1946 - 6 de septiembre – 2006
CELEBRANDO A RULLI RENDO
De pronto, la tía Meche lanzó un grito porque había descubierto que un pequeño ratoncito se había introducido del jardín a la sala. Nosotros, acabábamos de terminar el almuerzo muy bien atendidos por ella. Así fue el final de la reunión en casa de Rulli Rendo, en noviembre de 1986, cuando el músico recién había llegado de México, donde residió varios años.
Primera foto promocional de Rulli Rendo para Discos El Virrey.
A Rulli había tenido oportunidad de conocerlo en mis albores de la radio, en 1981, cuando llegó a Radio Miraflores para promocionar su disco Rulli Rock and Roll Rendo. Yo era el programador de la emisora y, además, me tocó hacerle la entrevista en el programa matutino que conducía, de nombre Reunión Acústica. Le comenté que había escuchado de él por primera vez cuando aun era niño, pues en casa habíamos tenido un disco titulado "Sácate las tabas". Y lo tocaba muchísimo, con el riesgo de que mi hermano mayor se molestara por ser el dueño del mismo.
Luego, al igual que mis compañeros de clase, empecé a ser testigo del éxito de sus Toques, los que se sucedieron año a año, desde que era Presidente Francisco Morales-Bermúdez, a quien, aunque no merezca, Rulli le debe parte de su éxito. Fue Morales-Bermúdez el mandatario que implantó los toques de queda en el país, que motivaron la aparición de los tan contagiantes popurrís, conocidos como "Toques", término acuñado por Alejandro Parodi, director gerente de Discos El Virrey. El primer disco titulado De Toque a Toque, salió en 1976 y comenzaba así: "Parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover, ¡ay mamá me estoy mojando! Santa Marta, Santa Marta, tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía..."
Rulli y quien suscribe en Barranco, en 1986 (FOTO: Víctor Becerra/Archivo Perú Rock).
Cuando en octubre del 86 Rulli regresó de México con el triunfo bajo el brazo, fue comunicado con Sammy Sadovnik (hoy destacado narrador y comentarista deportivo en la televisión latina de Estados Unidos), y el abajo firmante, a través de L.F. Ugarte, de apodo Pincel, quien era secretaria de los Estudios Internacionales, lugar que nosotros habíamos frecuentado cerca de un año mientras trabajamos en el proyecto Unidos para beneficio de los niños huérfanos de Ayacucho. Pincel, tiempo atrás, había compartido labores con Rulli mientras ambos pertenecieron a la disquera Sono Radio. Y ella fue una de las primeras en enterarse del retorno del músico a su patria.
Nuestra re-conexión formal se dio en noviembre del 86 en el Hotel El Condado de Miraflores, en donde invitamos a Rulli a almorzar. Por aquel entonces, Sammy y yo conducíamos un programa diario llamado Instantes que se transmitía en las mañanas de 10 a 12. Además, teníamos mucho interés para con los artistas nacionales a quienes les habíamos dedicado un programa semanal los días sábados. Se llamaba Perú Rock. A la semana siguiente, Rulli nos devolvió la atención en su recientemente adquirida casa, en la ciudad de Barranco. Ahí, en el mismo lugar donde sucedió el acontecimiento con Mickey Mouse de nuestro primer párrafo.
Rulli, entre Sammy Sadovnik y el que suscribe, tras la conferencia de prensa
en febrero de 1987.
Ambas reuniones sirvieron para preparar la entrevista especial que habíamos decidido hacerle a Rulli, con motivo de su regreso. Esta se llamó "Rulli Rendo Triunfador" y, a diferencia de los programas habituales de "el estelar musical de los artistas nacionales" (que eran de una hora), a este le dedicamos dos. Tiempo después iríamos a conocer la diferencia que, para Rulli, existía entre "triunfo" y "éxito". Lo cierto es que el programa fue bien promocionado y ocupó espacios en la prensa de aquellos días.
