Wednesday, January 31, 2007

David Coverdale
DEEP PURPLE, SU CUMPLEAÑOS Y EL GRITO DE LIBERTAD

Una calurosa mañana de enero de 1985, decidí hacer relaciones públicas desde mi hotel, el Luxor Regente, en Rio de Janeiro. A unas cuadras de ahí, en la misma avenida Atlântica, estaba el Copacabana Palace, belleza neoclásica creada por el arquitecto francés Joseph Gire, en donde se encontraban hospedadas algunas de las figuras internacionales que habían llegado a la antigua capital brasileña con motivo del mismo evento al que yo había ido.
Vista aérea del Copacabana Palace, en Rio de Janeiro, que ha albergado a huéspedes que van desde Edith Piaf, Rock Hudson, Marlene Dietrich, Walt Disney, Charles De Gaulle, Eva Perón, la reina Isabel de Inglaterra hasta Angus Young, Bruce Dickinson y David Coverdale.


Recuerdo que entre los que ahí se metieron estaban los integrantes de AC/DC, Iron Maiden, Ozzy Osbourne, Queen y Whitesnake. Era, justamente, este último, a quien habíamos seleccionado, desde nuestra habitación del piso 8, para hacer nuestro trabajo. Y es que el cantante y fundador era David Coverdale, el famoso ex-vocalista de Deep Purple, nuestro grupo favorito.

Coverdale fue aquel que, en 1973, resultó, de la noche a la mañana, en el reemplazante de Ian Gillan. Aún recuerdo la angustia que me causó la noticia de la salida de Gillan y su ex-compañero de Episode Six, Roger Glover, de la banda que completaban el irascible Ritchie Blackmore, el tecladista Jon Lord, y el baterista Ian Paice. Sus discos fueron mágicos. In Rock, Machine Head y Made in Japan, son piedras angulares de la historia de la música popular. Pero, el chupo explotó inmediatamente después del lanzamiento del álbum Who Do We Think We Are? Y, Gillan y Glover, se fueron.

Glenn Hughes era un prestigioso bajista y cantante que había recorrido extensamente Europa y los Estados Unidos, como parte de un trío inglés llamado Trapeze. Fue invitado a Deep Purple para cubrir la plaza dejada por Glover. Sin embargo, el mayor problema era el vacío dejado por Gillan. Reemplazar al cantante ha sido siempre tarea difícil.

Coverdale dirigiendo a Whitesnake en 1985, en Barra da Tijuca, Brasil.

Leí hace muchos años, en la historia de Deep Purple, enciclopedia que me fue obsequiada por Juan Alberto Mata (hoy, Gerente General de Laser Disc Costa Rica), que el grupo no tuvo mejor idea que colocar un anuncio de periódico en busca de un vocalista. Lo hizo en el Melody Maker. Fue así como llegó un desconocido de nombre David Coverdale, quien, a su vez, tampoco sabía de qué grupo se trataba. Todo lo que se conocía de Coverdale era que había formado parte de varias bandas pero no había hecho nada importante, amén de vestirse de pavo para sus presentaciones locales.

Lo cierto es que, con la llegada de Hughes y Coverdale, Deep Purple se embarcó en su siguiente grabación que llevaría por título Burn. Muy pronto, esta nueva versión de Deep Purple, conocida como Mark III, participaría en el California Jam del 6 de abril de 1974, en el Ontario Motor Speedway. ¿Estaba preparado Coverdale para eso?

Festival California Jam, en 1974. Asistieron más de 200,000 personas para ver a Deep Purple, Black Sabbath, The Eagles y otros más.

Junto a Deep Purple, conformaban la cartelera los no menos famosos Black Sabbath, Emerson, Lake & Palmer, Seals & Crofts, Black Oak Arkansas, Rare Earth, Eagles y Earth, Wind & Fire. La particularidad de este festival para Deep Purple era que iba a ser casi la despedida de su Tour estadounidense de 1974, del álbum Burn. Además, cubrir la plaza de Gillan no era cosa fácil para un muchacho inexperto de 23 años. Hughes, por el contrario, andaba suelto de huesos apoyando a su nuevo compañero de escena. Lo malo para él (Hughes), es que sus cualidades vocales pasaron, de momento, a un segundo plano.
Deep Purple anunciado como el número principal del evento californiano en el Ontario Motor Speedway.
Por más que los volantes y avisos en los medios escritos anunciaban a Deep Purple en la parte superior, el estelar terminó siendo Emerson, Lake & Palmer, a quienes les tocó despedir las doce horas de rock. El turno de Blackmore y sus secuaces fue inmediatamente antes de ELP. Y ahí estaba Coverdale, con camiseta blanca ceñida al pecho, pelo largo, y utilizando todos los consejos que le habían dado sus compañeros, sobre todo Jon Lord.

La habilidad y personalidad del guitarrista, una vez más, opacó a su propia tripulación, incluido el nuevo cantante. Sin duda alguna, esa fue la tarde de Ritchie. Coverdale cumplió, y quedó demostrado en el DVD que salió 32 años más tarde, en 2006, titulado Deep Purple - California Jam.

Hughes, el bajista, vestido con saco, pantalones acampanados y zapatos de plataforma muy de la época, hizo lo que pudo por el ala derecha, mientras que Blackmore hizo de todo por el otro costado. Podría pensar que el gran arco iris que sirvió de escenografía para todo el evento, fue el primer halo de luz para el ulterior proyecto de Ritchie llamado, Rainbow, el que iniciaría al año siguiente. Muy a pesar de que la historia oficial diga que el nombre lo sacó de un Bar & Grill de Hollywood, en donde Ritchie pasó tiempo reclutando a los miembros de su próximo grupo que, a la postre, resultaron siendo, todos, integrantes de Elf, la banda neoyorquina en la que cantaba un bajito llamado Ronnie James Dio.

Durante el show, Blackmore –que no estaba de muy buen humor desde antes del mismo- había pedido a los camarógrafos de la estación ABC que no se le acercaran mucho. Y lo había pedido más de una vez. Estos, no le hicieron caso. Pues el siguiente que le acercó la cámara, pagó los platos rotos. Y, fue mucho más que platos. En un momento del show, Blackmore utilizó su Fender como instrumento de defensa y la estampó en la cámara sin pedir permiso. Y lo hizo cuatro veces. La estocada final fue directamente al lente. Quedó registrado. El público que vibraba con las notas de una larguísima versión de "Space Truckin’", tan larga como la original del disco, en la confusión, simplemente, aplaudió al violero. Acto seguido, Blackmore siguió desmoronando guitarras y, de pronto, llegó una explosión de los amplificadores. El escenario se convirtió en un infierno pero el hecho, desde ese preciso instante, se convertía en leyenda.
Todo está consumado. Blackmore es quien manda en el escenario.
California Jam 74.
Con toda esta historia en mi mente, esa mañana, en Rio de Janeiro, pedí el número telefónico del Copacabana Palace. Estaba totalmente decidido a hablar con Coverdale, en cualquier idioma. Llamé varias veces y me comunicaron con su supuesta habitación, digamos, la 502. Y cada vez que llamé preguntando por Mr. Coverdale, me contestó un tal John Sykes. Y cada vez que contestaba el señor Sykes, yo cortaba la comunicación para intentar nueva suerte. Puedo asegurar que Sykes, pacientemente, hizo de recepcionista unas diez o quince veces, hasta que terminé por hartarme.

