Thursday, September 28, 2006

En pleno desierto californiano
COACHELLA: Y EL RITMO CONTINÚA
FOTOS: Michael G. Kohl y Javier Lishner / KOHL-LISHNER PRODUCTIONS


La temperatura en Indio, California, no llegó a los 38 grados como nos habían previsto antes de nuestra salida de San Jose, a unas nueve horas del lugar hacia donde miles de personas íbamos llegando para participar de la segunda versión del Coachella Valley Music & Arts Festival. Del año pasado aún quedaba el recuerdo de Moby, Morrisey, Rage Against the Machine y Tool, por mencionar sólo a algunos. Pasado el medio día ingresamos al inmenso campo de polo que ya presentaba a los primeros artistas, en sus cinco escenarios...


Destacaban más de cincuenta nombres desde clásicos rockeros hasta talentosos personajes de música electrónica; desde conocidos raperos hasta ídolos del hip-hop; desde bandas de música latina hasta populares grupos de rock. "Vengo desde Inglaterra especialmente para el evento. Y es que la presencia de Iggy Pop le da un toque especial al Festival", nos decía Andy Perry, periodista británico. Pasadas las horas lo volveríamos a encontrar con la satisfacción de haber conseguido la ansiada entrevista al padrino, y uno de los pioneros, del punk-rock.


Iggy Pop al desnudo, bajo 35 grados Celsius. (FOTO: Kohl-Lishner).

Fue Iggy Pop el primer artista que captó una atención casi general. Su espectáculo, inmediatamente después del grupo Dandy Warhols, se inició pasadas las cuatro de la tarde. Como si los años no hubieran sucedido, James Newell Osterberg, su nombre original, fue derrochando energía y vitalidad durante los casi noventa minutos en un show que culminó con su clásico "Real Wild Child (Wild One)" y un poco de sangre en su frente. El semi-desnudo cantante de Michigan (a los 54) sigue rockeando tan fuerte como hace más de treinta años cuando daba sus primeros gritos al lado de los Stooges. En tanto, en el Outdoor Theatre la presentación de Nikka Costa había concluido con la aprobación del público por su enérgica mezcla de funk y soul. Le siguió Ozomatli, una suerte de banda latina con influencias de jazz-funk y del tan popular hip-hop. El grupo de Los Angeles dominó muy bien el escenario con la ayuda de su contagioso ritmo (Nos hizo recordar un poco a nuestro Miki González).

Unas 35,000 personas llegaron hasta el campo de polo para participar del festival. (FOTO: Kohl-Lishner).

Para ese entonces ya habíamos apreciado a Rob Smith & Ray Mighty, el dúo de Bristol, que, con su trip-hop y dance music, hizo de las suyas en la carpa llamada Sahara. De vuelta al escenario principal y con unos 35 grados de temperatura, encontramos a MC Supernatural quien ya finalizaba su espectáculo. Un monólogo de más de diez minutos de parte del rappero de Indiana, dejó a la audiencia interesada en su segunda actuación que la haría a las diez de la noche en el Outdoor Theatre. Nuestro casual encuentro con Todd McFliker, de Rag Magazine, publicación del sur de la Florida, sucedió en medio del campo. Nos pidió unas fotos para la edición de junio de su revista. Llegados de Philadelphia, The Roots alentaban al público con su rap sofisticado y alternativo. El grupo agradó a la audiencia que iba gozando casi de la mitad del festival. En otro escenario, St. Germain, imponía su música electrónica, mezcla de jazz y house. El francés cuyo nombre original es Ludovic Navarre, fue muy aclamado.

Weezer en acción. En primer plano, Rivers Cuomo, cantante y líder. (FOTO: Kohl-Lishner).

Era Weezer uno de los grupos más populares de la tarde. El cuarteto venía a presentar música de sus dos primeros discos y a mostrar, también, canciones de su nueva producción lanzada la segunda semana de mayo bajo la atenta mirada de Ric Ocasek (The Cars). El grupo de Rivers Cuomo dejó el escenario aún con luz natural. Hubo una breve pausa, pues lo que seguía llegaba de lejos y necesitaba de tenues luces… Mos Def alegraba el otro ala del inmenso Empire Polo Club. Bordeaban las ocho de la noche y su rap abría paso al conocido Roni Size Reprazent. Ya oscuro, Paul Oakenfold comenzó a captar la atención en el escenario principal. El deejay inglés había sido muy esperado. Fue él quien introdujo el house music en Gran Bretaña a fines de la década del ochenta. Produjo, por ejemplo, a Happy Mondays y trabajó con artistas como Run DMC y the Beastie Boys. "Una escapada desde Nueva York para participar de esta fiesta me cae muy bien", nos decía una animada joven mientras nos pedía un cigarrillo. Por otro lado, una de tres amigas, quien ya había indagado nuestro origen, nos decía en inglés, "Me encanta la comida peruana… Voy siempre al Pollo Inca en Torrance". Torrance es una pequeña ciudad de unas 145,00 personas en el condado de Los Angeles, fundada por el petrolero Jared Sidney Torrance. Y mientras nosotros estábamos imaginariamente comiendo pollo a la brasa en Torrance, en el Polo Field, los espectáculos continuaban indistintamente en cada uno de los escenarios.

El trasero de Perry Farrell también fue parte del show de Jane's Addiction. (FOTO: Kohl-Lishner).

Más de media hora fue lo que el público tuvo que esperar para ver el circo montado por el irreverente y sarcástico líder de Jane’s Addiction. Fue así que la multitud le dio la bienvenida al más bufón de los bufones: al inigualable Perry Farrell. Botella de vino tinto en la mano izquierda y micrófono inalámbrico en la otra, la mente creadora de Lollapalooza, incitaba a la platea con gestos, simplemente. A la segunda canción recién se animó a cantar y no dejaría de hacerlo hasta las 10:30 de la noche. La atención seguía aumentando. Entonces Flea hizo su aparición. El carismático bajista de los Chili Peppers acompañó a la banda hasta el final del show.

Mientras eso acontecía en el gramado, en la carpa denominada Mojave, un británico de Bristol llevaba a lo más oscuro de la audiencia al frente de su escenario. Intenso en su accionar,
Tricky, cautivaba a los asistentes con su trip-hop, del cual, junto a Portishead y Massive Attack, es uno de los mejores exponentes. Lo acabábamos de ver tras bambalinas conversando con Ed Kowalzyk (cantante de Live). Después de algunas canciones volvimos a Jane’s Addiction. Era nuestra despedida. Y aún faltaban Gangstarr, The Orb, Fatboy Slim y the Chemical Brothers. Había que manejar a Palm Springs y, a la mañana siguiente, volver a la capital del Silicon Valley.

Aún con la identificación de prensa y la camiseta original del evento, ingresamos a un restaurante. Tres muchachos sentados en la mesa del frente, saludaron y nos dejaron un mensaje, "Mañana volvemos a Canadá. Vinimos hasta aquí solo para el Festival". La música que une al mundo y que esta vez trajo a 35,000 personas de tan distintos lugares. Adiós Coachella, hasta el próximo año.

Javier Lishner
Palm Springs, California
Mayo de 2001

Monday, September 25, 2006

Tres décadas
LA MÁS MÁS DE PANAMERICANA

Con Johnny López presentando La Más Más de 1983 en el Coliseo Amauta de Lima.

Recordar La Más Más de Radio Panamericana es, ante todo, un saludo a los señores Alcántara Delgado, con quienes recorrimos muchos lugares de nuestro Perú. La Más Más es recordar un espectáculo multitudinario en donde no solo hicimos de presentadores de las mejores canciones de cada temporada, como muchos piensan, sino también de cargadores, boleteros y hasta de guardias de seguridad; como en Arequipa, bello lugar, en donde una vez casi me trenzo con alguien que se quiso pasar de listo mientras yo era el responsable de una de las puertas de acceso al coliseo. Afortundamente, acababa de ingerir un muy picante rocoto relleno -en un restaurante en las afueras de la ciudad, al que llegamos con todo el elenco-, y me encontraron caliente.