En nuestra conversación radial, Julio Edgardo Barrera Larriega, su nombre original, habló de su extensa carrera, la que comenzó desde muy pequeño; de sus vínculos con Maruja Venegas, Juan Sedó, Sergio Vergara y otras personalidades que lo ayudaron a construir, peldaño a peldaño, la escalera del triunfo; de sus experiencias trabajando con artistas como Lucy Villa, Homero y Lucy Watanabe, quienes grabaron algunas de sus mejores composiciones; de sus días como delegado del equipo de fulbito de Radio Miraflores en los setenta, del cual era muy amigo; de Raúl Del Mar, quien en 1964 lo apodó Rulli Rendo, tomando el apellido de dos jugadores de la selección argentina de fútbol; de su colección de viajes por todo el mundo que comenzaron prácticamente en 1973; de su respetable colección de discos grabados (de la cual me brindó uno); de su éxito en México, en donde había logrado casi todo lo que se había propuesto... El programa se transmitió el 29 de noviembre.
Debate en El Comercio, en 1988. El artista nacional: Hay talento pero falta apoyo.
La esperanza del nuevo gobierno de Alan García en el Perú, tras la modorra del anterior, pareciera que fue lo que le dio a Rulli el impulso necesario para tomar la decisión de volver a su patria. Aun recuerdo la alegría con la que nos contaba su experiencia de haber estado con el presidente en una muy publicitada reunión en Palacio, cuando este invitó a lo más representativo del arte en el Perú. Y les prometió el apoyo que ningún antecesor había ofrecido. Todos, viejos y jóvenes, quedaron admirados. Ninguno quería creer que estaba frente a un populista. Pero ahí estuvo Rulli, al lado (en el mejor sentido del término) del señor Presidente de la República, acaso menor que él... aunque un poquito más alto. Al poco tiempo el gobierno estrenaba el CICLA, el Congreso Internacional de la Canción Latinoamericana, con artistas como Pablo Milanés, Juan Carlos Baglietto, Silvio Rodríguez, Fito Páez y el dilecto amigo de Rulli, señor Alberto Cortez.
El 5 de febrero de 1987 Rulli Rendo convoca a la prensa a una reunión en el Hotel Sheraton. Ahí, en el Salón Independencia, dialogó con los periodistas acerca de sus proyectos y sobre el nuevo disco que estaba lanzando. La buena preparación del anfitrión pero, sobre todo, sus ganas de trabajar en el país, hizo que, al día siguiente, los comentarios fueran halagadores. Amén de la prensa (escrita), hubo también representantes de diversas radioemisoras y de canales de televisión que, además, habían aparecido mientras Rulli estuvo trabajando en México. Había nacido Ruresa (Rulli Rendo S.A.). Meses después, en El Otro Sitio, frente al Puente de Los Suspiros, se anunciaba R con R Replana, con la exclusiva participación del artista.
Rulli en noviembre de 1993, luego de su exposición en la Asociación Talentvs
En la Empresa Editora El Comercio, en mayo de 1988, junto a Matías Jiménez de CBS, Marcos Durand de IEMPSA y Walter Gonzales de Radio Studio 92, nos volvimos a encontrar como invitados de una reunión convocada por Luis Cárdenas y Ada Vigo, periodistas del decano de la prensa nacional. ¿El tema? ¿Por qué faltan ídolos peruanos a nivel internacional? Y Rulli, una vez más, fue importante pieza del debate. Recuerdo su frase: "El talento no es propiedad de nadie", haciendo la aclaración de que existe en todos los países y no solo al norte de América.
En 1990 me lo volví a cruzar en los pasillos de Panamericana Televisión y con las justas pude reconocerlo. Y es que andaba preparando un programa que requería de la utilización de pelucas. Y lo vi con pelo blanco. Eran los tiempos de Fantástico, en donde yo compartía pantalla con Rocky, Katia y un grupo grande de gente. Si mal no recuerdo, el programa de Rulli iba a ser de preguntas y respuestas, con toques de humor y música. Algo menos serio que La Pregunta de los Diez Millones que, a principios de los ochenta, había conducido el inolvidable Pablo de Madalengoitia y en el que Rulli había participado como concursante en una de sus visitas a Lima. Posiblemente, ese fue el viaje que aprovechó para llevarse a México al cantante de mi banda favorita de rock, Andrés Dulude, haciendo tambalear a la piedra angular del rock nacional, Frágil. Felizmente, el grupo de Breña fue más fuerte que su nombre, y supo sobreponerse a los designios de Rulli.