Ya con la sangre caliente, me levanté de mi cama, tomé mi credencial de prensa y mi grabadora, y salí raudo rumbo a destino. Mientras caminaba, con la arena y el mar a mi diestra, y el Corcovado allá arriba a mi izquierda, iba pensando en las preguntas que, de tenerlo en frente, podría hacerle a Coverdale. Si alguna vez estuve ante Mick Jagger, porqué no frente a éste, pensaba yo. Después de todo, los recepcionistas del hotel me habían confirmado que el cantante de Whitesnake se encontraba en la sua habitaçao. Bueno, al menos hasta hoy, quiero seguir creyendo que los recepcionistas sabían quién era el cantante de Whitesnake o, por lo menos, qué era Whitesnake.
Debut de un desconocido. David Coverdale al frente de Deep Purple en abril de 1974. (FOTO: Robert Ellis).
Con paso firme, que siempre fue una de mis características, costumbre tal vez heredada, mostré mi credencial de prensa y tomé el ascensor hacia el quinto piso. No había ni un alma. Caminé unos pasos hasta encontrar la correspondiente habitación y, cual Aladino sin lámpara, aparecí yo, solito, frente a una puerta que era lo único que nos separaba a David y a mí. ¿Qué sigue?, me pregunté a mí mismo, mientras una vieja canción de Bob Dylan me contestaba: Knock! knock! Knocking on David's door. Y lo hice. Pero, no toqué la puerta como la canción de Dylan sugería, sino que puse mi dedo derecho en el timbre, y apreté. ¡Maldita sea! El ruido del timbre me recordó la campana del colegio cuando llamaba al recreo. Bien fuerte. Muy fuerte. Y, lógicamente, desde adentro, un grito (como el de una fiera) me hizo dar varios y seguros pasos hacia atrás. Era él, el cantante de Whitesnake que podía haber estado descansando hasta que llegó alguien a joder con esa campana que a cualquiera asusta, pensé en esa fracción de segundo. Mientras mi sangre caliente con la que había llegado, se tornaba fría, me imaginaba tirado en el piso vapuleado por quien alguna vez, en mis propios conceptos, había frisado los límites de ídolo. Apuré el paso en busca del ascensor que me había llevado hasta ahí y que, además, había sido mudo testigo de mis locas ilusiones de robarle una entrevista a ese malgeniado.

Cuando llegó el ascensor, mi alma volvió a su cuerpo. Me había salvado de lo que -según yo- pudo haber sido una paliza; terminando yo como culpable, y el supuesto agresor, inmune. Lo había visto actuar y su figura era el doble mío, casi por todos los frentes, incluido el pelo (Hoy, podría asegurar que por lo menos le gano en cintura).

Esos segundos, mientras el ascensor descendía, fueron eternos y colmados de una suerte de rabia y frustración, ira, no sé. No estaba preparado para una eventualidad así, aunque tampoco lo había intentado antes. Empezaba a aprender lo que iría a hacer diez años más tarde, cuando llegué a California: no tocar timbres sin antes anunciar la visita. Pero aquella vez, falto de experiencia y lleno de ilusiones, lo hice.
Coverdale y Whitesnake durante su gira 2006.

Cuando se abrieron las puertas del ascensor, ya en el primer piso, me topé con la grata sorpresa de que los cinco integrantes de Scorpions estaban ahí, esperando. Entonces, sí, saqué mi grabadora desde donde la había dejado la última vez que me gritaron y me acerqué a Klaus Meine, el vocalista. Le pedí muy cordialmente (arriesgando nuevamente mi pellejo con un loco de estos, y aún peor porque eran cinco) que me grabara un saludo para Radio Panamericana de Perú. Grande fue mi impresión cuando escuché al cantante alemán gritar en medio del lobby: I wanna go to Lima to rock you like a hurricaaaaaaaaaaaane!, haciendo mención al popular tema que por esos días el grupo tenía enquistado en las radios rockeras (Antena Um, Bandeirantes, entre las que recuerdo).


A Coverdale lo vi al día siguiente al frente de Whitesnake con el gran Cozy Powell en batería y el buenito de John Sykes, en guitarras. El show fue imponente. Sykes había sido parte de Thin Lizzy y amigo de Phil Lynott, y, luego de las funciones de Rio, empezaría a armar su propio grupo, Blue Murder -con Tony Franklin y Carmine Appice-, el cual difundí cuatro años después mientras estuve en la televisión. De haberlo sabido. Feliz día, David.

Javier Lishner
San Jose, California
22 de septiembre de 2006
NOTA RELACIONADA:
- Whitesnake en el Perú, SE SOLICITA REPORTERO EN LIMA

Sunday, January 28, 2007

En la Bahía de San Francisco: KFOX 98.5 FM

Mi primer contacto con la KFOX fue en octubre de 1996, cuando, en las afueras del San Jose Arena (hoy, HP Pavilion), conocí a uno de sus disc jockeys, quien se encontraba en un kiosko promocional de la emisora. Esa noche, dentro del coliseo, The Who estaba por presentar su ópera cumbre: Quadrophenia, con Gary Glitter y Billy Idol como invitados.

Greg Kihn posa al lado de su nuevo Corvette. El músico y reconocido disc jockey está celebrando 10 años de the Greg Kihn Show (FOTO: KFOX).

La KFOX es una radio de programación basada en lo que algunos llaman "rock clásico". Muchos, no saben lo que ello significa y, otros, no están de acuerdo con dicha definición. Pero, el tema de hoy no es indagar en quién tiene la razón sobre lo que es el "rock clásico", sino en identificar la música que caracteriza a la referida estación de FM que, desde San Jose, transmite para toda la Bahía de San Francisco.

El disc jockey que conocí aquella vez antes del show de The Who, era Greg Kihn, a quien, en ese tiempo, yo escuchaba casi todas los días a través de su nocturno programa. Me presenté como su contraparte peruano y le comenté que recordaba a su grupo, the Greg Kihn Band, algunos de cuyos temas habían sido muy populares en mi país. En Radio Miraflores, en 1981, mientras era gerente de programación, comenzamos tocando "The Breakup Song (They Don’t Write ‘Em)”, la que tradujimos en nuestro idioma como, "La canción de la ruptura". Un año más tarde, aunque con menor intensidad, propalamos “Happy Man” y “Testify”, del álbum Kihntinued. En 1983, ya en Radio Panamericana, difundimos "Jeopardy", que pertenecía a su siguiente producción titulada Kihnspiracy, la que Discos El Virrey lanzó en versión nacional. Al final del año, el tema fue uno de los que formó parte de aquel recordado espectáculo masivo llamado La Más Más. Por esas cosas que tiene la música, los cuatro temas en mención fueron escritos por el dueto Greg Kihn-Steve Wright. Wright fue bajista de la GKB y creo que, actualmente, no anda muy bien de salud.