En nuestro descontento por sentirnos las estrellas mil usos, aprendimos que la vida era más que, simplemente, música. Con las presentaciones en cada lugar adonde llegó La Más Más, conocimos un poco mejor nuestra tierra, nuestra cultura, nuestra cocina, nuestra gente...

Con Iván Márquez en diciembre de 1984, en la presentación de las mejores canciones del año.


Hoy, que Radio Panamericana llega simultáneamente a todo el país, cosa que viene haciendo desde 1990 -cuando inauguró la vía satélite-, debe sentirse orgullosa de haber sido pionera en la organización de grandes eventos y giras en el Perú. Digo, grandes. De mi corta presencia por allí (entre el 83 y el 85), recuerdo a los nacionales Dr. No, Pax, Mache y el grupo Hielo, quienes también nos acompañaron por ese inmenso
recorrido que hicimos por aire y por tierra.

Gastón Medina, Lucho Argüelles, Roberto Lyon, Humberto Velásquez, quien suscribe, Sammy Sadovnik y Kike Chávez. Adelante, marcando la diferencia, Johnny López. Diciembre de 1985.

Mi saludo a todos, a los de antes y a los de ahora, a los colegas disc jockeys, a los técnicos de audio y sonido, y, también, a las chicas de la administración, que tanto se preocuparon por nosotros. Claro, unas más que otras. Por ejemplo, a mí, me preferían las chicas del primer piso. Mis parabienes al maestro, mi maestro, Iván Márquez, quien, mejor que nadie, piloteaba el equipo de locutores, y con quien me tocó hacer inolvidables duetos en la presentación de temas debajo de la "pantalla gigante y a todo color", tan de moda en esos tiempos.

El agradecimiento a la señora Raquel y a Don Carlos, su recordado esposo, por ser tan buenos en compartir con nosotros, aún muchachos, su cariño cada vez que salimos a presentar nuestra música.

Javier Lishner
San Jose, California
24 de septiembre de 2006

NOTAS RELACIONADAS:
- ALGO MÁS DE LA MÁS MÁS
- La rectificación. ALGO MÁS DE LA MÁS MÁS

Thursday, September 21, 2006

Roger Waters en Toronto
EL LADO OSCURO DE LA LUNA

Anoche, "el genio creador de Pink Floyd" (como lo anuncia el afiche), Roger Waters, quien no pertenece a Pink Floyd desde 1983, estuvo en Toronto, Ontario. Presentó la que es su obra prima, "The Dark Side of the Moon", disco que se mantuvo en la lista de la revista Billboard durante 14 años, o lo que eso signifique. La verdad es que mi carrera siempre estuvo en paralelo con las estadísticas de medios comerciales como ese, pero, por ahora, no vamos a ahondar en el tema.

Lo que sí es un récord concreto son las casi 250,000 copias anuales que el disco sigue vendiendo después de 33 años. Y las más de 30 millones de unidades que, desde la fecha de su lanzamiento, han mantenido una vida digna a las familias de David Gilmour, Richard Wright, Nick Mason y al genio, el bajista creador.
Waters, quien en julio de 2005, luego de muchos años, en el London Hyde Park, se reunió con sus ex-compañeros para una muy exclusiva presentación en el Live 8, inició el pasado día 6, en New Jersey, la manga norteamericana de su propio tour, "The Dark Side of the Moon". Había llegado de Europa, la que recorrió durante dos meses, incluyendo visitas en Turquía e Israel, tocando temas tan elaborados como "Breathe", "Time", "Money", "Us and Them" y "Brain Damage", los cuales, en su momento, fueron grabados bajo la supervisión de Alan Parsons.

El 10 de octubre llegará a nuestra área para una actuación en el Shoreline Amphitheatre, de Mountain View. Ya estaremos en otoño, pero aún al aire libre. Dos días después, despedirá la gira, en el Key Arena, coliseo cerrado del inmenso Seattle Center, en el estado de Washington.
Jorge Muñiz, amigo de mis primeros días de radio, y con quien, hace bastante tiempo, nos iniciamos en este mundo de locos, estuvo en el Air Canada Centre de Toronto, desde donde nos llamó, mientras la banda tocaba. Lo que no nos dijo Jorge fue si es que el 24 estará con Eric Clapton o, las dos siguientes noches, con the Red Hot Chili Peppers. Porque para allá van.
Irónicamente, de acuerdo a Jorge, el espectáculo de "The Dark Side of the Moon", terminó con un encore que no le pertenece: "Another Brick in the Wall", de 1978, pero sonó bien. Claro, y es que cualquier cosa en donde participe Roger Waters siempre sonará bien (FOTO: Steve Medina).

Javier Lishner
San Jose, California
21 de septiembre de 2006

NOTAS RELACIONADAS:
- El lado oscuro de la Luna, EN EL PERÚ: Y SE HIZO LA LUZ.
- El lado oscuro de la Luna, WATERS DE GIRA EN LATINOAMÉRICA.


Monday, September 18, 2006

En Lima
LOS SESENTA DE GERARDO MANUEL


Gerardo Manuel Rojás Rodó (izquierda), conversando en los Estudios RPM de Miraflores, en Lima, con los músicos Ricardo Silva de Del Pueblo, Del Barrio y Pepe Ortega, durante el Primer Encuentro del Rock realizado en el Perú, evento promovido en 1986 por Sammy Sadovnik y quien suscribe. De eso, hace veinte años.

Hoy, Gerardo, cantante, disc jockey, video jockey, promotor discográfico y pionero del rock and roll en el Perú, está celebrando sus primeros sesenta años de vida y los festejará en grande, el viernes 22 en el Teatro Peruano-Japonés, con sus amigos Jean Pierre Magnet y La Gran Banda, César Ichikawa, Los Belking's
, y El Clan, grupo en el que su hijo Alex es vocalista.

Finalmente, con sus sesenta, Gerardo alcanzó a la cantautora
Linda Ronstadt, a los vocalistas Ian Hunter y Peter Wolf, al bajista de Led Zeppelin, John Paul Jones, al baterista de la Jimi Hendrix Experience, Mitch Mitchell, y al Rey del Toque, Rulli Rendo, todos, a quienes, seguramente, ha promovido en algún momento de su respetable carrera.

Muchas felicidades a la distancia y el tiempo. (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).

Javier Lishner
Santa Clara, California
20 de mayo de 2006

NOTAS RELACIONADAS:
- GERARDO MANUEL: Oda al Maestro
- GERARDO MANUEL Y SU BLOG


Saturday, September 16, 2006

The 20th Century Boy
MARC BOLAN REMEMBERED


It was twenty-nine years ago, in 1977, when the news was spread out all over the world. Only two weeks before turning 30, the forefront of Glam Rock, Mark Feld, well known as Marc Bolan, the singer and guitar player for British band T. Rex, died in a car crash less than a mile from his home in Richmond, England.


Girlfriend, American singer Gloria Jones who was driving Marc's purple Mini 1275 GT survived the car accident. At home, little Rolan, not even two, stayed waiting for Dad who unfortunately never came back. Bolan passed away September 16 just a month after one of his idols, Elvis Presley.

Singers David Bowie, Rod Stewart and Elton John attended Marc's funeral at Golders Green Crematorium. Gary Glitter and the Who drummer Keith Moon just sent flowers. (Coincidentally, Moon followed Bolan next year and his ashes were buried next to him.)

Marc and baby Rolan, his son with singer Gloria Jones.

Summer's not a bummer,
this is summer and it's now.
Summer is heaven in '77.

