Saturday, July 18, 2009

CUANDO EL PERÚ JUGABA AL FÚTBOL

El 3 de junio de 1978, a solo dos días del cumpleaños número trece de Micky Rospigliosi -el recientemente desaparecido periodista deportivo peruano que justamente hizo su debut en el mundial de ese año en Argentina-, su país, el nuestro, Perú, también estrenaba su elenco en aquel torneo futbolístico de fuste. Micky había viajado acompañanado a su padre, Alfonso "Pocho" Rospigliosi, un verdadero peso pesado del periodismo deportivo en Latinoamérica. Esa tarde, en el estadio Chateau Carreras, también llamado el estadio Olímpico de la ciudad de Córdoba, al once peruano lo esperaba la poderosa escuadra de Escocia. Los europeos llegaban a la segunda ciudad más grande de Argentina, luego de haber dejado fuera de carrera a Gales y Checoslovaquia. Además, era uno de los favoritos para pasar a la siguiente ronda del Grupo 4, el que también compartían Holanda, sub campeón del mundo (que empataría con Perú a cero goles) e Irán (que sucumbiría ante los nuestros por 4 a 1, en el mismo Chateau Carreras).



El día anterior del debut peruano, quien suscribe había partido a Naplo, acogedor balneario a 58 kilómetros al sur de Lima, la capital peruana. Como hincha acérrimo del fútbol, cachimbo de la Universidad de Lima e integrante del último campeón interescolar de fútbol de la liga de colegios religiosos (teniendo como compañero de equipo al hoy arquitecto Lucho Torres, futuro disc jockey de Radio Doble Nueve), el encuentro de su selección era un largo y esperado sueño. La última vez que había visto jugar al Perú en una justa mundial había sido el 14 de junio de 1970, cuando la escuadra peruana cayó en Guadalajara ante Brasil, futuro campeón del mundo.

Naplo es una tranquila playa de aguas mansas. Está situada en el litoral peruano muy cerca de Pucusana. Antes de Naplo, se encuentran La Quipa y La Honda, donde pasamos parte de nuestros veranos felices. En Naplo, ese fin de semana, había un retiro; una de esas actividades que los religiosos, especialmente los católicos, utilizan para lo que llaman "proselitismo". O sea, como dice el diccionario, el empeño que se pone en ganar adeptos para una causa; por lo general, religiosa. Y fue así como quien suscribe se convirtió en uno de los elegidos para pasar ese fin de semana, encerrado tres días, en una casa de verano en pleno invierno. Por consiguiente, y no habiendo televisor que disipara el místico y sacro ambiente, habría de perderse el debut peruano frente a Escocia, a cambio del rezo de algunos rosarios, la señal de la cruz con agua bendita y alguna charla que le habían encomendado. Con él había otro ex-compañero de clase, hincha del Unión Huaral de Pedrito Ruiz, y compinche de la misma cofradía.

Escocia se presentó ante los 38,000 espectadores (entre los que estaba el cantante Rod Stewart) con sus más grandes estrellas. Destacaban, el portero Alan Rough; el 8, Kenny Dalglish; el poderoso número 9, Joe Jordan, y el puntero Willie Johnston. En el banco, manejando a esa escuadra, estaba Ally MacLeod. El Perú, que, junto a Brasil, se había convertido en uno de los dos únicos equipos sudamericanos clasificados por cuenta propia a ese Mundial (el tercero fue el local Argentina), se encontraba al otro lado del césped bajo las órdenes de Marcos Calderón. Allí, el experimentado estratega contaba con un par de piezas claves: el portero Ramón Quiroga, argentino nacionalizado peruano, y Teófilo "El Nene" Cubillas, una de las sensaciones del aún recordado México 70.

Naplo, balneario a 58 kilómetros al sur de Lima.

