IRON MAIDEN: Santificado sea tu nombre
Bruce Dickinson podrá no tener el cabello tan largo como lo usaba hace veinticinco años pero, por lo visto anoche en el coliseo de Concord, California, podría asegurar que sigue tan atlético, por lo menos, como cuando llegó al escenario de Rio en enero de 1985, y aún eran quinteto. Seríamos injustos comparándolo en escena con Mick Jagger, por los quince años menos que tiene, y ni si quiera con David Lee Roth, y sus otrora saltitos, quien le lleva cuatro años de ventaja. Pero la energía, la actividad que realiza, y la fuerza en la interpretación, a sus casi cincuenta, seguramente, muchos quisiéramos tener al llegar a esa edad.
El Concord Pavilion fue construido en 1975 en la ciudad de Concord, a 33 millas (53 kilómetros) al Este de San Francisco, y diseñado por Frank Gehry, el mismo arquitecto que tiene en su haber titánicas obras como el Museo de Guggenheim en Bilbao o el Experience Music Project en Seattle, Washington. El coliseo cambió de nombre a the Chronicle Pavilion y, luego, aunque suene gracioso, a una compañía de colchones. Se llama the Sleep Train Pavilion. Pero sigue siendo el mismo local para unas 13 mil personas. En el Concord Pavi... perdón, en el Sleep Train Pavilion han actuado muchos nombres famosos como Bob Dylan, Diana Ross, Eric Clapton, Fleetwood Mac, KISS y Stevie Ray Vaughan. También Prince, 'N Sync, Destiny's Child y Avril Lavigne. Bing Crosby, por ejemplo, hizo allí su último concierto americano.
Como hubiera dicho Roberto Livi, la de anoche fue una fiesta inolvidable; o, como se hubiera referido el maestro Iván Márquez, "la noche de anoche fue más que espectacular". Cual fiera, Iron Maiden salió a matar o morir. Esa fue mi impresión cuando sus ahora seis integrantes se aparecieron luego de la introducción con las palabras de Churchill durante la guerra (el 4 de junio de 1940), y se lanzaron sin compasión a interpretar "Aces High", escrita por Steve Harris -su bajista fundador-, y que fue parte del álbum Powerslave, de 1984. Acto seguido, "2 Minutes to Midnight", del mismo clásico disco, continuó con la introducción al programa. Los primeros minutos del show presagiaban lo mejor.
El setlist que habíamos abrigado fue reformado aunque la base siguió siendo la misma. Como dicen, el orden de los factores no altera el producto. Terminada la primera hora de show habían cumplido con unas siete u ocho canciones, entre ellas, "Revelations" y "The Trooper". Por el ala izquierda, derecha para el público, Janick Gers, "el polaco" nacido en Hartlepool, Inglaterra, hace lo que quiere con la guitarra. No lo habíamos visto pero sí sabíamos, por palabras de su compañero, el guitarrista Dave Murray, que es capaz de tocar desde una hermosa y suave melodía hasta el más feroz riff de guitarra. Como añadió Murray, Gers es de por sí un espectáculo.
De los otros músicos en escena, el que permanece más tiempo al lado de Gers, diría que es Steve Harris, el músico guerrero que fundó la banda a mediados de los setenta. Y es que Harris le sigue a Dickinson en movimientos sobre la tarima. El bajista alienta al público por donde quiera que pase. En la otra punta, comparten el estelar entre Murray y Adrian Smith, el guitarrista que dejó la banda en 1990 para volver nueve años después. Y Maiden decidió que su reemplazo, Janick Gers, se quedara para siempre. Ahora, con Murray, son tres los guitarristas. Atrás, en la retaguardia, aunque muy escondido con semejante escenario, se encuentra Nicko McBrain, el baterista que ya cumplió veinte años con la Maidenmanía.
Para la segunda parte dejaron temas como "Can I Play With Madness?, "Heaven Can Wait", "Powerslave", "Run To The Hills", "Fear Of The Dark" y "Iron Maiden". Y, así, se despidieron no sin antes haber podido percibir a Eddie, la inmensa mascota que por tanto tiempo los acompaña, quien hizo su aparición durante "Iron Maiden".
Lo dijo la gente:
El Concord Pavilion fue construido en 1975 en la ciudad de Concord, a 33 millas (53 kilómetros) al Este de San Francisco, y diseñado por Frank Gehry, el mismo arquitecto que tiene en su haber titánicas obras como el Museo de Guggenheim en Bilbao o el Experience Music Project en Seattle, Washington. El coliseo cambió de nombre a the Chronicle Pavilion y, luego, aunque suene gracioso, a una compañía de colchones. Se llama the Sleep Train Pavilion. Pero sigue siendo el mismo local para unas 13 mil personas. En el Concord Pavi... perdón, en el Sleep Train Pavilion han actuado muchos nombres famosos como Bob Dylan, Diana Ross, Eric Clapton, Fleetwood Mac, KISS y Stevie Ray Vaughan. También Prince, 'N Sync, Destiny's Child y Avril Lavigne. Bing Crosby, por ejemplo, hizo allí su último concierto americano.
Como hubiera dicho Roberto Livi, la de anoche fue una fiesta inolvidable; o, como se hubiera referido el maestro Iván Márquez, "la noche de anoche fue más que espectacular". Cual fiera, Iron Maiden salió a matar o morir. Esa fue mi impresión cuando sus ahora seis integrantes se aparecieron luego de la introducción con las palabras de Churchill durante la guerra (el 4 de junio de 1940), y se lanzaron sin compasión a interpretar "Aces High", escrita por Steve Harris -su bajista fundador-, y que fue parte del álbum Powerslave, de 1984. Acto seguido, "2 Minutes to Midnight", del mismo clásico disco, continuó con la introducción al programa. Los primeros minutos del show presagiaban lo mejor.
