Wednesday, October 31, 2007

La Yuca del 87
HUANCAYO: RECUERDOS DE UNA NOCHE

Mucho antes de que existiera la yuca de Fujimori, hubo una en Huancayo, Perú. La yuca, es una raíz o tubérculo monocotiledóneo de flores blancas y raíz gruesa; Huancayo, es una ciudad en los Andes peruanos, capital del departamento de Junín, en donde, por coincidencia, se cultiva la yuca. En tanto, Alberto Fujimori, fue el presidente del Perú entre 1990 y 2001, y se caracterizó por "meterle la yuca a los peruanos", o, lo que es lo mismo, meter el... dedo (o mentir). Afortunadamente, a algunos, curtidos con el gobierno anterior (el de García Pérez), nos agarró prevenidos.

Isis, S.O.S. y Punto Negro, esperando la hora de su actuación. 1987.

[LA IDA] Fue el 31 de octubre de 1987 cuando una delegación compuesta por unas treinta personas partió de Lima, por vía terrestre, para viajar algo más de 400 kilómetros con destino a Huancayo con la finalidad de participar en una velada artística en el Coliseo Wanca de aquella ciudad, la que llamaron: Primer Gran Concierto de Rock.

Integraban el cartel, en el siguiente orden: Isis, S.O.S., Punto Negro y el solista Vladimir (solo faltaron
Poison y Mötley Crüe). Además, íbamos representantes de los artistas, ejecutivos discográficos y personal técnico.

[LA LLEGADA] Luego de hospedarnos en el hotel que nos reservaron, arribamos al lugar del evento en el Pasaje Cantuta. Y, como quiera que el espectáculo había sido programado para las cuatro de la tarde, hubo que apurar los ensayos y las pruebas de sonido. Cosa rara, el empresario no aparecía.

Mientras se acercaba el inicio del show, el reparto decidió no mover un dedo más hasta que el responsable del evento se hiciera presente. Pero, el irresponsable del evento, nunca llegó. Lo que al principio pareció extraño, en pocos minutos, se convirtió en realidad.


En el piso frío, el elenco artístico pide la suya que nunca llegó.

[EL SHOW] Tras una corta deliberación y con el horario en contra, cada uno de los artistas y grupos del cartel (únicamente por respeto al público que asistía) decidió ofrecer solo un par de sus respectivas canciones. Por lo tanto, la presentación -que fue dirigida por quien suscribe- culminó mucho antes de lo esperado. Aquello dio tiempo suficiente a los representantes artísticos para hacer la denuncia en la correspondiente estación policial, por incumplimiento de contrato. Pero no fue fácil salir del local. Como quiera que el público también había sido burlado, éste se encargó de apedrear el recinto por fuera. Adentro, con nervios y preocupación, el elenco, sentado en el frío piso, aguardaba una manito de la policía que, al momento, nada podía hacer.

[LA YUCA] Finalmente, los artistas no recibieron el salario que correspondió al viaje, y, el adelanto, que días antes se les había entregado en Lima, no alcanzó ni para hacer compras en la clásica feria artesanal huancaína de cada domingo, en la avenida Huancavelica.

El empresario Manuel Vásquez, nombre del sujeto de marras, nunca más apareció. Se lo tragó la tierra. Afortunadamente, nosotros, con el apoyo de una institución local de prestigio como Radio 1550, nos embarcamos al día siguiente de vuelta a nuestros hogares.

De regreso, Dante Tirabanti (de rojo) bautiza la gira como "La Yuca del 87".

[EL REGRESO] Ahí, en el pequeño autobús, Dante Tirabanti, bajista de Punto Negro, reconoció la odisea como: "La Yuca del 87". Tres años más tarde, Fujimori, instalado en el gobierno, empezaría a hacer ese tipo de cosas.

A casi veinte años de la hazaña, solo nos queda esgrimir una ligera sonrisa.

Javier Lishner
San Jose, California
17 de julio de 2006

PD: Con el recuerdo a Enrique "El Tunche" Rivera, de Discos El Virrey, quien fue uno de los más entusiastas y activos participantes en mantener, a pesar de las dificultades, el buen ánimo durante el viaje. Tunche, descansa en paz.

Tuesday, October 30, 2007

Una vieja costumbre
HALLOWEEN: LA NOCHE DE LAS BRUJAS

Hace un tiempo apareció una noticia que decía que en Chile, con el fin de cambiar los contenidos de muerte y terror promovidos en la fiesta de Halloween, numerosas instituciones y familias estaban impulsando una campaña para establecer el 31 de octubre como la Fiesta de la Primavera, en donde los principales disfraces serían de santos, princesas y ángeles, en vez de "los terroríficos modelos de la celebración de origen celta, popularizado por Estados Unidos"... con el apoyo del de la foto.


La información venía del ala más conservadora de la sociedad y la iglesia, a la que, esta fiesta, le resulta parte de la "cultura y negocio del terror". Claro, todo lo que no sea manejado por ellos (negocios incluidos) es cultura del terror.

Pero hoy, como los brujos estamos de fiesta, no nos vamos a hacer mala sangre ni dejar intimidar por lo que digan los curas, y vamos a tomar las cosas como se deben.

De cómo les fue a las numerosas instituciones y familias chilenas con su proyecto de la Fiesta de la Primavera, no sabemos; pero, aquí, en pleno otoño, todo está listo desde hace más de un mes para ver a los niños felices saliendo por las calles en grupo, tocando timbres y puertas, en busca de golosinas y amables sonrisas. Trick or Treat!

Javier Lishner
San Jose, California
31 de octubre de 2007

Discoteca particular
HIGH TIDE, ENTRE PROGRESIVO Y JAZZEADO

Es muy posible que los nombres de Tony Hill, Simon House, Pete Pavli y Roger Hadden, no le digan mucho. Para mi eran como cuatro ingenieros del Silicon Valley, hasta que, un día de 2001, supe de esta joya escondida del rock de finales de los sesenta.

Sea Shanties de High Tide, exquisitez escondida. (FOTO: Javier Lishner).

En Sea Shanties, que es el título del disco, es donde podemos decir que convergen el rock pesado y el blues, con el jazz y el progresivo, sumado a una gratificante influencia psicodélica de la época, que, por momentos, nos recuerda que alguna vez hubo un grupo llamado Iron Butterfly. La voz de Hill, quien también domina las cuerdas, tiene un ligero sabor a Morrison, el de los Doors. El violín de House, en tanto, le da una característica muy especial, teniendo en cuenta que el disco fue publicado en 1969 y, por esos días, el instrumento aún no era muy popular en los dominios del rock. Supongo que fue un poco después cuando Jean-Luc Ponty lo introdujo a través de la música de Frank Zappa, y posteriormente, desde 1973, con la Mahavishnu Orchestra de John McLaughlin. Pero, esa es otra historia. Lo cierto es que el contrapunteo del violín de House y la guitarra de Hill le dan un toque de distinción a la obra.

High Tide se formó en Inglaterra en 1969 y solo lanzó dos discos; Sea Shanties, el año de su nacimiento, y, High Tide, en 1970. El tercero, que ya había sido grabado, quedó en compás de espera por la temprana desaparición del conjunto que, a pesar de no haber tenido reconocimiento, seguramente, el rock le debe mucho más de lo que podríamos imaginar.

Sea Shanties, seguramente adelantado para su época, es una joya a la que alguien le puso 11 estrellas, sobre un puntaje de 10. Yo le pongo 10, y la otra la guardo para dársela a usted cuando lo escuche. Pero eso sí, debe gustarle lo innovador, lo experimental, lo un poco loco, de lo contrario podría haber usado su tarjeta de crédito en vano.

Javier Lishner
Santa Clara, California
30 de octubre de 2007

Defensa Civil en acción
BRAVO, ¡BRAVÍSIMO!

