Saturday, October 17, 2009

ARZOBISPO CIPRIANI Y LA PAJA

Un sacerdote católico, arzobispo de Lima y primado de su iglesia en el Perú, afirma suelto de huesos que "los abortos son promovidos por el machismo que impera en el país". Aunque parezca mentira, son las palabras del cardenal Juan Luis Cipriani, quien como siempre le echa la culpa a todos y nunca se mira a sí mismo. El machismo que impera en su iglesia, es peor que el machismo que impera en el país.


NO A LOS CURAS CASADOS
La iglesia católica, a pesar de las palabras de su cardenal peruano -quien jura que siempre está a la vanguardia en temas científicos y sociales-, nunca ha podido ser convincente sobre el porqué sus sacerdotes no pueden tener mujer. Muy aparte de que muchos la hayan tenido y se la hayan guardado, y de que muchos las hayan hecho abortar y se la hayan callado. Hace unos meses, un sacerdote católico, líder de opinión en Miami, fue encontrado in fraganti besando y revolcándose en la arena con una mujer en la playa. El pobre cura, al ser abordado por la prensa negó el hecho. Cuando se le demostró con pelos y señales, aceptó, se disculpó, pidió perdón al Señor, y terminó retirándose de su iglesia, la católica, para irse con esa mujer, quien es hoy su flamante esposa. El cura fue inmediatamente acogido por la competencia, y, según dice, sigue teniendo fé en dios. Entre tanto, sacerdotes como Cipriani, todavía se sonrojan cuando se les habla del condón o la masturbación, lo que consideran pecado.

NO A LAS MUJERES EN EL SACERDOCIO
Como si no fuera suficiente el separar a los hombres de las mujeres, como hasta no hace mucho hacían en los colegios católicos de mi Perú natal, la iglesia no permite, por alguna extraña razón, que las mujeres asuman el sacerdocio. Aquello, a la vista de cualquier buen pastor, es un signo más de discriminación en contra de la mujer. Cipriani olvida ésto y dice: "Todas las mujeres son más fuertes que los hombres, sin embargo, buena parte de los abortos son por el machismo que todavía impera en el país... He visto en la sierra y en la costa, en ricos y pobres, el acoso del hombre para convencer a la mujer a que aborte. Es una vergüenza". Bienaventurados los avergonzados porque de ellos es el reino de este mundo. Alégrense y regocíjense, que los que os acusen se irán derechito al infierno.

NO AL ABORTO TERAPÉUTICO
En la cultura del no, donde cualquier cosa es pecado, se desenvuelven pueblos y naciones. En la cultura de la intransigencia, la manipulación, la intolerancia y el temor a dios, se siguen desenvolviendo los curas. Ya el domingo pasado en su homilía, el arzobispo limeño había dicho: "el aborto habla de la cobardía de la sociedad contemporánea, no le dan espacio al no nacido, los egoístas del mundo de hoy". Bienaventurados los egoístas del mundo de hoy por ser sinceros. Alégrense y regocíjense, que los que los hipócritas que os acusen se irán a vivir con Luzbel.

NO AL CONCORDATO
De lo que no habla el arzobispo del Opus Dei, es sobre ese Concordato que suscribieron entre gallos y medianoche el estado peruano y el Vaticano, sin aprobación ni ratificación, como corresponde, de ningún Congreso de la República. Por ese Concordato, el clero -desde el cardenal hasta los monaguillos-, tienen derecho a cobrar una mensualidad del dinero de todos los contribuyentes. Por ejemplo, el cardenal y arzobispo primado, dice, deberá ganar el equivalente al 100% del Monto Único de Remuneraciones Total de un Ministro de Estado. ¿Por qué en su cultura del no, el arzobispo o cualquiera de sus colegas, incluyendo a los de la Conferencia Episcopal Peruana, no dicen palabra alguna de esto? Simple. Se han acostumbrado a mirar la paja en el ojo ajeno y no el tronco en el suyo propio (Mateo 7, 3-5).

Javier Lishner
Santa Clara, California
17 de octubre de 2009

6 comments:

Jorge S said...

Lo peor es que está en contra de los métodos anticoncpetivos y la planificación familiar,,, para no comentar otras barbaridades de este tipo de iglesia, que por suerte no es la única iglesia cristiana católica.
Un Abrazo

Luis said...

Bueno ya nada sorprende de nuestro querido Cadenal,es mas hace poco uso la oracion por el señor de los milagros para seguir con sus ataques,cosa que cayo muy mal entre los feligrises del cristo morado,lo que si me sorprende es la informacion sobre la remuniracion que perciben los de la conferencia episoopal,desconocia ese acuerdo.
Luis de jesus maria

Javier Lishner said...

Hola Jorge:

Honestamente que hay que tener concha para decir públicamente que "el machismo impera en el país" cuando en la iglesia católica la mujer es de segunda categoría.

Un abrazo,

JL

Javier Lishner said...

Hola Luis:

Eso de nuestro querido, me sonó a mucha gente. Ese tipo utiliza la religión para hacer política.

En cuanto al mafioso Concordato, sería bueno que te averiguaras un poco. Porque de tu bolsillo también sale el dinero para pagarle mensualidades a estos zánganos.

Un abrazo,

JL

Luis Guadalupe said...

Hola Javier. Realmente a estas alturas ya nada sorprende de este sujeto que se cree el abanderado de Dios en la tierra.

En lo personal, ese señor me parece lo más despreciable que hay, falso, hipócrita y convenido. Que diferencia con el Cardenal Landázuri o el mismo Vargas Alzamora. Pero este en vez de convocar a los fieles, con sus posturas intransigentes, lo único que genera es que la gente se ahuyente.

Un gran abrazo.

LUCHO

Javier Lishner said...

Hola Lucho:

Tengo un buen recuerdo de Juan Cardenal Landázuri Ricketts. Fue un prelado tolerante, tan tolerante que sectas como el Opus Dei y otras de la misma estirpe, lo tenían entre ceja y ceja.

Luego llegó Augusto Vargas Alzamora, de quien recuerdo su obsesión por ayudar (en persona) a los pobres. Incluso, tuvo más de un encontrón con el gobierno de turno por defender los derechos de los desposeídos.

Pero del actual arzobispo de Lima, no tengo nada positivo qué decir. Solo que seguiré publicando sus barbaridades en este blog hasta el día que se vaya. Es un personaje público y está sujeto a críticas.

Hablar de machismo cuando pertenece a una iglesia machista, y a una secta machista, no tiene ningún sentido.

Un abrazo,

JL