- "Celebrate Summer" - Marc Bolan, 1977


A Memorial Stone for the 20th Anniversary of Marc's death at the car crash site in Queens Ride Barnes Common, London. (PHOTO: David Edgar)


Let's play some Bolan's music to celebrate his life. "Bang a Gong (Get In On)", "Jeepster", "Hot Love", "Metal Guru", "Telegram Sam", "20th Century Boy", anything but out loud.

Javier Lishner
San Jose, California
September 16, 2006


Friday, September 15, 2006

Bridge School Benefit
NEIL YOUNG: EL DE CORAZÓN DE ORO

Nunca me imaginé que ese cantante que en 1972 tocaban permanentemente en Radio Miraflores de Lima, con un tema de título "Heart of Gold", sería aquel que, años más tarde, haría tanto por promover el desarrollo educacional, social y recreativo, de niños con impedimentos físicos y problemas en el aprendizaje.

Cada año, niños con algún impedimento esperan la presencia de sus ídolos en el escenario del Shoreline, en Mountain View, California.
(FOTO: Craig Abaya/Bridge School).

Se llama Neil Young y nació en Toronto, Ontario, hace casi 61 años. Su vida se la ha pasado escribiendo canciones, tocando guitarra, soplando la armónica, diciéndole no a la guerra y, durante los últimos veinte años, también, llamando a sus amigos para que actúen a beneficio de niños especiales. La lista incluye a James Taylor, Elton John, Patti Smith, Bob Dylan, Willie Nelson, Tom Petty, Lou Reed, Alanis Morrisette, Pete Townshend, Chrissie Hynde, Billy Idol, Bonnie Rait, David Bowie, Bruce Springsteen, Sarah McLachlan, Beck, Tracy Chapman, Metallica, Sammy Hagar, Eddie Van Halen, Sheryl Crow, Don Henley, Smashing Pumpkins, Tony Bennett, Red Hot Chili Peppers, Ben Harper, Green Day, y los desaparecidos Jerry Garcia, Nicolette Larson y John Lee Hooker, entre tantos otros.

Neil Young, veinte años con el Bridge School Benefit.
(FOTO: Bridge School).


Con más de cuarenta placas en su discografía, sin contar recopilaciones, su mejor obra se llama The Bridge School, un colegio no muy simple donde se brinda educación y mucho, muchísimo, cariño. La idea de dos padres de familia, Pegi Young y James Forderer, y la de una patóloga, la doctora Marilyn Buzolich, comenzó a rodar hace dos décadas. Nacía también The Bridge School Benefit, un espectáculo musical que se caracteriza por varias cosas, entre ellas, por ser acústico y por ser benéfico.

Desde que asistí a mi primero de ellos, en 1995, me hice parte de la obra y hasta olvidé el sinsabor que alguna vez me provocó, a principios de los setenta, buscar "Corazón de Oro" en las tiendas de Lima. Ese disco que, ni mi hermano menor ni yo, nunca encontramos, nos hizo caminar calles y cruzar pistas corriendo, en vano. Por culpa de la disquera, que nunca lo lanzó, y, de Velasco Alvarado, el ex-presidente peruano, que no permitió la importación de discos.

Dave Matthews, por quinta vez a beneficio del Bridge School.
(FOTO: Bridge School).

Esta semana, recién, se dio a conocer la lista de invitados a participar del evento que, año a año, en Mountain View, California, organizan Neil y Pegi Young. Durante los últimos diez hemos asistido a siete de ellos y, esta oportunidad, podría ser la octava. La particularidad de este año es que, entre el 21 y 22 de octubre, también se estará festejando los primeros veinte años del Bridge School Benefit.

Desde 1995, Neil es el artista estelar de cada evento, cuando decidió autoincluirse como parte del programa y, la única vez que cedió el puesto fue en 2004, cuando llegó Paul McCartney, con quien cantó una inolvidable versión de "Only Love Can Break Your Heart", que antecedió a "Michelle", "Yesterday", "Get Back", "Let it Be", "Lady Madonna" y "Hey Jude", tema con el que el ex-Beatle cerró la noche.

Michael Stipe vuelve al Bridge School con R.E.M.
(FOTO: Bridge School).

Con Neil, este año llegan Pearl Jam, Dave Matthews Band, el Beach Boy Brian Wilson, Foo Fighters, Trent Reznor (Nine Inch Nails) y un par de números más que suelen lanzarse al ruedo desde tempranas horas de la tarde. Además, se anuncia Special Guests, que, por ser la vigésima edición del evento, podríamos esperar cualquier cosa, desde la reunión de Simon & Garfunkel (quienes estuvieron hace trece octubres, cuando aun Neil miraba su obra desde el palco) hasta la reunión del Zambo Cavero y Oscar Avilés, los peruanos, cuya primera actuación juntos, después de sus dimes y diretes, tuve oportunidad de ver en Miami, en 1989.

Grupos como Crosby, Stills, Nash & Young hacen posible que el Bridge School siga creciendo.
(FOTO: Craig Abaya/Bridge School).

Ingresar al Shoreline Amphitheatre para quienes residimos en el área (y gustamos de la música) es relativamente común; pero, ingresar al Shoreline para vivir el Bridge School Benefit, es algo muy especial. Tan especial como los niños que, a un costado del escenario, en su muy particular mundo, ven pasar a esos seres con instrumentos en mano (y corazones de oro) que, con solo tocar y cantar, ayudarán a mantenerles la flama de la esperanza para una vida mejor.

Para colaborar a través de la Internet pueden visitar aquí.

Javier Lishner
San Jose, California
15 de septiembre de 2006

Wednesday, September 13, 2006

THE WHO 2006: Are the Kids Alright?

The Who está embarcado en su primera gira mundial en más de dos prodigiosas décadas. Relata su historia que los únicos años que el grupo dejó la escena fueron entre 1982, en que oficialmente se despidieron, y, 1988, en que oficialmente volvieron... "porque no podían vivir sin tocar juntos". Y, sin incrementar sus cuentas bancarias más allá de las regalías, agregaría yo. Pero, claro, a nadie se le puede prohibir el derecho al trabajo, sobre todo, cuando es honrado.
Su alejamiento de los escenarios entre el 82 y el 88 tuvo una ligera interrupción, noble eso sí, cuando se reagruparon para el concierto de Live Aid, en el estadio de Wembley, en julio de 1985, la vez que Phil Collins tocó, el mismo día, en ambos lados del Atlántico gracias a las cualidades del otrora famoso Concorde franco-británico, el que fue lanzado el año que yo terminaba el colegio.

Con su clásica postura, Pete Townshend en Philadelphia, al mando de la renovada nave (FOTO: Reuters)

Pero, aunque seguían unidos, hubo otro vacío entre 1990 y 1996, año en que regresaron para escenificar Quadrophenia. Esa fue la primera vez que los vi. Y fue grande. John Entwsitle, como me lo imaginaba, tranquilo en el escenario; Pete Townshend, más pesado de lo que lo había visto en las figuritas, y, aquella vez, tocando la guitarra acústica y, Roger Daltrey, el cantante, a sus más de 50, haciendo aun delirar a las féminas, muchas de las cuales ya tenían más de una arruga. Y, para mí, además, Daltrey, cantando mejor que en sus tiempos de muchacho malcriado.
The Who, amén de ese par de vacíos que tiene en su haber, es una de esas bandas que, desde 1964, casi no ha parado de actuar. Y, en los últimos diez, en donde los hemos visto tres veces, han visitado no solo su patria, Inglaterra, y la Unión Americana, sino países como Australia y Japón, tal como sucedió hace dos años.