Hace unos días leí que en Lima, la capital del Perú, el Instituto Nacional de Defensa Civil inició la inspección de unos 300 locales donde se realizarán las fiestas de Halloween, y se festejará el día de la Canción Criolla.


Como sabemos, mañana se celebra el día de las brujas, y, en el Perú, también, el día más importante de la música costeña, conocida como "criolla". Esta abarca, la marinera, el festejo, el tondero, la polca y el vals.
Defensa Civil, por su parte, es el organismo central, rector y conductor del Sistema Nacional de Defensa Civil, encargado de la organización de la población, coordinación, planeamiento y control de las actividades de Defensa Civil. Son quienes brindan atención de emergencia, pero, como se ve en este caso, también de prevención de accidentes.
La medida fue tomada para determinar si las instalaciones de los locales ofrecen las garantías necesarias para quienes asistan a divertirse mañana en la noche. Se decidió visitar negocios con más de 500 metros de área, mientras que el organismo dejó en manos de las alcaldías la tarea de inspeccionar los locales pequeños.
A estas alturas, los municipios ya deben haber recibido el informe de los operativos realizados por Defensa Civil y, los alcaldes, deben haber tomado las medidas correspondientes. Entre los locales visitados se encuentran peñas, discotecas, pubs, karaokes y alguno que otro huarique de por ahí. Muy buen trabajo, señores. Desde aquí, nuestro aplauso por la prevención.

Javier Lishner
Santa Clara, California
30 de octubre de 2007

Monday, October 29, 2007

Discoteca particular
LUCIFER'S FRIEND, ENTRE PROGRESIVO Y PESADO

Cuando el vocalista John Lawton dejó Uriah Heep a fines de 1979, regresó a su desconocido pero perseverante grupo que, a pesar de no haber tenido la atención de sus contemporáneos Led Zeppelin o Black Sabbath, había continuado en la brega. Se llamaba Lucifer's Friend y, con ellos, Lawton grabó todos sus discos a excepción de los dos que los amigos de Lucifer hicieron mientras el cantante se fue a reemplazar a David Byron, primera voz en Uriah Heep, en plena explosión del punk.


Lucifer's Friend, joya poco conocida del rock. (FOTO: Javier Lishner).

Los temas de Lucifer's Friend fueron en inglés aunque el quinteto nació en Alemania. Y es que Lawton era británico y había llegado luego de pertenecer a una banda llamada Stonewall. Los demás integrantes eran genuinamente alemanes tanto como sus nombres: Peter Hesslein, en guitarra; Dieter Horns, en bajo; Peter Hecht, en teclados, y Joachim Rietenbach, en batería. Eran una verdadera orquesta. Con esa formación se mantendrían hasta 1974.

Este disco, el primero del conjunto, fue grabado en 1970 y lanzado en enero del siguiente año. Su música, por momentos, se acerca a Led Zeppelin, aunque durante el transcurso del mismo podemos escuchar los teclados y el bajo influenciados tremendamente por Uriah Heep y Deep Purple, quienes habían comenzado solo un par de años antes. La voz es incomparable. Tal vez se asemeje a la de Ronnie James Dio, aunque posiblemente más limpia y aguda. Ahora, si usted es de los que le gusta el rock, ese que no haya sido trillado por las radios de todo el mundo, ésta es una buena opción para darle gusto a sus oídos. Eso sí, debe gustarle el sonido del órgano Hammond, el mismo que, tiempo atrás, nos enseñaron músicos como Jon Lord y Ken Hensley.

Es una placa que, posiblemente, ahora le venga con cinco canciones más que la versión original de 1971.

Javier Lishner
Santa Clara, California
29 de octubre de 2007

YA PUES, BENEDICTO


Como miembro de la iglesia católica, nunca entenderé porqué otra persona que no tiene ninguna relación civil con uno, tiene que dirigir nuestras vidas. Sobre todo, si es que ni siquiera la hemos elegido.


Hoy, el Santo Padre apareció para decir que "los farmacéuticos deben estar permitidos de negar la entrega de medicinas que causen el aborto o la eutanasia". Pide a su vez, a los profesionales en salud, que objeten concientemente ("objeción de conciencia", le llama), en contra de esas prácticas.
Pareciera una injerencia en la decisión de la persona humana. Injerencia en la decisión de lo único verdaderamente propio que tenemos en esta vida, la libertad de elección.
Ya sabemos que nuestro Santo Padre, no hace mucho, apoyó la ex-comunión de legisladores pro-aborto en México. Como si él, sentado en el Vaticano, tuviera algo qué ver en lo que los legisladores (electos), en México, pudieran proponer para el mejor desenvolvimiento de su sociedad.
Benedicto XVI pide que se le diga a los pacientes de las "implicancias éticas" del uso de estas medicinas. O sea, ahora, siguiendo con esa premisa, será el farmacéutico el que nos va a decir qué es lo ético y qué no lo es. ¡Qué risa! Con estas declaraciones hay alguien que parece que anda en la Edad Media.
El Santo Padre participó de una charla en el XXV Congreso Internacional de Farmacéuticos Católicos, celebrada en el Vaticano. Creo que por declaraciones como estas es que aparecen los Marilyn Manson y los Zombies a cantar lo que cantan. Ahora me voy a escuchar a John Lennon, quien fervientemente creyó en la paz y la libertad.

Javier Lishner
Santa Clara, California
29 de octubre de 2007

Sunday, October 28, 2007

En el Perú de los ochenta
BUSCANDO UNA IMAGEN PARA ROCKEAR

Durante los años ochenta, cuando Alan García fue electo presidente del Perú, las casas discográficas locales -porque todavía existían-, comenzaron a apostar por el elemento nacional. Grupos como Climax, Hielo, Rio y Feiser, fueron algunos de los que siguieron a los lanzamientos, casi solitarios, de Duwetto y Dr. No. Ellos, a diferencia de los anteriores, habían editado sus producciones, en inglés, un par de años antes. Duwetto, con Carlos Guerrero y Félix Varvarande, ambos, ex-miembros de We all Together, habían lanzado "Singing Along With The Wind". En tanto, los de Chachi Luján, Walo Carrillo, Tavo Castillo y Ernesto Samamé, habían publicado "Turn Out The Lights". Chachi y Walo, habían integrado Telegraph Avenue; Tavo, era miembro de Frágil, y, Ernesto, había sido, entre tantos, parte también de We All Together.

Frágil en el nuevo milenio. Siempre poniendo buena cara

[ALAS Y PINTARRAJEADAS] El primer recuerdo que tengo de Frágil, mucho antes de su emblemático himno "Avenida Larco", es a Andrés Dulude portando unas alas que colgaban de sus brazos, al mejor estilo Jon Anderson. Podría asegurar que, luego, vino lo de la cara pintada, con maquillaje (al estilo Peter Gabriel). Además, aún cantaban en inglés, canciones de Yes y de Genesis. Para quienes nunca habíamos visto en vivo a la banda de Phil Collins y Peter Gabriel, la versión de "I Know What I Like", de Frágil, fue lo mejor que jamás escuchamos. Frágil, con Andrés en el frente, tuvo un look muy particular, en un muy particular momento que vivía el rock en el Perú durante la segunda mitad de los años setenta, tiempos de gobierno de facto y toques de queda. A pesar de los años, sigo convencido que, el rock realizado en territorio peruano, tiene un antes de Frágil y un después. We All Together y Telegraph Avenue, fueron parte del "antes". Rio, Hielo y Feiser, por ejemplo, fueron parte del "después". Leusemia, también. Y el motivo de esa imaginaria división fue la dictadura militar de doce años, entre 1968 y 1980, que vivimos los peruanos. El representativo disco de 1981, Avenida Larco, fue lo primero que apareció en la nueva década.

