Sunday, July 13, 2008

LOS MEDIOS Y LA RESPONSABILIDAD

Cuando hace veintiocho años comenzaba una carrera en los medios de comunicación del Perú, aprendí que la responsabilidad era uno de los instrumentos más importantes para desenvolverse correctamente en ellos, y, por ningún precio, había que pasarla desapercibida. La responsabilidad es algo que siempre tuve en cuenta, a pesar de lo irresponsable que muchas veces pude haber sido.


Tiempo después, tras leer un comentario sobre el nivel de alfabetización de los países, mi concepción cambió un poco, no en cuanto a la responsabilidad, pero sí en cuanto a las diferencias que existen entre los pueblos y la labor tan específica que cada medio de comunicación social tiene, o debería tener, en su propia comunidad. De acuerdo a cifras, en el mundo de hoy, uno de cada cinco adultos es analfabeto.

En un mundo perfecto, los medios de comunicación social habrían de aportar formación e información a la población a la que se dirigen, aprovechando su fuerte influencia. Para ello, habrían de ser manejados por gente responsable y con la suficiente formación integral como para atender a su comunidad, sin importar el tipo de programación que hubieran elegido. Pero en eso surge el factor de la vía satélite, que, momentáneamente, cambia todos los planes.

Cuando a principios del siglo, comenzaron a aparecer nuevos periódicos en el Perú (cortesía del Chino que anda en la cárcel y del corrupto de su brazo derecho de entonces, Vladimiro Montesinos), yo ya andaba fuera del país. Pero veía, leía, y escuchaba comentarios en contra de esa prensa, la que un buen sector denominó "chicha", algo más que sensacionalistas (La Chuchi, Ajá, Trome, El Chino, etc). En silencio me sumé a las críticas, porque las sentía coherentes. Esos medios, que nacieron bajo el manto del escándalo, el crimen y los ampays (sorprender en el acto), no aportaban nada a la educación del pueblo peruano. Y, es ahí, en la educación donde está el quid del asunto.

Les contaba a mis alumnos de Talentvs, entre el 92 y 94, que si uno de estos medios (que entonces sí los había) se publicaran por ejemplo en Suiza, en donde, según estadísticas, el índice de alfabetización es de 100%, no habría que alarmarse tanto. El lector, en Suiza, sabría que se trata de un pasquín o de un libelo y no podría afectar mucho en su formación y cultura. Lo que no pasa cuando el índice de alfabetización no es muy alto, como es el caso peruano.

Dirán algunos, como ya me lo han dicho, pero hay medios para todos los gustos. Sí, así como hay programas para todos los gustos, y pelucas para todos los gustos. Pero, volviendo a la responsabilidad, ¿qué aporte a la cultura y educación del país pueden brindar los medios "chicha"? ¿qué puede aprender un niño leyendo un periódico donde el chisme, el desnudo, y las malas expresiones, son la base de su contenido? Respuesta: poco o nada. Es como ver uno de los programas de Laura en América, la versión televisiva de los periódicos chicha. No por coincidencia, nació durante el reinado de Fujimori. Pero, cuidado, fue tan malo como tan sintonizado...

La educación no es solo responsabilidad de la UNESCO ni del grupo de los 8 ni de los ministerios de Educación de cada país. Es de todos, incluídos los medios de comunicación y sus respectivos comunicadores.

Por el momento, seguiremos aprendiendo lo bueno de unos y pasando, a otros, lo bueno que alguna vez aprendimos. Simple filosofía, aunque se asemeje a un trabalenguas. Como leía de alguien hace unas semanas: "El conocimiento que no es compartido no vale nada", por lo menos, en su blog.

Hoy, que en los medios de comunicación de Estados Unidos se recuerda un mes de la partida de Tim Russert, el periodista de Meet the Press, semanal programa de la cadena NBC, solo nos queda ponerlo como ejemplo de aquel profesional que amó su carrera, con tanta pasión como a su patria y a su familia. Y la responsabilidad periodística, no la dejó de lado.

