Saturday, July 31, 2010

Por un mundo mejor
AMOR TAMBIÉN A LOS ANIMALES


Javier Lishner
Santa Clara, California
31 de julio de 2010

Friday, July 30, 2010

LONCHECITO PERUANO

Mi amigo Eddie arribó al aeropuerto de San Jose. Es el ingeniero de sonido de Smash Mouth, cuarteto conocido por temas como "Walkin' on the Sun", "Why Can't We Be Friends?" y "All Star". Llegaba de trabajar en Iowa y partía para Paso Robles, en el sur de California. Y es que Smash Mouth anda en tour. Y como aún era temprano en la tarde, nos dimos el encontrón en el Nazca Peruvian Cuisine. Ese es el exquisito restaurante ubicado en pleno centro de la Capital del Silicon Valley.


El Nazca tiene un buen ambiente y el servicio está siempre supervisado por José Bohorquez, su dueño, y su hijo Jose Jr., a quien encontramos al ingresar. Aún nos recordaba de aquella primera vez que llegamos, hace poco más de dos años, cuando el local estaba recién por inaugurarse oficialmente. Grand Opening, como le llaman aquí. Como la tarde estaba soleada, pedimos dos buenos vasos de agua helada. Eso, para comenzar. Y como era la víspera de las Fiestas Patrias peruanas, pedimos que nos trajeran el pancito con mantequilla, y salsa de rocoto del color de la bandera.


Nancy, la guapa mesera que nos atendía, sonreía mientras tomaba la orden. Como quiera que la reunión debía ser breve, rápidamente le dimos vuelta a la carta. Ceviche de pescado, unas causitas de pollo y de atún, y un par de porciones de anticuchos; éstos últimos, por sugerencia mía. El día anterior, a través de facebook, Patty Sosa, una peruana residente en Sacramento, la capital del Estado, había publicado una foto de un plato de anticuchos, esos deliciosos trozos de carne en brochetas cocidos a la parrilla, que nos había dejado con el sabor en la boca. Y la idea de reunirnos al día siguiente en el restaurante peruano, cayó como anillo al dedo.


Fue una tarde llena de fósforo con sabor a comino y rocoto, y un poco de huacatay. Y, aunque no hubo plato de fondo, "segundo" que le llaman, tuvimos que esperar hasta el día siguiente para librarnos de ese pecado. Aunque el reencuentro valió de sobra la pena. Principalmente, tratándose de un restaurante peruano en la víspera de las Fiestas Patrias.

Javier Lishner
Santa Clara, California
30 de julio de 2010

Thursday, July 29, 2010

Con música
EL APRA, ALAN Y YO

Nuestra intensa luna de miel comenzó poco antes de que fuera elegido presidente del Perú, en 1985. Y no fue precisamente en París. Hubo una vez, en la oficina de programación de Radio Panamericana, en la que yo trabajaba, una discusión un poco subida de tono entre dos conocidos locutores y quien suscribe. Ambos, de familias norteñas, apostaban que Alan García era una excelente opción para el país. Quien suscribe, también con sangre norteña, en cambio, no creía en el populismo y la oratoria del candidato del APRA. Con poca experiencia en política, tenía, simplemente, olfato. Pasó por ahí la directora-gerente de la empresa radiodifusora y, la distinguida dama, se sumó al intercambio de opiniones. Para asombro de quien suscribe, se puso del lado de los dos experimentados disc jockeys.

1985. Cuando todo era felicidad. Recién asumido el cargo.

Había alguien más por ahí, seguidor convicto y confeso de la doctrina de Víctor Raúl Haya de la Torre. Quien suscribe, que se caracterizó desde muy joven a saber defender sus ideas, no se amilanó ante la mayoría que tenía en frente. El suscrito era uno de aquellos que sabía muy bien el paradigma entre lo cualitativo y cuantitativo. Y aquella vez no estaba dispuesto a dejarse sorprender. Así que siguió defendiendo lo que hasta ese momento era un pálpito. Hasta que la propietaria de la empresa, tras dejarnos su parecer, siguió su camino. El intercambio de opiniones terminó al rato. Y seguimos siendo muy buenos amigos. Al poquísimo tiempo, Alan García, con la ayuda de estos cuatro, salía electo Presidente de la República y, en julio, poniendo una mano en la Biblia, como manda la Constitución del Perú, por Dios y por la Patria, juramentaba en el cargo.

El comienzo fue feliz, a no ser del terrorismo que comenzaba a tomar fuerza mientras el país andaba bajo el mando del nuevo gobierno. Hasta que un día comenzaron a hacerse habituales los "balconazos". Se veía a leguas que lo que emanaba del balcón era puro populismo. Puedo asegurar que no era envidia a los aplausos que obtenía García, porque, por esos días, aunque en menor cantidad, quien suscribe también los recibía. Claro, no desde el balcón de Palacio, pero sí en grandes escenarios como los de la Plaza de Acho, el Auditorio Amauta o el Campo de Marte, cuando no en algún coliseo del interior del país.