Cuando en 1994, tuve oportunidad de estar presente en la celebración de los 100 años de las Guitarras Gibson, en el Fillmore de San Francisco, esa noche, lo vi actuar compartiendo el cartel con destacadas estrellas del rock and roll. Entre ellos, Greg Allman, Country Joe & The Fish, Elvin Bishop, Narada Michael Walden, Hot Tuna (de los ex-Jefferson Airplane, Jorma Kaukonen y Jack Cassidy), Jerry Miller (de Quicksilver Messenger Service), Joe Louis Walker y un par de los integrantes de Little Feat, etc.

La respuesta de Greg a nuestro comentario sobre su popularidad en mi lejano país, fue positiva. Aunque, a mí, me dejó la impresión de que quiso preguntarme dónde quedaba pero no se atrevió. Un tipo simple, grato, simpático, pero, sobre todo, honesto. Creo, porque lo vengo escuchando desde aquella época, que es una persona real, sin poses ni estupideces, a pesar de que, a veces, sin querer, las diga. Al poco tiempo, Kihn, fue promovido al turno de la mañana, donde es, hoy, uno de los hombres más fuertes de la radiodifusión en el área. Musicalmente hablando, claro está. Y, su sintonía, también se la debe a su fiel compañero y amigo, Chris Jackson, quien lo secunda de una manera magnífica y singular (no confundirlo con Chris Jackson, el autor canadiense de libros para niños). El comentario sobre lo que transmite deberá ser motivo de otra nota.


The Rolling Stones, con Pink Floyd y Led Zeppelin, son puntales de la programación de los 98.5 del dial.

Ya en este siglo, envié a la radio, a través de su sitio de Internet, un mensaje en el que les recordaba que hubo alguna vez un grupo llamado Supertramp, el cual a diario ignoraban. El pedido fue como para sacarme la espina, y no seguir frustrado, aún sabiendo que mi pedido-mensaje iba a quedar, seguramente, en el Recycle Bin de alguna computadora del 1420 de Koll Circle. La sorpresa fue que, casi de inmediato, empezaron a transmitir al grupo inglés de temas como "Breakfast in America", "Dreamer" o "Take a Long Way Home". Por esos días, al hacer el comentario de esta historia a un par de compañeros del trabajo, me enteré que el hijo de Roger Hodgson, el vocalista inglés, era residente del área y amigo de uno de ellos. Hasta ahora sigo creyendo que lo de Supertramp fue solo una coincidencia pues, no dudo que hay gente que sabe de rock en esa radio. Todos son célebres personajes en eso, aunque, claro, unos saben más que otros. O, por lo menos, lo hacen notar en el aire.

Uno de los nuevos valores de la emisora, aunque con una vasta experiencia en micrófonos, es Greg Stone (no confundir con el Greg Stone que actualmente es parte del elenco de la obra Urban Cowboy). Desde no hace mucho, 2004, conduce Seventies at Seven, desde las 7 p.m. y, Stone Trek, tres horas más tarde. Este último, un espacio nocturno que, en otra estación, había hecho popular y que tiene la particularidad de transmitir aquello que no se escucha durante el horario regular de la programación. Es, como dicen por aquí, a hole on the wall (Más o menos así como mi efímero El lado oscuro de la radio, en 1160 de Lima, o la inolvidable Hora Pirata de Gerardo Manuel). El fuerte de Stone es el rock progresivo, el cual comienza después de las 10 de la noche. Entonces, ahí, uno puede escuchar desde King Crimson hasta Kayak, que, por ejemplo, Kihn, sin temor a equivocarme, nunca tocaría en las mañanas. Creo que si este Greg hablara menos, sobre todo, inmediatamente antes de la tanda de comerciales -que de por sí es extensa-, sería verdaderamente genial. Aunque es cierto que habla con propiedad. Y eso, en estos días, no es fácil de encontrar.

A las diez de la mañana, una voz femenina muy agradable, y de excelente dicción, se hace sentir mientras Greg (Kihn) se va despidiendo. Ella, además de reconocida voz, es también productora. He escuchado su nombre en la realización de algunos programas especiales de los domingos por la noche. Se llama Laurie Roberts, una inmensa mujer que, cada año, podemos ver en algunos eventos rockeros que auspicia la radioemisora para la que trabaja (no confundirla con la Laurie Roberts, columnista de The Arizona Republic). Siempre atenta a lo que acontece en el ambiente del rock, comparte noticias como la de una posible reunión de los hermanos Van Halen con el cantante original de la banda, David Lee Roth. Al menos, Laurie, nos asegura que ya se han juntado para ensayar unas cuantas canciones (Ojalá que ensayen bien "Jump", sobre todo, David, para que no pase el ridículo de intentar esos saltos que -hace más de veinte años-, su edad aún le permitía. Porque lo que vimos en Seattle hace un lustro, nos dio vergüenza ajena).

En las tardes, a las 2 p.m., Laurie le da la posta a Tim Jeffreys, tal vez, el más tranquilo de todos los que salen al aire a través de la KFOX (no confundir con Tim Jeffreys, su homónimo, destacado baterista, también, del Área de la Bahía). Siempre sensato y, a diferencia de los dos Gregs, suele dirigirse a su audiencia con las palabras exactas, sin dar muchas vueltas (por lo general, sinónimo de una persona preparada). Hace dos días, mientras Eddie Van Halen, en la mañana, era celebrado por Laurie "por sus cincuenta años de edad", Tim, en su horario, fue más preciso haciendo la mención de los 52 que cumplía el guitarrista de VH (nacido en 1955). Desafortunadamente, al igual que a Laurie, no podemos escucharlo muy a menudo por la cuestión del horario, porque, al menos, yo, no fui educado para ir a trabajar con un i-Pod en la cintura, a pesar de que, trabajando en Google, podría hacer un esfuerzo, sin descuidar mis responsabilidades, claro está.

La agradable Laurie Roberts en medio de sus compañeros de micrófono, Greg Kihn y Chris Jackson. (FOTO: KFOX).

Billy Vega es otro de esos valores que pertenece al staff desde hace más de una década. Es un genuino deejay, con una gracia muy particular, quien goza de mucha simpatía por la sinceridad con la que se expresa. Se le escucha únicamente los fines de semana, aunque, a veces, cubra el puesto de alguno de sus colegas. Total -lunes, jueves o domingo-, transmite la misma música.

Entre los grupos favoritos de la KFOX parecen estar Foreigner, the Eagles, Van Halen, Paul Rodgers
(con Bad Company y Free), Queen, Pink Floyd, y Led Zeppelin. Los Rolling Stones y The Who, más que los Beatles, también tienen un lugar preferencial, al igual que el local Carlos Santana. Tom Petty, Journey, Styx y Kansas, amén de otros ochenteros, le siguen en popularidad. Canciones de Ted Nugent, por ejemplo, nunca he percibido. Y, claro, no nos perdemos de nada.

