BITCHES BREW
El 18 de agosto de 1969, con una fastuosa actuación, Jimi Hendrix cerraba el festival de Woodstock en Nueva York. No muy lejos de allí, al día siguiente, en la Gran Manzana, Miles Davis ingresaba a los estudios de la Columbia, conocidos como 30th Street, para grabar la que sería la pieza más importante de la fusión entre el jazz y el rock. El disco -que aparecería en abril del siguiente año- llevaría por título Bitches Brew. Y la grabación, al igual que el festival de paz y amor, duraría tres días.
Para la ocasión, el maestro Davis, cuya carrera lo había llevado a tocar al lado de grandes figuras como Dizzy Gillespie, Charles Mingus y, su máximo ídolo, Charlie Parker, contó también con una pléyade de personalidades entre las que se encontraron, Wayne Shorter, Joe Zawinul, Chick Corea, John McLaughlin, Lenny White, Don Alias, Billy Cobham y el brasileñísimo Airto Moreira.
Si hubiera que hacer una lista de los músicos más influyentes del siglo veinte, sin duda que Jimi y Miles estarían incluídos. Y aunque Bitches Brew no haya sido el álbum de mayor éxito comercial de Davis (lo fue Kind of Blue, de 1959), quedó como la obra cumbre del acercamiento entre el jazz y el rock que, aunque difieren en su estructura, nunca debieron estar tan separados. Y Miles, en contra de sus detractores, al igual que le sucedió a Dylan cuando electrificó el folk, se encargó de hacer el milagro.
Javier Lishner
Santa Clara, California
19 de agosto de 2009
2 comments:
Miles Davis es una leyenda de la música, que más se puede decir de él.
Un Abrazo
Hola Jorge:
Ver a Miles Davis pudo haber sido una de mis metas, al menos, en el lado musical. Ahora, verlo al lado de los que lo acompañaron en este disco, hubiera sido irresistible.
Afortunadamente nos queda el maestro en el video y en el acetato. Grande.
Un abrazo,
JL
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