[LA INTERROGANTE] Intercambiando opiniones con alguien que no había nacido mientras Guerrero y Luján se encargaban de visitar las radios limeñas para promover sus nuevas aventuras, me dejó una pregunta como tarea. ¿Qué grupo de los ochenta fue el de mejor look o imagen?

Doble A con La Banda en el Olivar de San Isidro. 1989

Por supuesto que, Rio, no fue lo primero que se me vino a la mente. Respondí con un artista, cambiándole la pregunta. Creo que durante esos años, Doble A, el guitarrista también conocido como "Tito" Estupiñán, fue uno de los que más se preocupó de su imagen, sobre todo, cuando se trataba de presentaciones en vivo. Tuvo una ventaja sobre los otros: tocaba metal, y había vivido en Londres. Además, a diferencia de algunos, tenía mucho cabello. Pero, muy aparte de eso, varias veces tuve oportunidad de conversar con él sobre el tópico sin saber que, finalmente, en 1989, trabajaríamos juntos. Seguía preocupándose de su vestimenta, y utilizaba una guitarra Washburn, que lo diferenciaba de casi todo el resto. Pero, hubo más.

[DOBLE A Y LA IMAGEN] El look, que no es solamente vestuario, nace de la imagen que viene de adentro y, Doble A, también la tenía. O sea, verdaderamente se creía el espantapájaro ese -encerrado en cueros negros, trapos, y broches de metal-, que se veía sobre las tablas. La hizo bien. Para continuar con los halagos al que pudo haber sido el mejor look de los ochenta en el Perú, Doble A era una persona sencilla y profesional, muy aparte de los problemas que hubiera tenido en Hielo. Bueno, tampoco fue el único que tuvo problemas con Sergio Cava (hoy, Fiorella), incuestionable líder del grupo, por más que eso no le gustara al bajista-cantante Tomás Díaz, quien, sin look, terminó por abandonar a Sergio para formar Fosh, antes de irse a radicar a Costa Rica. Paradójicamente, el único disco de Fosh fue el de título "Rompamos el hielo".
Doble A, no llegaba tarde a los shows, nunca se ausentaba en los ensayos, no discutía con sus compañeros, era dedicado, y, cuando tenía una crítica, la guardaba para el final y la comentaba conmigo, quien era el que manejaba a ese grupo en el que estuvimos los dos, llamado La Banda. La Banda nació en mi casa, con cinco talentosos músicos, pero, nació con partida de defunción. No fue ni intentó ser parte del movimiento. Sabíamos que era un proyecto formado exclusivamente para realizar un espectáculo denominado Welcome To The Jungle, en el que tocaban covers de Poison, Guns N' Roses, Bon Jovi, Scorpions, Def Leppard, Whitesnake, AC/DC, Ozzy y Led Zeppelin. Antes de eso, Doble A, había sido miembro de varios grupos locales como el ya mencionado Hielo, y Danai. Al mismo tiempo trabajaba en un propósito llamado VTR con artistas como Coco Silva y Juan Manuel Caipo (hoy, baterista del exitoso grupo Orixa, en la Bahía de San Francisco). Pero, a diferencia de Hielo y Danai, los temas de VTR nunca vieron la luz.

Chachi, Cucho y Pocho, la misma faz de Rio por más de dos décadas


[EL RIO DE TODOS] Sin embargo, luego de recordar a varios que anduvieron a través del sendero iluminado durante el gobierno de García Pérez, como, Dudó, S.O.S., Arena Hash, Imágenes, Delfín Garay, La Banda Azul, JAS, Calle Sexta, Vladimir y Feiser, recién, pensé en Rio. Y, muy a pesar de mi buena opinión sobre Doble A, la respuesta a la original pregunta de Diego Gayoso, el cada día más popular Dr. Rockas -joven investigador de lo que aconteció durante la década en la que él nació-, mi respuesta fue, en contra de lo que cualquiera pensaría, Rio. Sus atuendos iban con su estilo musical y con el público al que se dirigían. Claro, no eran Duran Duran pero, en Rio, todo era coherente. Fueron reales y, tal vez, aparte de sus composiciones, ese pudiera haber sido uno de los motivos de su éxito. Sin muchos cueros ni luces, solo con camisetas y jeans. Esa es la imagen que, a pesar del tiempo -según me cuentan-, siguen dando. La de Rio es lo que los sabios del marketing podrían llamar "imagen", y es genuina. La única diferencia, después de más de veinte años de carrera, supongo, es que sus camisetas, ahora, las compran en New York o Virginia -hasta donde han llegado con su música-, y no en el mercado de Pueblo Libre, donde los dejé residiendo hace casi tres lustros.


De rojo, como las propias rosas (FOTO: Carlos Cortez)

Quien esto escribe, al igual que Dudó y Feiser, no se caracterizó nunca por ser el mejor vestido. Por lo menos, mientras estuvo en la televisión (foto).

Javier Lishner
San Jose, California
23 de noviembre de 2006



MÁRTIRES DE LA IGLESIA, MÁS LEÑA AL FUEGO

Amaneció en el Silicon Valley, y el mundo cuenta con 498 nuevos beatos. No saben la felicidad que me embarga. Estoy enchido. No quepo en mi mismo. Y cada vez más feliz de no participar en ninguna actividad de mi iglesia, la católica. Hoy, a la hora de la misa, me voy a comer un ceviche.


Hace unas horas, mientras dormía, en el Vaticano, un cardenal portugués, casi contemporáneo del papa, repartió beatificaciones en masa, así, como debe hacerse para apresurar el tiempo perdido. Es que ni siquiera el año tiene 498 días como para otorgar la beatificación individual a cada uno de estos seres humanos que, seguramente, algo bueno hicieron en su vida, aparte de la señal de la cruz, ese símbolo del temor inculcado por sacerdotes y monjas.

Esta beatificación es la más grande en la historia de la iglesia, lo que, desde lejos, me hace sentir orgulloso de poder ser testigo. Ah! Y todos los nuevos beatos, son hijos de la Madre Patria, España, de donde nos llegó, lo que para mí, es la tara más grande de la Humanidad.

Ahora nos toca esperar que les inventen algún milagro para que pasen del nivel de Beatos a la sección Santos. Me pregunto si algún día la hechicería y la brujería, dejarán de ser parte de la iglesia, que, paradójicamente, las condena.

El día que me toque partir, seguramente van a encontrar muchísimas cosas buenas de mí, muchísimas obras de caridad, muchísimo tiempo invertido en trabajos voluntarios, muchísima ayuda al prójimo, y huevos para decir y hacer las cosas. Pero, por favor, no acrecienten su popularidad conmigo. No me mencionen. No me utilicen. Por favor, déjenme descansar en paz. No quiero títulos como los de estos 498 personajes que, posiblemente, estuvieron con una cruz en el pecho apoyando al dictador fascista Francisco Franco.

El día de mayo que hicieron beato a Escrivá de Balaguer, me hicieron pensar. Y el día de octubre que, tan solo diez años después, lo hicieron santo, decidí nunca más creer en estas huevadas. Mejor me voy a escuchar a Jim Morrison, y no nos hacemos paltas. Hasta más lueguito.

Javier Lishner
Santa Clara, California
28 de octubre de 2007

Friday, October 26, 2007

Personajes de radio
WALTER GONZALES, LA MÚSICA Y LA COMEPETENCIA

Walter Gonzales, lustros atrás.

