Líneas de Nazca
EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU
EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU
Cuando hace casi dos décadas, Jon Anderson llegaba al Perú por primera vez, hice todo lo que pude por conseguir un libro sobre las líneas de Nazca. Entendía que era un tema que le podía interesar al vocalista de Yes. Pero como quiera que el libro debía ser en inglés, la odisea no fue tan sencilla. Finalmente, tras un pesado recorrido, encontré el artículo no muy lejos de la oficina que en esos momentos albergaba en Miraflores. No recuerdo en cuánto salió la gracia pero la gracia también incluyó otro volumen de Machu Picchu. Un par de días más tarde, a su llegada, pude entregárselos personalmente.
El pasado 25 de febrero, una desafortunada noticia llegó justamente de Nazca. El piloto de la avioneta Cessna y seis turistas que sobrevolaban los conocidos geoglifos murieron luego de que la nave se precipitara a tierra. Según el reporte, el accidente se registró en el sector El Mirador. La avioneta cayó de punta muy cerca del geoglifo llamado La Araña.
La inmediata respuesta del gerente de Nazca Airlines, la empresa de aviación que opera en la zona, fue que el siniestro había sido ocasionado porque el piloto, Andrés Chávarri Meneses, había sufrido un infarto mientras comandaba la nave. Hasta allí, solo quedaba creer. Nadie, piloto o no, está libre de un infarto en pleno vuelo. Si no, revisemos la vida de Paul Kossoff, el extraordinario guitarrista de blues que fue integrante de Free. Pero, el mismo día, el médico del aeródromo de Nazca agregó condimento a las declaraciones del funcionario y dueño de la aerolínea. Descartó la posibilidad del infarto, arguyendo que el piloto gozaba de buena salud.
Horas más tarde, un nuevo personaje apareció en la historia. Era Fernando Melgar, presidente de la Comisión Investigadora. Melgar fue un poco más cauto y dijo que era aún muy temprano para dar opiniones acerca del incidente. Afirmó que esas avionetas no tienen la famosa "caja negra" y, por ende, no iba a ser fácil poder saber lo que aconteció minutos antes del desenlace fatal. Simultáneamente, un grupo de arqueólogos empezó a mostrar su preocupación por la manera en que la aeronave iría a ser sacada del área arqueológica pues, de acuerdo a testigos, el motor había quedado enterrado a un metro de profundidad.
Dos días después, saltó el chupo. Inspectores de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) hallaron fallas en veintiocho de cuaretiún aeronaves que vuelan en la zona. Eso es un 68% de las aeronaves. Según la información, la mayoría presentó desajustes de pernos y falta de calibración de instrumentos. Se dijo que en la avioneta siniestrada se incumplió la norma que obliga la presencia de piloto y copiloto. Así que el caso tomó otro rumbo. Además, se informó que las avionetas tienen entre 30 y 35 años de antigüedad. La recomendación de los especialistas es que no deberían volar las que tengan más de 20 años de antigüedad.
En referencia a la tragedia, el presidente de la República, Dr. Alan García Pérez, quién sabe si conociendo del tema, declaró: "Le pediré al ministro Cornejo que estudie una norma para que los aparatos destinados a vuelos civiles tengan pocos años de vuelo. No es posible que un aparato con más de 20 años de antigüedad transporte a visitantes y corran ese gran riesgo". El ministro Cornejo es el mismo que al día siguiente del accidente había declarado que "se consideraba estudiar la caja negra de la aeronave siniestrada en Nazca...".
Peritos de la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos (CIAA), recogieron evidencias y descubrieron que la nave no tenía mucha gasolina razón por la cual no explotó al colisionar. Por su parte, Alfonso Matos Madueño, jefe de la División de Medicina Legal de Nazca, informó que se había enviado al Instituto de Medicina Legal, en Lima, muestras de algunos órganos del piloto y que en una semana los estudios determinarían "si Chávarri sufrió un paro cardíaco, ingirió alguna sustancia tóxica o padecía de algún mal que le impidió reaccionar oportunamente".
Lo que es verdaderamente sorprendente de todo esto, amén de la muerte de inocentes turistas, es lo que el señor Franklin Hörler declaró acerca de las condiciones en que operan las avionetas en Nazca: "En toda la zona no existe una estación de vuelo ni meteorológica que informe respecto a la situación climática, por lo que los vuelos, en realidad, son a ciegas".
