Santos de nuestro tiempo
WAVY GRAVY: VIDA Y MILAGROS
Paul Krasner lo llamó el hijo ilegítimo de Harpo Marx y la Madre Teresa. Bob Weir, el guitarrista de Grateful Dead, dijo de él: "Es un santo vestido en ropas de payaso". Por ahí va la descripción de Hugh Romney, el popular Wavy Gravy.
Fue en Woodstock de 1969 cuando, aún temprano, una aguardientosa voz se dejó escuchar desde el escenario. Era la de Wavy Gravy, uno de los presentadores del espectáculo neoyorquino que, él, también ayudó a ser grande. "What we have in mind is breakfast in bed for four hundred thousand people!". La frase, lo describió para siempre. Aunque el seudónimo le llegaría dos semanas después, en el Texas Pop Festival, de la voz de B.B. King.
Son innumerables las obras de caridad en las que Mr. Gravy -como lo llama el New York Times- ha colaborado a través del tiempo. En realidad, su vida es todo colaboración. En 1978, por ejemplo, fundó Seva, originalmente para combatir y curar la ceguera en el Tercer Mundo (como se le llamaba en aquel entonces). Hablar de las obras a través de the Hog Farm es otra larga historia. Existe desde los tiempos de Woodstock.
James O'Dea, director ejecutivo de Seva da en el clavo cuando comenta que "Wavy Gravy parece un remanente de los años sesenta". Y, claro, es que todavía utiliza el atuendo hippie, el pelo largo, los colores del Summer of Love y, quién sabe, si alguna que otra cosa más de esa época. Pero no es un remanente, solo parece... En un mundo en donde abunda la hipocresía y la falsa moral, Wavy Gravy dedica veranos completos a los niños descarriados y a los hijos de mendigos.
Pude conocerlo en 1994 mientras celebrábamos los 100 años de las guitarras Gibson en el histórico Fillmore Auditorium de la calle Geary. Me entretuve conversando con Harvey Mandel, uno de los guitarristas que -como Eric Clapton, Mick Taylor y John McVie- salió de los Bluesbreakers de John Mayall. Recuerdo que le estaba diciendo que la primera vez que escuché de él fue cuando su nombre fue voceado para reemplazar a Mick Taylor en los Rolling Stones. Mandel, de baja estatura, me miraba fijamente mientras se rascaba la barba. Yo, en ese momento, no comprendía que el comentario estaba fuera de tiempo y lugar. Mandel no quería hablar de los Rolling Stones sino de lo que acababa de tocar acompañado del no menos famoso Narada Michael Walden. O sea, del blues y su pasión por la música. Aún no conocía su tema "Peruvian Flake", así que tampoco coincidimos en ello. De pronto, por nuestro costado, pasó un señor con cara conocida y vestido de payaso. Lo acababa de ver encaramado en el escenario hablando, como siempre, de la paz y el amor, de la gente, de la libertad... Era Wavy Gravy.
Le extendí la mano, mientras terminaba con Mandel. Me le presenté como enviado de no sé dónde y aunque parece que su sonrisa es su mejor saludo, también tuvo que extenderme la mano. Le dije lo que le tenía qué decir. Que venía de Perú y que sabía de él desde que era niño. Intercambiamos un par de opiniones antes de que fuéramos interrumpidos por el sonido del siguiente acto, que, si mal no recuerdo, era el de Gregg Allman. Cuando regresé a casa, leí más de él, de su vida, de sus obras... y por supuesto que nunca terminé mi tarea.
Hace un año, cuando la primera semana de septiembre, en el Speedway Meadows del Golden Gate Park se celebraba el cuadragésimo aniversario del Summer of Love, volví a verlo. Nos encontrábamos en el backstage, entre comida, bebidas y humo. Y mucha alegría. Llegó caminando lentamente, como parece que es su costumbre, además de los años que lleva encima, y que se le notan. Lo vi con bastón. Creo que es parte de su personalísima indumentaria. Aunque podría estar equivocándome.
Me le acerqué. Algunas cámaras apuntaban a él, quien llegaba con un par de personas que parecían su guardia. Le volví a extender la mano y le pedí que posara para una foto. Se sentó. Le tomamos varias. Lo hizo de buena gana, pero, esta vez, la hora no dio para más. Había llegado justo a tiempo para presentar a los Jefferson Starship, sus amigos de toda la vida. Y solo tuvo tiempo para cambiarse de atuendo. Arriba estaban, Paul Kantner, Slick Aguilar, Marty Balin, David Freiberg... y se inmiscuyó entre ellos para quedarse a cantar temas tan simbólicos como "Somebody to Love" y "Volunteers", de la anunciada era de Acuario.
Con las regalías que gana por los helados "Wavy Gravy", de la marca Ben & Jerry, Camp Winnarainbow -otra de sus obras- puede proveer becas a niños sin hogar en la Bahía de San Francisco, y a los nativos de las reservaciones indias de South Dakota.
Wavy es un activista político, un hombre sumamente tranquilo (léase mejor, pacífico), y conduce dos programas de radio en la estación Jam On, de la Sirius Satellite Radio.
Llámenlo como quieran; pero, a sus 72 años, el activista y cómico vive feliz al lado de Bonnie Jean Beecher, su esposa, quien lo secunda en todo. Ambos se casaron en 1965, como se dice, para amar al prójimo como a sí mismos.
Javier Lishner
Santa Clara, California
4 de septiembre de 2008
Paul Krasner lo llamó el hijo ilegítimo de Harpo Marx y la Madre Teresa. Bob Weir, el guitarrista de Grateful Dead, dijo de él: "Es un santo vestido en ropas de payaso". Por ahí va la descripción de Hugh Romney, el popular Wavy Gravy.
