Wednesday, June 09, 2010

CUANDO EL PERÚ JUGABA AL FÚTBOL

El 3 de junio de 1978, a solo dos días del cumpleaños número trece de Micky Rospigliosi -el recientemente desaparecido periodista deportivo peruano que justamente hizo su debut en el mundial de ese año en Argentina-, su país, el nuestro, Perú, también estrenaba su elenco en aquel torneo futbolístico de fuste. Micky había viajado acompañanado a su padre, Alfonso "Pocho" Rospigliosi, un verdadero peso pesado del periodismo deportivo en Latinoamérica. Esa tarde, en el estadio Chateau Carreras, también llamado el estadio Olímpico de la ciudad de Córdoba, al once peruano lo esperaba la poderosa escuadra de Escocia. Los europeos llegaban a la segunda ciudad más grande de Argentina, luego de haber dejado fuera de carrera a Gales y Checoslovaquia. Además, era uno de los favoritos para pasar a la siguiente ronda del Grupo 4, el que también compartían Holanda, sub campeón del mundo (que empataría con Perú a cero goles) e Irán (que sucumbiría ante los nuestros por 4 a 1, en el mismo Chateau Carreras).



El día anterior del debut peruano, quien suscribe había partido a Naplo, acogedor balneario a 58 kilómetros al sur de Lima, la capital peruana. Como hincha acérrimo del fútbol, cachimbo de la Universidad de Lima e integrante del último campeón interescolar de fútbol de la liga de colegios religiosos (teniendo como compañero de equipo al hoy arquitecto Lucho Torres, futuro disc jockey de Radio Doble Nueve), el encuentro de su selección era un largo y esperado sueño. La última vez que había visto jugar al Perú en una justa mundial había sido el 14 de junio de 1970, cuando la escuadra peruana cayó en Guadalajara ante Brasil, futuro campeón del mundo.

Naplo es una tranquila playa de aguas mansas. Está situada en el litoral peruano muy cerca de Pucusana. Antes de Naplo, se encuentran La Quipa y La Honda, donde pasamos parte de nuestros veranos felices. En Naplo, ese fin de semana, había un retiro; una de esas actividades que los religiosos, especialmente los católicos, utilizan para lo que llaman "proselitismo". O sea, como dice el diccionario, el empeño que se pone en ganar adeptos para una causa; por lo general, religiosa. Y fue así como quien suscribe se convirtió en uno de los elegidos para pasar ese fin de semana, encerrado tres días, en una casa de verano en pleno invierno. Por consiguiente, y no habiendo televisor que disipara el místico y sacro ambiente, habría de perderse el debut peruano frente a Escocia, a cambio del rezo de algunos rosarios, la señal de la cruz con agua bendita y alguna charla que le habían encomendado. Con él había otro ex-compañero de clase, hincha del Unión Huaral de Pedrito Ruiz, y compinche de la misma cofradía.

Escocia se presentó ante los 38,000 espectadores (entre los que estaba el cantante Rod Stewart) con sus más grandes estrellas. Destacaban, el portero Alan Rough; el 8, Kenny Dalglish; el poderoso número 9, Joe Jordan, y el puntero Willie Johnston. En el banco, manejando a esa escuadra, estaba Ally MacLeod. El Perú, que, junto a Brasil, se había convertido en uno de los dos únicos equipos sudamericanos clasificados por cuenta propia a ese Mundial (el tercero fue el local Argentina), se encontraba al otro lado del césped bajo las órdenes de Marcos Calderón. Allí, el experimentado estratega contaba con un par de piezas claves: el portero Ramón Quiroga, argentino nacionalizado peruano, y Teófilo "El Nene" Cubillas, una de las sensaciones del aún recordado México 70.

Naplo, balneario a 58 kilómetros al sur de Lima.