Los primeros chispazos que me recuerdan a Walter Gonzales, son aquellas conferencias de prensa en que yo iba representando a Radio Miraflores. Eran los primeros años de la década del ochenta y, en RM, teníamos dos costumbres cada vez que nos llegaba la invitación de alguna promotora o casa discográfica. La primera era ir juntos (creo que la mayoría lo hacían. Radio Panamericana, Radio 1160, Radio Inca, Radio Libertad, Radio Onda Popular, entre otras). Eso significaba que nos reuníamos en el local de la radio y de ahí, en grupo, partíamos, por lo general, hacia el centro de Lima. Porque era ahí, entre los hoteles Bolívar, Crillón y Sheraton, en donde éstas, por lo general, se realizaban. Lo segundo, y eso sí era una de nuestras características, solíamos ir vestidos con saco y corbata. Nunca me dí cuenta de la opinión de los colegas de otros medios sobre nuestro afán por ir bien vestidos. Hasta que un día de 1983, Walter Gonzales, el hábil Gerente de Programación de Radio Panamericana, me lo comentó riéndose, sentado en su escritorio.

[EL EQUIPO] Creo que son varios los nombres a los que Radio Panamericana les debe su éxito. Aparte de la plana ejecutiva y de administración, que ejemplarmente siempre anduvo en sincronía, hubo algunos locutores que le dieron un toque especial a su programación. No sé exactamente de quién fue la idea de introducir música moderna (o juvenil, como se le llamaba antes) en su programación. Lo cierto es que a mediados de los setenta, la radio, que no llegaba a los 25 años de fundada, empezó rápidamente a encumbrarse entre las más sintonizadas del dial limeño. Por ahí andaban varios, entre ellos, un sagaz pero aún no muy experto deejay de nombre Walter Gonzales. Y es que competir al lado de nombres como Humberto Velásquez o Iván Márquez, tampoco era cosa fácil. El núcleo quedó listo para encender la flama de un nuevo evento que revolucionaría los espectáculos en el Perú, La Más Más. De ella ya hemos hablado
aquí, y aquí, y aquí.

Al lado de Walter estaban César Abril, Albertín Ríos, Roberto Lyon, los mencionados Velásquez y Márquez, y el recién llegado de las canteras de Radio Miraflores, Luis Argüelles Maximiliano. Ese homogéneo elenco fue el que trabajó desde 1976 en ese espectáculo cuya meta era convocar a la mayor cantidad de oyentes posible. A Mauricio (Alcántara), Susana A. y Fernando (Torres), los recuerdo conduciendo programas, tal vez, a partir de 1978.

[MI LLEGADA] Ese es el grupo que, casi intacto, me tocó conocer cuando en 1983 ingresé a formar parte de la emisora de Mariano Carranza (hoy en otro local, en el distrito de San Isidro). Creo que en el interín solo habían llegado Johnny López y Juan Vargas, su más joven y nuevo rostro. Mientras todos los demás, a excepción de Albertín -quien ya se había ido a dirigir Radio Panamericana de Trujillo-, seguían siendo los mismos, sino que un poco más acabados. Fui bienvenido y, aparte de la señora Raquel, su Directora-Gerente, fue a Walter Gonzales a quien le tocó mostrarme la radio y presentarme a mis nuevos compañeros. Por más que hice esfuerzos, no pude sacarme ese "algo" que hubo entre nosotros aquella mañana. Como una barrera, no sé.

Gonzales, Lishner, Daniela Romo, Argüelles, Vargas y López. 1983.

Yo venía de ser el programador de Radio Miraflores que, seguramente, a ellos, poco les importaba. Es más, la señora fue muy clara cuando me invitó a pertenecer a su radio: "Tú eres el último de Radio Miraflores que llega aquí. De allá ya vineron Lucho Argüelles, Johnny López y ahora tú, y no queremos que la gente piense que nosotros no podemos generar nuestras propias figuras...", me dijo. Bueno, Sammy Sadovnik, estaba en camino. Y después de Sammy, de allá, llegó otro más (Carlos Jáuregui).

El arribo a mi nueva casa coincidió con La Más Más del verano, pero en su gira por el interior. La versión central ya se había realizado en Lima. Era Dr. No -el grupo formado por Chachi Luján, Ernesto Samamé, Tavo Castillo y Walo Carrillo-, el que andaba de avión en avión con los deejays de la radio número uno en sintonía.

[LA PROGRAMACIÓN] Walter y César formaban un conocido tándem que desde tiempo atrás trabajaba unido y se encargaba de dirigir la programación de las dos frecuencias de la empresa de la familia Delgado. El responsable de las tres filiales, era Alex Dupont, un flaco buena gente, y siempre sonriente, quien era el nexo con Arequipa, Chiclayo y Trujillo. Trabajaba muy cerca de Humberto Zavala Rojas, el maestrísimo de la sala de grabaciones, que aunque renegaba para sí mismo, siempre nos dio un espacio cuando lo requerimos. Y eso era bien frecuente.

Una de las primeras experiencias que recuerdo de los tempranos días en Panamericana, fue cuando me acerqué al escritorio de Walter y, arriesgando mi pellejo, le sugerí un tema que la radio aún no tocaba y que me parecía bueno. En contra de lo que yo imaginaba, la actitud de Walter fue muy positiva. Como de costumbre, sin muchas palabras, miraba, sonreía, asentía con la cabeza, tiraba para atrás el cuerpo, abría los ojos, se acomodaba los lentes. Pero, al menos, no me hizo sentir que era una intromisión. "
Major Tom (Coming Home)", de Peter Schilling, fue un exitazo. Desafortunadamente, Walter no estuvo para celebrarlo cuando, al final de ese año, fue una de las Más Más.

[EL VIAJE A CUZCO] Había llegado el fin de semana en que La Más Más se iba a Cuzco. Allá, la capital imperial esperaba al súper elenco limeño, con su "pantalla gigante y a todo color". En Lima, solo quedaban muy pocos, pues las estrellas de la radio se iban con la pantalla. Entre los pocos (y nuevos) que se quedaban estaba yo. La señora Raquel me llamó y me dió un trabajito extra. Intuitivamente lo conversé con César, con quien muy pronto trabajaría a su lado. El trabajito consistía en encargarme de la programación de las dos radios mientras, ellos, las estrellas, se iban con su música a otra parte. Por un momento, a diferencia de El Puma ("Dueño de nada"), me sentí como dueño de todo. Volvía a tener una discoteca a mi entera disposición. Y aunque el trabajo no era muy grande, la responsabilidad de escuchar lo que durante esos días se transmitía al aire, sí que era importante. Era mi prueba.


Prueba de que Walter había emigrado a Studio 92.

Con Walter, pude entrevistar a algunos artistas que estaban de moda. Entre ellos, los ex Menudo, René y Fernando, y Daniela Romo, quien el 15 de agosto llegó por primera vez a la radio. La ahora destacada actriz, andaba promocionando su primera placa musical que incluía una canción de título "Yo no te pido la luna". Esa era la favorita de una de las secretarias, en el primer piso. Nunca supe porqué se esmeraba en cantarla cuando pasaba a mi lado.

[RADIO STUDIO 92] En una o dos semanas se dio el viaje al Cuzco. Esa secretaria, como siempre, fue la primera en la lista de pasajeros. Yo me quedé a cargo de la programación por un par de días, sin saber que, ese par de días, se iba a prolongar por casi tres años. Sucedió que a su llegada de Cuzco, el hábil programador, anunció su retiro. ¡Oh, sorpresa! Contra todo pronóstico, lo inimaginable, había acontecido. El muchacho que había llegado a la radio la década anterior solo con el afán por la música en sus bolsillos, en pleno éxito, se iba. El disc jockey del clásico Disco Show, entre 2 y 4 de la tarde, dejaba a su gran legión de seguidores. Y, para felicidad de quien suscribe, Walter Gonzales, amén de su silla en el Departamento de Programación, también dejó Buenos Días, Día, el matutino estelar de la FM que a la mañana siguiente anunciaba a un nuevo conductor con las mismas iniciales que Johnny López. El resto es historia... hasta que, al poco tiempo, apareció una nueva emisora en el dial. Se llamaba
Studio 92. Y para sorpresa de muchos, el programador era un conocido nuestro de nombre Walter Gonzales. Los Picasso, dueños de esta nueva aventura, no habían tenido una mejor idea que llevarse al elemento más importante de Radio Panamericana. Y demostraron, con Walter, que no solo sabían de vinos.