Los sobrevivientes. Pete y Roger durante el benéfico Live 8, en julio de 2005 (FOTO: Brian Aris/Getty Images)

El grupo, que en 2002 perdió a su bajista original de quien Bill Wyman una vez dijo: "John Entwistle es el hombre más tranquilo en su vida privada pero el más ruidoso en el escenario", ayer, en Philadelphia, inició la parte norteamericana de su gira mundial y, en noviembre, los tendremos por enésima vez en el barrio. En esta oportunidad, con Dino Palladino en el bajo. Los demás ya son conocidos: en batería, Zak Starkey, el hijo de Ringo, quien desde 1996 no deja el puesto, a pesar de sus múltiples ocupaciones; en teclados, el siempre leal John "Rabbit" Bundrick y, adelante, acompañando a su hermano en las guitarras, Simon Townshend.

Maximum R&B, uno de mis libros favoritos de The Who

Es un The Who reformado, es verdad, pero que no pierde la esencia del rhythm and blues que fue la semilla que los hizo germinar solo dos años después que sus compatriotas, los Rolling Stones. El grupo, que pudo superar la partida de Keith Moon en 1978, hace ahora lo propio después de que, en Las Vegas, hace cuatro años, el buen John se escapó sin avisarles.

Los que se fueron. Keith y John, en un descanso del Rock and Roll Circus en diciembre de 1968 (FOTO: Hulton Archives/Getty Images)

La gira mundial de The Who debiera incluir algunos países latinoamericanos a los que, tengo entendido, nunca ha llegado la banda, acaso una de las más influyentes de la historia del rock and roll. Por el momento, todo lo que se sabe es que, hasta diciembre de este año, seguirán recorriendo los Estados Unidos de América con solo una intervención en Toronto, Canadá. Quién sabe qué les deparará el 2007.


Tuesday, September 12, 2006

CHACHI LUJÁN: Un esperado retorno

Una de las satisfacciones que brinda la Internet es, sin duda alguna, el poder retomar de una manera rápida y fácil, la comunicación con viejas amistades, principalmente, cuando uno está lejos. Así, por ejemplo, en 2006, tuve la oportunidad de recibir un mensaje de alguien a quien aprecio mucho y del que, incluso, escuché su música años antes de saber que algún día lo iría a conocer. Y es que, mi sueño de ser futbolista, aún no encontraba lazos con esos hippies que Nelly Nelly Mendívil tocaba en la radio cuando yo llegaba del colegio muerto de hambre, con los zapatos sucios y la cara pintada.

De amarillo, llevando la batuta de los rockeros reunidos en Radio Miraflores. 1987 (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).

Desde la época de "La juventud peruana avanza, se eleva y triunfa", con Nelly, es bastión del rock que se viene realizando en el Perú. Me consta de primera mano que es un luchador infatigable de la música y el arte. Fue, además, uno de los primeros rockeros que verdaderamente conocí, cuando andaba en Radio Panamericana (1983-1985) y, él, acababa de llegar del extranjero para sumirse en un nuevo proyecto dentro del renaciente movimiento local de esos años.

Dr. No fue un súper grupo de nuestra escena, posiblemente el primero en mucho tiempo, creado por Chachi Luján a su regreso de los Estados Unidos. Con él, estaban embarcados en la misma aventura, el bajista Ernesto Samamé; el teclista de Frágil, Octavio Castillo, y su viejo compañero de Telegraph, el baterista Walo Carrillo. Por ese tiempo, primeros meses de 1983, acababan de lanzar un disco sencillo titulado "Turn Out The Lights", así, en inglés, y, era la banda predilecta de la emisora de Mariano Carranza para sus famosos espectáculos masivos llamados La Más Más. El disco fue grabado con Kevin Norris, alguna vez teclista del grupo Malo de Jorge Santana, hermano de Carlos. Viajé con Chachi y con los demás integrantes por alguna ciudad del país. Tiempo después, fue puntal en casi cada obra en la que mi imaginación me metió. Siempre, como se dice, empujando el coche. Para muestra, hay suficientes botones como para regalar a los que les ganó la modorra y el aburrimiento. A Chachi, no.

Escena que podría repertirse después de más de tres décadas. Telegraph en vivo.

A mediados de 1985, luego de la lógica ruptura de Dr. No, cuyos integrantes tenían suficientes proyectos como para atarse a uno más, Chachi continuó su carrera en solitario. Pero siempre rodeado de talentosos colegas. Por ahí recuerdo, por ejemplo, a Lucho Salazar, el Luciano Figallo de Trama y Los Perros; Julio Caipo, músico, compositor y productor de trayectoria reconocida; Pepe Ortega, compositor y dedicado músico radicado en Oklahoma; Carlos Páucar, músico graduado en la Berklee College of Music y propietario de un importante estudio de grabación en la Florida; Carlos Kakutani, asediado guitarrista de bandas de heavy rock en España; Manuel Miranda, compositor y uno de nuestros mejores instrumentistas especializado en vientos, y, Jorge Aguilar, de Combo La Revelación, según dicen, la mejor banda latina en Australia.

Grabó "Gracias" y "Sola", en los estudios de Miki Gonzalez, y, luego, "Eres para mí". Las canciones fueron irradiadas y, en su debido momento, escalaron posiciones en las listas de algunas de las más emisoras juveniles de la época. Poco tiempo después, con la tremenda facilidad que tenía para hacer amigos, conoció a los integrantes de El Tri, quienes habían llegado a Lima por primera vez y, con un par de ellos, a quienes convenció en una noche de copas, fue al estudio a grabar partes de los que serían sus próximos temas ("Angustiado", fue uno de ellos). Recuerdo que la movida fue rápida pues Lora y sus compañeros solo estaban de paso. Me lo contó mientras nos encontrabábamos en casa del baterista Carrillo, otro de esos inolvidables amigos. Era junio del 86. Luego vino su Banda de Oz.

Pesos pesados. Carlos Guerrero, Luján, Gerardo Manuel, Pico Ego Aguirre y Tavo Castillo en Radio Panamericana. 1985. (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Unidos).

Si a estas alturas me pidieran describir a Chachi Luján, lo primero que diría es que fue un activista del rock, en el mejor sentido del término. Lo recuerdo en entrevistas radiales, en los encuentros del rock nacional, en las reuniones de la obra Unidos, en las conferencias de prensa de sus colegas, en la escenificación de Construyendo en el Teatro Canout, en las giras al interior del país, con Indochina (en francés), con Jon Anderson (en inglés), con los grupos argentinos (en che), en fin, en casi todo lugar donde había, si quiera, un poco de esperanza a lo que pedía el rock en español en ese momento: apoyo. Y, cuando me uní a CATS Producciones, en 1987, ahí, también estuvo. No por gusto Chachi Luján había sido, en mayo del 86, nuestro primer entrevistado en el recién estrenado programa Perú Rock, dedicado a los artistas nacionales o, también, el invitado especial, en febrero del 89, cuando me despedía de "Los Caminos del Rock", en Radio Nacional, la emisora que el Presidente de aquel entonces -que es el mismo de ahora-, Alan García Pérez, le cambió el nombre a Radio Pachacutec, en honor al soberano que gobernó el imperio incaico entre 1438 y 1471, que supo mucho de comunicaciones pero nada de radio, casi como el Presidente.

Clásico disco de Telegraph Avenue. 1971.

Para fines de este mes, Chachi anuncia, como primicia (término que no escuchaba desde que llegué aquí hace más de una década), la posible reunión de Telegraph, la banda que él, al lado de Bo Ichikawa, Alex Nathanson y Walo Carrillo, ayudó a hacer realidad a fines de los sesenta. Por ahí también anduvo un poco más tarde, "el Mono" Germán Cabieses.

Chachi nos informa que ha aparecido un disco de Telegraph y que hay gente interesada en reagruparlos. "Es posible que contemos con algunos músicos de apoyo", nos cuenta, mientras confía que se haga realidad lo que es un sueño largamente acariciado. Por lo menos, el CD de Telegraph Avenue, de 1971, lo conseguimos no hace mucho tiempo atrás, en una conocida discotienda de Berkeley, ahí, frente a la Universidad, en la misma esquina de la famosa Telegraph Avenue.

