CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ
Parte I
Frágil, el extraordinario grupo de Breña, debe haber sido el primero que sonó en las radios peruanas con alguna canción de rock en español, en la década del ochenta. Todo lo demás que yo recuerdo en nuestro idioma eran baladas, unas, con sabor añejo y, otras, como las de
Víctor Manuel o
Perales, un poco más digeribles.
Frágil e invitados Magnet y Salcedo casi 30 años atrás.
El nombre del disco es archiconocido en el Perú, aunque no lo fue en el resto del mundo. Sin embargo, existe muy buenas páginas de Internet que le dan a "Avenida Larco", el crédito que merece.
Considero que el boom del rock en español sucedió a partir de la segunda mitad de esa década, con Soda Stereo, por ejemplo. Pero como bien apunta Miguel, uno de nuestros asiduos visitantes, hubo otros nombres de la era pre-Soda Stereo que también deberían ser reconocidos. Y ahí, se intersectan tanto foráneos como locales.
Entre los locales, bien hubiéramos podido escribir sobre Chachi Luján y Carlos Guerrero, cuyos grupos (Dr. No y Duwetto), hicieron música mientras Soda Stereo, en el sur del continente, aún no había grabado nada. Pero, ambos, Guerrero y Luján, lo habían hecho en inglés. Por lo que, para esta nota, momentáneamente, no los tomamos en cuenta.
Discos El Virrey, la empresa fonográfica instalada en República de Panamá, en San Isidro, hizo bien en publicar un disco de Miguel Ríos. Ríos era el pionero del rock en la Madre Patria. Era el Gerardo Manuel de España. Es decir, no el único, pero el más popular. Grabó sus primeras canciones el año que yo nací, o sea, supongo, que antes que lo hiciera Gerardo Manuel. Ríos, además, le lleva un par de años a "El Jefe" peruano. Bueno, pero, por lo menos, "El Jefe" peruano nunca estuvo en la cárcel por posesión de hashish, aunque, tal vez, por presentar rock en la televisión en una época en que las botas se pusieron de moda.
Popular disco de Miguel Rios de 1983.
Cuando El Rock de una noche de verano, aparece en el mercado peruano, era 1983. No muchos le prestaron atención. Pero sí (otra vez), Radio Panamericana. Para ese entonces, el fuego de "Avenida Larco" de Frágil, en la radio y la televisión, ya se había extinguido. La avenida le quedaba sola al gran cantautor de Granada con "Amor por computadora", "Sonido de la ciudad", "Niños eléctricos", "Reina del keroseno" y "Todo a pulmón". Pero muy pronto, otros le seguirían un poco de cerca. Y no todos llegaban de España.
[EL ROCK DE CASA] No es que nada se hubiera hecho en el Perú (en nuestro idioma), durante la dictadura militar que duró doce años. Hubo algunos nombres como Sudamérica -una de las ramas que dejó el disuelto We All Together-, y Canto Rodado, que fueron buen intentos. No obstante, otros, que también hicieron rock por esos años, se dedicaron a cantar en inglés cuando no a copiar. Entre los que recuerdo, Breeze, Toilet Paper, Mardi Grass, Filibuster y You, a quienes vi una y otra vez, en lugares semi-exclusivos como el Auditorio del colegio Von Humboldt, el Auditorio Miraflores (en la popular avenida Larco), el Olivar de San Isidro, o en la Concha Acústica del Parque Salazar, la que destruyeron para hacer un complejo comercial cuando yo ya me encontraba por estos lares.
El Virrey, una vez más, con el ímpetu de gente joven, entre los que destacaba su ejecutivo Juan Alberto Mata -mi ex-compañero de mil y un batallas en la Programación de Radio Miraflores-, abrió el camino al rock en nuestro idioma. Y, ahí, ingresaron los grupos peruanos que andaban en ese sendero (y no en el otro, que no usaba música para alegrar la vida sino bombas para celebrar la muerte). Ahí, en el buen sendero, estuvieron Hielo, Climax, Rio, Feiser..., vapuleados, desde entonces, por los filósofos del rock, aquellos que con una pluma en la mano aparentan saber lo que no sienten, cuando el rock se lleva en el corazón y no en la mente. Sacarle la raíz cuadrada a Feiser, es casi un imposible. Pero sacarle la mierda desde un papel es algo muy fácil. La pluma la deberían tener en la frente. Mick Jagger la tuvo en el corazón, cuando cantó "It's Only Rock And Roll" ("If I could stick my pen in my heart, And spill it all over the stage...").
[ESPAÑOLES: LA RECONQUISTA] Un día, Juan Alberto, que, aparte de conocimiento, se caracterizó por tener buen gusto (imagínense que produjo el primer disco de Leusemia), llegó de visita a la radio. Su labor no se limitaba a promocionar lo publicado sino también a hacernos escuchar lo desconocido. Así es que se apareció con dos discos "recién llegaditos de España". Al menos, eso fue lo que nos dijo. "Madrid en Technicolor" fue el título de uno, y "No puedes comprender mi corazón de rock and roll", el del otro. El primero, interpretado por un cuarteto madrileño llamado Flash Strato, tuvo mayor impacto en la audiencia. El otro, de un grupo de Valencia de nombre China, no lo fue tanto. Poco tiempo después, nos sugirió un tercero que, como los anteriores, le había llegado de España. Se llamaba "Chicos malos", de Pato de Goma, otro cuarteto. Pero, éste, sí que se salió de los límites de la tolerancia del rock.