Los fines de semana, Sloppy Joe, se deja escuchar con un estilo pícaro y más juvenil que cualquiera de sus asociados. El deejay, que alguna vez fue competencia de la KFOX, desde otra estación de rock más actual, finalmente, al vivir en carne propia el cambio de programación de su radio -la archi sintonizada KSJO-, fue a parar a los confines de la 98.5. Por eso, nunca hay que burlarse de la competencia porque, por angas o por mangas -como dicen en mi patria-, podemos terminar en sus redes. De acuerdo al sitio de Internet de la radio, Sloppy gusta de los Raiders, AC/DC, Led Zeppelin, y de una cerveza bien fría. La KSJO, de la que Sloppy fue una de sus vitales figuras, fue fundada en los años cuarenta, y se convirtió en la segunda emisora de San Jose. Le hizo competencia a la recordada KOME, en los 98.5 FM, predecesora de la actual KFOX (de cuyo adhesivo promocional, Radio Panamericana de Lima emuló el diseño de la otrora popular "calcomanía clave"). A fines de los sesenta, la KSJO se definió como una estación de rock, y, como tal, fue testigo de aquella era de cambios en el mundo. Empero, luego de 35 años de transmitir desde Hendrix, Creedence y The Doors hasta Scorpions, Def Leppard, Whitesnake, Megadeth y Metallica, ahora, solo difunde música latina, el gran porcentaje, venida de México. La empresa (Clear Channel), tuvo como meta el segmento de la población hispana, que sigue creciendo en el área. Sucedió con La Preciosa, así se llama ahora, tal y cual como en mi tierra, donde, el fundamento, para algunos broadcasters, no tiene sentido, y cambian de programación, así como yo cambio de trabajo. Pero, a diferencia de La Preciosa, las de mi tierra, ni siquiera le cambian el nombre.

Los sábados y domingos, se deja escuchar otra experimentada voz que transmite mucho a los Beatles. Por años, es seguidora de Genesis y, suponemos, debe estar muy alegre de que el (reunido) grupo vuelva a las tablas el 2007. Se llama Karin Nakamura y, al igual que Sloppy, llegó a la KFOX de las canteras de la desaparecida KSJO. Empero, al igual que Laurie y Greg Stone, tiempo atrás, fue integrante de los 98.5, cuando aún se llamaba KOME, y hacían historia por estos lares. Karin, por su identificación con los Beatles, muchas veces, me hace recordar los programas de sábados por la mañana que, a principios de la década del setenta, conducía, en Lima, Pepe Barreto, el locutor peruano que hoy es estrella en Hollywood (con Estrella en el Hollywood Walk of Fame incluida, aunque sea por pasar rancheras).

Los concursos que la radio promueve son saludables para el oyente, y beneficiosos para los participantes. Actualmente tienen varios, entre los que más destacan: El Salute To Music Teachers, organizado para premiar al mejor maestro de música en los colegios. El Last Band Standing Showcase, en tanto, busca premiar a las nuevas bandas locales de rock.

Injustamente olvidado en la programación: Mr. Ritchie Blackmore y sus genialidades con Deep Purple y Rainbow.

He oído varias veces de gente que, incluso, no es tan devota del llamado "rock clásico", que otra de las ventajas de la KFOX es "que se escucha muy bien". Y aunque, a veces, Greg Kihn, habla hasta por los codos, es siempre agradable escucharlo conversar, de tú a tú, con Neal Schon, Brian May o Roger Waters. Esas son las cosas que no suceden en ninguna otra parte del dial. Hace unos días lo hizo con Joan Jett, a propósito de recordar a su ex-compañero de the Greg Kihn Band, el baterista Larry Lynch, quien acababa de fallecer. Lynch, alguna vez, también tocó para la cantante de "I Love Rock and Roll".

Pero, al igual que alguna vez extrañamos a Supertramp, sigo creyendo que hay nombres que, sin razón alguna, tienen desatendidos. Esperar que toquen a Uriah Heep o a Kin Ping Meh, es como pedirle peras al olmo. The Ramones, una a las quinientas. Sin embargo, T-Rex y Deep Purple, bien podrían ser parte de la programación diaria de una radio que recurre a la fórmula segura de nombres exitosos. De Purple casi no tocan nada que no sea "Hush". Creo que ni siquiera, "Smoke On The Water". A menos que uno se despierte a las 4:50 de la mañana y tenga la suerte de oír "Woman From Tokyo".

Javier Lishner
Santa Clara, California
28 de enero de 2007

Monday, January 22, 2007

A BIG THANK YOU

It seems like somebody forgot to put some more candles.

Thanks to everyone who remembered my Birthday. It is always a blessing to have people calling or sending email from far away, with greetings and lovely messages. Let’s keep rockin’ all the way!

Regards from the Silicon Valley,

JL


Friday, January 12, 2007

Recordando a la dama del rock en el Perú
DANAI EN CHILE: "Sigo en el camino"

Lalo Tafur fue, por varios años, músico de Rio, uno de los grupos peruanos de rock de mayor éxito y, sin duda alguna, el más estable de las últimas dos décadas.

La siguiente es una entrevista que Lalo le hizo a Danai, la más activa representante del rock en el Perú en la década del ochenta, mientras (él) se encontraba con Rio de gira artística en Chile. Y ella, vivía allá.

Originalmente, la entrevista apareció en la Revista As Rock que, en Lima, dirigía Gastón Medina. Días después, en febrero de 1990, fue publicada en la página EN STEREO, del diario peruano Expreso.

Aquí nuestro recuerdo a la diva del rock en el Perú, quien ya está en el cielo.

Hace unas semanas surgieron rumores acerca del estado de la recordada cantante de Tiempo Nuevo, TV Color y, posteriormente, líder de su propia banda. Ella radicó muchos años en el Perú, e hizo de esta tierra su segunda patria. Hace más de un año que retornó a su país y fue ahí donde Lalo Tafur, tecladista de Rio, la entrevistó. La siguiente es una conversación con la intérprete de "Maquillaje Sensual" que apareció originalmente en la edición número 14 de la Revista As Rock.

Santiago de Chile Estudio A. Gente nerviosa. La llevo al piano, repasamos sus partes varias veces. Dan la orden de grabar. Primer intento, buenísimo. Sonrisas, confianza. Escuchamos lo que ha hecho, nos parece bien. Ella pide hacerlo de nuevo. Repiten la cinta, vuelve a empezar. Se aferra al parador del micrófono. Estremece su cuerpo, cierra los ojos, suda, quiebra las manos, la voz. Tras el vidrio que nos separa, júbilo. Una voz dice: ¡Queda! Danai me mira, sonríe. No cabe duda, sigue siendo la misma. Lleva blues en la sangre. Aprovechando un descanso, converso con ella.

- ¿Puedes hacer un análisis del trabajo realizado?
- He tenido todo este tiempo, casi un año, para analizar mi trabajo desde el punto de vista personal y profesional. Creo que el mayor error fue mezclar ambas cosas. En el plano general estoy contenta, creo que fue un excelente trabajo. Tuve la suerte de ser manejada por Ayo y de contar con excelentes músicos.
- ¿Por qué se acabó todo eso?
- Yo quería parar un poco, tomar distancia. Ayo estaba pensando en irse (Ayo Rivasplata hoy está en Los Angeles). Ambos queríamos irnos un poco del Perú. Yo lo decidí de un día para otro. Yo no estaba bien y, cuando uno no está bien del cuerpo ni del alma, no trabaja bien.