Esta historia me hizo recordar cuando hace muchos años, incluso antes que llegara Anderson al Perú, mientras pasábamos un fin de semana en Ica, se nos ocurrió jugar a la ouija. En plena oscuridad, con un par de velas y la copa que se movía, de pronto, uno de los participantes -supuestamente poseído por un espíritu- dijo ser ciudadano argentino. Había muerto en un accidente en la líneas. A la mañana siguiente, cuando contamos la historia al administrador del hotel, nos confirmó de una tragedia que había sucedido no hacía mucho en las líneas de Nazca. Uno de los tripulantes era argentino.
Según la vice ministra de Turismo, uno de cada diez turistas que llega al Perú visita las líneas de Nazca. Sería iluso pensar que este tipo de accidentes (el anterior sucedió en 2008 en el que murieron cinco turistas franceses), no van a afectar las visitas a esa zona de gran interés mundial. Desde 1994, de acuerdo a la UNESCO, las líneas de Nazca son Patrimonio de la Humanidad. Que en paz descansen las víctimas.
Javier Lishner
Santa Clara, California
1 de marzo de 2010
El pasado 25 de febrero, una desafortunada noticia llegó justamente de Nazca. El piloto de la avioneta Cessna y seis turistas que sobrevolaban los conocidos geoglifos murieron luego de que la nave se precipitara a tierra. Según el reporte, el accidente se registró en el sector El Mirador. La avioneta cayó de punta muy cerca del geoglifo llamado La Araña.
La inmediata respuesta del gerente de Nazca Airlines, la empresa de aviación que opera en la zona, fue que el siniestro había sido ocasionado porque el piloto, Andrés Chávarri Meneses, había sufrido un infarto mientras comandaba la nave. Hasta allí, solo quedaba creer. Nadie, piloto o no, está libre de un infarto en pleno vuelo. Si no, revisemos la vida de Paul Kossoff, el extraordinario guitarrista de blues que fue integrante de Free. Pero, el mismo día, el médico del aeródromo de Nazca agregó condimento a las declaraciones del funcionario y dueño de la aerolínea. Descartó la posibilidad del infarto, arguyendo que el piloto gozaba de buena salud.
Horas más tarde, un nuevo personaje apareció en la historia. Era Fernando Melgar, presidente de la Comisión Investigadora. Melgar fue un poco más cauto y dijo que era aún muy temprano para dar opiniones acerca del incidente. Afirmó que esas avionetas no tienen la famosa "caja negra" y, por ende, no iba a ser fácil poder saber lo que aconteció minutos antes del desenlace fatal. Simultáneamente, un grupo de arqueólogos empezó a mostrar su preocupación por la manera en que la aeronave iría a ser sacada del área arqueológica pues, de acuerdo a testigos, el motor había quedado enterrado a un metro de profundidad.
Dos días después, saltó el chupo. Inspectores de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) hallaron fallas en veintiocho de cuaretiún aeronaves que vuelan en la zona. Eso es un 68% de las aeronaves. Según la información, la mayoría presentó desajustes de pernos y falta de calibración de instrumentos. Se dijo que en la avioneta siniestrada se incumplió la norma que obliga la presencia de piloto y copiloto. Así que el caso tomó otro rumbo. Además, se informó que las avionetas tienen entre 30 y 35 años de antigüedad. La recomendación de los especialistas es que no deberían volar las que tengan más de 20 años de antigüedad.
En referencia a la tragedia, el presidente de la República, Dr. Alan García Pérez, quién sabe si conociendo del tema, declaró: "Le pediré al ministro Cornejo que estudie una norma para que los aparatos destinados a vuelos civiles tengan pocos años de vuelo. No es posible que un aparato con más de 20 años de antigüedad transporte a visitantes y corran ese gran riesgo". El ministro Cornejo es el mismo que al día siguiente del accidente había declarado que "se consideraba estudiar la caja negra de la aeronave siniestrada en Nazca...".
Peritos de la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos (CIAA), recogieron evidencias y descubrieron que la nave no tenía mucha gasolina razón por la cual no explotó al colisionar. Por su parte, Alfonso Matos Madueño, jefe de la División de Medicina Legal de Nazca, informó que se había enviado al Instituto de Medicina Legal, en Lima, muestras de algunos órganos del piloto y que en una semana los estudios determinarían "si Chávarri sufrió un paro cardíaco, ingirió alguna sustancia tóxica o padecía de algún mal que le impidió reaccionar oportunamente".
Lo que es verdaderamente sorprendente de todo esto, amén de la muerte de inocentes turistas, es lo que el señor Franklin Hörler declaró acerca de las condiciones en que operan las avionetas en Nazca: "En toda la zona no existe una estación de vuelo ni meteorológica que informe respecto a la situación climática, por lo que los vuelos, en realidad, son a ciegas".
