Friday, July 09, 2010

EL MICRÓFONO Y YO (PARTE I)

La siguiente historia es dedicada a mi ex-compañero de trabajo, maestro y amigo, Jorge Henderson Palacios, quien se encuentra pasando el momento más difícil de su vida. Para tí, Jorge, con la esperanza de que puedas recuperar tu salud, con la estima y el respeto de siempre.

Entre 1992 y 1994, junto a Johnny López, sempiterna figura peruana de la radiodifusión, realizamos una gira educativa de dos años por diversos lugares del territorio peruano. La principal razón fue la de llevar nuestras experiencias por algunos rincones del Perú profundo donde, al igual que en la capital, los jóvenes, ávidos de interés por el micrófono, se esmeraban por aprender.


Durante esos años de imaginación y creatividad, como le llamo al tiempo que trabajé en la radio, pude a la vez aprender de otros; algunas veces, desde las cabinas, y, en otras, a través de instituciones educativas. Por ejemplo, con Juan Alberto Mata, ahora apostado en Costa Rica, asistimos a un curso de Producción de Televisión Educativa de 120 horas dirigido por Óscar Mavila, en el Centro de Teleducación de la Universidad Católica del Perú. Años más tarde, con Sammy Sadovnik, actualmente en Telemundo, acudimos a seminarios de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Lima que, por esos años, tenía como Decana a la españolísima Rafaela García. En el verano del 87, con músicos como Juan Carlos Caipo y los hermanos Óscar y Coco Bravo, concluimos un curso de Producción de Radio y Televisión en el Instituto Toulouse Lautrec de Lima. O sea, mientras trabajábamos y avanzábamos en la carrera, también nos íbamos cultivando.

En las cabinas, hubo algunos nombres que nunca podría olvidar. De ellos, existen dos que si bien es cierto no me descubrieron, sí les debo la razón de haber continuado en la profesión. La primera, una dama. El segundo, un caballero.

En 1980, con apenas unos meses en los micrófonos, quien suscribe era un vil desconocido. Claro, con algunos pergaminos personales bajo el brazo pero nada importante en lo que a medios de comunicación se refiere. Lo cierto es que en casa me habían conseguido un trabajo "serio" en la Compañía de Seguros El Sol. Y, seguramente, iría a ganar más soles, la moneda peruana por excelencia, que los que me pagaban en la radio por conducir Reunión Acústica, un programa diario de tres horas que comenzaba a las diez de la mañana.

La programación de Radio Miraflores FM por aquellos días era algo así: Noticiero El Momento de 6 a 9 a.m.; Miraflores a las Nueve, con Ricardo Fernández; Reunión Acústica, de 10 a.m. a 1 p.m.; música continuada de 1 a 2 p.m. hasta que llegó Juan José Vizcarra con un espacio demasiado loco para la época y las primeras llamadas al aire en la historia de la FM peruana; Jorge Cox a partir de las 2 p.m. con El Juke Box International (La Hora del Juke Box), y Hugo Salazar de 3 a 6 p.m. con La Música está aquí. Liliana Sugobono seguía con El Expreso de la seis y, una hora después, aparecía Jorge Henderson en la versión con sonido dolby de Mundo Musical Iberoamericano -el embrión de Enhorabuena-, que en la AM iba a las 10 de la noche. Le seguía Gerardo Manuel con La Hora Pirata. A las diez, Martha Mifflin dedicaba una hora a la música clásica. La salsa no existía en la frecuencia modulada aunque, paradójicamente, sería en Radio Miraflores, muy poco tiempo después, en donde se escucharía por primera vez bajo la conducción de Luis Delgado-Aparicio Porta.

Para tomar el puesto en Seguros El Sol, que nunca quise, hube de haber dejado el matutino programa que desde hacía pocos meses -con la cortina musical tomada de Viaje al Centro de la Tierra de Rick Wakeman-, animaba en la emisora de Alcanfores. Al llegar a gerencia con la noticia, se me invitó a que me fuera. "Tú puedes tener éxito en seguros", me dijo Buby, el director-gerente, quitándome casi el último apoyo que me quedaba. No tenía ni veinte años y el mundo se me derrumbaba. Salí de la oficina y si no tiré la puerta fue porque en casa nos habían enseñado que eso no era de gente educada. Preferí mantener la educación aunque quise mandar a la mierda a la radio y buscar un futuro diferente. Por primera vez se me hacía un nudo en la garganta. Pero fue ahí cuando aparecieron un par de personas, y la historia viró con el viento a mi favor. Reunión Acústica, a pesar del trabajo de saco y corbata en Seguros El Sol, no desapareció.

La dama y el caballero, no solo hicieron que me quedara sino que se convirtieron en verdaderos ejemplos para lo que vino después. Él por perfeccionista, ella por apasionada.

Javier Lishner
Santa Clara, California
14 de mayo de 2008

6 comments:

Anonymous said...

Seguros??? nunca se me hubiera ocurrido. Menos mal fuiste persistente con tus sueños....quien a dicho que la vida es facil??? le digo siempre a Jasmine y otra vez, menos mal...porque que aburrida seria.
sigo leyendo ;-)
Angela

Javier Lishner said...

Hola Angela:

En aquella época, la carrera de seguros no era tan popular como ahora. Al menos, en Lima. Pero por allí hubo un contacto que me hizo llegar a sus oficinas en el centro de Lima. Y parece que le caí en gracia a los dos gerentes de aquel entonces y pasé las entrevistas.

Pero yo quería quedarme en lo que empezaba a ser mi verdadera carrera: los medios de comunicación. Y así fue. Aunque sí llegué a trabajar en El Sol, donde hice muy buenos amigos... Como dato, era la época de las famosas "pirámides"... jaja.

Saludos,

JL

Anonymous said...

cuales piramides????

Javier Lishner said...

Hola Anonymous:

Las pirámides eran reuniones que se realizaban, por lo general en las noches, en diferentes casas de la ciudad. La idea era llevar gente amiga para que "invirtiera" una determinada cantidad de dinero... y en la medida que uno iba subiendo a la cúspide, iba "ganando" algo del dinero que ponían los que estaban en la base de la pirámide. Entre más arriba estabas, más dinero ganabas. Y el que estaba en la cúspice, era el sapazo que se llevaba una fortuna.

Por supuesto que las prohibieron. Claro, cuando cuatro gatos ya se habían llevado todo el billete.

Saludos,

Miau

Anonymous said...

siiii??? yo no sabia nada de eso!!! bueno...en esa epoca...no sabia muchas cosas.Me acuerdo ahora de una anecdota, para mi, en un bar, con Wolfie....ya te contaré jajajaja que bobita era jajaja.
Angela

Neobuxvn said...

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