Danai participando del II Encuentro del Rock en el Perú, realizado en 1987. A su lado izquierdo, el baterista Armando Pattroni y el cantante Coco Silva.

- ¿Qué te dejó tu paso por los pubs?
- Me hizo bien, creo que ahí aprendí a cantar. Me dio cancha. Yo venía de Tiempo Nuevo. Fue difícil cantar rock. Creo que el blues me ayudó mucho.
- Cantas el rock como blues.

- Ahora creo que canto cualquier cosa como blues.
- Hablando de los pubs, ¿Consideras a Barranco como una élite?

- Por supuesto, y del que muchos no salen por comodidad, sectarismo, conformismos y mil motivos. La cultura del pueblo peruano no está sintetizada en Barranco, es al contrario.
- ¿Cómo te trató el Perú?
- Creo que como yo me porté. Yo hice toda mi vida allá. Trabajé mucho, me dí enterita. Creo que nadie lo puede negar.
- ¿Volverías?
- Yo siempre volvería al Perú. Es el país que amo, pero, si vuelvo, sería para hacer algo concreto.
- ¿Qué te pareció participar en una canción de Rio?
- Buenísima onda, de lo más inesperado para mí, para ustedes, para los que escuchen el tema en Lima. In honor. Grabar "Buenos días", fue súper refrescante y ha sido rico mandar un mensaje a través de ustedes. Aunque en Lima se sigan rasgando las vestiduras, Rio es el grupo que prevalece. Además, esta convivencia con ustedes fue súper chévere.
- Hablando de la canción, ¿Qué opinas de los periodistas?
- Bueno, la letra lo dice todo, hay periodistas y periodistas. Creo que Lima vive mucho del chisme barato. Me he enterado de una nueva revista que se dedica a eso. Definitivamente, en el mundo, hay gente correcta y, otros, atornillados al revés.
- ¿Qué piensas hacer ahora?
- Algo nuevo por acá. Estoy formando un grupo. Mi trabajo no ha parado. Parar es morir.

Danai como parte del elenco de Perú Rock Gira 88, en la ciudad de Huaraz.

- Tus palabras finales.
- Me encantaría ir al Perú. Reunirme con los muchachos, tocar. Volver a grabar con ustedes, en fin, tantas cosas. A todo el Perú, a la gente de las radios, a los músicos, a los periodistas, al terrible Wolfie, a todos les digo que estoy súper bien. Que no me voy a morir ni mucho menos. Que solo estoy esperando el momento oportuno para dar todo lo que tengo de mí. Sigo en la lucha, sigo en el camino.

Así termina la publicación de la entrevista realizada por Lalo Tafur, mientras el quinteto Rio grababa en Santiago su álbum Revolución. Caba resaltar que la labor desempeñana por Danai en nuestro país fur importante tanto para su vida artística, como para el movimiento del rock en nuestro medio. Danai, a lo largo de su carrera solista, editó dos disco sencillos, un maxi single titulado "Maquillaje Sensual", y un álbum para EMI que hizo éxitos, entre otros: "Extraña sensación de amor", "Tirando la puerta" y el que le dió el título, "Idolos". Además, tuvo una de las mejores bandas -sino la mejor-, que fue integrada por: Alberto Chong en teclados y coros, Eduardo Freire en bajo y coros, Carlos Kakutani (hoy en España), en guitarra, y Armando Pattroni en batería. Su productor, como ella lo mencionó, fue Ayo Rivasplata.
Saludamos a Danai y le auguramos un pronto retorno a estas tierras que la vieron dar sus primeros pasos artísticos. Ahora bien, si ustedes quieren escucharla cantar, solo tienen que marcar el número telefónico de su emisora favorita y pedir el tema "Buenos días" del grupo Rio. Entonces, vendrán las emociones.

NOTA RELACIONADA:
- En el Silencio, DANAI: VEINTE AÑOS HACE


Thursday, January 11, 2007

LA FOTO DE ENERO: J. Lo

Jennifer Lopez: Mucho de todo, poco de rock

Wednesday, January 10, 2007

PAUL RODGERS: La Voz del Rock

Para algunos que crecimos en los setenta nos será siempre difícil aceptar a un cantante mejor que Paul Rodgers. El vocalista inglés que, a diferencia de la mayoría de su generación artística aún no ha llegado a los 60, está ligado directamente a la vida y obra de Bad Company y Free, además de un puñado grande de otros actos como The Firm (con Jimmy Page), The Law (con Kenney Jones) o la gira 2005-06 con Queen, cubriendo el puesto del inigualable Freddie Mercury. Cuando hablamos de "el mejor cantante", no necesariamente hacemos referencia a nuestro favorito. Porque si ese fuera el caso, Ian Gillan y Jon Anderson, de Deep Purple y Yes, respectivamente, estarían, posiblemente, muy por encima de Rodgers. O, el mismo Steve Winwood.


Paul Rodgers con el actor Paul Newman en Ohio.

Alguna vez, hace muchos años, cuando le preguntaron a Rod Stewart -mientras era figura principal del rock en el mundo-, quién era su vocalista preferido, el cantante escocés nacido en Londres (un día como hoy, en 1945), no dudó en afirmar que era Paul Rodgers. Por ese entonces, Stewart movía más masas que ahora (y menos rollos). A propósito, en marzo llega a San Jose (tres días antes de Clapton), y trataremos de verlo, después de más de veinte años. Rodgers, en cambio, el año pasado estuvo por estos lares cantando los temas que el desaparecido Mercury grabó con May, Deacon y Taylor.

Lo que dijo Stewart hace más de dos décadas, solo confirma el sentir de muchos de sus colegas que durante la dilatada y exitosa carrera de Rodgers -la que comenzó con Free en 1968-, siempre quisieron tenerlo a su lado. Hubert Sumlin, maestro del blues, fue uno de ellos.



"I can't Get Enough of Your Love", con Bad Company.

Aunque su registro vocal nunca podría llegar tan alto como llegó el de Mercury, allí estuvo, cantándole a quien -cuando se iniciaba con Queen-, según palabras de Brian May, también dijo admirarlo, sin saber que catorce años después de su muerte, iba, temporalmente, a ocupar su puesto en el grupo. Cosas del rock. (Robert) Plant, el legendario vocalista de Led Zeppelin, al igual que Rodgers, influenciado por el blues, es otro que, habiendo sido competencia paralela -pues prácticamente se iniciaron juntos-, alguna vez tuvo palabras de elogio para su compañero de sello (Swan Song).


"All Right Now". Tres millones de veces en las radios del Reino Unido.

Hace una semana, una encuesta de los lectores de la revista Player, en Japón, lo ubicó en primer lugar durante el 2006, seguido de otras personalidades como, Steven Tyler (Aerosmith), Eric Clapton, David Coverdale (Whitesnake), Thom Yorke (Radiohead) y Mick Jagger (Rolling Stones).