Mario Luján entre Sammy Sadovnik y quien suscribe. 1986. (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Unidos).

Finalmente, comparte con nosotros su pena de no haber hecho posible el retorno de Dr. No por la súbita muerte de su bajista, el Perrito Samamé, "quien hace unos meses se fue pal cielo", nos dice con evidente tristeza.

Si existe gente que conoció muy bien mi carrera, uno de ellos es Mario Luján, quien, por lo que veo, al igual que su compatriota, el Puma Rodríguez, no pierde su fe en Dios. Venga un abrazo, varón. O, barón, como mejor lo desees (Nunca supe a cuál de las dos te referías cuando nos llamabas así). Por ello es que existe gente que te llama "El barón del rock", apodo que ahora debes estar compartiendo con Billy Idol, a quien -alguna vez escuché-, lo viste cuando recién comenzaba, y tú -al lado de Bo, Alex y Walo-, ya habías sido una figura en el Perú, la tierra que supiste amar.

Javier Lishner
San Jose, California
12 de septiembre de 2006

Monday, September 11, 2006

ROXANA VALDIVIESO:
"... Esas canciones formaron parte entrañable de mi historia personal"

Con mucho agrado he leído, desde lejos, sobre la nueva temporada de Roxana Valdivieso en el Cocodrilo Verde de Lima. Roxana, grande. La señora de Llosa, imperecedera.

Roxana en 2004, en exclusiva gráfica de Domingo Giribaldi. (Diario El Comercio).

La vi por primera vez en un escenario cuando su melodiosa voz y hermosa figura eran parte de Breeze, un grupo peruano de mediados de los setenta, el que formaba con Giampiero Solari, Fernando Cayo, Paul Hoyle, Carlos Heighes, Sergio Rivadeneyra y Federico Hoyle. Interpretaban covers que no eran tan clásicos como lo son ahora, tales como "Ruby Tuesday" de los Stones, "Love the One You're With" de Stephen Stills, "Maybe I'm Amazed" de Paul McCartney y "Bourée" de Jethro Tull (bueno, original de J.S. Bach). Estas y otras joyas más, fueron parte del disco que, en el Perú, la disquera IEMPSA lanzó en 1976 en formato de long play, que era lo máximo a que un artista podía aspirar en aquel entonces. Y, en la casa, lo escuchamos mucho.

Yo tendría entre 13 y 14 años y, cada verano, esperaba su participación en los festivales de fin de temporada en La Honda, lugar donde se presentaban. Ahí, a 60 kilómetros al sur de Lima, una vez, el recordado Piero Solari al anunciarlos, muy orgulloso, dijo: "La guitarra que esta noche ha traído Giampiero (su hijo) es la misma que utiliza Cat Stevens". Y esa sería, hasta hoy, la experiencia más cercana que tuve con el popular cantante inglés de origen griego quien, al poco tiempo, se haría musulmán y se retiraría de la música.

En 1985, cuando Roxana estaba en uno de sus buenos momentos artísticos con eso de la novela Carmín, cuya canción principal tocábamos mucho en la radio, la llamamos para proponerle participar en Unidos, la obra en beneficio de los niños huérfanos del terrorismo en el Perú. Era la época de Band Aid y USA for Africa. "Claudia ya me ha contado del proyecto", me contestó, refiriéndose a la hija de Marcela Temple, esposa del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, a quien -sin ser artista- también habíamos contactado.

Esa mañana de julio, Roxana dijo que sí y se convertía en uno de los pilares de aquella canción, compuesta por José Escajadillo y dirigida por Víctor "Coco" Salazar. "(Un canto) Para el amor dormido", con Roxana y cuarenta cantantes más, ayudó a devolver la esperanza a niños de los poblados de Tambo, Huanta y Huancapi, en los Andes del Perú. Muchos de los que, hoy, aunque huérfanos, son hombres de bien.

Todos los sábados de septiembre, Roxana Valdivieso en el Cocodrilo Verde.

Esta vez, Roxana llega con el acompañamiento de una envidiable banda formada por Manuel Miranda (quien también participó en Unidos), Henry Ueunten, Gustavo Villegas, Eduardo Freire y Chisco Ramos, además de Fernando Cayo, compañero de los tiempos de Breeze. "Ruby Tuesday" es el nombre del espectáculo. "Es la nostalgia de la época inolvidable de finales de los años sesenta y los inicios de los setenta. Revivir esos años a través de la música que la caracterizó, y por su influencia tan poderosa sobre mí, forman parte entrañable de mi historia personal", refiere la cantante.

"Ha sido apasionante volver a interpretar temas que no sólo no han envejecido sino que han adquirido un nuevo significado al cantarlos a mi edad. Y es emocionante comprobar que siguen vigentes las letras que tanto nos conmovieron e intactas las melodías en nuestro recuerdo. Felizmente, a pesar del paso de los años, las ilusiones que despiertan en nosotros siguen siendo las mismas”, concluye la esposa de Luis Llosa, renombrado director de cine. ¿Habrá alguna vez en la historia de nuestra música una mujer más bella que Roxana Valdivieso? Yo creo que no.

Breeze fue el primer grupo de rock que vi en vivo, y nunca dejará de ser parte de mis memorias. En un mundo dividido, que hoy recuerda cinco años del infame y cobarde ataque, quiero, al igual que Roxana, que mis ilusiones sigan siendo las mismas.

Javier Lishner
San Jose, California
11 de septiembre de 2006

Saturday, September 09, 2006

MEGADETH, POGO Y ROCK & ROLL

Leí una historia que decía que fue Sid Vicious el precursor del pogo. Cuentan que cuando aún no era integrante de los Sex Pistols fue a ver a la banda y, como aquella estaba tocando al mismo nivel del público, Vicious, al no poder ver al grupo, comenzó a saltar y a empujar a quienes estaban a su alrededor. Esa es, al menos, una de las leyendas de los orígenes del pogo que se tiene registrada. Empero, esos incipientes saltos de mediados de los setenta tuvo su etapa de maduración y, hoy, llega a mucho más que empujones (cadenas, púas, pandillas, etc.). Vicious, finalmente, logró ocupar un puesto en Sex Pistols, y, como no era de sorprender por sus malos hábitos, murió a los 21 años por lo mismo que mató a varios: la sobredosis. Después de tanto tiempo, hay gente que aún señala a Vicious como la razón de la definitiva separación de la banda punk, luego de su presentación en el Winterland de San Francisco el 14 de enero de 1978.

Sid Vicious y John Lydon durante la última actuación de Sex Pistols. (FOTO: AP).

[EL POGO Y YO] En 2001, cuando participé del OzzFest, esa tour rockera inventada por la señora Osbourne para hacer dinero -y copiada del Lollapalooza de Perry Farrell-, sufrí accidentalmente mi desencanto directo con el pogo. Me encontraba caminando por el gramado cuando, repentinamente, la turba llegó hasta donde yo estaba. El reunido Black Sabbath aun no había comenzado su show, y tocaba un grupo de nombre Slipknot, de quienes había escuchado muy poco. Lo cierto es que mientras pensaba en ver por primera vez a uno de mis grupos favoritos de toda la vida, y con su formación original, me encontré en medio de la muchedumbre confusa y desordenada. En ese pequeño sector, donde zapatillas, zapatos y botas de distintas marcas solo daban vueltas y vueltas, casi no había gramado. Mientras andaba en los suelos, entre botas, zapatos y zapatillas, recordé que en mi vida había consumido de todo pero, nunca, tierra. Aquella tarde, entre empujones y golpes, fui parte del caos. Sin embargo, fiel a mis dogmas, decidí, al igual que Adam Smith, dejar hacer, dejar pasar. Después de todo, fui yo quien se metió en su terreno. El rock and roll es y siempre será de los jóvenes, muy aparte de lo que, a estas alturas, pueda decir Mick Jagger.