Recién ungido Presidente de la República, el joven mandatario convocó a algunos de los más representativos artistas peruanos a una reunión en su imponente residencia del damero de Pizarro, la que le fue prestada por solo cinco años (antes del 28 de julio, vivió en un discreto departamento en Miraflores y no en la mansión que más tarde se hizo en Chacarilla del Estanque, antes de comprarse un lujoso departamento en una de las zonas más caras de París). La temática original de esa reunión en Palacio, que para variar nunca se cumplió, fue el apoyo al elemento nacional; el que, según él, había estado siempre olvidado. ¡Oh, novedad! Entre otros, Luis Abanto Morales, Óscar Avilés, Pastorita Huaracina y el Zambo Cavero, participaron con mucha ilusión del festín (Una suerte de Ricky Martin en la Casa Blanca). También asistieron, Ricardo Blume, quien dirigió un discurso en nombre de los artistas, el cual, aparentemente -de acuerdo a uno de los invitados-, no fue muy bien comprendido por el gremio; y, Rulli Rendo, quien, al igual que Blume, gozaba del éxito obtenido en el exterior. Al músico chiclayano de los popurries, esperanzado en su patria, le tocó sentarse al lado de Pilar Nores, esposa del mandatario. Yo, sentado en el escritorio de mi casa, seguía creyendo lo mismo que poco tiempo antes había dicho en la oficina de programación de la emisora de Mariano Carranza. Finalmente creo que lo único que sucedió después de esa convocatoria de artistas, fue la muerte de Alejandro Ascoy, uno de los más queridos músicos criollos, quien, esa tarde, también aplaudió al Presidente. El legendario ejecutante falleció después del almuerzo. Era septiembre. Debido a la lamentable noticia, la prensa, a pesar de la pena, medio en broma y medio en serio, se preguntó qué menú les habrían dado. Cuatro décadas antes, Ascoy había participado de otra velada presidencial (aquella vez con su hermana Rosa, "La Limeñita"), cuando en 1944, Manuel Prado Ugarteche, también con disfraz de criollo, instauró en el Perú, el 31 de octubre, "el Día de la Canción Criolla".

Pasado el medio año del 85, luego del lanzamiento del proyecto Unidos para beneficiar a los niños huérfanos del terrorismo en Ayacucho, gestión que, junto a Sammy Sadovni habíamos iniciado con once artistas en Radio Panamericana, buscamos refuerzo para la función administrativa de la obra (la parte artística parecía que iba en buen cauce). Una persona de la Universidad de Lima con quien, dicho sea de paso, andábamos trabajando algunos proyectos musicales paralelos para el citado centro de estudios, nos sugirió acercarnos al doctor Alberto Valencia Cárdenas, diputado por Ayacucho. La recomendación de la señora Serpa, nos pareció coherente y, sin ni siquiera pensar en la filiación del experimentado político, aceptamos la sugerencia. Fuimos entonces a visitarlo a sus oficinas ubicadas en el centro de Lima. Allí, en horas de la tarde, nos esperaba su secretaria. El abogado nos invitó a pasar a su despacho y, recostado en su sillón, escuchó nuestro proyecto, el cual, con cierta inocencia, le fuimos contando. "No creo que pueda hacer nada por ustedes, muchachos. Ando muy ocupado en la Cámara", nos dijo sin mayor contemplación. Nos entregó su tarjeta personal y, muy educadamente, estiró su brazo derecho. Nosotros estiramos el nuestro, y nos fuimos. Ni siquiera la ayuda a los niños huérfanos del departamento al que él representaba, pudieron hacer mella en aquel Padre de la Patria. Mi indignación ante una respuesta tan estúpida, aunque fuera sincera, me la llevé a casa. Antes de abrir la puerta rompí su tarjeta personal en tantos pedazos como cabello tenía el diputado. El chofer de mi vecino de enfrente, un ex Presidente de la República, me vio tan ofuscado que, por primera vez, optó por no saludarme. Por esas paradojas de la vida, el diputado era aprista.


NoXRec0MenDaBL3 soñando con un futuro mejor.

La siguiente idea de Silvia Serpa fue contactarnos con la señora Nytha Pérez de García, madre del Presidente de la República. Y, nuevamente, accedimos a su sugerencia. Fue así que, una noche, con el proyecto bajo el brazo, pero un poco más curtidos, llegamos al local miraflorino del partido aprista en Paseo de la República. Y esta fue, verdaderamente, otra nueva experiencia. Nunca me había visto observado de tal manera, de arriba a abajo, por tanta gente, y al mismo tiempo. Entendía que no portábamos la estrella zurcida en la manga, como sí la tenían los compañeros, pero tampoco era para tanto. Llegó carne fresca al partido, pensarían. Tras realizar las preguntas de rigor, para ubicar a la dama, logramos nuestro objetivo (bueno, el objetivo de Silvia). Al igual que con el diputado Valencia, a la señora Nytha le explicamos el proyecto desde su origen. Ella, simpática, aunque un poco seria para mi gusto, tampoco se comprometió. Como el vals de Juan Mosto, "Un fracaso más, no importa". Bajamos las escaleras y regresamos a casa.