Esta historia me hizo recordar cuando hace muchos años, incluso antes que llegara Anderson al Perú, mientras pasábamos un fin de semana en Ica, se nos ocurrió jugar a la ouija. En plena oscuridad, con un par de velas y la copa que se movía, de pronto, uno de los participantes -supuestamente poseído por un espíritu- dijo ser ciudadano argentino. Había muerto en un accidente en la líneas. A la mañana siguiente, cuando contamos la historia al administrador del hotel, nos confirmó de una tragedia que había sucedido no hacía mucho en las líneas de Nazca. Uno de los tripulantes era argentino.
Según la vice ministra de Turismo, uno de cada diez turistas que llega al Perú visita las líneas de Nazca. Sería iluso pensar que este tipo de accidentes (el anterior sucedió en 2008 en el que murieron cinco turistas franceses), no van a afectar las visitas a esa zona de gran interés mundial. Desde 1994, de acuerdo a la UNESCO, las líneas de Nazca son Patrimonio de la Humanidad. Que en paz descansen las víctimas.
Javier Lishner
Santa Clara, California
1 de marzo de 2010
8 comments:
Uy!!! me parece que no sobrevolaremos las Líneas de Nazca, no creo que el estado de las avionetas Cessna cambien en pocos meses. Mucha responsabilidad!!! :(
A dopo,
Rossana
Hola Rossana:
Si yo fuera por allá, tampoco las visitaría. Que el día que me muera sea por mi irresponsabilidad y no por la irresponsabilidad de otros.
Culpable principal creo que es el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, por permitir que irresponsables tengan en riesgo a los turistas cada vez que se suben a una de esas cosas. Tengo entendido que el accidente en el que fallecieron los cinco pasajeros franceses en 2008 fue en una avioneta de Aero Ica. Resultado, la empresa cambió de nombre y se convirtió en Nazca Airlines... seguramente que con las mismas monstruosas máquinas.
Estoy bien interesado en saber cuál es la siguiente parte de esta historia.
Saludos,
JL
Es una pena que la informalidad siga siendo la carta de presentacion en nuestro pais
Un precario transporte sumado a la mentalidad de que aqui no pasa nada y lo arreglamos aqui mismito valga la redundancia
Que imagen tan poco profesional brindamos al turista
Faltaria mas que ahora el riesgo se traslade a la Huacachina
Saludos
Fausto
Hola Javier:
Completamente de acuerdo contigo, además quisiera que las personas que estan viajando conmigo no solo conozcan nuestro querido Perú
si no que se lleven tan buena impresión que su más grande deseo sea regresar. Yo tambien estoy interesada en saber cuál es la siguiente parte de esta historia.
Tanti saluti,
Rossana
Hola Fausto:
Todos sabemos que el turismo es una de las principales atracciones de nuestro país. Y pareciera que no se le da la debida importancia.
Primero, con el cierre de Machu Picchu por las fuertes lluvias y ahora con esta noticia en las líneas de Nazca, no le hace bien a ese sector tan importante.
Un abrazo,
JL
Hola Rossana:
Es muy cierto que los comentarios en el exterior ayudan a atraer más turistas. Una estada placentera, con buen servicio y precios justos, alientan a cualquiera no solo a regresar sino a promover sus viajes.
Accidentes como este no le dan buena imagen a ninguna política turística que el gobierno pueda estar haciendo.
Esperaremos "los cambios".
Saluti,
JL
KB says:Una hola diabolica de accidentes esta azotando lima y provincias: buses, camiones se chocan de frente, combis se salen de la vereda y aplastan a gente que esta en el paradero, aviones que se caen, gente que se mata por gusto, triboluminiscencias,tsumami,Tsupapi, terremotos, apagones(hace poco hubo en Lima), etc. Algo esta pasando puede que esten haciendo experimentos con la ionosfera por el HAARP que adultera el comportamiento humano o tambien pudiera ser la masificacion de celulares y wifi en que estamos cocinandonos con las microondas.
Hola KB:
Ahora que mencionas lo de los experimentos con la ionósfera me recuerda cuando durante los años setenta hubo movmientos telúricos en nuestro país (Perú), y se comentaba que tenían repercusión directa con las pruebas que hacía Francia en el atolón de Mururoa. No por coincidencia las pruebas nucleares atmosféricas que realizó Francia fueron entre el 66 y el 74, en que tuvimos varios movimientos de respetable magnitud. El de 1966 creo que superó los 7.5 grados, el de 1970 no llegó a los 8.0 (pero desapareció una ciudad y perecieron unas 30 mil personas) y el de 1974 que llegó a 8.1.
Ya no creo que sea solo "la madre naturaleza" la que ande detrás de esto. Y como no creo en dios, entiendo que es una obra humana. Pero aún no podría demostrarlo.
Saludos,
JL
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