SE FUE ELIZABETH TAYLOR
Javier Lishner
Santa Clara, California
23 de marzo de 2011
Sencillo, amante de la buena música y la tecnología. Encontró aquí un espacio para compartir experiencias que algún día formaron parte de su vida, dentro y fuera de los medios de comunicación. Y algunas cosas más... Welcome back my friends to my blog that never ends, I'm so glad you could attend. Come inside! Come inside!
En 2004, Delores Rhoads recibe un reconocimiento a su hijo.
(FOTO: Frazer Harrison/Getty Images).
Randy Rhoads era un joven guitarrista de Burbank, California, que era feliz tocando con Kevin DuBrow, Rudy Sarzo y Drew Forsyth. Los cuatro formaban un grupo llamado Quiet Riot, el que habían iniciado en 1973 con el bajista Kelly Garni, en el área de Los Angeles. Pero, en 1979, el camino súbitamente cambió para ambos, el grupo y el guitarrista.
Dice la historia que siguiendo los consejos de su amigo Dana Strum, un muchacho de apenas 20 años, Randy Rhoads aceptó la oferta para ser parte del nuevo grupo que el ex-vocalista de Black Sabbath (y la señora Arden) andaban formando. (Años después, Strum volvería a recomendar a otro guitarrista en el seno de los Osbourne: Jack E. Lee. Y en 1988 fundaría Slaughter).
El nuevo proyecto de Sharon y Ozzy quedó listo con Rhoads en guitarra, Bob Daisley en bajo, y Lee Kerslake en batería. Daisley había integrado Rainbow, en tanto, Kerslake, era miembro fundador de Uriah Heep. Aparentemente, un combo con mucho futuro. Con esa formación grabaron Blizzard of Ozz. De aquella placa se recuerda "Crazy Train" y "Mr. Crowley", este útimo en donde quedó para el recuerdo la intensa introducción de Don Airey, el actual teclista de Deep Purple, quien solo participó como colaborador. Blizzard también incluyó "Suicide Solution", escrita por Osbourne, Rhoads y Daisley, que -según se dijo- indujo a la muerte de un joven norteamericano en 1984. El hecho fue un dolor de cabeza para Sharon y su futuro esposo. Aunque al final ganaron en Corte.
Principios de los ochenta: Osbourne y Rhoads.
(FOTO: Photorazzi).
En 1981, otra vez bajo la producción de Max Norman, Ozzy y su grupo ingresan a los estudios con el fin de grabar su segunda placa. Esta sería un pandemonio. A pesar de que Daisley y Kerslake pusieron su esfuerzo en el disco, sus nombres y fotos, no aparecieron. Pero, sí, el crédito de Don Airey, aunque dicen que no fue quien tocó los teclados por estar ocupado en otro proyecto. Lo cierto es que el álbum tuvo por nombre Diary of a Madman y, al lado de Ozzy, estuvo muy bien plantado Randy Rhoads. Entre las composiciones, destacaron "Over the Mountain", "You Can't Kill Rock & Roll" y "Flying High Again", con un hermoso solo de Rhoads.
La relación con el guitarrista iba en ascenso. Tommy Aldridge había reemplazado a Kerslake y Rudy Sarzo había hecho lo propio con Daisley. Pero, el 19 de marzo de 1982, todo cambió para siempre. La banda, que se dirigía en bus a Orlando, Florida, hizo una parada en casa de Jerry Calhoun, el dueño de la compañía de autobuses. El chofer, Andrew Aycock, sin permiso, tomó una Beechcraft Bonanza y, con Rhoads y la maquilladora Rachel Youngblood como tripulación, la echó a volar. Mientras los demás integrantes del grupo -menos uno- dormían (Ozzy, Sharon, Sarzo y Aldridge), el chofer convertido en piloto sobrevoló el autobús y accidentalmente chocó el ala derecha de la avioneta, lo que le hizo perder el control, enviándola hasta la fachada de la residencia de Calhoun. Al instante, 10:30 de la mañana, sus tres ocupantes murieron. Don Airey, quien se encontraba afuera, fue testigo del accidente. Rhoads tenía 25 años. Acababa de ser nombrado por Guitar Player como el mejor nuevo talento, y, por el periódico británico Sounds, el mejor guitarrista de heavy metal de 1981.
Javier Lishner
Santa Clara, California
19 de marzo de 2008
Fee Waybill. El vocalista de la banda nos dejó un recuerdo.
Y, al igual que nos sucedió la última vez con Chris Robinson, nos dimos tiempo para extenderle la mano a algunos integrantes de la banda, entre ellos a Fee Waybill. La accesibilidad, según nos dijeron, fue otra de las características que siempre tuvieron. Buen show, con mucha sátira y participación del público, incluyendo a dos femmes fatales que subieron al escenario para acompañar a Waybill en "Don't Touch Me There". Y, él, las tocó, a cambio de lo que le tocaron a él. Definitivamente, un espectáculo para adultos.
Javier Lishner
Santa Cruz, California
18 de marzo de 2007
El Hard Rock Café fue inaugurado en Londres en 1971. Cuentan que después de unos años, uno de sus conspicuos clientes les regaló una de sus guitarras. Era fines de los setenta. El cliente se llamaba Eric Clapton. Al poco tiempo, les llegó otro obsequio parecido al de Clapton. Tenía una tarjeta adjunta que la firmaba un tal Pete Townshend. Ese fue el comienzo de las miles de piezas con las que, un par de décadas más tarde, contaría el Hard Rock Café.
