Monday, September 21, 2009

ÉDGAR PRADO: ENTRE CABALLOS Y BURROS

En el Perú de Alan García, donde cualquier tontería aparece en primeras planas antes de lo que es verdaderamente de interés nacional, se consumó ayer la paradoja de premiar con los Laureles Deportivos a un peruano exitoso pero cuya práctica no es considerada como disciplina deportiva por el máximo ente rector del deporte nacional. Lo que se había anunciado en mayo, quedó consumado ayer. La condecoración al compatriota fue en el Grado de Gran Cruz.


Édgar Prado es el nombre del jinete que recibió los Laureles Deportivos, el máximo galardón que entrega el Estado peruano a quienes destacan en algún deporte. El jockey de 42 años, cuya carrera ha sido exitosa en los Estados Unidos, recibió el reconocimiento en las instalaciones del Hipódromo de Monterrico. De acuerdo a la información, asistieron el Vicealmirante AP (r) Luis Giampietri Rojas, Primer Vicepresidente de la República; el ingeniero Arturo Woodman, Presidente del IPD; y el doctor Carlos Roe Battistini, Presidente del Jockey Club del Perú. También lo hicieron, David Levi, Presidente de la Federación Deportiva Nacional Ecuestre, y Jorge Guizado, Presidente del Consejo Superior de Justicia Deportiva y Honores del Deporte. Fue precisamente el consejo presidido por Guizado, el que finalmente decidió la entrega de los mencionados laureles a un señor que no practica un deporte.

Los Laureles Deportivos fueron creados por el dictador Manuel Odría, el 11 de octubre de 1949. En aquellos tiempos, la máxima entidad deportiva en el Perú era el Consejo Nacional de Deportes que, décadas después, se vino a llamar Instituto Peruano del Deporte, conocido por sus siglas IPD. He leído que de acuerdo al artículo 31, de Los Requisitos, "El candidato debe haber prestado excepcionales servicios en la Dirección del Deporte al país por un período no menor de veinticinco años, haber obtenido récord del mundo o título de Campeón Mundial en la categoría de la más alta jerarquía o un récord olímpico o título de Campeón en los Juegos Olímpicos". ¿Aló, IPD? ¿Está el señor Prado por allí?

El IPD está compuesto por las federaciones de cada deporte y está conformado por las direcciones regionales. La institución se encarga de programar y ejecutar la política deportiva en todas las disciplinas reconocidas. Desafortunadamente, la hípica no es una de esas reconocidas disciplinas. Para ser más claros: En el Perú, la hípica no tiene Federación, o, por lo menos, no está afiliada al IPD. Y, de acuerdo a la ley, son las federaciones deportivas las que someten a consideración del Consejo Directivo del IPD los candidatos a los citados laureles.

Nadie niega ni podría negar la magnífica campaña profesional de Prado, quien, aquí y allá, merece muchos reconocimientos. Los ha tenido. Pero que quede claro: Édgar Prado en las más de 6,000 carreras que ha ganado en los Estados Unidos, incluyendo su triunfo de 2006 en el Derby de Kentucky, no lo hizo representando al Perú. Como lo afirmé alguna vez, antes lo hizo representando a sus patrones, a su entrenador, al entrenador del caballo, al caballo y, finalmente, a sus bolsillos. El Perú, como país, no ha estado involucrado en esos apetitosos triunfos. De ser un peruano exitoso en el exterior a representar al Perú exitosamente en el exterior, hay una diferencia abismal. Pero algunos todavía no se dan cuenta. O se dan cuenta y se hacen los cojudos.

Ahora solo falta que Alan García -el presidente peruano a quien alguien le puso el sobrenombre de "Caballo Loco"-, le entregue los Laureles Deportivos a su homónimo, el jinete Alan García Perea, quien también viene triunfando fuera de nuestras fronteras. Y vaya que no me sorprendería. En el Perú, desde hace mucho, las leyes se hacen para tenerlas de adorno. Porque cualquier resolución pasa por encima de ellas. Eso es lo que justamente hizo el grupo del señor Guizado. Así fuera en contra de sus mismos principios.

Y hay un dato más: En la hípica los que ganan las competencias son los caballos, no los jinetes. En tal caso, primeramente le hubieran dado los laureles a Santorín. Seguro que se los hubiera comido.

Javier Lishner
Santa Clara, California
21 de septiembre de 2009

NOTA RELACIONADA:
- Qué nos pasa. ¿LAURELES DEPORTIVOS PARA ÉDGAR PRADO?


2 comments:

luis said...

De acuerdo contigo pero tanmbien te informo que quien es reconocido antes que los jinetes suelen ser los studes y sus propietarios entonces me imagino que ellos tendran el derecho de pedir sus laureles.
Luis de jesus maria

Javier Lishner said...

Ni vuelta que darle. Un abrazo, Luis. Y dígale a Lucy que, con laureles o sin ellos, lo siga cuidando.

Saludos,

JL