Mientras nuestra asesora de la de Lima pensaba en una tercera alternativa, ojalá no ligada al partido de gobierno, un sacerdote amigo, tuvo una diferente propuesta. La acogimos y de esa forma terminaríamos el proyecto. Era la esposa del embajador de los Estados Unidos en el Perú, quien, coincidentemente, iniciaba una organización para ayudar a los niños huérfanos de la misma región andina. Se llamaba Asociación Emergencia Ayacucho, y reunía a un buen número de señoras con las que fue muy fácil y agradable trabajar los siguientes meses.

Antes de fin de año, mientras nos disponíamos a anunciar la siguiente etapa de la obra, tuvimos que esperar para darle total atención al advenimiento de La Fundación por los Niños del Perú, presidida por la señora Pilar Nores de García, flamante esposa del presidente. Dicha actividad, incluso, nos hizo cancelar, el mismo día, una conferencia de prensa de nuestra actividad. Todo sea por los niños, pensé en aquel momento. Aunque la prensa no pensó igual.

Nuestro primer contacto (in)directo con la nueva Fundación aconteció el último día de noviembre. Fue cuando fuimos elegidos para presentar Rock en Grande en la Universidad de Lima. Esa tarde, en el campo deportivo, actuaron los argentinos G.I.T. y Nito Mestre, y el nacional Miki González. El evento, que apoyaba a "los niños del Perú", fue transmitido en vivo por Canal 7 y, consecuentemente, el enlace televisivo, a un costado del escenario, lo hizo Gerardo Manuel, quien al momento conducía un programa en la televisora estatal. Aquella vez, entre los temas que interpretó el cantautor argentino, ex compañero de Charly García en Sui Generis, estuvo "Fabricante de mentiras". En realidad, con ese número despidió su presentación. Yo, a un costado del escenario, pensaba nada más; mientras fumaba un cigarrillo de marca Hamilton antes de invitar a escena a Guyot, Iturri y Toth, ídolos de la época.

En febrero de 1986, el periodista Paco Igartua, director de la Revista Oiga, escribió una Editorial sobre la demagogia y en la misma edición, Fernando Flores Aráoz, uno de sus colaboradores, tituló un artículo "No se gobierna con balconazos". Esa fue la vez que, quien suscribe, hizo público su desacuerdo con el gobierno de turno con una simple misiva que fue publicada en la recordada revista.

En abril del mismo año, se anunció el CICLA, Consejo de Integración Cultural Latinoamericana. Por más que como todo, absolutamente todo lo que salía de la boca del Presidente, sonaba brillante, mi olfato me volvía a decir que era otro manotazo populista en busca de mantener al pueblo ocupado con diversión gratuita, acaso con dinero del erario nacional. Con el CICLA, los artistas fueron felices... sólo por quince minutos. En mayo participé del Concierto Rock-Salsa en Barranco, organizado por el Ministerio de Justicia en beneficio de los hijos de los reclusos de los penales limeños. Casi de inmediato, mientras la gente estaba a la expectativa de lo que pasaba en México, con el Mundial de fútbol -de cuya eliminatoria fuimos descartados por el futuro campeón, Argentina-, yo volvía al Estadio Nacional, no para jugar fútbol (por esos días, mi otra pasión) sino para participar gratuitamente en la inauguración de lo que se denominó Juventud por la Paz. Allí estuve con varios de mis colegas de radio.

"(Un Canto) para el amor dormido", interpretado por 41 cantantes y musicalizado por seis instrumentistas -bajo la dirección de Víctor "Coco" Salazar-, finalmente, vio la luz en la Alameda de los Descalzos. Unidos, se hizo realidad en julio del 86. En octubre, otra vez a beneficio, me tocó participar en la animación del Primer Concierto de Rock en San Isidro, realizado en el Centro Comercial Camino Real, pro fondos por los Niños del Perú. Estuvieron durante dos noches, entre otros, Rio, Chachi Luján y Dr. No, Frágil, Carlos Guerrero y Duwetto, Julio Caipo & Mix, y Feiser.

La inflación comenzaba a golpear fuertemente a los peruanos, mientras nosotros tratábamos de vender las treinta mil copias que habíamos producido del disco. Esa era la cantidad que, según su casa discográfica, el popular grupo Rio había vendido -hasta esa fecha- de su disco simple "La Universidad (Cosa de locos)". Debido a que el tema de los artistas Unidos, escrito por José Escajadillo, no era muy "comercial", no obtuvo la difusión esperada. Aquello hizo nuestro trabajo un poco más complicado. Oficinas, parroquias, colegios, amistades y contactos en empresas privadas, se convirtieron, entonces, en nuestros mejores aliados. Y sólo así, a pesar de la inflación, pudimos cumplir con el primer paso: vender el disco a 15 intis, la moneda de aquel entonces, creada por los genios que rodeaban a García. La Asociación, bajo la atenta mirada de la ejemplar señora Jordan, después de más de dos décadas, continúa trabajando para bien de los niños de esa región andina.