Fundado por dos estadounidenses, el restaurante, que por sus precios cómodos, su filosofía ("Love All, Serve All") y su afición por la música, tuvo buena acogida en la capital inglesa, daría un vuelco en 1982. Ese año, Isaac Tigrett y Peter Morton, sus fundadores, se dedicaron a abrir establecimientos similares en otras ciudades. Fue así como nacieron los Hard Rock Café de Los Angeles, Chicago, Houston y San Francisco. Luego se construyeron los de Nueva York, Dallas, Boston, Orlando, Berlin y Paris.
Con Sid Vicious en el pecho y al lado del pinball con que jugó Roger Daltrey en la obra de The Who.
Lo que vino después fue la venta de la marca, que para entonces (los años noventa), ya había sido muy bien posicionada en casi todos los continentes. El Hard Rock Café no solo había continuado recibiendo donaciones de músicos y empresas ligadas a la industria, sino que también había invertido parte de su capital, ampliando, de esa manera, su ya apetecible colección. Ésta llega a 70,000 artículos en más de 150 establecimientos (incluídos varios hoteles) en cincuenta países. Desafortunadamente, no en el mío. Al Perú llegaron, instalaron sus cocinas, colgaron su memorabilia, atendieron un tiempo en el distrito de Miraflores -frente al mar Pacífico- y se fueron. Caras vemos, corazones no sabemos.
No obstante, allí y en todo el mundo, dejaron su mensaje filántropo y generoso de "Save the Planet". Porque un pocentaje de sus ganancias van para eso. Y, así, sí que vale la pena darles una visita. Aunque sea para comer un taco. Buen provecho. (FOTOS: Javier Lishner).
Javier Lishner
Santa Clara, California
10 de diciembre de 2009
La prensa se hizo presente. He aquí la nota publicada por el diario Actualidad.
Durante la dictadura (1968-1980), tan trunco quedó el movimiento como cada una de sus partes. Hubo muy pocos, como Guerrero, y los hermanos Saúl y Manuel Cornejo -con el grupo You-, y, el bajista Ernesto Samamé -con Sudamérica-, quienes siguieron a pesar de lo verde que se veía el ambiente (militares). Los cuatro habían sido parte de We all Together. En el 75 nacía Frágil. En esa década hubo muy buenos intentos limeños como los de Tripping Foxters, Mardi Grass, Red Amber, Breeze, Toilet Paper, Camaleón o Filibuster, que, desafortunadamente, no llegaron más allá de unos cuantos colegios y clubes privados, y El Olivar de San Isidro. Canto Rodado, fue otra opción, aún más honesta, con temas propios y en nuestro idioma. Y, Black Sugar, que pudo (y debió) haber llegado mucho más lejos. Pero todo eso pasó, como la brisa y el canto.
El III Encuentro del Rock ha terminado. Músicos posan juntos para la posteridad (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).
En el 88, había un programa llamado Perú Rock, dedicado a los artistas nacionales, que volvió a funcionar como punto de partida para esta tercera reunión fraternal de rockeros unidos. Integrantes de Rio, Dudó, Toilet Paper, Punto Negro, Frágil, Pax, S.O.S., Duwetto, Feiser, Fosh, Cadena Perpetua, UHF, Trama, Desorden, Retorno Breve, Kryzis, La Mafia, entre otros, junto a Yesabella, Nina Mutal, Julio Andrade, Beto Danelli, Coco Silva, Armando Pattroni, Andrés Landavere, Pepe Ortega (hoy en Oklahoma), Julio Caipo, Tito Estupiñán, Froy Arrieta, Javier Manrique, y el infaltable Gerardo Manuel, fueron algunos de los que concurrieron. El conversatorio, que se transmitió en simultáneo a través de la doble frecuencia de Radio Miraflores, duró un poco más de dos horas. Se habló mucho y se hizo algo. De eso hace 19 años.
El III Encuentro terminó pero hubo tiempo para más. (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).
Cómo olvidar esos tiempos de nuestros Encuentros, Indochina en territorio peruano, la Gira Perú Rock con CATS Producciones, el éxito de Autocontrol (desde el año anterior) y Arena Hash, la muerte de Andy Gibb la semana siguiente del encuentro, Katia Escudero, nuestra Miss Perú 1988. Y, paradójicamente, lo pobres que empezamos a ser, con los millones de intis de García Pérez. Saludos a la distancia y el tiempo.
Javier Lishner
Santa Clara, California
4 de marzo de 2007
- Para acceder al I Encuentro del rock, de 1986, presione aquí.
- Para acceder al II Encuentro del rock, de 1987, presione aquí.
NOTA DE REDACCIÓN: Este artículo fue escrito en 2007, lo que hace que Pepe Ortega ya no resida en Oklahoma sino en Lima, que Sammy Sadovnik no tenga tres copas del Mundo a cuestas sino cuatro, que de aquel conversatorio no hayan pasado 19 años sino 23 y que, por ejemplo, hoy solo exista una sola frecuencia de Radio Miraflores. Porque la FM se terminó por vender.