AMOR TAMBIÉN A LOS ANIMALES
Javier Lishner
Santa Clara, California
31 de julio de 2010
Sencillo, amante de la buena música y la tecnología. Encontró aquí un espacio para compartir experiencias que algún día formaron parte de su vida, dentro y fuera de los medios de comunicación. Y algunas cosas más... Welcome back my friends to my blog that never ends, I'm so glad you could attend. Come inside! Come inside!
2006. Vuelta triunfal a la presidencia. El pueblo espera y confía.
En agosto de 1988, había aceptado un contrato en Radio Nacional, la emisora del Estado, a la que García Pérez, en una de sus geniales ideas, después de cuchucientos años de existencia, le cambió el nombre a Radio Pachacutec. Mi afán era llegar a todo el Perú, promoviendo a los grupos y solistas nacionales, cosa que, desde Radio Miraflores -donde paralelamente conducía Perú Rock-, no era posible (por ser una emisora de cobertura local). Los Caminos del Rock, como se llamó el programa en la emisora estatal, fue mi única relación pecuniaria con el gobierno del APRA y concluyó en 1989, un día después del día de los enamorados. Para ese entonces, aparte de ver inconcluso el tren eléctrico, muchos músicos ya habían emigrado en busca del "futuro diferente", que, por supuesto, en contra de lo que había ofrecido años atrás el candidato García, nunca llegó. Por lo menos, en la forma nos había prometido en la campaña, mientras yo discutía con Lucho Argüelles y Johnny López.
Micky Denegri de La Banda Azul, Armando Vidalón de Clip, Annie La Serna, Juan Carlos Caipo de S.O.S., el representante Ayo Rivasplata, los guitarristas Carlos Páucar y Carlos Kakutani, la recordada Danai, Mark Caipo de VTR, y los bateristas Juan Manuel Caipo, Paul Carrión y Koki Pérez-Albela, son algunos de los nombres que recuerdo de los que se fueron. Con la excepción de Kakutani, que viajó a España, y de Carrión que lo hizo a Argentina, todos los demás volaron a los Estados Unidos. Mientras que Danai volvió a su patria, Chile. El resultado de ese quinquenio está escrito por todos lados y, como se podrá percibir, a pesar del tiempo, no he podido olvidar.
Eso sí, hoy, al comienzo de un nuevo año, y desde lejos, le deseo al señor Presidente lo mejor en este nuevo noviazgo que inició con el pueblo en julio del año pasado.
Javier Lishner
San Jose, California
1 de enero de 2007
NOTA RELACIONADA:
- PISCO SOLO HAY UNO. Día Nacional del Pisco Sour
El lado B de ese pequeño disco llevaba por título "Rubylove", y, en el verano peruano de 1972, en casa, lo tocamos tanto como el lado A. Las canciones, en esa época, tenían mayor duración que ahora. O sea, su vigencia era más larga. Los "discos chicos", como conocíamos a los de 45 revoluciones por minuto -durante el gobierno revolucionario del General Velasco-, que yo recuerde, costaban entre 28 y 30 soles cada uno.
[EL AUTOR] Steven Georgiou, su nombre original, nació en Londres el 21 de julio de 1948. Fue hijo de padre griego y madre sueca. Desde muy pequeño tuvo interés en la música y fue así que, a temprana edad, aprendió a tocar algunos instrumentos.
A principios de 1967 lanzó Matthew and Son, su primer disco, el que estuvo en la línea pop. En Inglaterra, el álbum tuvo tanto éxito como el simple que llevó el título del disco. Hubo otra, de nombre "I Love My Dog", que también ayudó a introducir su nuevo nombre, Cat Stevens, en el difícil mercado británico. Los Beatles estaban en plena efervescencia (humareda, diría yo), y no era muy fácil llamar la atención. En Norteamérica, el Summer of Love, también con humo, era casi todo de lo que se hablaba en ese momento.
Para fines de año, a la edad de 19, Stevens lanza New Masters, el que no obtuvo la acogida esperada. A pesar de todo, realiza una gira con artistas de la talla de Engelbert Humperdinck y Jimi Hendrix.
[MONA BONE JACKON] En 1970, luego de firmar con Island Records, su aún incipiente carrera dio un giro espectacular. Pero cuentan que poco tiempo antes cayó con tuberculosis, enfermedad que lo alejó de la escena cerca de un año. Sin perder tiempo, Stevens aprovechó su estado convaleciente para escribir canciones, las que utilizaría en sus siguientes producciones. Ese mismo año, apareció Mona Bone Jackon. Fue de ese álbum que escuché en Lima la primera canción de Cat Stevens en la radio. El tema era "Lady D'Arbanville", que anduvo en las listas de las emisoras de aquella época, entre ellas, Miraflores y Atalaya. La pronunciación que hacían de ella los deejays de entonces era tan buena que nunca pude escribirla correctamente. Y, para terminar mi frustración, tampoco la encontré en las discotiendas; lo que hizo que, a pesar de mi enorme interés de tenerla, nunca la pudiera obtener. El álbum también incluyó la hermosa, "Katmadu".
"Peace Train".