Fue en Woodstock de 1969 cuando, aún temprano, una aguardientosa voz se dejó escuchar desde el escenario. Era la de Wavy Gravy, uno de los presentadores del espectáculo neoyorquino que, él, también ayudó a ser grande. "What we have in mind is breakfast in bed for four hundred thousand people!". La frase, lo describió para siempre. Aunque el seudónimo le llegaría dos semanas después, en el Texas Pop Festival, de la voz de B.B. King.
Son innumerables las obras de caridad en las que Mr. Gravy -como lo llama el New York Times- ha colaborado a través del tiempo. En realidad, su vida es todo colaboración. En 1978, por ejemplo, fundó Seva, originalmente para combatir y curar la ceguera en el Tercer Mundo (como se le llamaba en aquel entonces). Hablar de las obras a través de the Hog Farm es otra larga historia. Existe desde los tiempos de Woodstock.
James O'Dea, director ejecutivo de Seva da en el clavo cuando comenta que "Wavy Gravy parece un remanente de los años sesenta". Y, claro, es que todavía utiliza el atuendo hippie, el pelo largo, los colores del Summer of Love y, quién sabe, si alguna que otra cosa más de esa época. Pero no es un remanente, solo parece... En un mundo en donde abunda la hipocresía y la falsa moral, Wavy Gravy dedica veranos completos a los niños descarriados y a los hijos de mendigos.
Pude conocerlo en 1994 mientras celebrábamos los 100 años de las guitarras Gibson en el histórico Fillmore Auditorium de la calle Geary. Me entretuve conversando con Harvey Mandel, uno de los guitarristas que -como Eric Clapton, Mick Taylor y John McVie- salió de los Bluesbreakers de John Mayall. Recuerdo que le estaba diciendo que la primera vez que escuché de él fue cuando su nombre fue voceado para reemplazar a Mick Taylor en los Rolling Stones. Mandel, de baja estatura, me miraba fijamente mientras se rascaba la barba. Yo, en ese momento, no comprendía que el comentario estaba fuera de tiempo y lugar. Mandel no quería hablar de los Rolling Stones sino de lo que acababa de tocar acompañado del no menos famoso Narada Michael Walden. O sea, del blues y su pasión por la música. Aún no conocía su tema "Peruvian Flake", así que tampoco coincidimos en ello. De pronto, por nuestro costado, pasó un señor con cara conocida y vestido de payaso. Lo acababa de ver encaramado en el escenario hablando, como siempre, de la paz y el amor, de la gente, de la libertad... Era Wavy Gravy.
Le extendí la mano, mientras terminaba con Mandel. Me le presenté como enviado de no sé dónde y aunque parece que su sonrisa es su mejor saludo, también tuvo que extenderme la mano. Le dije lo que le tenía qué decir. Que venía de Perú y que sabía de él desde que era niño. Intercambiamos un par de opiniones antes de que fuéramos interrumpidos por el sonido del siguiente acto, que, si mal no recuerdo, era el de Gregg Allman. Cuando regresé a casa, leí más de él, de su vida, de sus obras... y por supuesto que nunca terminé mi tarea.
Hace un año, cuando la primera semana de septiembre, en el Speedway Meadows del Golden Gate Park se celebraba el cuadragésimo aniversario del Summer of Love, volví a verlo. Nos encontrábamos en el backstage, entre comida, bebidas y humo. Y mucha alegría. Llegó caminando lentamente, como parece que es su costumbre, además de los años que lleva encima, y que se le notan. Lo vi con bastón. Creo que es parte de su personalísima indumentaria. Aunque podría estar equivocándome.
Me le acerqué. Algunas cámaras apuntaban a él, quien llegaba con un par de personas que parecían su guardia. Le volví a extender la mano y le pedí que posara para una foto. Se sentó. Le tomamos varias. Lo hizo de buena gana, pero, esta vez, la hora no dio para más. Había llegado justo a tiempo para presentar a los Jefferson Starship, sus amigos de toda la vida. Y solo tuvo tiempo para cambiarse de atuendo. Arriba estaban, Paul Kantner, Slick Aguilar, Marty Balin, David Freiberg... y se inmiscuyó entre ellos para quedarse a cantar temas tan simbólicos como "Somebody to Love" y "Volunteers", de la anunciada era de Acuario.
Con las regalías que gana por los helados "Wavy Gravy", de la marca Ben & Jerry, Camp Winnarainbow -otra de sus obras- puede proveer becas a niños sin hogar en la Bahía de San Francisco, y a los nativos de las reservaciones indias de South Dakota.
En el hospital llevando alegría, en el aula compartiendo enseñanza, en el campo divirtiendo a los niños, y con Gavin Newsom, alcalde de San Francisco.
Wavy es un activista político, un hombre sumamente tranquilo (léase mejor, pacífico), y conduce dos programas de radio en la estación Jam On, de la Sirius Satellite Radio.
Llámenlo como quieran; pero, a sus 72 años, el activista y cómico vive feliz al lado de Bonnie Jean Beecher, su esposa, quien lo secunda en todo. Ambos se casaron en 1965, como se dice, para amar al prójimo como a sí mismos.
Javier Lishner
Santa Clara, California
4 de septiembre de 2008
2 comments:
muy buena info, muy buen aporte, no sabia nada de esto, igual mucho no me gusta los grateful
muy bueno el blog, saludos
Hola Lucas,
Gracias por visitar el blog. Ayer me leí buena parte del de vos. Me gustaron muchos esas "anécdotas históricas" de algunas bandas.
Saludos,
JL
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