TRATANDO DE ENTENDER EL MENSAJE DEL OSADO LÍDER
Hoy, en Física3, el espacio en la blogósfera que maneja Ernesto Cárdenas, encontré este comentario sobre el mensaje del doctor Alan García Pérez, presidente del Perú, con motivo de los 187 años de la independencia del país. Mientras Cárdenas, peruano residente en Madrid, ensaya una crítica del extenso mensaje presidencial; por ejemplo, Augusto Alvarez Rodrich, director de Perú21, escribe que fue un mensaje sin alma. Desgraciadamente, yo, no pude escucharlo. A continuación la nota que llega desde la capital española. (Foto tomada de El Comercio de Lima. 29 de julio de 2008).
Escribe: Ernesto Cárdenas
Gracias Ernesto por compartir lo que piensas.
Javier Lishner
Santa Clara, California
29 de julio de 2008
Escribe: Ernesto Cárdenas
Sí... en este día de celebración, una de las cosas inevitables son los discursos presidenciales. Se ha visto cosas de todo calibre, aburridos, efectistas, sorpresivos... pero mejor centrémonos en el de hoy.
Definitivamente a nuestro presidente le encanta el sonido de su voz (o como dirían aquí: está encantado de conocerse), solo así se explica la larga duración del discurso, en la cual se centro fundamentalmente en un repaso de toooodo lo conseguido, al parecer quería poner énfasis en el aspecto comunicacional, o sea que la gente que se entere de que hay obras y que no se han dado cuenta, bueno... está en su derecho, pero tal retahila es abrumadora.
Con todo se ha podido detectar la contradicción fundamental del discurso, en un principio se indica correctamente que la inflación viene consecuencia de fenómenos internacionales y que el Perú no es una isla (pero que no cuenta con mecanismos de defensa), se ha ido por el lado del incremento de la demanda interna y del riesgo que involucra el aumento del gasto público como generador de inflación.
Es ahí donde empieza el choque, pues si bien reconoce que el crecimiento no ha llegado a todos y que "ahora deben ser los más pobres quienes avancen más", el decir que se controlará el gasto público suena por decirlo ligeramente contradictorio.
Esta contradicción se torna mayor con medidas como la de los fondos que se usarán para financiar los aportes pensionarios de los trabajadores de pequeña y microempresa, así como para los que trabajan para el estado mediante servicios no personales, son cantidades considerables e involucran un compromiso del Estado de cara al futuro.
Entonces queda la pregunta... ¿cómo se reconcilian esas dos visiones? ¿cómo se financian esos gastos? cierto.... ha habido un crecimiento de la caja fiscal, pero no el suficiente y ahí vemos lo imprudente que fue no asegurar fondos en base a impuestos a las sobreganancias y contentarse con el famoso "óbolo".
Si, hay vacíos como el cómo financiar a las regiones que no tienen canon, cosas pintorescas como vincular la corrupción al "alma" antes que a la educación y al cumplimiento de la ley (olvidándose de la gran corrupción de hace unos días), pero esta contradicción ya es lo sufientemente clamorosa, fruto tal vez de una presión de la coyuntura más que de algún posible plan de largo plazo.
Definitivamente a nuestro presidente le encanta el sonido de su voz (o como dirían aquí: está encantado de conocerse), solo así se explica la larga duración del discurso, en la cual se centro fundamentalmente en un repaso de toooodo lo conseguido, al parecer quería poner énfasis en el aspecto comunicacional, o sea que la gente que se entere de que hay obras y que no se han dado cuenta, bueno... está en su derecho, pero tal retahila es abrumadora.
Con todo se ha podido detectar la contradicción fundamental del discurso, en un principio se indica correctamente que la inflación viene consecuencia de fenómenos internacionales y que el Perú no es una isla (pero que no cuenta con mecanismos de defensa), se ha ido por el lado del incremento de la demanda interna y del riesgo que involucra el aumento del gasto público como generador de inflación.
Es ahí donde empieza el choque, pues si bien reconoce que el crecimiento no ha llegado a todos y que "ahora deben ser los más pobres quienes avancen más", el decir que se controlará el gasto público suena por decirlo ligeramente contradictorio.
Esta contradicción se torna mayor con medidas como la de los fondos que se usarán para financiar los aportes pensionarios de los trabajadores de pequeña y microempresa, así como para los que trabajan para el estado mediante servicios no personales, son cantidades considerables e involucran un compromiso del Estado de cara al futuro.
Entonces queda la pregunta... ¿cómo se reconcilian esas dos visiones? ¿cómo se financian esos gastos? cierto.... ha habido un crecimiento de la caja fiscal, pero no el suficiente y ahí vemos lo imprudente que fue no asegurar fondos en base a impuestos a las sobreganancias y contentarse con el famoso "óbolo".
Si, hay vacíos como el cómo financiar a las regiones que no tienen canon, cosas pintorescas como vincular la corrupción al "alma" antes que a la educación y al cumplimiento de la ley (olvidándose de la gran corrupción de hace unos días), pero esta contradicción ya es lo sufientemente clamorosa, fruto tal vez de una presión de la coyuntura más que de algún posible plan de largo plazo.
Gracias Ernesto por compartir lo que piensas.
Javier Lishner
Santa Clara, California
29 de julio de 2008
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