PADRE AGUILAR: ¿Por qué no se calla?

Ya en agosto, el Padre José de Jesús Aguilar, encargado del área de radio y televisión de la arquidiócesis de México, advirtió que la iglesia católica no avala el culto que algunos mexicanos rinden a la "Santa Muerte" porque éste "va en contra de todos los principios del catolicismo y de las santas escrituras". De esa manera, llegó la noticia desde México D.F.

Esta vez, el mismo sacerdote, salió con otra que me puso como Condorito, patas arriba. Alzó su voz al pueblo mexicano haciéndole saber que, todo aquel que crea que pasando el año nuevo con calzones de colores va a tener un buen año, está cometiendo pecado. Como se sabe, la creencia popular dice que los calzones amarillos atraen alegría y dinero; en tanto, los rojos, el amor y la pasión. A mi me gustan los dos.

Según el Padre Aguilar, comete pecado todo aquel que se pone el calzón de color creyendo que eso le traerá buena suerte durante los próximos meses. "Eso es superstición, y la iglesia está encontra de toda superstición", dijo. Creo que el sacerdote tiene cierta obsesión por la magia, la numerología, el número 13, etc.
Según él, y lo vi con mis propios ojos, si uno se pone el calzón de color por diversión no es pecado; empero, si lo hace pensando en lograr algo bueno, sí lo es. O sea, no solo quieren controlar las acciones de uno sino hasta los pensamientos. Juzgue usted.

Lo que habría que preguntarle a este señor, es si superstición no es cargar a una imagen y pasearla por toda la ciudad durante un mes, dejando, de paso, la ciudad llena de basura, comida, orines, y otros olores. Si superstición no es tener altares y estatuas, y copones, y hacerlos sagrados. Si superstición no es lo que hacía Fray Galvão, al que no hace mucho lo elevaron a santo.
Mi recomendación sería ponerse el calzón de color esta noche y, mañana, confesarse. Cuando el cura le pregunte, ¿Cuál ha sido tu pecado hijo o hija mía?, usted contesté, "Padre, anoche me puse un calzón de colores... pero ya me lo cambié. Ahora tengo uno de florcitas".

Javier Lishner
Santa Clara, California
31 de diciembre de 2007