De no haber asistido a
Rock in Rio, en 1985, hubiera dicho que la multitud llegó a las cien mil personas. Pero, para no pecar de apasionado, calculo que se llegó a los 60,000. Y si cada uno hubiéramos pagado $2.00 dólares para participar de la maratón artística de diez horas, Boots Hughston, el productor, hubiera podido cubrir sin problemas los gastos de la organización. No obstante, el evento gratuito del domingo en el Speedway Meadows del Golden Gate Park, en San Francisco, cumplió, con creces, su meta.
Arpa y poesía con Ann Cohen. (FOTO: Javier Lishner).
Sobredosis de música, pensamientos, poesía, artesanía, pintura, comida, y, por el intenso calor, mucha bebida, se consumió desde las nueve de la mañana al celebrarse el cuadragésimo aniversario del Summer of Love. A esa hora, parquear era casi un imposible. Estacionados, los carros, daban literalmente la vuelta al inmenso pulmón verde de San Francisco. Sin embargo, adentro, afincados frente al escenario, había aún unos pocos miles. Nuestro acceso al área de prensa fue muy sencillo. A la salida, horas más tarde, sería mucho más difícil.
EN EL PRINCIPIO
Mientras los ingleses claman que el festival de la Isla de Wight fue el de mayor concurrencia, y, por su parte, los neoyorquinos, que Woodstock fue el más importante; en Brasil, siguen pensando que Rock in Rio, fue el mais grande do mundo. Pocos, verdaderamente, dan crédito a San Francisco, como punto de partida de eso que ahora es tan popular: las mega reuniones al aire libre, alrededor del rock.
Ray Manzarek de the Doors en acción. (FOTO: Javier Lishner).
En enero de 1967, antes del Monterey Pop, un grupo de visionarios, con ideas claras y coherentes, decidió juntarse para poner en marcha lo que el 14 de ese mes llamaron, el Human Be-In. Uno de ellos, Allen Cohen, editor del San Francisco Oracle, lo anunció en la portada de su periódico. Alrededor de Cohen, andaban Timothy Leary, Allen Ginsberg, Gary Snyder, Dick Gregory, Lenore Kandel, Jerry Ruben, y Richard Alpert. Junto a este grupo de poetas y pensadores, estuvieron, entre la una y las cinco de la tarde, algunas de las mejores bandas de la escena musical local. Entre ellos, Quicksilver Messenger Service, the Grateful Dead y Jefferson Airplane.
Esa tarde fue como el inicio del Summer of Love, el que avivó el poder individual en la gente, pidió descentralización cultural y social, y alentó mayor conciencia política. Ahí nació el "Turn On, Tune In, Drop Out", de Timothy Leary. La multitudinaria actividad se realizó en el Polo Field del Golden Gate Park, y, aunque persisten aún diferentes opiniones acerca de la asistencia, se sabe que no llegaron menos de veinte mil personas. Algunos de ellos, volvieron ayer, después de cuarenta años. Otros, como Janis Joplin, Jerry Garcia o Chet Helms -cuyos nombres se escucharon en algún momento-, les ganó el tiempo y no pudieron asistir.
Wavy Gravy, cuarenta años después. (FOTO: Javier Lishner).
SUMMER OF LOVE 2007
Ann Cohen, esposa de Allen, fue una de las primeras en aparecer en escena, luego del arte que brindaron músicos descendientes de algunas tribus americanas, y monjes budistas, quienes dieron el
play de honor a la festividad. Cohen, sencilla y de voz pausada, a la vez que recordó a su esposo fallecido hace tres años, dijo algo que resumió un poco el motivo de nuestro encuentro en el parque de San Francisco: "En este mundo no hay seres extraños. Lo que sucede es que aún no los hemos conocido...". El ambiente fue inmejorable. Al rato, se escuchaba "Aquarius/Let The Sunshine In", el himno de la época, interpretado por el elenco de la obra Hair, en donde destacaba una integrante original. Le siguieron Ezra Mohawk, quien alguna vez tocó con Frank Zappa; the
Rowan Brothers, y,
Dan Hicks and The Hot Licks.