[TEA FOR THE TILLERMAN] Este fue el nombre de la siguiente placa, y, al igual que la anterior, tuvo buena recepción en ambos lados del Atlántico. Cat Stevens comenzaba a pisar el status de estrella. Era la época en que los cantautores empezaron a ponerse de moda. Comenzando por Carole King, artistas como James Taylor, Carly Simon, Gordon Lightfoot, y Jackson Browne, fueron parte de la nueva ola. Y, a Cat Stevens, cantautor por excelencia, eso le cayó como anillo al dedo. "Father and Son" y "Wild World", fueron solo parte de ese disco que, no hace mucho, una de esas organizaciones que premian y premian, nombró el Tea for the Tillerman como uno de los mejores discos de todos los tiempos. La producción corrió a cargo de Paul Samwell-Smith, otrora integrante de los famosos Yardbirds.
[TEASER AND THE FIRECAT] Por tercera vez consecutiva, el grupo base que acompañaba a Stevens era el mismo, y, juntos, volvieron a las sendas del éxito. En guitarra volvió a estar Alun Davies, su brazo derecho. Y en la producción el ya mencionado Samwell-Smith. De esta placa de 1971 surgieron "Morning Has Broken", "Moonshadow", y el recordado "Peace Train". De los diez temas que incluyó el disco, a excepción de "Morning Has Broken", todas las canciones fueron escritas por él. Este fue, además, el disco en el que tuvo a un nuevo músico -aún más joven que él-, como invitado. Se llamaba Rick Wakeman.
[CATCH BULL AT FOUR] Lo que sucedió con esta producción fue un poco extraño. Cat Stevens puso la placa en las listas de los álbumes más populares pero no hubo ni una sola canción -como le había sucedido con los tres anteriores-, con la que pudiera mantenerse en las radios. Y, al igual que con Teaser and the Firecat, de los diez temas, nueve fueron compuestos enteramente por él. Otro, "O Caritas", fue escrito en colaboración con Jeremy Taylor y Andreas Toumazis. A pesar de la falta de un disco sencillo las listas, la carrera y la fama de Stevens seguía por todo lo alto.
[FOREIGNER] Esta placa apareció a mediados de 1973, y fue experimental. Buena parte de la misma se grabó en Jamaica y fue producida por el propio cantautor. La pieza más importante se tituló "Foreigner Suite", una composición de más de 18 minutos. En éste, algo faltó. Y podría haber sido la magia de Alun Davies y la experiencia de Samwell-Smith. El disco no funcionó, ni en las radios ni fuera de ellas. Pero el muchacho de veinticinco años, tenía aún todo un camino por delante.
[BUDDHA AND THE CHOCOLATE BOX] Recordamos casi como si fuera ayer la salida de este disco. La decepción de la producción anterior había hecho que el público esperara con ansias el nuevo material del músico inglés. Al menos, para los que gustábamos de sus canciones que, creo, éramos muchos (Andrés Dulude, el cantante de Frágil, entre ellos). Aparte de "Oh Very Young", Buddha and the Chocolate Box tampoco fue un disco aclamado, a pesar de que, para esta placa, Stevens se había vuelto a reunir con Samwell-Smith para su co-producción. Su interés en el tema religioso se aprecia en "Jesus". Era 1974.
[NUMBERS] Es muy posible que este haya sido el punto más bajo de su carrera. Comenzábamos a experimentar por nuestros propios medios lo que luego aprenderíamos en inglés con eso de the rise and fall. No solo sus discos no aparecían en versión nacional -que ya era un síntoma de su poca importancia-, sino que ni las radios le prestaban atención. Numbers se publicó en 1975, en momentos que se empezaba a dar los primeros toques del siguiente boom de la época: la música disco. Lo mismo iba pasando con Marc Bolan, otro de los ídolos, que de estar en la cima entre el 72 y 74, cayó súbitamente y nunca más pudo levantarse.
"Father and Son".
[IZITSO] En este disco, el músico quiso jugar con la electrónica y, por un momento, dejó su guitarra de lado. Aplicó buena dósis de sintetizadores y piano, y el resultado fue un poco mejor que el que lo precedió. Izitso, co-producido con Dave Kershenbaum, marcó, además, el inicio de su nueva sociedad con la A&M Records. "(Remember the Days of the) Old Schoolyard" es solo una muestra de lo que dejó esta placa de 1977.
[BACK TO EARTH] No obstante que las últimas producciones de Stevens no habían reeditado los pergaminos de aquellos cuatro que habían comenzado con el Mona Bone Jackon, nosotros los jóvenes aún teníamos la esperanza de volverlo a ver brillar. En 1978, apareció Back to Earth, al que, desafortunadamente, tampoco se le dio bola. Pero, eso, no fue todo. La poca esperanza de volverlo a ver brillar terminó cuando leímos la noticia de que Cat Stevens, el fecundo cantautor inglés con cuya música habíamos ido creciendo, se convertía a la religión musulmana, se cambiaba de nombre a Yusuf Islam, y decía adiós a la industria de la música. La noticia removió los teletipos, y también muchos corazones.
Con la muerte de Marc Bolan, en agosto del año anterior, y el retiro de Cat Stevens, dos de los grandes se habían ido en menos de un año. La posta se la habían terminado de pasar a Gloria Gaynor, Donna Summer y los Bee Gees... Y, Johnny López, el deejay peruano que alguna vez lo llamó Gato Esteban, continúa feliz como una lombriz haciendo programas.
Javier Lishner
Santa Clara, California
16 de enero de 2008