[MEGADETH ATACA] Alguna vez les preguntaron a los integrantes de Megadeth qué hubieran querido ser de no haber sido músicos. Shawn Drover, el baterista dijo que bioquímico; James LoMenzo, el responsable del bajo contestó que reportero gráfico; en su momento, Glen Drover, el guitarrista, dijo que le hubiera gustado ser cirujano. Y, cuando le tocó el turno a Dave Mustaine, el fundador de la banda, replicó: "Hubiera querido ser presidente de los Estados Unidos de América". Y es que Mustaine, con su frágil apariencia, es muy político. Y muchas de las canciones de Megadeth, van por ese camino. No en vano le he escuchado decir más de una vez: "Somebody has to say something", como lo repitió anoche ante miles de espectadores. Esta es la séptima reencarnación del cuarteto formado por Mustaine luego de su retiro forzado de Metallica, y la tercera que nos toca verlo.


[RIO 91] En 1991, Mustaine llegó a Rio de Janiero con David Ellefson (bajo), Marty Friedman (guitarra) y Nick Menza (batería) que, a la postre, se convirtió en la formación más estable. Era la gira del Rust In Peace y compartió escenario la misma noche con Sepultura, Queensrÿche, Judas Priest y Guns N' Roses. Fue una velada sensacional de la que escribimos en su momento. Ocho años después, lo vi en el Santa Clara County Fairgrounds, hasta donde llegó con un nuevo integrante, Jimmy DeGrasso, en batería. En aquella oportunidad Megadeth compartió el cartel con Sammy Hagar, quien fue el headliner de la tarde. Antes de ellos tocó Sevendust.

[EL GIGANTOUR] Esta vez, finalmente, lo vimos en su propio show, el Gigantour. El único estreno fue el bajista James LoMenzo, de quien supimos cuando era integrante de White Lion. Megadeth se presentó en el McAfee Coliseum luego de Lamb of God, que me hizo recordar la tarde de Slipknot. Felizmente, esta vez, no había gramado ni tierra, y estaba ubicado en una segura butaca del coliseo de Oakland, un poco lejos como para no terminar en el suelo, pero lo suficientemente cerca como para analizar los actos de la muchedumbre. La segunda fila no fue una mala opción.


Dave Mustaine al mando de Megadeth. (FOTO: Truth Mag).

Durante los primeros treinta minutos del show, la música de Mustaine & Co. no dejó espacio ni para el saludo. Cada vez que las guitarras iban finalizando las melodías, desde el fondo, el Drover baterista, comandando una impresionante TAMA que incluía dos bombos, iba iniciando la siguiente canción. Y así nos tuvieron hasta que pudimos, finalmente, escuchar hablar al líder.

La presentación de Megadeth apoya la reciente aparición de su disco Greatest Hits, que fue lanzado luego de The System has Failed de 2004, el que hace hincapié a la pérdida de valores en la sociedad. La escenografía, como sucedió el año pasado, consta de una gruesa lona muy bien pintada que cubre el fondo (y se ve bien), y les ha de resultar fácil de manejar cada fecha que tienen pactada. El grupo utiliza juegos pirotécnicos que, sin duda alguna, tienen en Kiss a su mejor cliente. Durante la recta final recién escuchamos "Kick The Chair" y "Symphony Of Destruction".

Anoche, luego del show que brindó Megadeth en la Bahía de San Francisco, muchos quedamos agradecidos de que Mustaine, LoMenzo y los hermanos Drover, hubieran elegido la profesión correcta. Ahora, simultáneamente a la gira, van planificando la aparición de su próximo disco cuyo título, de acuerdo al mismo Mustaine, admirador de Kiss, sería "United Abominations". ¿Y saben por qué? Tal vez el señor Pérez de Cuéllar nos pueda dar una mejor explicación.


Las manos del Gigantour, en honor al heavy-metal. (FOTO: Truth Mag).

"The Gigantour is the spirit of the heavy-metal captured in a festival", fueron las palabras con las que Mustaine agradecía a la audiencia luego de destrozar completamente su guitarra al más puro estilo Pete Townshend, con la diferencia de que este lo hacía hace cuarenta años frente a los amplificadores y Mustaine lo hizo anoche en contra del fierro que sirvió de base para la batería. Y mañana actuará en San Diego, donde estuvo el 28 de julio del año pasado. So far, so good.

Javier Lishner
San Jose, California
9 de septiembre de 2006

NOTA RELACIONADA:
- Perú en Rock: Y AHORA MEGADETH Y JOE SATRIANI

Thursday, September 07, 2006

La canción del Uh uh uh, uh uh uh uh uh
THE GREG KIHN BAND

Greg Kihn es, sin duda, una personalidad en el área de la Bahía de San Francisco. Hace poco más de una década, además de haber sido el recordado cantante de "The break up song" (La canción del Uh uh uh, uh uh uh uh uh) y "Jeopardy", temas que hizo populares a principio de los ochenta, era el disc-jockey nocturno de la KFOX, una respetable radio de rock clásico.

Greg, guitarra en mano, en Music in the Park

Por ese entonces, 1996, tuve oportunidad de conocerlo, a pocos minutos del inicio de la obra Quadrophenia interpretada por The Who, con la participación especial de Gary Glitter y Billy Idol. Le comenté que en el Perú sus canciones habían sido un éxito y le agradó. "No me imaginaba que había llegado tan lejos", me dijo con su ronca voz. (Hasta ahora dudo si sabría dónde quedaba el Perú).

A Greg, oriundo de Baltimore pero residente de la Bahía, lo había visto actuar una sola vez en el marco de la celebración de los 100 años de las guitarras Gibson, en el Fillmore de San Francisco. Aquella noche fue parte de una lista de invitados que iban desde Greg Allman y Jorma Kaukonen hasta Elvin Bishop y Narada Michael Walden. Sucedió en noviembre de 1994. Años después, ya como el más popular deejay matutino, lo volví a ver un par de veces al frente de su banda, The Greg Kihn Band.

Hoy, volvió al escenario para interpretar sus populares canciones y un poco de blues, lo cual domina. Su show duró algo más de una hora y con él estuvo su hijo Ry, en la guitarra. Desde hace muchos años sabíamos de la existencia de Ry pues Greg, como orgulloso padre, lo viene mencionando frecuentemente en sus programas de la KFOX, mientras se entretiene conversando con estrellas que van desde Paul McCartney hasta Roger Waters. Además, amigos en común que conocen a Ry me habían comentado de su indiscutible calidad. Solo le falta la personalidad del padre para llegar aun más lejos... que su progenitor. Y esta una opinión muy personal.

Foto promocional de The Greg Kihn Band en 1983

El espectáculo que trajo hoy The Greg Kihn Band a Music in the Park fue la despedida de la temporada de conciertos al aire libre en San Jose, la que comenzó hace más de dos meses con música del álbum blanco de los Beatles. Para la parte final del espectáculo, el cuarteto interpretó una versión del viejo tema de Bob Dylan titulado "Knockin' on heaven's door" que Axl, Slash y compañía hicieron éxito en 1991. Le siguió "The break up song", tema con el que el mundo lo conoció en 1981. Y, para terminar, un conocido de the Glimmer Twins, Jagger y Richards, que dice así: "I was born in a cross-fire hurricane, And I howled at my ma in the driving rain, But it's all right now, in fact, it's a gas! But it's all right. I'm jumpin' jack flash, It's a gas! gas! gas!...". Buena Greg, see you in a while.