En marzo del 87, el Consejo de Promoción de Juventudes de la Presidencia de la República, nos envió una carta de felicitación "por la gran iniciativa de sindicalizar a los cantantes nacionales de rock, como parte de reemplazar el rock en inglés por el rock en castellano, y así, difundir sus intereses". Nos manifestaron que el Consejo estaba llano a coordinar y apoyar en todo lo que estaba a su alcance. Por más amable que fue la misiva, en referencia a nuestro "Segundo Encuentro del Rock realizado en el Perú" (acontecido el 27 de febrero de ese año), nunca supimos el alcance del Consejo, nunca tuvimos su apoyo, nunca fue nuestra iniciativa la de sindicalizar a los cantantes nacionales de rock y nunca fue nuestro objetivo reemplazar el rock en inglés por el rock en castellano.

En agosto, el músico Julio Caipo me presentó a CATS Producciones, un grupo de exitosos profesionales egresados de la Universidad Católica, con quienes terminamos organizando otro de nuestros proyectos: Perú Rock Gira 88. Aunque sabíamos que el terreno no era el más fértil para una gira de rock con artistas exclusivamente locales, nunca nos imaginamos que un "paquetazo" económico, como el decretado por el gobierno de García Pérez en septiembre del siguiente año, nos iba a hacer dejar inconcluso el proyecto justamente cuando recién comenzaba a tomar cuerpo. Aunque no tan inconcluso como el gobierno dejó su anunciado tren eléctrico, al que el grupo Feiser le puso música colocando sus cimientos en la portada de su álbum Momento de Acción. El disco fue publicado en abril de 1988. La idea del tren eléctrico, un año antes de la aparición del disco de Feiser, hizo llegar al actual Primer Ministro peruano a la Alcaldía de Lima. Pero de eso no pienso escribir porque no vale la pena perder el tiempo hablando de más corrupción, mala reputación, caos, delincuencia y desorden. Todo aquello que caracterizó su tiempo a cargo del Municipio limeño. Es suficiente con recordar lo que pasó con quien estaba en el sillón de Pizarro, el Presidente de la República.

2006. Vuelta triunfal a la presidencia. El pueblo espera y confía.

En agosto de 1988, había aceptado un contrato en Radio Nacional, la emisora del Estado, a la que García Pérez, en una de sus geniales ideas, después de cuchucientos años de existencia, le cambió el nombre a Radio Pachacutec. Mi afán era llegar a todo el Perú, promoviendo a los grupos y solistas nacionales, cosa que, desde Radio Miraflores -donde paralelamente conducía Perú Rock-, no era posible (por ser una emisora de cobertura local). Los Caminos del Rock, como se llamó el programa en la emisora estatal, fue mi única relación pecuniaria con el gobierno del APRA y concluyó en 1989, un día después del día de los enamorados. Para ese entonces, aparte de ver inconcluso el tren eléctrico, muchos músicos ya habían emigrado en busca del "futuro diferente", que, por supuesto, en contra de lo que había ofrecido años atrás el candidato García, nunca llegó. Por lo menos, en la forma nos había prometido en la campaña, mientras yo discutía con Lucho Argüelles y Johnny López.

Micky Denegri de La Banda Azul, Armando Vidalón de Clip, Annie La Serna, Juan Carlos Caipo de S.O.S., el representante Ayo Rivasplata, los guitarristas Carlos Páucar y Carlos Kakutani, la recordada Danai, Mark Caipo de VTR, y los bateristas Juan Manuel Caipo, Paul Carrión y Koki Pérez-Albela, son algunos de los nombres que recuerdo de los que se fueron. Con la excepción de Kakutani, que viajó a España, y de Carrión que lo hizo a Argentina, todos los demás volaron a los Estados Unidos. Mientras que Danai volvió a su patria, Chile. El resultado de ese quinquenio está escrito por todos lados y, como se podrá percibir, a pesar del tiempo, no he podido olvidar.

Eso sí, hoy, al comienzo de un nuevo año, y desde lejos, le deseo al señor Presidente lo mejor en este nuevo noviazgo que inició con el pueblo en julio del año pasado.

Javier Lishner
San Jose, California
1 de enero de 2007

Wednesday, July 28, 2010

UNIDOS PERÚ, FELICES FIESTAS

Hace 25 años, en julio de 1985, en los antiguos estudios de Radio Panamericana de Lima, dimos inicio a un proyecto musical y humano. Luego de un especial radial de dos horas al que denominamos La música en favor del mundo, y en donde dimos crédito a George Harrison y Ravi Shankar por el Concierto para Bangladesh de 1971 (y a todos los que les siguieron hasta llegar a USA for Africa), invitamos a los oyentes a sintonizar la emisora en la noche. Llegada la hora, fueron 11 artistas los que se presentaron. Y, al aire, y en las dos frecuencias en simultáneo, se habló de hacer una obra para ayudar a los niños huérfanos del terrorismo en Ayacucho. Había nacido Unidos.