En agosto del 93 me volví a comunicar con él para invitarlo a mi programa El Gusano Eléctrico, en el que junto a personalidades del arte, la prensa y la política íbamos a abordar el tema de "la generación Woodstock". Se cumplía un aniversario más del magno evento neoyorquino y, entre otros, iban a participar Gerardo Manuel Rojas, el músico Saúl Cornejo, la periodista Aury Tang, los congresistas Martha Chávez y Rafael Rey y, por supuesto, él. Debido a otro compromiso, Rulli no pudo estar en la cita pero se dio tiempo para llegar a la radio en horas de la mañana y dejar sus comentarios en cinta, los cuales fueron transmitidos en su momento.
Chinatown, San Francisco. 1994.
Por esos días yo compartía mi tiempo entre la radio y Talentvs, la asociación artístico-educativa, en Miraflores. Lo volví a llamar. Le pregunté si podía hacer una exposición para nuestros alumnos. Y Rulli no solo accedió al llamado, sino que él mismo escogió el tema. Uno que domina muy bien y que, incluso, fue motivo de su tesis universitaria de periodismo: La historia de la Radiodifusión en el Perú. Y ahí estuvo, compartiendo su sabiduría frente a un grupo de tenaces estudiantes y a mí, el 2 de noviembre de 1993. Su clase la empezó así: "La OAX fue la primera radioemisora del Perú. Después aparecieron Radio Grellaud y, posteriormente, Radio Lima, hoy, desaparecida...".
Al siguiente año viajé a California y, al muy poco tiempo, llegó a la Bahía de San Francisco, creo, por invitación de un amigo, luego de cobrar regalías en Los Angeles y de haber hecho lo propio en México. Y en aquella oportunidad volvimos a compartir una mesa, esa vez, en un restaurante de Chinatown. Me obsequió los CDS Baila conmigo… y con Rulli Rendo, …El Compositor, Éxitos con el Rey del Popurri, y, Mambos y otras cosas tropicosas.
Y el tiempo pasó. Hubo incomunicación. El año 2000 leí que en Managua un programa de radio anunciaba el disco De toque a toque "de un panameño de apellido Brendo". Supuse que se referían a mi amigo peruano, nacido en Chiclayo. Años después, Rulli justificó la incomunicación (¡en la era de las comunicaciones!) con aquello de que "Los silencios forman parte de la música".
En 2004 recibí unas fotos de Lucho Guadalupe –fan número uno de Queen en Perú- que grafican una reunión de personalidades de la locución limeña. Dante Capella, Renato Shols, Jorge Cox, Speedy González y Tony Marbel, todos, en casa de Tony y Anita, su esposa (de quienes, coincidentemente, hoy es Aniversario de Bodas). Y en aquella velada en casa de los Arriarán también estuvo Rulli, y mi engreída Helene Ramos.
Rulli, Renato Shols, Ramiro Arriarán (Tony Marbel) y señora,
Dante Capella y Luis Guadalupe, en 2004.
El 2006 encuentra a Rulli Rendo en Lima festejando en su departamento de Jesús María los 30 años del lanzamiento de De Toque a Toque, mientras el Perú vuelve a tener al mismo presidente que alguna vez, hace como veinte años, ofreció el oro y el moro para los artistas nacionales. Pocos se acuerdan del disco que marcó un hito en la historia de la música popular peruana y con el que, en otros países, miles movieron las caderas hasta el amanecer. Sin embargo, Rulli, incansable, sigue de pie, como lo hizo hace un par de semanas en Lima dirigiendo a la orquesta que acompañó al tenor Francesco Petrozzi, quien llegó desde Munich para dos actuaciones.
Por todo esto y mucho más, no concuerdo con él cuando dice que "la música habría sido una aventura más como lo fueron la ingeniería, el periodismo y el Derecho". Si en octubre de 2003 tuvo que dejar "la casita de Barranco" (como él la denominaba), y en marzo de 2004, después de varios años, dejó de participar en la producción de Un día en tu vida (homenaje anual que los artistas peruanos le rinden a John Lennon, cada 8 de diciembre), vislumbro, desde el Silicon Valley, que la música será algo que nunca podrá dejar. Porque está intrínseca; creo que así le llaman.
Feliz día, estimado Rulli. Y con el mío, el saludo de Diana que, podría asegurar, lo hubiera hecho al aire, posiblemente, con alguna canción de Carly Simon o una de Carole King, que tanto te gusta.
Javier Lishner
San Jose, California
6 de septiembre de 2006