El setlist que habíamos abrigado fue reformado aunque la base siguió siendo la misma. Como dicen, el orden de los factores no altera el producto. Terminada la primera hora de show habían cumplido con unas siete u ocho canciones, entre ellas, "Revelations" y "The Trooper". Por el ala izquierda, derecha para el público, Janick Gers, "el polaco" nacido en Hartlepool, Inglaterra, hace lo que quiere con la guitarra. No lo habíamos visto pero sí sabíamos, por palabras de su compañero, el guitarrista Dave Murray, que es capaz de tocar desde una hermosa y suave melodía hasta el más feroz riff de guitarra. Como añadió Murray, Gers es de por sí un espectáculo.
De los otros músicos en escena, el que permanece más tiempo al lado de Gers, diría que es Steve Harris, el músico guerrero que fundó la banda a mediados de los setenta. Y es que Harris le sigue a Dickinson en movimientos sobre la tarima. El bajista alienta al público por donde quiera que pase. En la otra punta, comparten el estelar entre Murray y Adrian Smith, el guitarrista que dejó la banda en 1990 para volver nueve años después. Y Maiden decidió que su reemplazo, Janick Gers, se quedara para siempre. Ahora, con Murray, son tres los guitarristas. Atrás, en la retaguardia, aunque muy escondido con semejante escenario, se encuentra Nicko McBrain, el baterista que ya cumplió veinte años con la Maidenmanía.
Para la segunda parte dejaron temas como "Can I Play With Madness?, "Heaven Can Wait", "Powerslave", "Run To The Hills", "Fear Of The Dark" y "Iron Maiden". Y, así, se despidieron no sin antes haber podido percibir a Eddie, la inmensa mascota que por tanto tiempo los acompaña, quien hizo su aparición durante "Iron Maiden".
Lo dijo la gente:
- "I was right there in the front. Right at the barrier! It was phenomenal! Iron Maiden is God! Up the Irons!!!"
- "This show rocked! Best concert ever! IRON MAIDEN!"
- "These guys are like fine wine, better the older they get!!!"
- "Fucking loved being there... I had lawn seats with two friends of mine. Probably the best live performance I have ever seen."
- "This show was so epic, especially the gigantic 12 foot robot Eddy walking around. and the demons, and Bruce, and everything else, this show kicked ass."
Como se presagiaba, el público no se movió. En realidad, el local, que se vio repleto, solo esperó la reaparición de los músicos que minutos después volvieron para rematar con "Moonchild", "The Clairvoyant" y el célebre "Hallowed Be Thy Name", con el que dijeron adiós a su paso por la Bahía de San Francisco. El olor, como que alguien hubiera estado quemando hierba, seguía siendo el mismo.
La gira Somewhere Back In Time, continuaba su curso bajo la guía del capitán Dickinson, vocalista de noche y piloto (de día) de la aeronave del grupo cuya tripulación llegó hoy a Irvine, en el sur de California. Ahí harán dos funciones. Nosotros, en tanto, prometemos no esperar otros 23 años para verlos de nuevo. Los 30 dólares de gasolina verdaderamente que sí valieron la pena.
Javier Lishner
Santa Clara, California
29 de mayo de 2008
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4 comments:
Bendito sea el empresario que traiga a Iron Maiden, si no es este año, al menos el próximo.
Un abrazo Javier.
PD: y los 30 dólares de gasolina bien invertidos para una buena crónica.
Hola Eagle:
Por ahora dudo que el bendito empresario los lleve luego de su paso por países como México, Costa Rica, Colombia y Chile. Ojalá que para la próxima se pongan las pilas con anticipación. Porque como tú bien sabes, esta es un grupo que merece verse. Y creo que el Perú pudo haber sido parte de la manga latinoamericana. Pero, como no hace mucho dijera el filósofo Guillermo Ackermann, soñar no cuesta nada.
Un fuerte abrazo,
JL
HOLA JAVIER
QUE BUEN CONCIERTO EL QUE VISTE, LOS VI EL 2004 CUANDO POR ESAS COSAS DE LA CHAMBA RECALABA EN LOS ANGELES CADA VIERNES, ES UNA BANDAZA; SIEMPRE RECUERDO LAS ANECDOTAS KE HARRIS CONTABA, DE COMO FUERON SUS PRIMEROS PASOS COMO BANDA; RECORRIAN EL REINO UNIDO SOLO POR UNAS LIBRAS, DORMIAN EN UNA CAMIONETA ADAPTADA DE MANERA POCO COMODA,Y SE TENIAN QUE AGUANTAR EL FRIO CALA HUESOS QUE SOLO EL REINO UNIDO SABE TENER Y EL LUNES A PRIMERA HORA TENIAN QUE CORRER A SUS RESPECTIVOS TRABAJOS PORQUE LO QUE GANABAN COMO MUSICOS NO ALCANZABA; EN UNO DE SUS DVDS HARRIS MUESTRA SU LIBRETA DE AQEULLAS EPOCAS EN LAS QUE LLEVABA UN APUNTE METICULOSO DE LOS INGRESOS Y EGRESOS DE LA BANDA.
SIN DUDA IRON MAIDEN SERA POR SIEMPRE UN LEYENDA DEL MAS PURO Y HONESTO METAL
UN ABRAZO
LUCA
ATLANTA, GA
Hola Luca:
Para mí, además, Harris es el motor de la banda. Y, eso, entre esos seis músicos, ya es bastante.
Pensé que la boa blanca te había atrapado. Y tu hermano tomó fotos de Whitesnake?
Un abrazo,
JL
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