Faltando unos treinta minutos para que se iniciara el encuentro, las mentes de ambos, la de mi compañero fanático del Unión Huaral y la mía, empezaron a carburar casi al mismo tiempo. Junio es invierno en el Perú y, por consiguiente, al menos por esos años, las casas de playa estaban literalmente vacías. La única casa habitada ese fin de semana, aparte de la del guardián, fue la del retiro, con estudiantes de segundo año de secundaria de algunos de los más discretos colegios de Lima, como el Markham y el Santa María de Chacarilla. No recuerdo de quién fue la decisión pero solo bastó una mirada para dar paso a la intrepidez. Y, por un par de horas, dejamos de lado el rosario, el agua bendita, y las charlas que nos habían encomendado. Arriba, en el monte, el guardián tenía su casa. Y, allí, un pequeño televisor de bordes oscuros, que, haciendo juego con el blanco y negro de la televisión peruana, nos serviría para no perdernos aquel memorable partido. Juro que, por lo menos hasta ese entonces, fue uno de los momentos más felices de mi vida. Y esa noche ni la conciencia me molestó.

Al día siguiente, domingo, todos los periódicos de la época, incluyendo al tan serio y recatado "decano de la prensa en el Perú", tuvieron a Cueto, Cubillas y su ballet, en primera plana. El cuadro inca no solo había logrado su primer triunfo en la justa, por 3 goles a 1, sino que, con ese dribbling que volvía locos hasta a los mismos brasileros (a quienes les habíamos ganado en la última Copa América, cuando salimos campeones), había remontado el marcador luego de una temprana anotación del delantero Jordan. Pero con el medio campo formado por César Cueto, José Velásquez y Teófilo Cubillas (no por coincidencia, los tres del Alianza Lima), y con la seguridad que daba el guardameta Quiroga (a excepción del gol de Jordan, aunque luego atajaría un penal), la selección peruana pudo salir airosa.

Cuando regresamos al retiro tuvimos que guardar las apariencias, pedir perdón al Creador por nuestras deudas, y esperar un momento de relajo, para abrazarnos con el director de la actividad religiosa, dueño de la casa de playa, quien, amén de intentar ensayar la Verdad, también era hincha del deporte más popular de todos. Y, aunque no pudo ver el partido en directo, en silencio, entre abrazos, celebró con nosotros. Al día siguiente, los tres llegamos a Lima directamente a la capilla del colegio Champagnat de Miraflores. Y por alguna razón que no se me ocurre, ninguno de los participantes terminó ingresando a la cofradía. Cosa que no era usual. Castigo de Dios, seguramente.

Equipo ideal de la primera vuelta para la revista El Gráfico.

Como decía el cantautor argentino: "Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad, guardaba todos mis sueños en castillos de cristal. Poco a poco fui creciendo, y mis fábulas de amor, se fueron desvaneciendo como pompas de jabón". Sí, esa es mi historia con el fútbol. Exactamente. Mis fábulas de amor que, mientras fui creciendo, se fueron desvaneciendo como pompas de jabón.

Javier Lishner
Santa Clara, California
18 de julio de 2009

12 comments:

Javier Moreno-Pollarolo said...

Ja! y yo recuerdo escaparme de un retiro para irme a mi cuarto a escuchar "In My Heart" de Freeway que la tenía en cassette, grabado directamente de Radio Panamericana.

Creo que hiciste bien al ir a ver a Perú jugar; es más, creo que los organizadores del retiro debieron haber puesto el TV para ver a Perú. En serio.

Javier Lishner said...

No solo eso. Debieron haber puesto una pantalla gigante y unas cuantas chelas.

Aún recuerdo a algunos de los participantes que hicieron el "sacrificio" de ir al retiro y no ver el encuentro, a pesar de su pasión por el fútbol.

Saludos,

JL

Jorge S said...

Grandes épocas, asabes que recuerdo mucho ese mundial por qué me pasaron dos cosas, la primera es que me dió hepatitis y estuve metido en mi cama viendo el mundial, y la segunda, es que, como me mudé, me salí del cole con un año y me pusieron en uno nacional, y en ese año el SUTEP hizo huelga; así que me la pasé viendo el mundial metido en mi cama y sin perder clases por mi hepatitis.

