Lejanos están los días en que adquiría mis primeras revistas Pop, en Lima. Recuerdo que la publicación no solo era a todo color, en alemán, y un poco cara (para la propina que recibíamos de papá cada sábado), sino que llegaba al Perú con ligero retraso. Vivíamos bajo el manto de un gobierno militar pro-soviético, que hacía todo lo posible para impedir que llegara material de los Estados Unidos. Y, para nosotros, los niños, cualquier cosa que oliera a rock era bueno. Tener a Elton John, David Bowie o Genesis en la carátula, era garantía de que el mejor rock se iba filtrando a través de nuestras manos. Ojo, Elton John era rockero y no el fofo cantante de ahora.
La primera vez que oí hablar de Phil Mogg fue, justamente, en la mencionada revista europea. Aún recuerdo el espacio que Pop le dedicó a él y a su socio de grupo, el bajista Pete Way, refiriéndose a su banda: UFO. En la carátula de esa edición, por ejemplo, apareció Alice Cooper. Fue recién en 1973 cuando arribó un guitarrista germano de nombre Michael Schenker. Schenker acababa de dejar Scorpions, en donde (desde los 16) había hecho música con su hermano mayor, Rudolph, invencible violero. La historia cuenta que Scorpions teloneaba para UFO, y fue durante esa gira en donde le ofrecieron un puesto. Con el menor de los Schenker en escena, UFO lanzó cuatro muy valiosos discos: Phenomenon, Force It, No Heavy Pettin' y Lights Out. De ellos se recuerda (aunque las radios no creo), "Doctor, Doctor", "Rock Bottom", "Oh My", y "Shoot Shoot".
En 1979, y luego de regresar a Scorpions para solo una producción, finalmente, formó su propia banda, la que llamó Michael Schenker Group. Con ella (la M.S.G.), ha lanzado una veintena de discos. La gira que actualmente hace por los Estados Unidos pertenece a Tales Of Rock’n’Roll: 25 Years Celebration, publicado en agosto pasado.
El espectáculo ha concluido. La Flying V descansa en paz.
(FOTO: Javier Lishner).
Anoche, fuimos testigos de su presentación, la que hizo aquí, en Santa Clara, hasta pasada la 1 de la mañana. Anoche, también, confirmamos el porqué este Schenker sigue siendo considerado uno de los mejores del mundo, en el género en el que se desenvuelve. Y cómo, al lado de una envidiable banda, sigue haciendo méritos para mantener vivo el espíritu de su álbum de 1984, Rock Will Never Die.
Javier Lishner
Santa Clara, California
24 de junio de 2007
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