CUANDO EL PERÚ BAILÓ TANGO
En 1969, los países competían deportivamente por uno de los catorce cupos para asisitir al mundial de fútbol del siguiente año en México. Los dos cupos que completaban a los 16 participantes, los habían obtenido automáticamente, México, por ser el país anfitrión e, Inglaterra, por haber sido el más reciente campeón.
El grupo eliminatorio número 1 en Sudamérica estaba formado por Argentina, Bolivia y Perú. El ganador iría derechito al mundial. El favorito vestía rayas albicelestes, aunque el entrenador de la blanquiroja, el dos veces campeón mundial, Waldir Pereira "Didí", nunca pensó así. El estratega carioca había logrado un excelente elenco, formado principalmente por figuras de los clásicos clubes peruanos, Alianza Lima y Universitario de Deportes, y del Sporting Cristal, del que había sido su entrenador hasta que tomó las riendas de la selección. Por allí, incluyó a un juvenil jugador del Deportivo Municipal de nombre Hugo Sotil, a un par del Defensor Arica (Rafael Risco y Andrés Zegarra), y un experto del Juan Aurich de Chiclayo, llamado Eladio Reyes. Si hubo algo que el director técnico impuso desde el primer momento en ese grupo humano, fue la disciplina.
Perú había perdido por 2 a 1 en las alturas de La Paz, luego de un pésimo arbitraje del venezolano Sergio Chechelev. No obstante, se desquitó en Lima ganándole por 3 a 0. Con Argentina había hecho lo propio en su Estadio Nacional, llevándose un triunfo por el mínimo marcador, que fue anotado por su centro delantero, Pedro "Perico" León. Con sus dos triunfos, Perú andaba con cuatro puntos. Recordemos que en aquellos días el ganador solo sumaba dos y se daba 1 por el empate.
Mientras Bolivia también había obtenido cuatro puntos (por sus dos victorias como local), Argentina, solo había logrado dos. Estos reflejaban la victoria que los platenses, en Buenos Aires, habían obtenido ante la escuadra altiplánica. El encuentro de esa tarde en el estadio de Boca Juniors era decisivo tanto para los albicelestes, manejados por el ex-crack Adolfo Pedernera, como para el elenco de Didí. Un triunfo argentino dejaría a los tres países empatados en la primera posición. Un empate, sería suficiente para que el Perú fuera al Mundial y, de paso, dejar eliminado a Argentina por primera vez en su historia.
Estaba muy claro que ese 31 de agosto, en cancha xeneize, se definía el pase a la Copa del Mundo. Hasta ese día, el Perú había asistido solo una vez a un torneo de esa naturaleza, de los ocho que se habían realizado desde su inauguración, en Montevideo, Uruguay, en 1930. Y lo había hecho justamente en ese primer campeonato al que fue como invitado. Pero, entonces, ya era 1969 y la posibilidad de hacerlo por méritos propios estaba cerca.
Era domingo. La familia había pasado el fin de semana en la casa hacienda de los Cillóniz, en El Carmen, Chincha. En una de las inmensas habitaciones de la casona del siglo XVII -que aún no era hotel- los invitados mirábamos hacia un solo televisor, con antena de conejo, que transmitía vía satélite desde Argentina. El Perú contaba con Rubiños, Campos, La Torre, Chumpitaz, Risco, Challe, Cruzado, Baylón, León, Cubillas y Ramírez. Argentina lo hacía con Cejas, Gallo, Perfumo, Albrecht, Marzolini, Rulli, Brindisi, Pachamé, Marcos, Yazalde y Tarabini.
Esa tarde, el Perú tuvo varios ausentes. Expulsados en Bolivia, Ramón Mifflin y Nicolás Fuentes, estaban suspendidos. Pero la más importante ausencia en la Bombonera fue la del experimentado puntero izquierdo, Alberto Gallardo. Didí, que parecía sabérselas todas (y que Challe y "Perico" aprovecharon esa tarde), preparó muy bien a su reemplazante. Era el hábil y veloz jugador del Universitario de Deportes, Oswaldo "Cachito" Ramírez, de 22 años, quien estaba próximo a escribir su propio capítulo.
El primer tiempo terminó sin goles, con un equipo peruano mostrando convicción en cancha ajena y con un público que, cercano al gramado, los provocaba. Hasta que, a los siete minutos de comenzado el segundo tiempo, se escapó "Cachito" y llegó el primer gol peruano. La Bombonera quedó muda, que no era lo usual. No obstante, en el minuto 33, Orlando La Torre, el zaguero peruano, originó un penal que la pierna del defensa Rafael Albrecht le dió el empate a Argentina. Pero no fue por mucho rato. En solo dos minutos, "Cachito" volvía a desequilibrar el marcador. Mientras Pedernera se mordía las uñas y fumaba empedernido, en todo el Perú, y en la Hacienda San José, se celebraba al unísono el golazo.
Siete minutos más tarde, faltando tres para el final, Alberto Rendo, el célebre mediocampista albiceleste, marcó el segundo para su equipo. 2 a 2. En su brillante carrera, Rendo nunca había dejado de festejar un tanto, hasta esa tarde. Tomó el balón del arco de Luis Rubiños y, sin felicitación alguna, lo puso rápidamente en medio del campo. Para desdicha de los peruanos, el árbitro decretó cinco minutos de tiempo adicional. El Perú ya jugaba con diez hombres por expulsión de La Torre. Argentina con Miguel Angel Brindisi metió uno más que por un segundo dejó sin habla a veinte millones de peruanos. Pero el árbitro (creo que Hormazábal de Chile) no validó el gol. Perú empató en la Bombonera y Didí fue levantado en hombros. En Chincha, los tíos se abrazaban y yo no entendía el porqué.
De regreso, casi en caravana, los choferes -incluído papá y los tíos queridos- se la pasaron tocando el claxon las dos horas y media de viaje a Lima. Recuerdo la algarabía pero seguía sin entender el porqué. Llegando a la capital, los ciudadanos habían salido a las calles. Fue la primera vez que veía una celebración como tal. Creo que fue la primera vez que la hubo. El Perú había bailado tango en Buenos Aires y se preparaba para cantar mariachis el siguiente año.
Javier Lishner
Santa Clara, California
31 de agosto de 2009
NOTA RELACIONADA:
- CUANDO EL PERÚ JUGABA AL FÚTBOL