Antes de las palabras de
Ben Fong Torres, ex-editor de la
Rolling Stone, y
Wes "Scoop" Nisker, antiguo locutor de radio, le tocó el turno a
New Riders of The Purple Sage, otro grupo local surgido por aquellos tiempos de sicodelia. Tras escuchar a Nisker y a Fong, se presentó a
The Charlatans, no el combo inglés de los noventa sino uno los pioneros del área que, en 1964, ya rodaban la bola. Le siguió
Michael McClure, poeta y ensayista, con acompañamiento de lujo. Apoyando a McClure estuvieron,
Rob Wasserman y
Ray Manzarek. Con
Barry "The Fish" Melton -otrora compañero de Country Joe McDonald en Monterey Pop, Woodstock y mil batallas-, y, con the
Lester Brothers, concluyó la primera parte. Aunque no hubo intermedios y el escenario siempre estuvo ocupado. Extraordinario el trabajo técnico.
Bob Mosley, bajista de Moby Grape. (FOTO: Javier Lishner).
MEDIO TIEMPO
Country Joe nunca fue un artista más. Siempre tuvo la lengua lo suficientemente larga como para decir las cosas claras. Y ayer, no fue la excepción. Y pidió la ayuda del respetable -al igual que en Woodstock 69- para repetir esa palabra en inglés que comienza con F, de fea y fuerte. Y lo pidió 31 veces. Y es que hay guerra en Irak, pues. Y el evento era celebrando la paz y el amor. Interpretó su clásico, "I-Feel-Like-I'm-Fixin'-To-Die Rag". El cantante de voz nasal, también hizo canciones nuevas, pero, siempre, bajo la misma óptica política.
Canned Heat es otro de los sobrevivientes de Monterey Pop y Woodstock, aunque el único miembro original que apareció ayer hubiera sido Fito de la Parra, el baterista. Y es que sus compañeros, Alan Wilson, Bob Hite y Henry Vestine, en ese orden, hace rato que se fueron al cielo. "The Blind Owl" Wilson en 1970, "The Bear" Hite en 1981, y, "The Sunflower" Vestine en 1997. Con la nueva formación, el grupo angelino caracterizado por su enérgico rock blues boogie, incluyó en su repertorio "Going Up the Country".
Taj Mahal toca blues como los dioses. Participó, al lado de Pete Seeger, Joan Baez, Janis Joplin, Buddy Guy y Arlo Guthrie, en el Newport Folk Festival de Rhode Island, en 1968. Es uno de esos artistas neoyorquinos que decidió volar a California para quedarse a vivir aquí. Respetado y querido tanto por su música como por su personalidad, de la que hizo gala ayer. Vestido con camisa roja y guitarra en mano, sus interpretaciones fueron como alimento para aquella parte de la platea que quiso estrechar el cuerpo y bailar un rato sobre sus lugares.
Paul Kantner & Friends, Slick Aguilar y Marty Balin. (FOTO: Javier Lishner).
7 comments:
Que buena crónica Javier, la envidia me corroe, jajaja. Y se apareció Burdon? Oye, en una de las fotos que tomaste puedo ver que Kantner al fin engordó, cuánto tiempo ha pasado!
Un abrazo desde la fria Lima
Hola Mauricio:
Resulta que ahora todos mis amigos me envidian y hasta andan con la cara larga porque no les avisé que iba a ir. Antes del evento nadie dice nada y, después, se quejan. Vaya uno a saber. Te prometo invitar a tí y a tu familia para la celebración de los 50 años. jaja.
De Burdon ni la sombra; de Hendrix, su doble.
Un abrazo,
JL
yo soy otra que siente envidia!!! javiercitoooo , la proxima vez invita pues hijo!!!
Estimada Lamaru:
Agradezco tu visita al blog. Ten la seguridad que la próxima vez te paso la voz.
Hacen falta tantos Summer of Loves, con esa filosofía del respeto por la persona humana, que haría todo lo posible por promocionar estas actividades y hacer que más gente participe.
Saludos,
JL
Jajaja, te tomo la palabra.
Saludos
A cool pic of Bob Mosley. He is one bad-ass singer/bass player!
Hi there,
He was and still is. I was fortunate to see them all together.
Thank you,
JL
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