Faltando unos treinta minutos para que se iniciara el encuentro, las mentes de ambos, la de mi compañero fanático del Unión Huaral y la mía, empezaron a carburar casi al mismo tiempo. Junio es invierno en el Perú y, por consiguiente, al menos por esos años, las casas de playa estaban literalmente vacías. La única casa habitada ese fin de semana, aparte de la del guardián, fue la del retiro, con estudiantes de segundo año de secundaria de algunos de los más discretos colegios de Lima, como el Markham y el Santa María de Chacarilla. No recuerdo de quién fue la decisión pero solo bastó una mirada para dar paso a la intrepidez. Y, por un par de horas, dejamos de lado el rosario, el agua bendita, y las charlas que nos habían encomendado. Arriba, en el monte, el guardián tenía su casa. Y, allí, un pequeño televisor de bordes oscuros, que, haciendo juego con el blanco y negro de la televisión peruana, nos serviría para no perdernos aquel memorable partido. Juro que, por lo menos hasta ese entonces, fue uno de los momentos más felices de mi vida. Y esa noche ni la conciencia me molestó.

Al día siguiente, domingo, todos los periódicos de la época, incluyendo al tan serio y recatado "decano de la prensa en el Perú", tuvieron a Cueto, Cubillas y su ballet, en primera plana. El cuadro inca no solo había logrado su primer triunfo en la justa, por 3 goles a 1, sino que, con ese dribbling que volvía locos hasta a los mismos brasileros (a quienes les habíamos ganado en la última Copa América, cuando salimos campeones), había remontado el marcador luego de una temprana anotación del delantero Jordan. Pero con el medio campo formado por César Cueto, José Velásquez y Teófilo Cubillas (no por coincidencia, los tres del Alianza Lima), y con la seguridad que daba el guardameta Quiroga (a excepción del gol de Jordan, aunque luego atajaría un penal), la selección peruana pudo salir airosa.

Cuando regresamos al retiro tuvimos que guardar las apariencias, pedir perdón al Creador por nuestras deudas, y esperar un momento de relajo, para abrazarnos con el director de la actividad religiosa, dueño de la casa de playa, quien, amén de intentar ensayar la Verdad, también era hincha del deporte más popular de todos. Y, aunque no pudo ver el partido en directo, en silencio, entre abrazos, celebró con nosotros. Al día siguiente, los tres llegamos a Lima directamente a la capilla del colegio Champagnat de Miraflores. Y por alguna razón que no se me ocurre, ninguno de los participantes terminó ingresando a la cofradía. Cosa que no era usual. Castigo de Dios, seguramente.

Equipo ideal de la primera vuelta para la revista El Gráfico.

Como decía el cantautor argentino: "Hubo un tiempo que fue hermoso y fui libre de verdad, guardaba todos mis sueños en castillos de cristal. Poco a poco fui creciendo, y mis fábulas de amor, se fueron desvaneciendo como pompas de jabón". Sí, esa es mi historia con el fútbol. Exactamente. Mis fábulas de amor que, mientras fui creciendo, se fueron desvaneciendo como pompas de jabón.

Javier Lishner
Santa Clara, California
18 de julio de 2009

10 comments:

Mike Mantilla said...

Qué grandes recuerdos, Javier. Sólo una corrección: esa foto del equipo ideal elegido por El Gráfico corresponde al de la primera fase del mundial y no de la primera fecha.

Saludos

CarlosBBVA said...

Procer!!!

Actualmente, en el mundo civilizado se juega FUTBOL...mientras que en el Peru se juega JULBO, que es una variante primitiva de lo que se hace en el resto del mundo....

Cordialmente, su amigo CB.

P.D: Como decia el Negro Olmedo: Y, si no me tienen fe.....

Javier Lishner said...

Hola Eagle:

Por un buen tiempo fui reacio a hacer el cambio. Incluso, anoche tuve un intercambio de ideas con un amigo que sostenía lo mismo que tú. Finalmente, aplicando el ver para creer, me mostró las dos páginas completas de esa edición de junio del 78 de El Gráfico.
Y, en efecto, como bien señalas, la publicación corresponde a la primera "vuelta" del torneo mundial de aquel año.