"(Un Canto) Para el amor dormido"
(José Escajadillo)

[Roxana Valdivieso] Él decidió cuando creó la Tierra
[José Escajadillo] poner el ave canora en la pradera
[Cecilia Bracamonte] y a cada una le dio su propio trino
[Luis Alonso] para cantarle a la vida con cariño

[Edith Barr] Unas le cantan a la rosa y el lirio
[Pepe Miranda y Mache] otras al bosque y a dúo con el río
[Gerardo Manuel] otras al ritmo de arados y molinos
[Elsa María Elejalde] pero hay silencio por el llanto de un niño

[Coros] Por eso hoy cantaremos Unidos
para entibiar tus horas de dolor
para decirte que vamos al rescate
de aquel amor que dormido quedó

Que nuestro canto será la garantía
que lucharemos para que seas feliz
para que sientas que Dios es siempre bueno
y que Él conduce los caminos hacia ti

[Carlos Guerrero] Seremos eco de tu dulce esperanza
[Jesús Vásquez] de esa esperanza que jamás debe morir
[Chachi Luján] de la inocencia de tus sueños infantiles
[Luigi Montagne] de tu alegría y tu derecho a ser feliz

[Coros] Por eso hoy cantaremos Unidos
para entibiar tus horas de dolor
para decirte que vamos al rescate
de aquel amor que dormido quedó

Que nuestro canto será la garantía
que lucharemos para que seas feliz
para que sientas que Dios es siempre bueno
y que Él conduce los caminos hacia ti...

Luego se consiguió la composición que la trajo José Escajadillo, se nombró a Víctor "Coco" Salazar como el director musical, se consiguió los Estudios Internacionales para la grabación, a un diseñador gráfico que fue Freddy Chrinos Peña, y, finalmente, la discográfica IEMPSA ofreció su fábrica para el prensado del futuro disco. El apoyo que empezó a recibir el proyecto fue casi inmediato. Se eligió a 41 cantantes y fueron 6 los músicos responsables de la instrumentación. Producido el disco, fue presentado públicamente en la Alameda de los Descalzos del Rímac por la Asociación Emergencia Ayacucho, con la presencia del entonces Arzobispo de Ayacucho, Monseñor Federico Richter Prada. No fue el disco más bailable de la década ni el tema pop del año. Fue solo un mensaje de amor y esperanza en tiempos difíciles.

No sé si por coincidencia, esta semana, la de las fiestas patrias, José Antonio posteó en la Internet, "(Un Canto) Para el amor dormido", que fue el símbolo de aquella campaña. Si bien es cierto que el video no es el original que se produjo en aquel entonces, la intención es por demás loable. Y las señoras de la Asociación, que tanto trabajaron para que el proyecto tuviera un final feliz, continúan haciendo lo mismo para "sus" niños en las alturas de Ayacucho. Sammy Sadovnik y un servidor, como productores ejecutivos, quedamos eternamente agradecidos. Niños en Huanta, Tambo y Huancapi, también. Porque nadie cobró un centavo, ni por su trabajo ni por sus cualidades. Ni siquiera por su tiempo. Gracias Perú. Feliz día.

Javier Lishner
Santa Clara, California
28 de julio de 2010

Tuesday, July 27, 2010

En Lima
LA VOZ DE LOS OCHENTA

Estas son algunas gráficas con varios de los colegas con quienes alguna vez, en Lima, compartimos los micrófonos. A veces, en la misma estación radial; otras, desde la acera de enfrente. Con unos, más que con otros, nos dimos nuestros encontronazos; pero, eso sí, siempre, mientras anduvimos al aire. Porque cuando coincidíamos en algún lugar, si era una conferencia de prensa, una fábrica de discos, un viaje o casualidad (o antro), siempre hubo cortesía y respeto por cada quien. Y hasta muchas veces compartimos de la misma botella. Principalmente, cuando la cantina estaba por cerrar o porque ya no había más morlacos.



1. En la Hacienda Villa, durante el show de Change, grupo norteamericano cuyo vocalista fue Luther Vandross y cuyos temas "A Lover's Holiday" y "The Glow of Love" sonaron en Lima. Johnny López, Quique Cano-Alva, Hugo Salazar y JL, cada uno, con su respectiva pareja. Se celebraba el Año Nuevo 1981. La invitada de Quique, se convirtió en su flamante esposa. Las otras tres damas, prefirieron buscar mejores partidos. ¡Salud!


2. Durante los días de Menudo y Parchis. En Argentina había aparecido Sport Billy. El quinteto infantil llegó a los estudios de Radio Miraflores en 1982. Allí, los niños aparecen en la sala de grabaciones del segundo piso al lado de JL, Roberto Mejía (conocido conocido como "El Nene"), Jorge Muñiz, Quique Cano-Alva y Sammy Sadovnik. ¡Qué épocas!


3. Gráfica que corresponde a 1983. Aparecen, Walter Gonzales, JL, la debutante cantora Daniela Romo, Lucho Argüelles, Juan Vargas, y Johnny López, frente al antiguo local de Radio Panamericana, en Mariano Carranza, Jesús María. Hoy, Radio Panamericana funciona desde un moderno edificio, en el distrito limeño de San Isidro. Y Daniela Romo es una experimentada figura de la actuación y el canto. El resto es historia. (FOTO: Tater Oliva).


