Saturday, August 23, 2008

KEITH MOON, REBELDE CON CAUSA

La siguiente es una nota publicada el 23 de agosto de 2006 con motivo de un aniversario más del natalicio de Keith Moon, el exuberante baterista del grupo The Who. Hoy, la volvemos a publicar con el mismo saludo al que fue uno de los íconos del instrumento de su generación. Cumpliría 62.

Hoy, 23 de agosto, la fiesta ya hubiera empezado en algún lugar del mundo, teniendo como protagonista principal a quien siempre fue el centro de atención. O, porque tocaba la batería mejor que nadie o, porque caía borracho al piso mientras tocaba con su archiconocida banda, The Who. Tal como sucedió en el Cow Palace de San Francisco aquella noche del 20 de noviembre de 1973, en la que, tras su colapso -mientras tocaban "Won't Get Fooled Again" -tuvo que ser reemplazado por un asistente del público de nombre Scott Halpin. De esa manera se iniciaba la gira norteamericana del grupo, después de dos años.

Historias como esta, llenaron de leyendas y cuentos el currículo de una de las bandas más importantes de la historia del rock.

Instantánea tomada por Dennis McCoy, la noche del incidente en el Cow Palace. Noviembre de 1973.

Keith John Moon, había nacido en Londres un día como hoy, en 1946. A los 14 años, abandonó la escuela antes de graduarse; a los 16, tuvo su primera batería propia; a los 20, ya andaba casado en secreto y, a los 21, conducía un Rolls Royce, el cual sumergió en una piscina de hotel, en Michigan. Al menos, eso es lo que alguna vez dijo que vio Roger Daltrey.

Fue así que su vida transcurrió entre licor, drogas y problemas callejeros; amén del éxito de su banda, a la que, desde el puesto de batero, le brindó todo su hechizo. A su lado estaban Pete Townshend, John Entwistle y el vocalista Daltrey. Lo primero terminó por aburrir a su esposa, Kim Kerrigan, quien lo dejó llevándose a la hija de ambos, Amanda, en 1975. Y la vida de excesos tuvo ahí una nueva razón.


Demanda del Barclays Bank por una deuda de 25 libras esterlinas. Existen otras más que llegan hasta los cinco dígitos.

Fue por esas épocas en que lo escuché cantar por primera vez como parte de la banda sonora de la película Tommy, de Ken Russell, cuyo disco doble compré apurado una tarde de viernes, pocos minutos antes de salir de paseo fuera de la ciudad con la familia. Y, aunque cantar era lo que Moon peor hacía, en ese disco, compartió roles histriónicos y vocales, con artistas como Eric Clapton, Tina Turner y Elton John, además de sus compañeros de grupo. En Tommy, original de The Who, hizo el (simpático) papel de Uncle Ernie.

Pero, el 7 de septiembre de 1978, luego de haber asistido a una invitación de Paul y Linda McCartney, para la première de la película The Buddy Holly Story, Keith y su novia Annette, regresaron temprano a la casa, propiedad de su amigo Harry Nilson (el mismo de "Without You"), de quien la habían prestado. Esa sería su última noche.

La última noche. Keith, al lado de su novia Annette, conversa con Kenney Jones, baterista de The Faces durante la presentación de The Buddy Holly Story. Curiosamente, Jones, sería su reemplazo en The Who.

Moon fue encontrado sin vida en la misma habitación -y tal vez, en el mismo lecho- en la que cuatro años antes, Cass Elliot, la Mama Cass de the Mamas & the Papas, también había muerto -según la leyenda- atragantada por un sándwich. Lo del baterista de The Who fue por sobredosis de pastillas que, paradójicamente, lo empezaban a alejar del licor.

De una u otra forma, esa noche, Keith Moon empezó a convertirse en uno de los mitos de su generación, haciendo realidad aquello de I hope I die before I get old... This is my generation. ("My Generation", 1965).


El cuerpo de Keith Moon fue cremado en el Golders Green Crematorium de Londres. Hasta ahí también había llegado un año antes el cuerpo de su amigo Marc Bolan (FOTO: Kieran Smith).


De no haber sido así, hoy estaríamos festejando la alegría de los primeros sesenta años de quien es, en forma muy particular, el más loco baterista de rock de todos los tiempos. Happy Birthday, Mr. Moon.

Javier Lishner
San Jose, California
23 de agosto de 2006

2 comments:

Anonymous said...

hola Javier. sin lugar a duda nuestro querido baterista tenia como se dice en criollo "una pelea de gatos en la azotea" son tantas las anecdotas que protagonizo; que uno sabe cual fue la mas loca de todas, quemaba hoteles, correteaba a las mujeres haciendose pasar por enfermo violador, se disfrazaba hasta de caballo, tiraba los televisores por la ventana, se peleaba con cualquiera que deseaba. Fue y seguira siendo para la historia del rock una leyenda, algo loco pero leyenda, sus cualidades con la bateria eran extraordinarias.

Durante uno de sus acostumbrados ataques de rabia, tiró una botella de vino a su esposa Kim. Cuando se seco la mancha de la pared le puso un marco y poso ahi para fotos publicitarias; otra genial fue cuando la polica llega a un hotel por la bulla y el escandalo y keith les ofrece un trago terminando los oficiales en ropa interior y el y un amigo mas vestidos de policias.Son muchas las historias la verdad es toda una terapia antistress leer la vida y obras de mister Keith. que en paz descanse, aunque no creo, la paz le aburria.

un libro recomendable para saber mas de KM; "The Who", de Mariano Muniesa comprenlo no se arrepentiran.

Un abrazo Javier

Luca
Atlanta, Ga

Javier Lishner said...

Hola Luca:

Como de costumbre, gracias por tus aportes al blog. Coincide que un día como hoy, en 1968, fue cuando Mr. Moon metió su carrito en la piscina del Holiday Inn de Flint, en Michigan. Dicen que fue un Lincoln Continental. No he leído qué sucedió después, cómo sacaron el carro, o cuál fue la reacción de los demás huéspedes ante una locura como esa. Te imaginas estar con tu familia y que un tipo se meta con carro y todo al agua? No sé. Creo que Charly sería un nene a su lado.

Gracias por la sugerencia del libro.

Un abrazo,

JL