La carrera de Rodgers ha estado llena de muy buenas notas. Gracias a su talento vocal, ha trabajado con músicos desde Joe Walsh, Eric Clapton y Roger Daltrey, hasta Jeff Beck, Bruce Springsteen, Charlie Watts, Slash, Bryan Adams, Gary Moore, Lynyrd Skynyrd, y The Doobie Brothers. También, con Buddy Guy, Sam Moore, y The Four Tops, por mencionar solo a algunos.

Cuando llegó a San Jose con The Original Bad Company en 1999.

Al inicio del nuevo milenio, la British Music Industry (BMI) le entregó un premio especial por "All Right Now", tema del grupo Free, que sobrepasó las dos millones de veces tocado en radioemisoras inglesas. Con Bad Company, en la década del setenta, casi cada lanzamiento, fue multiplatino. En 2006, recibió otra distinción de la BMI, nuevamente, por "All Right Now", que pasó, esta vez, las tres millones de veces "al aire", solo en Gran Bretaña.

Con Robert Plant, Bill Gibbons, Paul Stanley, Sully Erna y Sebastian Bach.

Hoy, luego de su extensa vuelta por el mundo con May y Taylor, el cantante se encuentra nuevamente trabajando. En esta oportunidad, para su gira solista. Ya se lanzó las primeras fechas del Paul Rodgers Tour 2007. No presenta la parafernalia de Kiss, ni la espectacularidad de los Rolling Stones. Tampoco, animales en el escenario, como alguna vez vi a Ozzy. Lo de Rodgers, es solo música, con una calidad y fuerza vocal como pocos pueden lograr. Esperamos que sea una nueva ocasión para ver a La Voz del Rock, en vivo.

Javier Lishner
San Jose, California
10 de enero de 2007

Sunday, January 07, 2007

Feliz Año Nuevo
Y&T EN SANTA CLARA

Aunque Y&T nunca fue un grupo que estuviera entre mis favoritos, ni siquiera cerca, hizo el trabajo de satisfacer, con creces, las expectativas. Y no era la primera vez que animaba una fiesta en el Avalon de Santa Clara, en California, un club nocturno que semanalmente, durante el año, presenta bandas de rock. Esta fue solo una muestra, pero muy especial.

Nymann, Kennemore y Meniketti. Y&T en acción (FOTO: Eddietherocker).

La noche empezó con la actuación de la Ry Kihn Band, grupo del hijo del otrora famoso Greg Kihn, hoy, popular hombre de radio en la Bahía de San Francisco. Le siguió the Eric Martin Band, cuarteto del ex-vocalista de Mr. Big, aquel grupo de fines de los ochenta que tuvo algunos éxitos radiales en la década siguiente, entre ellos, el más destacado, "To Be With You". En Mr. Big, aparte del cantante, sobresalió el bajista Billy Sheehan. Completaban el grupo Richie Kotzen y Pat Torpey. Lo de Martin solista, con temas de su antigua banda, tiene un sabor parecido a lo hecho anteriormente.


"Keep on Runnin'". Y&T rockin' hard!

Pero la historia de Y&T es mucho más que una o dos fiestas de Año Nuevo. El grupo se inició a principios de los setenta de manos del guitarrista Dave Meniketti, quien también hace las veces de primera voz. Por esos años, a su lado, estaba el bajista Phil Kennemore. Con ellos, completaban el grupo, Joey Alves, en guitarra rítmica, y Leonard Haze, en batería. Y&T surgió, como dice su website, antes de que existieran Mötley Crüe, Metallica e, incluso, Ratt. Yo les agregaría, Van Halen. Y nació en esta área, al Este de la Bahía, con un nombre un poco más largo. Se llamaban Yesterday & Today. Dicen que fue el público quien los empujó a acortarse el nombre, el cual, sinceramente, creo que suena mejor.

¡Feliz 2007 para todos! Era medianoche y el fotógrafo estaba pasado de copas. (FOTO: Anónimo).

La noche del Nuevo Año, al compás de temas como "Lipstick & Leather", "Don't Be Afraid of the Dark", "I Believe In You" y "Forever", Meniketti y Kennemore, rugieron fuerte al lado de John Nymann, en guitarra y Mike Vanderhule en batería. Por esas coincidencias, Nymann alguna vez formó parte de la Eric Martin Band y de la Greg Kihn Band, a quienes nos referimos en los párrafos anteriores. Y, como si no fuera suficiente, Eric Martin, alguna vez, formó parte de Y&T. La noche del 31, todo quedó en familia. Sin duda alguna, fue una muy agradable velada, aunque no tan bailable como habíamos pensado. ¡Salud!

Javier Lishner
San Jose, California
7 de enero de 2007

NOTA RELACIONADA:
- Y&T: Meniketti, Veni Vidi Vinci

Monday, January 01, 2007

Con música
EL APRA, ALAN Y YO

Nuestra intensa luna de miel comenzó poco antes de que fuera elegido presidente del Perú, en 1985. Y no fue precisamente en París. Hubo una vez, en la oficina de programación de Radio Panamericana, en la que yo trabajaba, una discusión un poco subida de tono entre dos conocidos locutores y quien suscribe. Ambos, de familias norteñas, apostaban que Alan García era una excelente opción para el país. Quien suscribe, también con sangre norteña, en cambio, no creía en el populismo y la oratoria del candidato del APRA. Con poca experiencia en política, tenía, simplemente, olfato. Pasó por ahí la directora-gerente de la empresa radiodifusora y, la distinguida dama, se sumó al intercambio de opiniones. Para asombro de quien suscribe, se puso del lado de los dos experimentados disc jockeys.

1985. Cuando todo era felicidad. Recién asumido el cargo.

Había alguien más por ahí, seguidor convicto y confeso de la doctrina de Víctor Raúl Haya de la Torre. Quien suscribe, que se caracterizó desde muy joven a saber defender sus ideas, no se amilanó ante la mayoría que tenía en frente. El suscrito era uno de aquellos que sabía muy bien el paradigma entre lo cualitativo y cuantitativo. Y aquella vez no estaba dispuesto a dejarse sorprender. Así que siguió defendiendo lo que hasta ese momento era un pálpito. Hasta que la propietaria de la empresa, tras dejarnos su parecer, siguió su camino. El intercambio de opiniones terminó al rato. Y seguimos siendo muy buenos amigos. Al poquísimo tiempo, Alan García, con la ayuda de estos cuatro, salía electo Presidente de la República y, en julio, poniendo una mano en la Biblia, como manda la Constitución del Perú, por Dios y por la Patria, juramentaba en el cargo.

El comienzo fue feliz, a no ser del terrorismo que comenzaba a tomar fuerza mientras el país andaba bajo el mando del nuevo gobierno. Hasta que un día comenzaron a hacerse habituales los "balconazos". Se veía a leguas que lo que emanaba del balcón era puro populismo. Puedo asegurar que no era envidia a los aplausos que obtenía García, porque, por esos días, aunque en menor cantidad, quien suscribe también los recibía. Claro, no desde el balcón de Palacio, pero sí en grandes escenarios como los de la Plaza de Acho, el Auditorio Amauta o el Campo de Marte, cuando no en algún coliseo del interior del país.