El flamante comunicador se convirtió, desde el primer día al aire, en el eterno competidor de Buenos Días, Día, su antiguo programa. Allá, desde los 92.5 del dial, empezó a conducir Un Nuevo Día. Hmmm... La fórmula de la confusión había comenzado, la que se hizo más notoria cuando la semanal lista de éxitos de Radio Studio 92 fue bautizada como La Mejor Mejor. Todo eso nos dio más de un dolor de cabeza; además de sentimientos encontrados, claro está. Es que Walter había sido parte de nuestra familia. Lo primero que hizo fue armar un excelente grupo de gente y, así, inició una feroz competencia. Lo que hizo Walter en Studio 92, y luego en otras empresas, merece una nota aparte.

El tiempo demostró que Walter Gonzales Tello fue mucho más que un disc jockey. Un líder, un maestro. Aunque trabajamos juntos durante muy poquito tiempo, Walter, quiero agradecerte por todo lo que, desde la otra acera, nos enseñaste a quienes vinimos detrás. Sin competencia, varios de nosotros, nunca hubiéramos crecido. Y las otras radios, posiblemente, tampoco. Que lleguen los saludos hasta Atlanta.

Javier Lishner
Santa Clara, California
26 de octubre de 2007

Tuesday, October 23, 2007

CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ
Parte II

En 1982, Franjo Antich, Arturo Barrientos, Eduardo Freire y Kike Figueroa estuvieron a punto de formar el que pudo ser, tal vez, el primer súper grupo peruano de la década. Franjo (voz), Arturo (guitarra) y Eduardo (bajo), planeaban un nuevo proyecto. Fue ahí que llegó otro músico de sesión igual que ellos, el baterista Kike Figueroa.

Charly y su piano. (FOTO: Federico López).

La idea pudo haber sido una suerte de Toto peruano, integrado básicamente por músicos que pasaban parte de su vida inmersos en el estudio, entre grabación de canciones, comerciales y jingles. No obstante, la idea no prosperó. Kike, luego de un tiempo, se integraría a un grupo que se iba a llamar Rio; Eduardo, se dedicó a trabajar con un guitarrista español de nombre Miki González; Arturo, comenzaba a planear su viaje a Estados Unidos, desde donde unos años después regresaría con el áurea de estrella, como líder de Autocontrol. Franjo, en tanto, seguiría como cantante de Toilet Paper hasta que aparecieron Los Perros.

[CHARLY GARCÍA: Yendo de la cama al living] Ese mismo año, en Buenos Aires, se lanzaba un disco realizado por el inteligente artista argentino Carlos Alberto García. Entre las canciones que pertenecieron a Yendo de la cama al living, su segunda placa solista, estuvieron "No bombardeen Buenos Aires", "Yo no quiero volverme tan loco" y la que dio el título a la producción fonográfica.

Charly García, como se le llamaba, no era más que el flaco un poco loco y bigotudo que había hecho, prácticamente, lo que le había dado la gana durante la dictadura militar (incluyendo muchas excentricidades durante su servicio militar), aunque Pil y sus seguidores crean que solo hizo música complaciente.


Entre los proyectos que había hecho el músico de Caballito -un populoso barrio en el centro geográfico de Buenos Aires-, estuvo Sui Generis, el dúo con
Nito Mestre. Pero ese mito, luego de tres discos (Vida, Confesiones de invierno, y Pequeñas anécdotas sobre las instituciones), terminó una noche de septiembre en en el Luna Park -el pequeño estadio en el barrio de San Nicolás-, ante una multitud nunca antes vista en la historia de ese país. Charly estuvo aterrado antes del primero de los dos espectáculos que brindaron, por el maremagnum humano que vió a los alrededores. Cuenta que se fumó 24 cigarritos de esos, para que se le pasaran los nervios. La historia musical de ambas noches está registrada en el Adiós, Sui Generis.

El siguiente año, García y Mestre se unen a dos grandes de la movida local como eran Raúl Porchetto y
León Gieco, y, junto a María Rosa Yorio, la novia de Charly, bautizan el proyecto como, Porsuigieco, en honor a sus nombres (Porchetto, Sui Generis, Gieco). Fue una efímera acústica reunión que, a la postre, fue la razón del nombre de mi primer programa de radio: Reunión Acústica.


Con Nito: Sui Generis. Antes y 25 años después.

Al mismo tiempo, García iba formando su siguiente banda, La Máquina de hacer pájaros. Aquella, duraría solo un par de años, y dejó dos discos (La Máquina de hacer pájaros y Películas). Serú Girán estaba en camino.

Encontrándose en Sao Paulo, divirtiéndose con Zoca, su nuevo amor (María Rosa se fue con Nito), Charly procesa la idea de un nuevo grupo con su amigo David Lebón. Luego llegan Pedro Aznar y Oscar Moro para encargarse del bajo y la batería, y Serú Girán quedó listo. El nombre no significaba mucho pero era el título de una canción que Charly había empezado a escribir en Brasil. Con Serú hizo cinco discos, el último, No llores por mí, Argentina, en 1982.

[CHARLY GARCÍA: Clics Modernos] García, sabiendo de las limitaciones que tenía a su alrededor, toma un avión y viaja a Nueva York para grabar su siguiente disco en los famosos Estudios Electric Lady, fundados por
Jimi Hendrix en 1970. Ahí se reencontró con el bajista Aznar quien ya andaba por esos lares, y contó con el apoyo musical de los norteamericanos Larry Carlton y Casey Schuerrell, en guitarra y batería, respectivamente.

El horror de la guerra de las Malvinas había pasado (Pink Floyd se refiere a ella en su Final Cut, el disco lanzado en 1983, que marcó la despedida de Roger Waters), y Charly García, dejando de lado sus días de hippie, mas no de contestatario ("Los dinosaurios"), coquetea con el new wave. El disco lo tituló Clics Modernos y fue presentado en diciembre durante cuatro noches seguidas en la cancha del Luna Park. Tan solo cinco días antes del evento, la democracia había vuelto al país. Había júbilo. Aunque las heridas que la dictadura había dejado en Argentina llenarían varios capítulos, y muchos corazones.


Cristo Rock de Raúl Porchetto, 1972. Primer disco en el que participa García.
(FOTO: Javier Lishner).

En el grupo que Charly formó para la presentación de Clics Modernos, encontraríamos parte de la futura invasión que el músico inició en el Perú y Latinoamérica toda. Por ejemplo, a Pablo Guyot en la guitarra, Alfredo Toth en el bajo, Danny Melingo en el saxo, Fabiana Cantilo en los coros y Willy Iturri en los tambores. Y, a un costado, en el teclado, un muchachito de veinte años tímido pero genial. Se llamaba Fito Páez.

En el Perú de 1984, "Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)" y "No me dejan salir" (la canción del "Estoy verde..."), fueron sucesos rotundos. Si en Argentina el cambio que había dado el artista en su música había hecho que el público se demorara en captarlo; en el Perú, en cambio, donde se conocía muy poco de su trabajo anterior, el álbum producido por Joe Blaney no demoró nada en escalar posiciones. Discos El Virrey, una vez más, hizo muy bien su trabajo.

[CHARLY GARCÍA: Piano Bar] Piano Bar fue el siguiente disco solista de García, el que incluyó "Demoliendo Hoteles". Dicen que completó la trilogía de oro, junto a Yendo de la cama al living y Clics Modernos. Con Piano Bar y un Grandes Éxitos que se lanzó en 1985, Charly García llegó al Perú. Ese año también participó del Festival Rock & Pop, en Buenos Aires, promovido por Daniel Grinbank. Ahí compartió cartelera con sus compatriotas Abuelos de la Nada, y los internacionales INXS y Nina Hagen.