Javier Lishner
San Jose, California
7 de septiembre de 2006

Wednesday, September 06, 2006

1946 - 6 de septiembre – 2006
CELEBRANDO A RULLI RENDO

De pronto, la tía Meche lanzó un grito porque había descubierto que un pequeño ratoncito se había introducido del jardín a la sala. Nosotros, acabábamos de terminar el almuerzo muy bien atendidos por ella. Así fue el final de la reunión en casa de Rulli Rendo, en noviembre de 1986, cuando el músico recién había llegado de México, donde residió varios años.

Primera foto promocional de Rulli Rendo para Discos El Virrey.

A Rulli había tenido oportunidad de conocerlo en mis albores de la radio, en 1981, cuando llegó a Radio Miraflores para promocionar su disco Rulli Rock and Roll Rendo. Yo era el programador de la emisora y, además, me tocó hacerle la entrevista en el programa matutino que conducía, de nombre Reunión Acústica. Le comenté que había escuchado de él por primera vez cuando aun era niño, pues en casa habíamos tenido un disco titulado "Sácate las tabas". Y lo tocaba muchísimo, con el riesgo de que mi hermano mayor se molestara por ser el dueño del mismo.

Luego, al igual que mis compañeros de clase, empecé a ser testigo del éxito de sus Toques, los que se sucedieron año a año, desde que era Presidente Francisco Morales-Bermúdez, a quien, aunque no merezca, Rulli le debe parte de su éxito. Fue Morales-Bermúdez el mandatario que implantó los toques de queda en el país, que motivaron la aparición de los tan contagiantes popurrís, conocidos como "Toques", término acuñado por Alejandro Parodi, director gerente de Discos El Virrey. El primer disco titulado De Toque a Toque, salió en 1976 y comenzaba así: "Parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover, ¡ay mamá me estoy mojando! Santa Marta, Santa Marta, tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía..."

Rulli y quien suscribe en Barranco, en 1986 (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).

Cuando en octubre del 86 Rulli regresó de México con el triunfo bajo el brazo, fue comunicado con Sammy Sadovnik (hoy destacado narrador y comentarista deportivo en la televisión latina de Estados Unidos), y el abajo firmante, a través de L.F. Ugarte, de apodo Pincel, quien era secretaria de los Estudios Internacionales, lugar que nosotros habíamos frecuentado cerca de un año mientras trabajamos en el proyecto Unidos para beneficio de los niños huérfanos de Ayacucho. Pincel, tiempo atrás, había compartido labores con Rulli mientras ambos pertenecieron a la disquera Sono Radio. Y ella fue una de las primeras en enterarse del retorno del músico a su patria.

Nuestra re-conexión formal se dio en noviembre del 86 en el Hotel El Condado de Miraflores, en donde invitamos a Rulli a almorzar. Por aquel entonces, Sammy y yo conducíamos un programa diario llamado Instantes que se transmitía en las mañanas de 10 a 12. Además, teníamos mucho interés para con los artistas nacionales a quienes les habíamos dedicado un programa semanal los días sábados. Se llamaba Perú Rock. A la semana siguiente, Rulli nos devolvió la atención en su recientemente adquirida casa, en la ciudad de Barranco. Ahí, en el mismo lugar donde sucedió el acontecimiento con Mickey Mouse de nuestro primer párrafo.

Rulli, entre Sammy Sadovnik y el que suscribe, tras la conferencia de prensa
en febrero de 1987.

Ambas reuniones sirvieron para preparar la entrevista especial que habíamos decidido hacerle a Rulli, con motivo de su regreso. Esta se llamó "Rulli Rendo Triunfador" y, a diferencia de los programas habituales de "el estelar musical de los artistas nacionales" (que eran de una hora), a este le dedicamos dos. Tiempo después iríamos a conocer la diferencia que, para Rulli, existía entre "triunfo" y "éxito". Lo cierto es que el programa fue bien promocionado y ocupó espacios en la prensa de aquellos días.

En nuestra conversación radial, Julio Edgardo Barrera Larriega, su nombre original, habló de su extensa carrera, la que comenzó desde muy pequeño; de sus vínculos con Maruja Venegas, Juan Sedó, Sergio Vergara y otras personalidades que lo ayudaron a construir, peldaño a peldaño, la escalera del triunfo; de sus experiencias trabajando con artistas como Lucy Villa, Homero y Lucy Watanabe, quienes grabaron algunas de sus mejores composiciones; de sus días como delegado del equipo de fulbito de Radio Miraflores en los setenta, del cual era muy amigo; de Raúl Del Mar, quien en 1964 lo apodó Rulli Rendo, tomando el apellido de dos jugadores de la selección argentina de fútbol; de su colección de viajes por todo el mundo que comenzaron prácticamente en 1973; de su respetable colección de discos grabados (de la cual me brindó uno); de su éxito en México, en donde había logrado casi todo lo que se había propuesto... El programa se transmitió el 29 de noviembre.


Debate en El Comercio, en 1988. El artista nacional: Hay talento pero falta apoyo.

La esperanza del nuevo gobierno de Alan García en el Perú, tras la modorra del anterior, pareciera que fue lo que le dio a Rulli el impulso necesario para tomar la decisión de volver a su patria. Aun recuerdo la alegría con la que nos contaba su experiencia de haber estado con el presidente en una muy publicitada reunión en Palacio, cuando este invitó a lo más representativo del arte en el Perú. Y les prometió el apoyo que ningún antecesor había ofrecido. Todos, viejos y jóvenes, quedaron admirados. Ninguno quería creer que estaba frente a un populista. Pero ahí estuvo Rulli, al lado (en el mejor sentido del término) del señor Presidente de la República, acaso menor que él... aunque un poquito más alto. Al poco tiempo el gobierno estrenaba el CICLA, el Congreso Internacional de la Canción Latinoamericana, con artistas como Pablo Milanés, Juan Carlos Baglietto, Silvio Rodríguez, Fito Páez y el dilecto amigo de Rulli, señor Alberto Cortez.

El 5 de febrero de 1987 Rulli Rendo convoca a la prensa a una reunión en el Hotel Sheraton. Ahí, en el Salón Independencia, dialogó con los periodistas acerca de sus proyectos y sobre el nuevo disco que estaba lanzando. La buena preparación del anfitrión pero, sobre todo, sus ganas de trabajar en el país, hizo que, al día siguiente, los comentarios fueran halagadores. Amén de la prensa (escrita), hubo también representantes de diversas radioemisoras y de canales de televisión que, además, habían aparecido mientras Rulli estuvo trabajando en México. Había nacido Ruresa (Rulli Rendo S.A.). Meses después, en El Otro Sitio, frente al Puente de Los Suspiros, se anunciaba R con R Replana, con la exclusiva participación del artista.

Rulli en noviembre de 1993, luego de su exposición en la Asociación Talentvs

En la Empresa Editora El Comercio, en mayo de 1988, junto a Matías Jiménez de CBS, Marcos Durand de IEMPSA y Walter Gonzales de Radio Studio 92, nos volvimos a encontrar como invitados de una reunión convocada por Luis Cárdenas y Ada Vigo, periodistas del decano de la prensa nacional. ¿El tema? ¿Por qué faltan ídolos peruanos a nivel internacional? Y Rulli, una vez más, fue importante pieza del debate. Recuerdo su frase: "El talento no es propiedad de nadie", haciendo la aclaración de que existe en todos los países y no solo al norte de América.

En 1990 me lo volví a cruzar en los pasillos de Panamericana Televisión y con las justas pude reconocerlo. Y es que andaba preparando un programa que requería de la utilización de pelucas. Y lo vi con pelo blanco. Eran los tiempos de Fantástico, en donde yo compartía pantalla con Rocky, Katia y un grupo grande de gente. Si mal no recuerdo, el programa de Rulli iba a ser de preguntas y respuestas, con toques de humor y música. Algo menos serio que La Pregunta de los Diez Millones que, a principios de los ochenta, había conducido el inolvidable Pablo de Madalengoitia y en el que Rulli había participado como concursante en una de sus visitas a Lima. Posiblemente, ese fue el viaje que aprovechó para llevarse a México al cantante de mi banda favorita de rock, Andrés Dulude, haciendo tambalear a la piedra angular del rock nacional, Frágil. Felizmente, el grupo de Breña fue más fuerte que su nombre, y supo sobreponerse a los designios de Rulli.