Gracias por la corrección.

Un fuerte abrazo,

JL

Javier Lishner said...

Hola CarlosBBVA:

A tí te debo las gracias por mostrarme la revista de aquel junio de 1978. Siempre pensé que ese mediocampo había sido elegido únicamente como el mejor de la primera fecha. Pero, no. Como bien apuntaste desde un comienzo, unas horas antes de tu demostración, fue de la primera rueda.

Para mi, ha sido el mejor mediocampo que he visto en mi vida. Y en esto no tiene mucho qué ver que sea aliancista.

Un abrazo,

JL

Favr said...

Cuando la selección peruana era una de las grandes de america en los 70 los Dr.Feelgood destrozaban con sus directos
Quien quiera ir a su consultorio que pase por
http://psycholsd.blogspot.com/2010/06/una-visita-al-doctor-feelgood.html
Un abrazo a Javier y a los lectores

Luis said...

Esos dos goles de Cubillas,La atajada de Penal del Loco Quiroga que fue fundamental para la recuperacion del equipo Peruano,el primer gol del poeta Cueto previa pared con Velazques y Cubillas,la patada en la cabeza al cholo Sotil ni bien ingreso de parte de un Escoces(como temian al Cholo en esa epoca)en fin que lindos recuerdos tan lejanos.Me parece que ese dia Pocho creo su famosa frase Ya viene los goles de Cubillas,y bien que llegaron.A tan solo de un dia del inicio del primer mundial en Africa(que razon tenia mi viejo cuando decia que antes que el Peru organize un Mundial primero lo hace Africa)este recuerdo permite calentar motores,lo malo es que hay que madrugar para ver los partidos.Lo malo que tanto esfuerzo seria mejor si fuera para ver a la blanquiroja.Escuchando el programa de Jhonny Lopez me entere que un amigo tuyo sera uno de los 20 peruanos que estara en el mundial(ojo no es M.Burga)me refiero a Sanmmy,suerte para el.
Luis de jesus maria

Javier Lishner said...

Qué buena interveción, don Fausto. Además, qué buena elección con una banda que tomó su nombre de esa cochinada tan de moda en esos tiempos.

Un abrazo y buen fin de semana.

JL

Javier Lishner said...

Hola Luis:

Honestamente no sé si fue en ese mundial que el recordado Pocho creó la frase tan popular de "los goles de Cubillas". Habría que consultarlo solo para salir de dudas.

Veo que tu padre, como algunos de nosotros, tampoco anduvo muy contento con la forma que se estuvo llevando el fútbol peruano. Vaya el momento para recordarlo.

Y en cuanto a Sammy, sí, está en Johanesburgo desde la semana pasada con el equipo de Fútbol de Primera, seguramente el más sintonizado espacio radial en español en la Unión Americana.

Un abrazo, y buen fin de semana.

JL

Duda said...

Los goles de cubillas son de cuando habia un programa de tv llamado Gigante deportivo de 1980, era como se dice el gancho del programa curiosamente no lo popularizo Pocho sino fue su imitador que repetia esa frae a cada momento era el flaco Rossini.
Javier una Duda quien es Luiz Espinoza...

Javier Lishner said...

Gracias Duda, eres lo máximo. Quiere decir que la frase "ya vienen los goles de Cubillas" fue posterior a Argentina 78. Quién que haya vivido en 1980 no recuerda Gigante Deportivo.

En cuanto a Luis Alberto, no tengo el gusto de conocerlo personalmente. Solo sé que, aparte de haber sido disc jockey, y compañero de algunos que posteriormente fueron mis compañeros, es una buena persona que comparte sus experiencias con radioescuchas y lectores y, como si fuera poco, le gusta poner los puntos sobre las íes.

Un abrazo, y otro para "El Flaco" Rossini, figura de nuestra farándula. (Si Pocho hubiera hecho programa con Rossini, se hubieran llamado El Gordo y el Flaco).

JL