Clics Modernos, inolvidable pieza de 1983.

Su primera actuación en la capital peruana sucedió en julio de 1985. Lo hizo en el marco de la Feria del Hogar, donde, fue presentado por Johnny López. Esa tarde, sin ningún tapujo, rindió loas públicas a "la caspa del Inca". A veces me preguntaba, qué es lo que tanto les gusta a los rockeros argentinos del Perú? Una vez, en su habitación del hotel, en Miraflores, Nito me lo contó. Fue el día de su cumpleaños, el 3 de agosto de 1988, el que coincidió con su llegada al Perú. Esa noche, muy tarde, Nito, Gastón Medina ("Wolfie") y yo, nos terminamos una botella de Pisco. Era mitad de semana y afuera no había nadie.

Hoy, también por coincidencia, es el cumpleaños de Charly, el más notable músico argentino quien, desde que asomó a principios de los setenta, anda tocando el cielo.

Javier Lishner
Santa Clara, California
23 de octubre de 2007

NOTA RELACIONADA:
- CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ - Parte I

EL SIDA Y EL CONDÓN EN LATINOAMÉRICA. AMÉN

La venerable iglesia católica, apostólica y romana, a pesar del tiempo, se mantiene (aún) firme en contra del uso del condón. No solo porque -según leí hace unos días-, está hecho con una sustancia que aparentemente produce cáncer, lo que no dudo que es importante, sino porque según su creencia, como principio, no acepta el sexo antes del matrimonio. A pesar de que la no utilización del profiláctico, preservativo, goma, funda, jebe, o como se le llame, está causando que el SIDA, la enfermedad que afecta a las personas infectadas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), continúe esparciéndose sin medida.


Según las estadísticas, en Latinoamérica se encuentra casi el 50% de los 1.1 billones de católicos en el mundo. Caramba, qué buena chamba que hicieron los españoles hace 500 años.

Alberto Stella, Coordinador de la UNAIDS para Nicaragua, Honduras y Puerto Rico, piensa que si el condón no hubiera sido satanizado, y, por el contrario, hubiera sido utilizado en cada relación, se hubiera garantizado una solución al SIDA en esa área.

Sin embargo, se tiene que 1.7 millones de personas en América Latina están infectadas con la epidemia. La UNAIDS -el programa de las Naciones Unidas para coordinar acción global en contra de la enfermedad-, informa que en 2006 se descubrieron unos 410,000 nuevos casos, y, un par de años antes, en 2004, se habían registrado 320,000.

De las cojudeces que al respecto pueda decir Cipriani, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, nos encargaremos en otro momento.

Javier Lishner
Santa Clara, California
23 de octubre de 2007

Monday, October 22, 2007

Con final feliz
EN BRASIL, LA DEL CANDADO

La noche más pesada sucedió el 23 de enero de 1991. Se anunciaba, en ese orden, a Sepultura, Queensrÿche, Megadeth, Judas Priest y Guns N' Roses, además de varios grupos locales que, aunque no les gustara, estaban ahí para calentar el ambiente. Aunque en verano el ambiente en Rio, es desde ya muy caliente. De ellos, aquel día, el más esperado era Engenheiros do Hawaii, el súper trío de Porto Alegre, dirigido por Humberto Gessinger, que recorría escenarios promocionando su disco E Papa é Pop, en clara referencia a Juan Pablo II.

Diario Expreso de Lima. Febrero del 91.

Como quiera que andábamos en el quinto día del festival, y aún faltaba la otra mitad, había decidido llegar al evento un poco más tarde de lo acostumbrado, para ver únicamente la actuación de las bandas internacionales. A veces, a pesar del ánimo y el amor al rock, la cosa cansa. Más aún, cuando hay trabajo (y otros postres) de por medio.

[LA MANO] Al llegar al Maracaná -el estadio de fútbol que por unos días había sido cedido al rock-, me dirigí como de costumbre a la puerta por donde cada tarde, la credencial de prensa, nos evitaba la inmensa cola. Pero, esa tarde, llegar a la reja de prensa, me costó mucho más de lo usual. Los alrededores del coloso deportivo estaban repletos de gente, mucha, con entradas en la mano.

Mientras sorteaba gente, policías y caballos, además de pancartas en contra de la guerra del Golfo Pérsico (que había comenzado unos días antes, la misma noche que partí de Lima), descubrí que algo extraño andaba pasando. Al acercarme a la puerta y pedir el correspondiente acceso, de pronto, encontré la respuesta. Desde el interior, una mano directa en el rostro, me dijo: "Hoy, nadie más ingresa al estadio". Al ver mi seño fruncido y mi cara de sorpresa, la persona, aún con la mano extendida, gritó: "¡El estadio está abarrotado y si permitimos el ingreso de más gente, corre el riesgo de caerse!". Recién comenzaba a entender que otra mano, tal vez sucia, había (re)producido entradas y estaba ocasionando el problema de la súper población, muy aparte de ser la tarde más popular del evento de diez días, donde la estrella principal de esa tarde era Guns N' Roses, quien llegaba con un muy sugestivo manojo de acompañantes, todos, con la excepción del cantante de Judas Priest, pelucones igual que ellos.

Enero 91. Ian Hill, Rob Halford y Scott Travis de Judas Priest en Rio.
(FOTO: Javier Lishner).

[LA TELEVISIÓN] Me vino la duda. Solo sabía que debía actuar rápido porque, conforme pasaba el tiempo, el problema iba en aumento. Más gente, más policías, más euforia, más locura, más caballos, y hasta lo que hacen los caballos después de un rato de estar bajo el sol. De adentro únicamente se oía música, aplausos y gritos, muchos de ellos, destemplados. Intenté de nuevo y, otra mano, un poco más grande, me recibió prácticamente con el mismo sonsonete. Debía suponer que la guardia de seguridad estaba en sincronía a través de esos radiecitos que la mayoría de veces los hace sentir importantes.
Como quiera que no me encontraba ahí como aficionado, o, por lo menos, es lo que hacía creer, y debía informar sobre lo que estaba sucediendo dentro del estadio (y no necesariamente afuera), pensé regresar al hotel para ver el espectáculo por televisión, el que era transmitido en directo. Viendo todo a través de la Rede Globo podría cumplir, al menos, con la misión periodística. Hacía todo lo posible para autoconvencerme. Pero, honestamente, ser uno más de 580 millones de espectadores, como que no me atraía mucho... encontrándome allí.

[LA REJA] Mientras mi otro yo me decía quédate, en el fondo, creía que iba a terminar pasando a la fila de los televidentes, disfrutando de la noche rockera desde un cómodo sillón. Los minutos transcurrían e iba perdiendo esperanzas. Finalmente, haciéndole caso a mi otro yo (como muchas veces lo había hecho antes), con convicción, decidí quedarme acercándome a una reja y enterrando mis Adidas de rayitas rojas en aquel metro cuadrado. Escogí la reja de la suerte. Empero, antes de toparme con ella -con hambre, calor y sed-, tuve que esperar un buen rato. Mi cabeza, en tanto, iba pensando cómo iba a iniciar el artículo que, a la mañana siguiente, por fax, debía remitir al Perú.
Una pareja de muchachos, más o menos de mi edad, tras un informal saludo con levantada de cejas, se instaló sospechosamente a mi lado. Su portugués no era el más recatado, y, el mío, incipiente. Lo cierto es que, por más que afinaba mi oído, no lograba entenderlos. Mi experiencia criolla, aprendida en las calles peruanas, me decía que este dueto carioca andaba tramando algo. Y, lo que presentía, no era, precisamente, algo muy sancto.

Al lado de un pintoresco artefacto desde donde informábamos al mundo.
(FOTO: Reynaldo Aragón Jr.).