En agosto del 93 me volví a comunicar con él para invitarlo a mi programa El Gusano Eléctrico, en el que junto a personalidades del arte, la prensa y la política íbamos a abordar el tema de "la generación Woodstock". Se cumplía un aniversario más del magno evento neoyorquino y, entre otros, iban a participar Gerardo Manuel Rojas, el músico Saúl Cornejo, la periodista Aury Tang, los congresistas Martha Chávez y Rafael Rey y, por supuesto, él. Debido a otro compromiso, Rulli no pudo estar en la cita pero se dio tiempo para llegar a la radio en horas de la mañana y dejar sus comentarios en cinta, los cuales fueron transmitidos en su momento.


Chinatown, San Francisco. 1994.

Por esos días yo compartía mi tiempo entre la radio y Talentvs, la asociación artístico-educativa, en Miraflores. Lo volví a llamar. Le pregunté si podía hacer una exposición para nuestros alumnos. Y Rulli no solo accedió al llamado, sino que él mismo escogió el tema. Uno que domina muy bien y que, incluso, fue motivo de su tesis universitaria de periodismo: La historia de la Radiodifusión en el Perú. Y ahí estuvo, compartiendo su sabiduría frente a un grupo de tenaces estudiantes y a mí, el 2 de noviembre de 1993. Su clase la empezó así: "La OAX fue la primera radioemisora del Perú. Después aparecieron Radio Grellaud y, posteriormente, Radio Lima, hoy, desaparecida...".

Al siguiente año viajé a California y, al muy poco tiempo, llegó a la Bahía de San Francisco, creo, por invitación de un amigo, luego de cobrar regalías en Los Angeles y de haber hecho lo propio en México. Y en aquella oportunidad volvimos a compartir una mesa, esa vez, en un restaurante de Chinatown. Me obsequió los CDS Baila conmigo… y con Rulli Rendo, …El Compositor, Éxitos con el Rey del Popurri, y, Mambos y otras cosas tropicosas.

Y el tiempo pasó. Hubo incomunicación. El año 2000 leí que en Managua un programa de radio anunciaba el disco De toque a toque "de un panameño de apellido Brendo". Supuse que se referían a mi amigo peruano, nacido en Chiclayo. Años después, Rulli justificó la incomunicación (¡en la era de las comunicaciones!) con aquello de que "Los silencios forman parte de la música".

En 2004 recibí unas fotos de Lucho Guadalupe –fan número uno de Queen en Perú- que grafican una reunión de personalidades de la locución limeña. Dante Capella, Renato Shols, Jorge Cox, Speedy González y Tony Marbel, todos, en casa de Tony y Anita, su esposa (de quienes, coincidentemente, hoy es Aniversario de Bodas). Y en aquella velada en casa de los Arriarán también estuvo Rulli, y mi engreída Helene Ramos.


Rulli, Renato Shols, Ramiro Arriarán (Tony Marbel) y señora,
Dante Capella y Luis Guadalupe, en 2004.

El 2006 encuentra a Rulli Rendo en Lima festejando en su departamento de Jesús María los 30 años del lanzamiento de De Toque a Toque, mientras el Perú vuelve a tener al mismo presidente que alguna vez, hace como veinte años, ofreció el oro y el moro para los artistas nacionales. Pocos se acuerdan del disco que marcó un hito en la historia de la música popular peruana y con el que, en otros países, miles movieron las caderas hasta el amanecer. Sin embargo, Rulli, incansable, sigue de pie, como lo hizo hace un par de semanas en Lima dirigiendo a la orquesta que acompañó al tenor Francesco Petrozzi, quien llegó desde Munich para dos actuaciones.

Por todo esto y mucho más, no concuerdo con él cuando dice que "la música habría sido una aventura más como lo fueron la ingeniería, el periodismo y el Derecho". Si en octubre de 2003 tuvo que dejar "la casita de Barranco" (como él la denominaba), y en marzo de 2004, después de varios años, dejó de participar en la producción de Un día en tu vida (homenaje anual que los artistas peruanos le rinden a John Lennon, cada 8 de diciembre), vislumbro, desde el Silicon Valley, que la música será algo que nunca podrá dejar. Porque está intrínseca; creo que así le llaman.

Feliz día, estimado Rulli. Y con el mío, el saludo de Diana que, podría asegurar, lo hubiera hecho al aire, posiblemente, con alguna canción de Carly Simon o una de Carole King, que tanto te gusta.

Javier Lishner
San Jose, California
6 de septiembre de 2006

Tuesday, September 05, 2006

1946 - September 5 - 2006
REMEMBERING FREDDIE MERCURY


Freddie at the piano, leading Queen in front of a crowd of 250,000 people inRio de Janeiro, Brazil. January 18, 1985. (PHOTO: Javier Lishner)


Saturday, September 02, 2006

STARSHIP: La nave retornó a Santa Cruz

Cuando, en 1979, los cantantes Marty Balin y Grace Slick se alejaron de Jefferson Starship, la continuidad del grupo, pero, sobre todo, el éxito, quedó incierto. Sin embargo, con la llegada de Mickey Thomas, la banda, a cargo del guitarrista Paul Kantner, experimentó un positivo cambio. Thomas, quien hasta esa fecha había sido el vocalista de Elvin Bishop, contribuyó a seguir colocando temas en las listas, incluso, llevándolos al primer lugar. En 1984 el grupo acortó el nombre a Starship (por una decisión legal iniciada por Kantner en contra de sus demás compañeros). La renovada banda incluía a cinco miembros de Jefferson Starship entre los que, por supuesto, estaba Mickey Thomas.

Cuando, hace dos años, llegamos a Santa Cruz para ver a Starship, sabíamos que Grace Slick ya estaba retirada de los escenarios, y era Mickey quien estaba al frente. Esa presentación de 2004 en la playa, resultó siendo la última antes de su viaje al Perú. Debido a la coincidencia, aquella vez enviamos un artículo que apareció publicado en El Comercio de Lima, el 12 de septiembre, dos días antes de su actuación en el Museo de la Nación.
Anoche, otra vez en Santa Cruz, Starship volvió a las lides. Con Thomas al mando, el quinteto compartió algo más de una hora de música. Ella comprendió los reconocidos "We Built This City" y "Nothing's Gonna Stop Us Now", que en su momento llegaron al mejor lugar de las listas haciendo dueto con Grace Slick. También, incluyó algunos de los temas que Thomas cantó mientras fue parte de Jefferson Starship. Tal es el caso de "Jane", "Find Your Way Back", "Winds of Change" y "No Way Out". Curiosamente no interpretaron "Sara", que fue otra de las canciones que Starship, en 1985, puso en el número uno.

El final del show fue con una extensa versión de "We Built This City" con la que temporalmente se despidieron. Pero, la sorpresa de la noche fue cuando al volver interpretaron "Somebody to Love", esa canción que Grace Slick al frente del fenomenal Jefferson Airplane, hizo tan popular hace casi cuarenta años, cuando Mickey era aún menor de edad. Y les salió bien. Aunque, como siempre, Starship seguirá teniendo el fantasma de la señora Slick, próxima a cumplir 67 años de edad en octubre, y quien, a pesar de estar lejos de la vida pública, continúa siendo la dueña legal del nombre. (FOTOS: Javier Lishner)

Javier Lishner
San Jose, California
2 de septiembre de 2006