4. Segunda visita de Daniela Romo a Lima, en agosto de 1984. Aparece la cantante con Gastón "Wolfie" Medina, JL, Sammy Sadovnik y Humberto Velásquez, este último, aunque chiquito, disc jockey pionero en el Perú. Por aquellos días, Humberto animaba Las Súper Mañanas de Panamericana y Daniela cantaba "Yo no te pido la luna". (FOTO: Víctor Becerra).


5. Foto tomada en la puerta de Radio Panamericana el año 1984. En su momento, por gestión del periodista Luis Almeida Magallanes, la gráfica fue publicada en la Revista Disco Show de Puerto Rico. Aparecen, Iván Márquez, conductor de Eva y yo, Lucho Argüelles de Fresas con Crema, JL de Buenos días, día, Susana A de Las 30 Más, Johnny López de 7 x 7 y Kike Chávez de 90 Grados.


6. Lucho Argüelles, Sammy Sadovnik, Gastón Medina, JL y Kike Chávez, de Radio Panamericana, escoltando a la invitada María Conchita Alonso y a nuestra estrella de entonces, Juan Miguel López Cancino. A pesar del brillo de nuestra estrella, y aunque no parezca, todos tuvimos oportunidad de participar de la entrevista. Sucedió en el Teatro Mariátegui en noviembre de 1984, durante los días de la puesta en escena de la obra Gracias, Señor Robot. (FOTO: Víctor Becerra).


7. El staff de disc jockeys de Radio Panamericana en el Coliseo Amauta, en diciembre de 1985. Fue a raíz de La Más Más del año, espectáculo masivo que organizaba la popular emisora. Aparecen, Gastón Medina, Lucho Argüelles, Roberto Lyon, Humberto Velásquez, JL, Sammy Sadovnik y Kike Chávez. Delante, como era costumbre, rompiendo esquemas, Johnny López. Fue la última vez que ese elenco compartió junto un evento panamericanista. En menos de dos meses, cinco de los presentes habíamos emigrado. Por coinicidencia solo quedaron, el señor del centro (Humberto) y los jóvenes de los extremos. (FOTO: Víctor Becerra).


8. Nuevos Aires. En la azotea del Grand Hotel Miraflores, en Lima, con motivo de la Conferencia de Prensa de Los Abuelos de la Nada y Miguel Mateos & Zas. Era 1986, tiempo del furor del rock de La Plata. Aparecen, JL de Radio Miraflores, Randy Calandra y Gastón Medina de Radio Panamericana, Sammy Sadovnik de Radio Miraflores, y Reynaldo Aragón y Mario Jiménez de Radio 1160. Nuestra competencia únicamente era cuando estábamos al aire. (FOTO: Víctor Gutarra).


9. Disc jockeys de Radio Miraflores en mayo de 1986. El elenco se reunió en la sala de grabaciones del segundo piso, donde hubo tantas importantes entrevistas. Las de Emmanuel y Miguel Bosé, por ejemplo. Parados aparecen, Héctor Felipe Rojas, Juan Carlos Hurtado, Quique Cano-Alva, Luis Elías y el jefe de los operadores técnicos, Jorge Hutchinson. Sentados: Piero Roncallo, David Lemor, JL y Sammy Sadovnik. (FOTO: Víctor Becerra).


10. En mayo de 1987 varios deejays fuimos invitados a La Casa de Edith, la peña que tenía nuestra primera cantante Edith Barr en la avenida del Ejército. Acontecía la premiación del Diario Hoy a los mejores disc jockeys del 86. Mirando a la cámara están, Sammy Sadovnik, Coco Valderrama, JL y Paco Espinoza. Todos, ganadores de esa noche.


11. Esta gráfica fue tomada en la Discoteca Sphynx de Miraflores con motivo de la Conferencia de Flans, el trío mexicano que arribó a Lima en agosto de 1987. Aparecen conocidos rostros de Radio Studio 92, Panamericana, Libertad, 1160, Radio A y Miraflores. Si desea ahondar en los nombres, simplemente escríbanos un comentario.


12. Reunidos en la cabina de Radio Miraflores en abril de 1988, con motivo de la despedida a Sammy Sadovnik quien viajaba a estudiar a los Estados Unidos. Quique Cano-Alva, Sammy, el músico Juan Carlos Caipo de S.O.S. y su sobrino (que ya debe ser un señor), Raúl Cabrera, Johnny López y JL. Delante: el ejecutivo discográfico y baterista de Feiser, Andrés Rojas Pereda, y el DJ Giovanni Forno. Todos, alrededor de la reina: Diana García de Palacios.

Me siento afortunado de haber contado con tan calificados competidores y mejores amigos. A todos ellos, un salud a la distancia. Y para la Reina, una canción de Carly Simon.