[LA PIEZA] Una pesada pieza cayó sobre mi pie derecho. Mientras veía qué era, la pareja empujó la reja y la multitud que al igual que yo se había mantenido frente al recinto con un hilo de optimismo, se precipitó cual marabunta hacia adentro. Éramos varios cientos. Diría miles.

En la confusión recogí el candado y, como parte de la marabunta, corrí en igual dirección. Guardé mi credencial -que para el momento valía poco-, y dejé el candado en el primer rincón que divisé a mi paso. La idea era buscarlo al final de la noche para guardarlo como sólido testigo de la celebración. En el momento mi conciencia me dictaba que, de encontrarme con él, me podrían responsabilizar de cualquier futuro accidente. Era muy consciente de que, a partir de ese instante, cualquier cosa podía suceder en el famoso terreno de fútbol.

"Sweet Child O' Mine" en el Maracaná la noche de enero del 91.

[EL ESTADIO] Después de cruzar el trecho que separa el enrejado y el estadio propiamente dicho; ingresé al coloso, el mismo por donde tantas veces habían pasado Pelé, Garrincha, Schiaffino y Maradona. Y en el que, en 1950, doscientos mil brasileros, por primera vez, vieron de cerca la Copa Jules Rimet que finalmente ganaron los uruguayos. Se conoció como "El Maracanazo" (con Roque Gastón Máspoli en los tres palos charrúas).

Tocaba Sepultura, el grupo de los Cavalera, a quienes había conocido un día antes. Me habían contado que planeaban ir en marzo a territorio peruano para grabar un video en Machu Picchu. Le siguió Queensrÿche, la banda de Geoff Tate, que se inició en Seattle mucho antes que los Mudhoney, Nirvana y Pearl Jam, y toda esa tribu que salió del noroeste americano. Continuó Megadeth de Dave Mustaine, el ex-Metallica, quienes andaban haciendo la gira del Rust In Peace, su cuarto álbum. Acto seguido, Judas Priest, el fortísimo quinteto de Birmingham, con la doble guitarra de K.K. Downing y Glenn Tipton, los que merecen una nota aparte. Al final, la estrella de la noche, Guns N' Roses, con Axl, Slash, Duff, Izzy y Matt Sorum (el baterista que llegaba de The Cult para reemplazar a Steven Adler). Sorum acababa de debutar con el grupo solo tres días antes, en el mismo campo deportivo. La noche, para los pelucones que gustamos del sonido fuerte de las guitarras, fue más que rebosante.

[LA LLAMADA] A la salida fui en busca del candado pero, como habría de haberlo supuesto, no estaba más. Habían pasado doscientas mil personas antes que yo pudiera encontrar esa presea dorada de fierro, la cual, al igual que el Trofeo Astro de Teleguía, nunca obtuve. Seguí, nomás. Había que prepararse para el siguiente día en que llegaba Santana, con un invitado muy especial de nombre Pat Metheny. Y de estelar, un bajito llamado Prince...

Horas más tarde, ya con el sol afuera, y aún en mi habitación del Othon Palace, recibí la llamada de Johnny López, el popular disc jockey y presentador de la televisión peruana -quien recién se despertaba- y a quien, en el tumulto, no había podido encontrar la noche anterior. Johnny, quien también cubría el evento para otro medio de comunicación, por teléfono, desde su hotel, me dijo: "Te llamaba para saber si leíste en el periódico que anoche se bajaron una reja del estadio...". Mi reporte ya estaba camino al diario Expreso de Lima.

Javier Lishner
San Jose, California
11 de noviembre de 2006

Sunday, October 21, 2007

DOS NOTICIAS: Una mala, otra triste

[LA MALA] Eddie Vedder, el vocalista de Pearl Jam, quien recientemente fue anunciado como parte del elenco del Bridge School Benefit de este año, y, quien iba a actuar con Flea y Jack Irons, canceló su participación en el evento que anualmente organiza Neil Young en el Shoreline Amphitheatre de Mountain View, a beneficio de los niños con problemas en el aprendizaje. Aduce contratiempo familiar de uno de los miembros de la banda. Su reemplazo, para el 27 y 28 de octubre, será My Morning Jacket.

Esta es la (nueva) lista de invitados al Bridge School.

Neil Young
Metallica
Jerry Lee Lewis
Tom Waits with Kronos Quartet
John Mayer
My Morning Jacket
Tegan & Sara
Regina Spektor

[LA TRISTE] Paul Raven, bajista de Ministry, fue encontrado muerto en una residencia privada en un pequeño pueblo de la frontera suizo-francesa. Se cree que la causa fue un ataque al corazón. El músico se encontraba grabando en Ginebra.

Paul Vincent Raven nació en el Reino Unido y se inició con el grupo Killing Joke en 1982. Grabó con ellos varias de sus más importantes placas. A lo largo de su carrera también colaboró, entre otros, con Prong, Murder, Inc. y Godflesh. En 2005 se incorporó a Ministry y, al año siguiente, realizó una gira por Europa y Estados Unidos. Actualmente, Raven se encontraba trabajando en varios proyectos paralelos.
"Estoy en estado de shock", dijo Al Jourgensen, su compañero de Ministry, al enterarse de la noticia. "No solo era un extraordinario artista sino uno de mis amigos más cercanos", terminó diciendo el fundador y líder del grupo. Otra triste e inesperada muerte que enluta los predios del rock. Raven tenía 46 años.

Javier Lishner
Santa Clara, California
21 de octubre de 2007

Saturday, October 20, 2007

CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ
Parte I

Frágil, el extraordinario grupo de Breña, debe haber sido el primero que sonó en las radios peruanas con alguna canción de rock en español, en la década del ochenta. Todo lo demás que yo recuerdo en nuestro idioma eran baladas, unas, con sabor añejo y, otras, como las de Víctor Manuel o Perales, un poco más digeribles.


Frágil e invitados Magnet y Salcedo casi 30 años atrás.

El nombre del disco es archiconocido en el Perú, aunque no lo fue en el resto del mundo. Sin embargo, existe muy buenas páginas de Internet que le dan a "Avenida Larco", el crédito que merece.

Considero que el boom del rock en español sucedió a partir de la segunda mitad de esa década, con Soda Stereo, por ejemplo. Pero como bien apunta Miguel, uno de nuestros asiduos visitantes, hubo otros nombres de la era pre-Soda Stereo que también deberían ser reconocidos. Y ahí, se intersectan tanto foráneos como locales.

Entre los locales, bien hubiéramos podido escribir sobre Chachi Luján y Carlos Guerrero, cuyos grupos (Dr. No y Duwetto), hicieron música mientras Soda Stereo, en el sur del continente, aún no había grabado nada. Pero, ambos, Guerrero y Luján, lo habían hecho en inglés. Por lo que, para esta nota, momentáneamente, no los tomamos en cuenta.

Discos El Virrey, la empresa fonográfica instalada en República de Panamá, en San Isidro, hizo bien en publicar un disco de Miguel Ríos. Ríos era el pionero del rock en la Madre Patria. Era el Gerardo Manuel de España. Es decir, no el único, pero el más popular. Grabó sus primeras canciones el año que yo nací, o sea, supongo, que antes que lo hiciera Gerardo Manuel. Ríos, además, le lleva un par de años a "El Jefe" peruano. Bueno, pero, por lo menos, "El Jefe" peruano nunca estuvo en la cárcel por posesión de hashish, aunque, tal vez, por presentar rock en la televisión en una época en que las botas se pusieron de moda.


Popular disco de Miguel Rios de 1983.

Cuando El Rock de una noche de verano, aparece en el mercado peruano, era 1983. No muchos le prestaron atención. Pero sí (otra vez), Radio Panamericana. Para ese entonces, el fuego de "Avenida Larco" de Frágil, en la radio y la televisión, ya se había extinguido. La avenida le quedaba sola al gran cantautor de Granada con "Amor por computadora", "Sonido de la ciudad", "Niños eléctricos", "Reina del keroseno" y "Todo a pulmón". Pero muy pronto, otros le seguirían un poco de cerca. Y no todos llegaban de España.