Hay gente que todavía no entiende que el futbol es de interés nacional y sobrepasa todo, lo mejor que hiciste es escaparte a ver el partidos, un gran partido, un gran mediocampo, como lo dices tu todos de alianza, grandes jugadores (Velasquez, Cubillas, y el maestro Cueto), lo mejor que tuvo alianza... tu sabes que soy hincha de la U, pero se reconoce a los grandes jugadores de futbol,,,

Un Abrazo

Luis Guadalupe said...

Hola Javier. Buen recuerdo el de tu post.

Argentina 78, un mundial al cual fue Perú con poca expectativa porque el que menos pensaba que Holanda y Escocia nos iban a pasar por encima. Holanda era el último subcampeón y Escocia había dejado fuera del mundial a Checoslovaquia, último campeón europeo en ese entonces. Pero, aún recuerdo ese Perú-Escocia, que vibré al máximo. Perú hizo una brillante 1º rueda y aunque soy crema, pero que mediocampo teníamos: Cueto, Velasquez y Cubillas. Un lujo total. Y El Gráfico puso el mediocampo completo de Perú en la oncena ideal de la 1º ronda.

Una pena que en la 2º ronda el equipo se cayera. El físico fue un factor clave y ese 1º partido ante Brasil fue decisivo y ante Polonia fue parejo el partido, pero un centro para la cabeza de Lato definió el encuentro. Y el partido ante Argentina ya desdibujó todo.

Buenas épocas futboleras, sin duda alguna.

Un gran abrazo.

LUCHO

DANIEL VIGIL said...

La verdad que no recuerdo mucho de aquel día. Exactamente yo estaba a unos días de cumplir los 8 años. Pero sí me acuerdo de otros partidos de ese mundial, entre ellos los de Perú ante Brasil, Polonia y Argentina.

Lo que sí leí años después, es que muchos personajes no peruanos vinculados al fútbol, que estaban en Argentina '78 nunca imaginaron que Escocia caería ante Perú. Ese partido, debido a como se desarrollaron las acciones y al rival que se tuvo al frente, creo que debe ser considerado como el mejor momento que vivió una selección peruana de fútbol. Me pregunto, ¿qué hubiera sido si Navarrito no hubiese cometido ese error que dio como consecuencia el gol de Szarmach en el partido ante Polonia?. Perú se hubiera presentado al juego frente a Argentina con un punto, y con una posibilidad de disputar un tercer puesto (claro, si le hubiésemos ganado ese partido a Argentina). Y en realidad, ¿qué habrá pasado antes de ese 6-0?, ¿será verdad de las cosas que se hablan?

En cuanto a tu anécdota, me hizo recordar a una que tuve en 1985. Recuerdo que se iniciaban las eliminatorias para Mexico'86 y Perú visitaba a Colombia, y justo ese día (domingo 26 de mayo) era la procesión de María Auxiliadora (yo estaba en 4to de Secundaria), y los curas de mi colegio (congregación salesiana), nos habían obligado a asistir a tal acto religioso. Ese día todos tuvimos que ir a la procesión, porque iban a pasar lista, y el que no estaba presente lo iban a castigar. Antes de empezar la procesión pasaron lista, y minutos después, cuando se inició el recorrido de la virgen en las primeras dos cuadras, varios iniciaron la fuga para ver el partido, entre ellos yo. Lástima por el marcador (Perú perdió 0-1 con gol de Prince), pero ninguno de los que abandonó ese día la procesión imaginó que terminada esa actividad volverían a pasar lista, y ahí sí que nos jodimos. Esa eliminatoria sería la última de una gran selección de fútbol que haya tenido Perú.

Saludos.

Anonymous said...