Javier Lishner
Santa Clara, California
13 de julio de 2008


6 comments:

Mike Mantilla said...

Si me permites, algunas consideraciones:
1.- Meter en un solo saco a la Chuchi, el Chino, el Ajá y el Trome, no me parece justo. Los dos primeros -bien llamados chicha- nacieron bajo el mecenazgo y la tutela de los corruptos Montesinos y Fujimori con el fin exclusivo de enlodar y lanzar caca a los opositores politicos a la dictadura. Su objetivo no era venderse, tan solo estaban para ser exhibir sus cochinos titulares en los kioskos. En cambio, el Ajá y el Trome -aunque a mi no me gustan tampoco- nacieron como iniciativa privada, son diarios populares, su lenguaje es informal, con alguna replana es cierto, al igual que Ultima Hora, pero estan exentos de lisuras o epitetos agraviantes tal como era el estilo de los diarios chicha.
2.- Respecto a lo que un niño puede aprender o no de un periodico con chismes, desnudos, y malas expresiones. Los niños aprenden malas expresiones, groserias y vulgaridades en la calle, escuchando a otros chicos, viendo la tv y en el mismo colegio mas que mirando un titular en el kiosko.
3.- El Perú está en ultimo lugar en educación en el mundo. Los medios deben ser responsables pero mas de informar que de educar. Con una buena informacion de alguna manera se educa a la gente. Es cierto que muchos no lo hacen y faltan a su deber, pero llevar educacion no es su cometido. La mayor responsabilidad la tienen los maestros y los padres, en el hogar.
Aun si mejoráramos la educación y la cultura en el país igual seguirian existiendo estos periodicos porque hay gente que lo consume. ¿qué son entonces The Sun y otros sensacionalistas y amarillistas que perviven en sociedades supuestamente mejor instruidas que la nuestra?.

Saludos

Eagle

Javier Lishner said...

Hola Eagle:

Qué diferente es cuando los niños aprenden juntos las malas palabras de otros niños, que cuando las ven o las oyen (muchas veces a solas) en un medio de comunicación.

Acabo de ver la primera plana de Ajá y de Trome y, aunque de mojigato no tengo nada, por el momento, los mantengo en el mismo saco. Entiendo que el saco de unos es más grande que el de otros.

Con respecto a tu pregunta final, está incluída en el artículo.

Un abrazo,

JL

Anonymous said...

Si pues el "artículo" es un sancochado de ideas mal hilvanadas entre expositivo y anecdótico-narrativo pero en fin...

respecto alo que comenta eagle- quien si exhibe más orden) ; lo de las malas palabras es lo único que nos llama la atención de inmediato como signo de la influencia de los medios sobre la población no preparada en general. Sin embargo, siempre ha existido este tipo de influencia negativa desde mucho antes de la epoca de Fujimori-Montesinos.
¿Alguien se acuerda de un programete -mamarracho televisivo llamado Fantástico que sólo transmitía frivolidad por doquier sin un ápice de cultura con una conductora racista como la Balarín? ¿ qué resposabilidad exhibían sus mequetrefes conductores ?

Javier Lishner said...

Hola Anonymous:

Me encuentras de buen genio. El que siempre haya existido "influencia negativa" no quiere decir que sea lo correcto.

De Fantástico, por coincidencia, Eagle ya dio su opinión en otra entrada.

Un abrazo,

Uno de los Mequetrefes

Anonymous said...

mejor una buena calata en primera pagina que el caballo loco cara de chancho de alan garcia!

Javier Lishner said...

Hola Anonymous:

Bueno, si vamos a tomar esto a la chacota podría opinar igual que tú. Pero, en realidad, creo que no se trata de una calata en primera plana. El mensaje diario va mucho más lejos.

Saludos,

JL