[EL ROCK DE CASA] No es que nada se hubiera hecho en el Perú (en nuestro idioma), durante la dictadura militar que duró doce años. Hubo algunos nombres como Sudamérica -una de las ramas que dejó el disuelto We All Together-, y Canto Rodado, que fueron buen intentos. No obstante, otros, que también hicieron rock por esos años, se dedicaron a cantar en inglés cuando no a copiar. Entre los que recuerdo, Breeze, Toilet Paper, Mardi Grass, Filibuster y You, a quienes vi una y otra vez, en lugares semi-exclusivos como el Auditorio del colegio Von Humboldt, el Auditorio Miraflores (en la popular avenida Larco), el Olivar de San Isidro, o en la Concha Acústica del Parque Salazar, la que destruyeron para hacer un complejo comercial cuando yo ya me encontraba por estos lares.

El Virrey, una vez más, con el ímpetu de gente joven, entre los que destacaba su ejecutivo Juan Alberto Mata -mi ex-compañero de mil y un batallas en la Programación de Radio Miraflores-, abrió el camino al rock en nuestro idioma. Y, ahí, ingresaron los grupos peruanos que andaban en ese sendero (y no en el otro, que no usaba música para alegrar la vida sino bombas para celebrar la muerte). Ahí, en el buen sendero, estuvieron Hielo, Climax, Rio, Feiser..., vapuleados, desde entonces, por los filósofos del rock, aquellos que con una pluma en la mano aparentan saber lo que no sienten, cuando el rock se lleva en el corazón y no en la mente. Sacarle la raíz cuadrada a Feiser, es casi un imposible. Pero sacarle la mierda desde un papel es algo muy fácil. La pluma la deberían tener en la frente. Mick Jagger la tuvo en el corazón, cuando cantó "It's Only Rock And Roll" ("If I could stick my pen in my heart, And spill it all over the stage...").

[ESPAÑOLES: LA RECONQUISTA] Un día, Juan Alberto, que, aparte de conocimiento, se caracterizó por tener buen gusto (imagínense que produjo el primer disco de Leusemia), llegó de visita a la radio. Su labor no se limitaba a promocionar lo publicado sino también a hacernos escuchar lo desconocido. Así es que se apareció con dos discos "recién llegaditos de España". Al menos, eso fue lo que nos dijo. "Madrid en Technicolor" fue el título de uno, y "No puedes comprender mi corazón de rock and roll", el del otro. El primero, interpretado por un cuarteto madrileño llamado Flash Strato, tuvo mayor impacto en la audiencia. El otro, de un grupo de Valencia de nombre China, no lo fue tanto. Poco tiempo después, nos sugirió un tercero que, como los anteriores, le había llegado de España. Se llamaba "Chicos malos", de Pato de Goma, otro cuarteto. Pero, éste, sí que se salió de los límites de la tolerancia del rock.


Mecano durante sus años mozos.

Otras casas discográficas, como IEMPSA, por ejemplo, siguieron los pasos de El Virrey y comenzaron a desempolvar sus catálogos. Y, mientras buscaban artistas locales para hacerlos firmar con su empresa, lanzaban lo que iban encontrando en el camino. Casal, el español de "Embrujada", fue uno de ellos.

Cuando llegó el final del 83, Radio Panamericana, en la que yo trabajaba, organizó La Más Más, el espectáculo del cual hemos escrito tanto en este espacio. Y escogió a Hielo para que hiciera el preámbulo a su "pantalla gigante y a todo color". Hielo, entre las cinco canciones que le tocó interpretar, con Sergio Cava a la cabeza (hoy Fiorella), logró muchos aplausos por su versión de "Amor por computadora", original de Miguel Ríos. Lo mismo les sucedió en la capital y en el interior, cada vez que cantaron "Madrid en Technicolor".

Mecano, el trío de Ana, José y Nacho, por su parte, en 1982, ya había logrado lo suyo en Radio Panamericana con más que un par de canciones ("Hoy no me puedo levantar", "Me colé en una fiesta", "Maquillaje"). Radio Studio 92 no existía. En 1983, el lanzamiento de "¿Dónde está el país de las hadas?, su segundo disco, de donde sonó "Barco a Venus", le correspondió a CBS. Cuando llegaron de visita promocional a principios del 83, yo me encontraba enfermo en cama. Alguien me hizo llegar a la casa una nota firmada por sus integrantes y un saludo, en cassette, grabado por ellos mismos. Fue un lindo gesto que la hepatitis me impidió retribuir. Y, cuando volvieron en octubre, Radio Studio 92 se los apropió. La competencia entre radios era tan fuerte, como en los setenta lo había sido entre Atalaya y Miraflores y, supongo, como la debe ser ahora. Mecano también merece su lugar de preferencia en ese renacimiento, aunque lo de ellos hubiera sido parte de la explosión pop en la Península Ibérica.

[RIO, "TELEVIDENTE" y "LA UNIVERSIDAD"] A pesar de la amistad que pude cosechar con Chachi Luján, nunca supe qué fue lo que lo llevó a cantar en español cuando, con su grupo Dr. No, había hecho varios discos 45 en inglés, y, antes -entre el 69 y 74-, había hecho lo propio con Telegraph Avenue. A Carlos Guerrero, a quien una vez entrevisté en el escritorio de mi casa, y lo tuve sentado más de dos horas hablándome de su carrera (casi a pan y agua), tampoco lo recuerdo diciendo qué lo llevó a no seguir cantando en la via de "Lo más grande que existe es el amor", la que hizo en castellano con su colega de toda la vida, don Félix Varvarande (el del sombrerito). Empero, al poco tiempo, veríamos a ambos, a Carlos y a Chachi, cada uno por su cuenta, cantando en nuestro idioma.

Rio nació en Pueblo Libre, el distrito en el que residían las familias Prieto y Galarza. El primer nombre que se les recuerda es Royal Institutional Orchestra, nada más huachafo que un nombre en inglés para gente tan real como ellos. De Guerrero y Luján, o de otros, no me sorprendía, pero de Pocho y Cucho, claro que sí. Sino que, como todos, Rio también comenzó cantando en inglés. Y, seguramente, los Beatles fueron los culpables de eso.


Rio listo para subir a su helicóptero privado.

Afortunadamente, los muchachos, que iban a la universidad -cuando aún no era de locos- (la locura de los universitarios trabajando de taxistas llegó un poco después, con el gobierno de Alan García), decidieron cambiarle el nombre a su proyecto y lo rebautizaron, simplemente, Rio. El nombre de tres letras no era más que las iniciales de la huachafería esa que quedó solo para la biografía de la banda que, en muy corto tiempo, y sin mayores problemas, se erigiría como la más popular del país.

"Televidente" fue lanzado en 1985 y su impacto fue casi inmediato. Antes habían publicado "Son Colegialas", sin mayor difusión. "Televidente", era una canción de tonada fácil y no sonaba tan mal. Pero lo que nadie sabía era que Rio traía bajo la manga su propia fórmula del éxito, por lo menos, para nuestra idioscincracia: sus letras. No eran tan complicadas como las de Steely Dan. "La Universidad (Cosa de locos)", su segundo disco sencillo, superó al anterior e hizo que el grupo marcara la pauta del renacimiento del rock hecho en casa. Los videos, para ese entonces, eran cuasi fundamentales para apoyar la aceptación del venerable. Y, "Televidente" y "La Universidad", tuvieron el suyo propio.

Javier Lishner
Santa Clara, California
20 de octubre de 2007

NOTA RELACIONADA:
- CUANDO EL ROCK EN ESPAÑOL REGRESÓ AL PERÚ - Parte II