Recién ungido Presidente de la República, el joven mandatario convocó a algunos de los más representativos artistas peruanos a una reunión en su imponente residencia del damero de Pizarro, la que le fue prestada por solo cinco años (antes del 28 de julio, vivió en un discreto departamento en Miraflores y no en la mansión que más tarde se hizo en Chacarilla del Estanque, antes de comprarse un lujoso departamento en una de las zonas más caras de París). La temática original de esa reunión en Palacio, que para variar nunca se cumplió, fue el apoyo al elemento nacional; el que, según él, había estado siempre olvidado. ¡Oh, novedad! Entre otros, Luis Abanto Morales, Óscar Avilés, Pastorita Huaracina y el Zambo Cavero, participaron con mucha ilusión del festín (Una suerte de Ricky Martin en la Casa Blanca). También asistieron, Ricardo Blume, quien dirigió un discurso en nombre de los artistas, el cual, aparentemente -de acuerdo a uno de los invitados-, no fue muy bien comprendido por el gremio; y, Rulli Rendo, quien, al igual que Blume, gozaba del éxito obtenido en el exterior. Al músico chiclayano de los popurries, esperanzado en su patria, le tocó sentarse al lado de Pilar Nores, esposa del mandatario. Yo, sentado en el escritorio de mi casa, seguía creyendo lo mismo que poco tiempo antes había dicho en la oficina de programación de la emisora de Mariano Carranza. Finalmente creo que lo único que sucedió después de esa convocatoria de artistas, fue la muerte de Alejandro Ascoy, uno de los más queridos músicos criollos, quien, esa tarde, también aplaudió al Presidente. El legendario ejecutante falleció después del almuerzo. Era septiembre. Debido a la lamentable noticia, la prensa, a pesar de la pena, medio en broma y medio en serio, se preguntó qué menú les habrían dado. Cuatro décadas antes, Ascoy había participado de otra velada presidencial (aquella vez con su hermana Rosa, "La Limeñita"), cuando en 1944, Manuel Prado Ugarteche, también con disfraz de criollo, instauró en el Perú, el 31 de octubre, "el Día de la Canción Criolla".

Pasado el medio año del 85, luego del lanzamiento del proyecto Unidos para beneficiar a los niños huérfanos del terrorismo en Ayacucho, gestión que, junto a Sammy Sadovni habíamos iniciado con once artistas en Radio Panamericana, buscamos refuerzo para la función administrativa de la obra (la parte artística parecía que iba en buen cauce). Una persona de la Universidad de Lima con quien, dicho sea de paso, andábamos trabajando algunos proyectos musicales paralelos para el citado centro de estudios, nos sugirió acercarnos al doctor Alberto Valencia Cárdenas, diputado por Ayacucho. La recomendación de la señora Serpa, nos pareció coherente y, sin ni siquiera pensar en la filiación del experimentado político, aceptamos la sugerencia. Fuimos entonces a visitarlo a sus oficinas ubicadas en el centro de Lima. Allí, en horas de la tarde, nos esperaba su secretaria. El abogado nos invitó a pasar a su despacho y, recostado en su sillón, escuchó nuestro proyecto, el cual, con cierta inocencia, le fuimos contando. "No creo que pueda hacer nada por ustedes, muchachos. Ando muy ocupado en la Cámara", nos dijo sin mayor contemplación. Nos entregó su tarjeta personal y, muy educadamente, estiró su brazo derecho. Nosotros estiramos el nuestro, y nos fuimos. Ni siquiera la ayuda a los niños huérfanos del departamento al que él representaba, pudieron hacer mella en aquel Padre de la Patria. Mi indignación ante una respuesta tan estúpida, aunque fuera sincera, me la llevé a casa. Antes de abrir la puerta rompí su tarjeta personal en tantos pedazos como cabello tenía el diputado. El chofer de mi vecino de enfrente, un ex Presidente de la República, me vio tan ofuscado que, por primera vez, optó por no saludarme. Por esas paradojas de la vida, el diputado era aprista.


NoXRec0MenDaBL3 soñando con un futuro mejor.

La siguiente idea de Silvia Serpa fue contactarnos con la señora Nytha Pérez de García, madre del Presidente de la República. Y, nuevamente, accedimos a su sugerencia. Fue así que, una noche, con el proyecto bajo el brazo, pero un poco más curtidos, llegamos al local miraflorino del partido aprista en Paseo de la República. Y esta fue, verdaderamente, otra nueva experiencia. Nunca me había visto observado de tal manera, de arriba a abajo, por tanta gente, y al mismo tiempo. Entendía que no portábamos la estrella zurcida en la manga, como sí la tenían los compañeros, pero tampoco era para tanto. Llegó carne fresca al partido, pensarían. Tras realizar las preguntas de rigor, para ubicar a la dama, logramos nuestro objetivo (bueno, el objetivo de Silvia). Al igual que con el diputado Valencia, a la señora Nytha le explicamos el proyecto desde su origen. Ella, simpática, aunque un poco seria para mi gusto, tampoco se comprometió. Como el vals de Juan Mosto, "Un fracaso más, no importa". Bajamos las escaleras y regresamos a casa.

Mientras nuestra asesora de la de Lima pensaba en una tercera alternativa, ojalá no ligada al partido de gobierno, un sacerdote amigo, tuvo una diferente propuesta. La acogimos y de esa forma terminaríamos el proyecto. Era la esposa del embajador de los Estados Unidos en el Perú, quien, coincidentemente, iniciaba una organización para ayudar a los niños huérfanos de la misma región andina. Se llamaba Asociación Emergencia Ayacucho, y reunía a un buen número de señoras con las que fue muy fácil y agradable trabajar los siguientes meses.

Antes de fin de año, mientras nos disponíamos a anunciar la siguiente etapa de la obra, tuvimos que esperar para darle total atención al advenimiento de La Fundación por los Niños del Perú, presidida por la señora Pilar Nores de García, flamante esposa del presidente. Dicha actividad, incluso, nos hizo cancelar, el mismo día, una conferencia de prensa de nuestra actividad. Todo sea por los niños, pensé en aquel momento. Aunque la prensa no pensó igual.

Nuestro primer contacto (in)directo con la nueva Fundación aconteció el último día de noviembre. Fue cuando fuimos elegidos para presentar Rock en Grande en la Universidad de Lima. Esa tarde, en el campo deportivo, actuaron los argentinos G.I.T. y Nito Mestre, y el nacional Miki González. El evento, que apoyaba a "los niños del Perú", fue transmitido en vivo por Canal 7 y, consecuentemente, el enlace televisivo, a un costado del escenario, lo hizo Gerardo Manuel, quien al momento conducía un programa en la televisora estatal. Aquella vez, entre los temas que interpretó el cantautor argentino, ex compañero de Charly García en Sui Generis, estuvo "Fabricante de mentiras". En realidad, con ese número despidió su presentación. Yo, a un costado del escenario, pensaba nada más; mientras fumaba un cigarrillo de marca Hamilton antes de invitar a escena a Guyot, Iturri y Toth, ídolos de la época.

