Vóley peruano
ALMAS QUE DIERON AL VÓLEY SUS AÑOS MEJORES

Ayer en la tarde, luego de intenso trabajo con uno de mis clientes, una compañía en Fremont, al Este de la Bahía, llegué a casa con hambre y con ganas de saber qué estaba pasando con los Juegos Olímpicos. La verdad que, posiblemente por los resultados del deporte peruano en general, poco a poco, a través de los años, le he ido perdiendo ese gusto a los torneos deportivos. Felizmente, no a la música ni a la comida.

Para informarme sobre las olimpiadas, decidí visitar mi diario favorito, El Comercio, una versión peruana de Yahoo! News, donde primero encuentras todo lo que pasa en el mundo, y, luego, lo que pasa en tu país. Y, como era de esperar, me encontré con la primera noticia en su sección Últimas. Decía, "No hubo sorpresas durante la primera jornada de vóley femenino en Beijing". De inmediato el titular llenó mi cabeza de duda. Me quedé pensando si de los trece atletas peruanos que viajaron a Beijing, doce eran voleibolistas... No podía ser. La información decía que los cuatro países favoritos habían ganado sus respectivos encuentros. Y pensé, "felizmente que el Perú no asistió". Los favoritos a los que se referían eran: Brasil, Italia, China y Cuba. Si Polonia (que vuelve a ese deporte olímpico después de 40 años cuando nos privó de la de bronce en México 68), le ganó el primer set a Cuba, es que ya debe estar casi en ese nivel. Y Rusia, por más que perdió con Italia, es otro de los clásicos grandes y el actual campeón del mundo. ¡Qué lejos estamos!

VÓLEY PERUANO
(José Escajadillo Farro)

Manos peruanas seguras se elevan y punto,
manos morenas gloriosas que merecen punto,
manos que son el orgullo de nuestros colores,
almas que dieron al vóley sus años mejores,

Vamos a unirnos en coro y gritaremos ¡punto!
para que el mundo repita con nosotros ¡punto!
hoy que están en la antesala del más grande triunfo...
vamos Perú que tú puedes ser el campeón del mundo!

Vóley peruano, vóley peruano
ocho veces campeón sudamericano
Vóley peruano, vóley peruano
pintarás este mundial de rojo y blanco!

Me he hecho mil veces la promesa de no volver a hablar sobre dos cosas: los goles de Cubillas y los triunfos de nuestro vóley. Pero no puedo. Y es que cada vez que lo hago delante de jóvenes, me miran como bicho raro. Como que estuviera mintiendo o haciendo alharaca de algo que no fue tan cierto. Claro, cuando digo "los goles de Cubillas", me refiero a todos esos años de triunfos que tuvimos en el balompié, mientras íbamos creciendo. Lo del vóley, desde su cuarto lugar en las olimpiadas de México (de manos de Akira Kato), hasta los subcampeonatos, uno mundial (en 1982) y el otro olímpico (de esos que le gustan a mi amigo Hel). Sin olvidar la cantidad de trofeos en panamericanos, sudamericanos, bolivarianos y todos los anos en los que participaban.

Pero, ayer, el solo hecho de leer el titular de El Comercio en su versión online, me regresó a esos 20 años atrás, cuando en Seúl, la camiseta peruana brilló de manos de Man Bok Park, luego de que las chicas la sudaron para traernos una medalla de plata. Y todo el Perú, literalmente, se paralizó esa madrugada para verlas jugar.



Ahora que veo que Cuba, nuestro imbatible rival de entonces, sigue envalentonada y entre los favoritos; que Brasil, nuestro otrora mayor rival en el nivel sudamericano, está entre los cuatro grandes; y, que Venezuela, nuestro calichín de esos maravillosos años, anda, por lo menos, participando de los Juegos, me pregunto: ¿Y dónde quedamos nosotros? ¿Qué sucedió con el vóley femenino peruano? Porqué en vez de seguir avanzando, como es lo natural, nos fuimos para atrás.

Recientemente leí que el entrenador brasileño José Francisco Silva Dos Santos, apodado "Chico", se fue del país luego de las pésimas condiciones en las que trabajaba. Sus últimas impresiones fueron el viaje de 23 horas que duró llegar a Tijuana, México, para participar de la Copa Panamericana. La federación peruana de ese deporte no hizo las gestiones correctas para que el elenco llegara con la debida anticipación y de una manera más rápida. Luego del arribo (solo un día antes del inicio del torneo) dicen que "Chico" Dos Santos tuvo que poner de su dinero para pagar la cuenta del almuerzo de las muchachas y hasta para alquilar un campo de entrenamiento. Algún (ir)responsable no coordinó muy bien el viaje... Pero seguramente que siguió cobrando. En esa Copa, realizada este año, Perú quedó séptimo.

Después de esto, solo nos queda trabajar mucho en ese deporte y escuchar de vez en cuando tan popular himno de título "Vóley peruano", que nos regaló el compositor chiclayano, maestro José Escajadillo, para recordar que alguna vez fuimos grandes en vóley y que la meta no es inalcanzable, aunque estemos lejos.

Javier Lishner
Santa Clara, California
10 de agosto de 2008