Javier Lishner
San Jose, California
10 de abril de 2007

Monday, July 26, 2010

THE MANHATTANS - "Kiss and Say Goodbye"

Winfred "Blue" Lovett compuso esta canción para su propio grupo. Se llamaba The Manhattans. Era mediados de los setenta y, desde su natal New Jersey, ya tenían una década recorriendo los caminos de la música. Un día de 1970, su vocalista, George Smith, accidentalmente se cayó y nunca más pudo recuperarse. Falleció pocos meses después. La banda encontró a otro cantante de nombre Gerald Alston, con quien seis años más tarde grabaría la siguiente canción. Justamente, una semana como esta, en 1976, el tema andaba en lo más alto de las listas norteamericanas.



"Kiss and Say Goodbye"
(Winfred Lovett)

This has got to be the saddest day of my life
I called you here today for a bit of bad news
I won't be able to see you anymore
Because of my obligations, and the ties that you have
We've been meeting here everyday
And since this is our last day together
I wanna hold you just one more time
When you turn and walk away, don't look back
I wanna remember you just like this
Let's just kiss and say goodbye

I had to meet you here today
There's just so many things to say
Please don't stop me 'til I'm through
This is something I hate to do
We've been meeting here so long
I guess what we done, oh was wrong
Please darlin', don't you cry
Let's just kiss and say goodbye

Many months have passed us by
(I'm gonna miss you)
I'm gonna miss you, I can't lie
(I'm gonna miss you)
I've got ties, and so do you
I just think this is the thing to do
It's gonna hurt me, I can't lie
Maybe you'll meet, you'll meet another guy
Understand me, won't you try, try, try, try, try, try, try
Let's just kiss and say goodbye

(I'm gonna miss you)
I'm gonna miss you, I can't lie
(I'm gonna miss you)
Understand me, won't you try
(I'm gonna miss you)
It's gonna hurt me, I can't lie
(I'm gonna miss you)
Take my hankerchief, wipe your eyes
(I'm gonna miss you)
Maybe you'll find, you'll find another guy
(I'm gonna miss you)
Let's kiss and say goodbye, pretty baby
(I'm gonna miss you)
Please, don't you cry
(I'm gonna miss you)
Understand me, won't you try
(I'm gonna miss you)
Let's just kiss
And say goodbye

Hermosa melodía, coordinados movimientos y, aunque con una letra demasiado melancólica (y un poco conchuda de una parte), musicalmente da la sensación de que, a veces, todo tiempo pasado fue mejor.

Javier Lishner
Santa Clara, California
26 de julio de 2010

Sunday, July 25, 2010

DÍA DEL PISCO EN EL PERÚ

Cuando en octubre de 2008, Raúl Cabrera regresó a Europa luego de una visita a Lima, tuvo la gentileza de enviarme unos pisco sours. Lástima nomás que fueron únicamente en foto. La gráfica, por demás sugestiva, la publiqué en este mismo espacio como fiel testigo de los días felices que pasó mi ex-compañero de radio y mejor amigo. Hoy, en el Perú, se celebra el Día del Pisco.

Pisco Sour, cocktail hecho a base de pisco.

La bebida de bandera está de fiesta en el Perú, como iniciando las celebraciones de la semana de la patria. Dicen que hoy brotará pisco de la mismísima pileta de la Plaza de Armas. No me quiero perder al presidente de la República cruzando el patio de Palacio para ir a mezclarse con el pueblo limeño y tomar su par de traguitos. Después de todo, también tiene derecho.

El pisco es la bebida peruana por excelencia. Es una especie de brandy hecho de uvas. Se produce en el país desde el siglo XVI. Aunque fue recién en 1999, cuando por Resolución Ministerial se instituyó el cuarto domingo de julio como el Día del Pisco en el Perú. En tanto, el pisco sour, es un cocktail a base de este exquisito licor, que además contiene jugo de limón, clara de huevo, jarabe de goma, hielo picado y amargo de angostura. Es perfecto para aperitivos y su aroma es inigualable. Pero si hasta acá huele. ¡Feliz día del Pisco, paisanos!

Javier Lishner
Santa Clara, California
25 de julio de 2010

NOTA RELACIONADA:
- PISCO SOLO HAY UNO. Día Nacional del Pisco Sour

Friday, July 23, 2010

JACO SIEMPRE JACO

De no haber sido por aquella accidentada noche en la puerta del Midnight Bottle Club de Wilton Manors, en Florida, Jaco Pastorius, el bajista llamado "el Jimi Hendrix del jazz" por su técnica con el instrumento al que dedicó su vida, posiblemente tendría 58 años de edad, y más de 45 inmerso en la música. Pero todo se empezó a acabar, cuando la mala vida sedujo al extraordinario músico nacido en Norristown, Pennsylvania, en 1951.


