En el día del Trabajo

EL DISC JOCKEY: POR UN PERÚ MEJOR

Pocos saben quién es Renato Shols y nada sabrían si a Renato le sucediera un percance. Pocos recuerdan que Renato, en el Perú, fue miembro de uno de los equipos de radio más destacados de todos los tiempos. Aquel del que fue parte junto a nombres como Enrique Llamosas, Pedro Roncallo, Diana García, Lucho Argüelles, Rafael Ortega, Tony Marbel, Elizabeth Ortega, Gerardo Manuel, Dante Capella, Perico Durán, Adolfo Sobenes. Nombres brillantes, algunos, aún en actividad; otros, en el exterior; varios, retirados; y, los menos, que partieron para siempre, como en el caso de Diana y Adolfo.

2003. Shols, Marbel y Capella, rodeados de Rulli Rendo y Luis Guadalupe. Al centro la señora de Marbel (FOTO: Luis Guadalupe).

En el Perú, no solo los futbolistas y los criollos de antaño mueren en el olvido. También los disc jockeys, aquellas personas que día a día, entre música y noticias, acompañan a la juventud peruana que avanza, se eleva y triunfa.

Nelly Mendívil Castro fue pionera de la radiodifusión peruana. Nelly fue la creadora de esa frase tan célebre para los que fuimos creciendo entre los sesentas y ochentas. Aunque es cierto que se dirigía a una juventud más limeña que peruana. Y es que trabajaba en una radio de Lima, la capital, que recién comenzaba a recibir a sus hermanos del interior. Las razones de esa inmigración no son tema de este artículo, pero sí una realidad: El Perú profundo andaba muy olvidado. En el interior de la República, también hay historias de disc jockeys que llenarían las interminables páginas de Internet. Nelly, que fue parte importante de ese equipo en el que estuvo Renato, murió en el olvido y muy pocos se enteraron.

70s. La Nueva Generación: Max Díaz, Rolly Cadillo, Pepe Barreto y Jimmy Araujo (FOTO: Cortesía Pepe Barreto).

Hace dos días, a través de Rock Around the Blog, basado en Santa Clara, California, un destacado disc jockey aún en actividad, en Lima, se enteró del fallecimiento de Jorge Cox, gran seguidor de Elvis en el Perú. Gracias a este ex-colega, y amigo de muchos años, me enteré del fallecimiento de Ricky Barreto, inolvidable montadiscos que conocí en Radio 1160. Casi igual, olvidado, murió hace unos años, Jimmy Araujo. Solo unos pocos colegas -el gran Pepe Barreto entre ellos- se enteraron y pudieron reconfortar a la familia. Los demás no supimos nada y, el público, su público, nunca se enteró. Los medios, como es la nueva costumbre, prefieren sangre, sudor y lágrimas.

¿Se sabe en el Perú que Pepe tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood? Pepe fue ídolo de la juventud peruana, programador de la radio número uno de la época, venerado disc jockey, beatlemaníaco diurno y nocturno, organizador de eventos musicales, presentador de artistas. Aquí en California, tras su llegada hace unas tres décadas, se hizo popular locutor en Los Angeles, figura de la radio latina en los Estados Unidos.

1986. Elenco de Radio Miraflores frente al clásico 592 de Alcanfores (FOTO: Víctor Becerra).

En el Perú, a los disc jockeys les falta ser más unidos, dicen algunos. Pareciera que no se dan cuenta que la competencia es solo en el aire. En realidad, ahora ya no sé si habrá competencia, cuando existe dos o tres grupos que, de la noche a la mañana, se apoderaron del dial. La unidad haría que se impulsaran nuevas metas para quienes quisieran seguir por ese camino hasta ahora pedregoso. Dicen que les pagan poco, o que, a veces, hasta trabajan gratis. No hay que echarle la culpa a los empresarios. Ellos siempre han sido así. ¿Por qué creen que hace unos días, aquí, en Rock Around the Blog, le escribí a Don Enrique y Don Pedrito, que lo único que no aprendí de ellos fue su amor a la camiseta. Imagínense a mí hasta hoy en Radio Miraflores. Hubiera muerto de inanición o de cualquier cosa... A Radio Miraflores entré y me fui casi las veces que me dio la gana. Y nunca les fallé. Solo trabajé apasionadamente, tanto como lo hice en Radio Panamericana, donde, por defender a mis compañeros, me mostraron la tarjeta roja. No obstante, porque siempre trabajé a conciencia, cuatro años más tarde, volví por la puerta principal a Panamericana Televisión, la empresa hermana. De Mirando la Radio, en Canal 13, renuncié por el contínuo cambio de horario, productores, etc. Me ofrecieron la jefatura de Relaciones Públicas para que me quedara. Igual me fui. Reaparecí un año después con El Lado Oscuro de la Radio, en 1160, emisora de la misma empresa, bajo el mismo dueño, y en el mismo local que había dejado poco tiempo antes. Por ello, guardo el más profundo respeto y cariño a quienes supieron entender a un joven emprendedor y cumplido, por más que viviera la vida loca. A la señora Raquel, a Branny, a Buby... La responsabilidad es, en gran parte, de los mismos disc jockeys. Con un mejor nivel, pero, sobre todo, personalidad, podrían comenzar por exigir. Algo así como una tarifa mínima sería lo ideal. El cielo es el límite.

1994. Hugo Salazar, Diana García, Julio García, y Javier Lishner, en privada reunión (FOTO: Luis Guadalupe).

Si Pete Townshend y Roger Daltrey, después de más de cuarenta años, aún cantan "My Generation", porqué no habrían los disc jockeys de hoy y de siempre hacer sentir su voz en ese ambiente tan variopinto, en el que la procesión va por dentro.

Que disfruten del día del Trabajo. Aquí, en esta parte del hemisferio, lo celebraremos el primer lunes de septiembre. Pero, en septiembre o mayo, nunca nos olvidaremos del disc jockey, rico o pobre, nuestro mejor amigo del dial.

Javier Lishner
Santa Clara, California
1 de mayo de 2008

NOTAS RELACIONADAS:
- NO SÓLO DE ROCK VIVE EL HOMBRE sino de toda palabra que sale de la boca de los comunicadores
- En Lima, LA VOZ DE LOS OCHENTA... Y ALGUNOS MÁS