holy and bright
Called by the toll of the bell
- Neon Knights, 1980
Un espectáculo sobrio, tan sobrio como lo ha sido su guitarrista a través de las casi cuatro décadas al mando de Black Sabbath. Tony Iommi, quien, al igual que McCartney y Hendrix, rasga la guitarra con la mano izquierda, estuvo anoche en San Jose, a cargo de esa nave musical tan oscura como su propio nombre y la ropa que usa. Porque eso sí, en el reino de la oscuridad, Black Sabbath, por los siglos de los siglos, seguirá siendo el pionero.
Con el sobrenombre de Heaven & Hell, y con la voz del carismático Ronnie James Dio, BS pasó por el HP Pavilion y, San Jose, en contra de lo que alguien dijo, no olió necesariamente a azufre.
Para quienes fuimos rabiosos seguidores de Black Sabbath, el alejamiento de Ozzy Osbourne, en 1978, fue como un castigo venido del más allá. Y, a pesar de que su reemplazo tenía raíces purpleianas -por su trabajo con Ritchie Blackmore en Rainbow-, Black Sabbath, es verdad, nunca más fue lo mismo. Fue diferente. Nosotros todavía saboreábamos las notas del Never Say Die, el último (y mediocre) disco que grabaron con el esposo de Sharon.
Anoche, en la otra punta, estuvo su compañero de décadas, y también fundador de la banda, Geezer Butler. El bajista que a diferencia de Iommi, sí se alejó un par de veces del grupo, estuvo preciso, compartiendo la base rítmica con Vinny Appice, el batero cuyos orígenes datan de niño cuando, en casa, su hermano mayor, Carmine, le enseñaba los secretos que experimentaba mientras tocaba en súper grupos como Vanilla Fudge y Cactus, amén del powerful trio Beck, Boggert & Appice.
Siempre me he preguntado qué hubiera sido de Ronald James Padavona si es que Blackmore, el irascible ex-guitarrista de Deep Purple, no lo reclutaba para Rainbow, la banda que andaba formando mientras pensaba en retirarse de Purple. Padavona, luego conocido como Ronnie James Dio, era un vocalista de blues rock de un grupo llamado Elf, que -a pesar de su experiencia como cantante y bajista-, no tenía mucha trascendencia en el circuito neoyorquino, donde se andaba moviendo. Su primer disco fue producido por Roger Glover, bajista de Deep Purple, para quienes Elf abrió algunos de sus shows. Blackmore, con buen ojo (pero, sobre todo, oído), en 1975, terminó por llamar a todo el grupo, con excepción del guitarrista. Y Elf, sin Dio y los otros tres, terminó por dar sus manotazos finales. Empero, nacía Rainbow, y el vocalista que, cuatro años más tarde, prolongaría la vida de Sabbath, a la salida de Osbourne.
Al frente de esta versión de Black Sabbath, que originalmente dió a luz en 1979, estuvo el pequeño gran cantante de New Hampshire. Utilizando las herramientas que siempre fueron su característica (pelo largo, movimiento intenso de brazos, cara de malo, sus famosos cuernos del diablo, etc.), Dio, si bien es cierto que no mantiene el registro de hace treinta años, hizo todo lo que estuvo a su alcance para cautivar a la platea que esta vez no llenó el coliseo. El material que tocaron fue parte de esos dos álbumes que la banda publicó en la era Dio (Heaven and Hell y Mob Rules), los cuales grabaron bajo la batuta de Martin Birch. Y "Neon Knights" fue el perfecto final para una noche de rock y cerveza.
Megadeth, al comienzo, fue un buen telonero para calentar a los viejitos que nos dimos cita al evento en la capital del Silicon Valley. Por vez primera, vimos a Dave Mustaine y su banda con la misma formación de "la vez anterior", cuando, en 2006, llegó al coliseo de Oakland liderando el Gigantour. Porque cada vez que lo hemos visto ha sido con diferentes músicos.
Mañana será otro día. Black Sabbath, ahora Heaven and Hell, amanecerá pensando en su actuación de esa noche en el Forum de Los Angeles. Y Iommi seguirá siendo el Rey, por mas que Sharon no piense igual.
Javier Lishner
Santa Clara, California
24 de abril de 2007
2 comments:
Una de las mejores bandas de la historia del rock sin dudas. Black Sabbath. El solo nombre nomas es perfecto, se posiciona rapidamente en la mente. Efectivamente quiza sea una de las bandas que mas acuso el cambio de uno solo de sus integrantes. Y es que hay su distancia con y sin Ozzy. Con Ozzy se completa el circulo magico, la quimica rebalsa y se siente en cada nota. Con Ozzy es mas que una banda de rock (no se si me dejo entender), trasciende la musica y genera dimensiones que solo los fanaticos de este grupo podemos advertir.
Mauricio:
Ojalá Ozzy y sus amigos tengan una larga vida para seguir siendo adorados en directo y no en formol.
Un abrazo y gracias por visitar el blog.
JL
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