Recuerdo aquel mundial con mucho cariño ya que se trató del primer mundial que pude ver y disfrutar completamente, estaba en 1ro de secundaria y no me perdía ningún partido, aquella tarde cordobesa fue realmente inolvidable, los golazos de Cubillas, la velocidad de Muñante, la seguridad del debutante Jaime "el chiquillo" Duarte y por supuesto los gritos del "loco" Quiroga. Creo que los peruanos nos quedaremos con aquella primera ronda y no con la horrosa y "extraña" segunda, en donde se tejieron tantas historias. Hace unos meses, con motivo de las celebraciones de los 30 años del primer campeonato mundial ganado por Argentina, leí un excelente libro escrito por el periodista Ricardo Gotta llamado "Fuimos Campeones" la dictadura, el Mundial '78 y el misterio del 6-0 a Perú en donde se plasma una larga investigación del tema, realmente muy interesante. En fin, que tiempos aquellos, de grandes figuras y menos vedetismo de los jugadores. Saludos,
Sammy

Javier Lishner said...

Hola Jorge:

En efecto, el fútbol es pasión de multitudes. Pero más que eso. Como deporte debería ser promovido de una manera integral. El talento no es propiedad de nadie. En nuestro país también hay talento. Es solo cuestión de organizar los deportes teniendo como base los colegios, que son los mejores semilleros. Salvo mejor opinión.

Un abrazo victoriano,

JL

Javier Lishner said...

Hola Lucho:

Gracias por compartir algunos datos con nosotros. Ese Lato que nunca se borrará de la memoria a la gente de nuestra generación. Y en el siguiente mundial, el de España 82 volvió a colocarnos otra pepa.

Un abrazo,

JL

Javier Lishner said...

Hola Daniel:

Esa primera ronda del Mundial de Argentina, fue casi lo opuesto a la segunda cuando nos enfrentamos a Brasil, Polonia y Argentina en cuartos.

Tu historia de la procesión es una buena anécdota. Los curas parecían pero no eran... jajaja.

Un abrazo,

JL

Javier Lishner said...

Hola Sammy:

Qué pena que nunca se hubiera llegado a saber lo que realmente sucedió aquella tarde frente a Argentina. Ese 6 a 0 no fue algo normal. Lo que tú llamas "extraño".

Pudo haber existido cansancio pero con jugadores tan experimentados como "la Cobra" Muñante, "el Nene" Cubillas, y el mismo "Poeta de la zurda" César Cueto, eso no se debió haber dado.

Lo único que yo siempre creí, muy aparte de la intención personal que pudiera haber tenido Ramón Quiroga frente a su país de nacimiento y en su propio terruño, es la presión natural que pudo haber caído sobre sus hombros. Creo que "el Loco" era una de las piezas vitales de esa selección. No solo por su destreza a prueba de balas, sino por la actitud sobre sus compañeros. Hasta hoy no creo que haya sido una cuestión de un jugador. Pero, como diría el filósofo José José, a lo pasado, pasado...

Un abrazo,

JL

Luis said...

Que gratos recuerdos de una epoca e el futbol que demorara en regresar.Esa primera rueda del mundial de Argebtina lo goze fuera del pais.estaba muy niño,pero me encontraba en la casa de una familia amiga de mis padres,y entre los que nos encontrabamos co gete de otroas nacionalidades,y decidieron dejarnos ber el partido con Escocia,al comienzo sufrimos con el marcador encontra,pero no sabes como todo nuestro entusiasmo y alegria subio como la espuma con el empate y`peor con el penal tapado por el Loco Quiroga,y ni hablar de los goles de Cubillas(para mi el mejor futbolista que nuestro pais vio nacer hasta ahora)La emocio de ver a tu pais ganar en el extranjero es indescriptible,lejos de tu gente,tan es asi que desde que escuchas el himno nacional la piel se te escarapela.
Luis de jesus maria

Javier Lishner said...

Hola Luis:

Qué interesante historia la que nos cuentas del Perú-Escocia. Tú la pasaste fuera del país, y yo fuera de Lima. Pero creo que, la emoción del triunfo, la debemos haber vivido por igual. Qué medio campo para maldito, ¿verdad?. Perdón, para bendito.

Bueno, ahora volvamos a nuestra triste realidad.

Un abrazo,

JL