Para nadie es novedad que durante el gobierno de Alan García Pérez, entre 1985 y 1990, el Perú sufrió la peor crisis económica de su historia. Los pormenores se encuentran en libros de la época y archivos de prensa de aquellos años. También, en cantidades, en la Internet.
Para quienes crecíamos apoyando el arte y la cultura (y viviendo de ella, también), la aventura fue, lógicamente, difícil. Hoy, luego de casi dos décadas, podemos compartir simples muestras de lo duro que fue, para mi generación, hacer realidad nuestros sueños.
Mientras la economía se le escapaba de las manos, el gobierno de turno decidió, tal vez injustamente, cambiar de nombre a la moneda peruana. El viejo "sol de oro", que aunque hacía tiempo había dejado de ser una moneda estable, fue bautizado de "inti". Y, el inti, se convirtió en el peor recuerdo de ese quinquenio. A decir del periodista César Hildebrandt, en marzo de 2006: "piltrafa, MIERDA, nada, centavo de centavo".
Cuando iniciamos, en 1987, con Cats Producciones, la gira Perú Rock, dedicada a los artistas nacionales, una entrada al espectáculo, en diciembre, costaba 60 intis. Diez meses más tarde, el mismo show, independientemente de los tres o cuatro números que se anunciaba por noche, costaba 400 intis. La oportunidad de asistir a Perú Rock Gira 88, en menos de un año, había subido casi siete veces. Y ofrecíamos lo mismo.
En octubre de 1988, nos vimos obligados a anunciar nuestra última presentación en la ciudad de Trujillo, con Rio, Feiser, JAS y Punto Negro. Originalmente, aquella nunca debió ser la última. Y es que el mes anterior, el gobierno, bajo la batuta de Armando Villanueva del Campo, quien cumplía la función de Primer Ministro, había comunicado a la población -a través de su Ministro de Economía, Abel Salinas Eyzaguirre- un plan de ajuste que se le conoció como "el paquetazo". Ese no era más que un nuevo desequilibrio económico del inti, con la diferencia de que, aquella vez, la devaluación fue de 33 a 250 unidades por dólar. Por consiguiente, las entradas a los eventos programados en Ica o Lima, los que ya andábamos preparando, podían haber costado casi ocho veces más de lo que costó la última vez en Trujillo. O, lo que es lo mismo, no menos de 3,000 intis por boleto, los que diez meses atrás, habían costado 60. Wow!
CHIMBOTE. 3 de junio de 1988 - Precio: 150 intis (Archivo Perú Rock).
HUARAZ. 30 de julio de 1988 - Precio: 250 intis (Archivo Perú Rock).
TRUJILLO. 28 de octubre de 1988 - Precio: 400 intis (Archivo Perú Rock).
Nada creció más en el Perú, que la inflación (2000% al final del año). Por su lado, las casas discográficas -al igual que hicieron las grandes corporaciones norteamericanas durante la guerra árabe-israelí de 1973- se abstuvieron de seguir produciendo a esa juventud peruana que, alguna vez, a decir de la experimentada locutora Nelly Mendívil, avanzaba, se elevaba y triunfaba. La otra mitad, con buen olfato, ya había emigrado.
Javier Lishner
San Jose, California
1 de octubre de 2006
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