Mecano durante sus años mozos.
Otras casas discográficas, como IEMPSA, por ejemplo, siguieron los pasos de El Virrey y comenzaron a desempolvar sus catálogos. Y, mientras buscaban artistas locales para hacerlos firmar con su empresa, lanzaban lo que iban encontrando en el camino. Casal, el español de "Embrujada", fue uno de ellos.
Cuando llegó el final del 83, Radio Panamericana, en la que yo trabajaba, organizó La Más Más, el espectáculo del cual hemos escrito tanto en este espacio. Y escogió a Hielo para que hiciera el preámbulo a su "pantalla gigante y a todo color". Hielo, entre las cinco canciones que le tocó interpretar, con Sergio Cava a la cabeza (hoy Fiorella), logró muchos aplausos por su versión de "Amor por computadora", original de Miguel Ríos. Lo mismo les sucedió en la capital y en el interior, cada vez que cantaron "Madrid en Technicolor".
Mecano, el trío de Ana, José y Nacho, por su parte, en 1982, ya había logrado lo suyo en Radio Panamericana con más que un par de canciones ("Hoy no me puedo levantar", "Me colé en una fiesta", "Maquillaje"). Radio Studio 92 no existía. En 1983, el lanzamiento de "¿Dónde está el país de las hadas?, su segundo disco, de donde sonó "Barco a Venus", le correspondió a CBS. Cuando llegaron de visita promocional a principios del 83, yo me encontraba enfermo en cama. Alguien me hizo llegar a la casa una nota firmada por sus integrantes y un saludo, en cassette, grabado por ellos mismos. Fue un lindo gesto que la hepatitis me impidió retribuir. Y, cuando volvieron en octubre, Radio Studio 92 se los apropió. La competencia entre radios era tan fuerte, como en los setenta lo había sido entre Atalaya y Miraflores y, supongo, como la debe ser ahora. Mecano también merece su lugar de preferencia en ese renacimiento, aunque lo de ellos hubiera sido parte de la explosión pop en la Península Ibérica.
[RIO, "TELEVIDENTE" y "LA UNIVERSIDAD"] A pesar de la amistad que pude cosechar con Chachi Luján, nunca supe qué fue lo que lo llevó a cantar en español cuando, con su grupo Dr. No, había hecho varios discos 45 en inglés, y, antes -entre el 69 y 74-, había hecho lo propio con Telegraph Avenue. A Carlos Guerrero, a quien una vez entrevisté en el escritorio de mi casa, y lo tuve sentado más de dos horas hablándome de su carrera (casi a pan y agua), tampoco lo recuerdo diciendo qué lo llevó a no seguir cantando en la via de "Lo más grande que existe es el amor", la que hizo en castellano con su colega de toda la vida, don Félix Varvarande (el del sombrerito). Empero, al poco tiempo, veríamos a ambos, a Carlos y a Chachi, cada uno por su cuenta, cantando en nuestro idioma.
Rio nació en Pueblo Libre, el distrito en el que residían las familias Prieto y Galarza. El primer nombre que se les recuerda es Royal Institutional Orchestra, nada más huachafo que un nombre en inglés para gente tan real como ellos. De Guerrero y Luján, o de otros, no me sorprendía, pero de Pocho y Cucho, claro que sí. Sino que, como todos, Rio también comenzó cantando en inglés. Y, seguramente, los Beatles fueron los culpables de eso.
Rio listo para subir a su helicóptero privado.
Afortunadamente, los muchachos, que iban a la universidad -cuando aún no era de locos- (la locura de los universitarios trabajando de taxistas llegó un poco después, con el gobierno de Alan García), decidieron cambiarle el nombre a su proyecto y lo rebautizaron, simplemente, Rio. El nombre de tres letras no era más que las iniciales de la huachafería esa que quedó solo para la biografía de la banda que, en muy corto tiempo, y sin mayores problemas, se erigiría como la más popular del país.
"Televidente" fue lanzado en 1985 y su impacto fue casi inmediato. Antes habían publicado "Son Colegialas", sin mayor difusión. "Televidente", era una canción de tonada fácil y no sonaba tan mal. Pero lo que nadie sabía era que Rio traía bajo la manga su propia fórmula del éxito, por lo menos, para nuestra idioscincracia: sus letras. No eran tan complicadas como las de Steely Dan. "La Universidad (Cosa de locos)", su segundo disco sencillo, superó al anterior e hizo que el grupo marcara la pauta del renacimiento del rock hecho en casa. Los videos, para ese entonces, eran cuasi fundamentales para apoyar la aceptación del venerable. Y, "Televidente" y "La Universidad", tuvieron el suyo propio.
Javier Lishner
Santa Clara, California
20 de octubre de 2007
NOTA RELACIONADA:
- CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ - Parte II