En febrero de 1986, el periodista Paco Igartua, director de la Revista Oiga, escribió una Editorial sobre la demagogia y en la misma edición, Fernando Flores Aráoz, uno de sus colaboradores, tituló un artículo "No se gobierna con balconazos". Esa fue la vez que, quien suscribe, hizo público su desacuerdo con el gobierno de turno con una simple misiva que fue publicada en la recordada revista.

En abril del mismo año, se anunció el CICLA, Consejo de Integración Cultural Latinoamericana. Por más que como todo, absolutamente todo lo que salía de la boca del Presidente, sonaba brillante, mi olfato me volvía a decir que era otro manotazo populista en busca de mantener al pueblo ocupado con diversión gratuita, acaso con dinero del erario nacional. Con el CICLA, los artistas fueron felices... sólo por quince minutos. En mayo participé del Concierto Rock-Salsa en Barranco, organizado por el Ministerio de Justicia en beneficio de los hijos de los reclusos de los penales limeños. Casi de inmediato, mientras la gente estaba a la expectativa de lo que pasaba en México, con el Mundial de fútbol -de cuya eliminatoria fuimos descartados por el futuro campeón, Argentina-, yo volvía al Estadio Nacional, no para jugar fútbol (por esos días, mi otra pasión) sino para participar gratuitamente en la inauguración de lo que se denominó Juventud por la Paz. Allí estuve con varios de mis colegas de radio.

"(Un Canto) para el amor dormido", interpretado por 41 cantantes y musicalizado por seis instrumentistas -bajo la dirección de Víctor "Coco" Salazar-, finalmente, vio la luz en la Alameda de los Descalzos. Unidos, se hizo realidad en julio del 86. En octubre, otra vez a beneficio, me tocó participar en la animación del Primer Concierto de Rock en San Isidro, realizado en el Centro Comercial Camino Real, pro fondos por los Niños del Perú. Estuvieron durante dos noches, entre otros, Rio, Chachi Luján y Dr. No, Frágil, Carlos Guerrero y Duwetto, Julio Caipo & Mix, y Feiser.

La inflación comenzaba a golpear fuertemente a los peruanos, mientras nosotros tratábamos de vender las treinta mil copias que habíamos producido del disco. Esa era la cantidad que, según su casa discográfica, el popular grupo Rio había vendido -hasta esa fecha- de su disco simple "La Universidad (Cosa de locos)". Debido a que el tema de los artistas Unidos, escrito por José Escajadillo, no era muy "comercial", no obtuvo la difusión esperada. Aquello hizo nuestro trabajo un poco más complicado. Oficinas, parroquias, colegios, amistades y contactos en empresas privadas, se convirtieron, entonces, en nuestros mejores aliados. Y sólo así, a pesar de la inflación, pudimos cumplir con el primer paso: vender el disco a 15 intis, la moneda de aquel entonces, creada por los genios que rodeaban a García. La Asociación, bajo la atenta mirada de la ejemplar señora Jordan, después de más de dos décadas, continúa trabajando para bien de los niños de esa región andina.

En marzo del 87, el Consejo de Promoción de Juventudes de la Presidencia de la República, nos envió una carta de felicitación "por la gran iniciativa de sindicalizar a los cantantes nacionales de rock, como parte de reemplazar el rock en inglés por el rock en castellano, y así, difundir sus intereses". Nos manifestaron que el Consejo estaba llano a coordinar y apoyar en todo lo que estaba a su alcance. Por más amable que fue la misiva, en referencia a nuestro "Segundo Encuentro del Rock realizado en el Perú" (acontecido el 27 de febrero de ese año), nunca supimos el alcance del Consejo, nunca tuvimos su apoyo, nunca fue nuestra iniciativa la de sindicalizar a los cantantes nacionales de rock y nunca fue nuestro objetivo reemplazar el rock en inglés por el rock en castellano.

En agosto, el músico Julio Caipo me presentó a CATS Producciones, un grupo de exitosos profesionales egresados de la Universidad Católica, con quienes terminamos organizando otro de nuestros proyectos: Perú Rock Gira 88. Aunque sabíamos que el terreno no era el más fértil para una gira de rock con artistas exclusivamente locales, nunca nos imaginamos que un "paquetazo" económico, como el decretado por el gobierno de García Pérez en septiembre del siguiente año, nos iba a hacer dejar inconcluso el proyecto justamente cuando recién comenzaba a tomar cuerpo. Aunque no tan inconcluso como el gobierno dejó su anunciado tren eléctrico, al que el grupo Feiser le puso música colocando sus cimientos en la portada de su álbum Momento de Acción. El disco fue publicado en abril de 1988. La idea del tren eléctrico, un año antes de la aparición del disco de Feiser, hizo llegar al actual Primer Ministro peruano a la Alcaldía de Lima. Pero de eso no pienso escribir porque no vale la pena perder el tiempo hablando de más corrupción, mala reputación, caos, delincuencia y desorden. Todo aquello que caracterizó su tiempo a cargo del Municipio limeño. Es suficiente con recordar lo que pasó con quien estaba en el sillón de Pizarro, el Presidente de la República.

2006. Vuelta triunfal a la presidencia. El pueblo espera y confía.

En agosto de 1988, había aceptado un contrato en Radio Nacional, la emisora del Estado, a la que García Pérez, en una de sus geniales ideas, después de cuchucientos años de existencia, le cambió el nombre a Radio Pachacutec. Mi afán era llegar a todo el Perú, promoviendo a los grupos y solistas nacionales, cosa que, desde Radio Miraflores -donde paralelamente conducía Perú Rock-, no era posible (por ser una emisora de cobertura local). Los Caminos del Rock, como se llamó el programa en la emisora estatal, fue mi única relación pecuniaria con el gobierno del APRA y concluyó en 1989, un día después del día de los enamorados. Para ese entonces, aparte de ver inconcluso el tren eléctrico, muchos músicos ya habían emigrado en busca del "futuro diferente", que, por supuesto, en contra de lo que había ofrecido años atrás el candidato García, nunca llegó. Por lo menos, en la forma nos había prometido en la campaña, mientras yo discutía con Lucho Argüelles y Johnny López.

Micky Denegri de La Banda Azul, Armando Vidalón de Clip, Annie La Serna, Juan Carlos Caipo de S.O.S., el representante Ayo Rivasplata, los guitarristas Carlos Páucar y Carlos Kakutani, la recordada Danai, Mark Caipo de VTR, y los bateristas Juan Manuel Caipo, Paul Carrión y Koki Pérez-Albela, son algunos de los nombres que recuerdo de los que se fueron. Con la excepción de Kakutani, que viajó a España, y de Carrión que lo hizo a Argentina, todos los demás volaron a los Estados Unidos. Mientras que Danai volvió a su patria, Chile. El resultado de ese quinquenio está escrito por todos lados y, como se podrá percibir, a pesar del tiempo, no he podido olvidar.

Eso sí, hoy, al comienzo de un nuevo año, y desde lejos, le deseo al señor Presidente lo mejor en este nuevo noviazgo que inició con el pueblo en julio del año pasado.

Javier Lishner
San Jose, California
1 de enero de 2007