La carrera de Jaco Pastorius fue corta pero productiva. En 1975, mientras preparaba el lanzamiento de su primer disco solista, había estado grabando el Bright Size Life de Pat Metheny. El afamado guitarrista lo tenía entre sus filas, al lado del batero Bob Moses. Pero el siguiente año, el de la publicación de su álbum autotitulado, también se dio tiempo para colaborar con las producciones de Ian Hunter, Joni Mitchell y Al Di Meola, nada menos. Sin embargo, eso no fue todo. Como miembro de Weather Report, la banda de Joe Zawinul y Wayne Shorter -en la que también estaba el peruano Alex Acuña-, grabó Black Market. Uno de sus temas, de título "Barbary Coast", fue incluido entre las composiciones de Shorter y Zawinul. Al año siguiente, 1977, grabó el Heavy Weather con Weather Report y colaboró con Joni Mitchell en su Don Juan's Reckless Daughter. De allí grabaría discos con Weather Report, a razón de uno al año, hasta 1980, en que luego de varias colaboraciones con Herbie Hancock y la misma Mitchell, se dedicó a su siguiente obra, Word of Mouth. Ello sucedió en 1981.


"Birdland", Pastorius con Weather Report.

Dos años después, y luego del disco Weather Report, publicó Invitation. Sin saberlo, ese se convertiría en el último de su carrera. Cuatro años más tarde, en septiembre de 1987, luego de haber sido retirado del recinto en el que tocaba acompañando a Carlos Santana, el músico se dirigió a un bar en Wilton Manors, una ciudad en el Condado de Broward, Florida. Debido a su mal estado, el personal de seguridad no le permitió el ingreso. Dicen que Pastorius se puso agresivo y hasta rompió vidrios del establecimiento. Entonces hubo pelea. Y el bajista se llevó la peor parte. Terminó con fracturas en la cabeza y en otras partes del cuerpo. Al punto que quedó en estado de coma. Diez días después, cuando todo parecía que el artista podía comenzar su recuperación, una hemorragia interna en el cerebro le quitó la última esperanza de vida. Jaco Pastorius falleció en el Broward General Medical Center de Fort Lauderdale, el 21 de septiembre de 1987. Fue uno de los días más tristes para los cultores y seguidores del jazz.

La casi inmediata desaparición de sus dos clásicos bajos eléctricos, es otra historia que algún día habremos de comentar. Pastorius dejó un gran legado. Tenía solo 35 años.

Javier Lishner
Santa Clara, California
23 de julio de 2010

Wednesday, July 21, 2010

CAT STEVENS: La paz, el canto y la fé

El disco sencillo llegó a la casa durante los días de navidad. Era de sello Island y contenía una canción que pasaban mucho en la radio. Se llamaba "Peace Train", la que los disc jockeys de aquel entonces presentaban como "Tren de paz". Y con ese título había aparecido en el mercado nacional. El artista era Cat Stevens y, aún en Lima, no había nadie que lo llamase El Gato Esteban. Aunque aquel, que tiempo después lo llamó cariñosamente así, ya andaba haciendo sus pinitos "en el aire" en alguna emisora del interior del país.

Teaser and the Firecat.

El lado B de ese pequeño disco llevaba por título "Rubylove", y, en el verano peruano de 1972, en casa, lo tocamos tanto como el lado A. Las canciones, en esa época, tenían mayor duración que ahora. O sea, su vigencia era más larga. Los "discos chicos", como conocíamos a los de 45 revoluciones por minuto -durante el gobierno revolucionario del General Velasco-, que yo recuerde, costaban entre 28 y 30 soles cada uno.

[EL AUTOR] Steven Georgiou, su nombre original, nació en Londres el 21 de julio de 1948. Fue hijo de padre griego y madre sueca. Desde muy pequeño tuvo interés en la música y fue así que, a temprana edad, aprendió a tocar algunos instrumentos.

A principios de 1967 lanzó Matthew and Son, su primer disco, el que estuvo en la línea pop. En Inglaterra, el álbum tuvo tanto éxito como el simple que llevó el título del disco. Hubo otra, de nombre "I Love My Dog", que también ayudó a introducir su nuevo nombre, Cat Stevens, en el difícil mercado británico. Los Beatles estaban en plena efervescencia (humareda, diría yo), y no era muy fácil llamar la atención. En Norteamérica, el Summer of Love, también con humo, era casi todo de lo que se hablaba en ese momento.

Para fines de año, a la edad de 19, Stevens lanza New Masters, el que no obtuvo la acogida esperada. A pesar de todo, realiza una gira con artistas de la talla de Engelbert Humperdinck y Jimi Hendrix.

[MONA BONE JACKON] En 1970, luego de firmar con Island Records, su aún incipiente carrera dio un giro espectacular. Pero cuentan que poco tiempo antes cayó con tuberculosis, enfermedad que lo alejó de la escena cerca de un año. Sin perder tiempo, Stevens aprovechó su estado convaleciente para escribir canciones, las que utilizaría en sus siguientes producciones. Ese mismo año, apareció Mona Bone Jackon. Fue de ese álbum que escuché en Lima la primera canción de Cat Stevens en la radio. El tema era "Lady D'Arbanville", que anduvo en las listas de las emisoras de aquella época, entre ellas, Miraflores y Atalaya. La pronunciación que hacían de ella los deejays de entonces era tan buena que nunca pude escribirla correctamente. Y, para terminar mi frustración, tampoco la encontré en las discotiendas; lo que hizo que, a pesar de mi enorme interés de tenerla, nunca la pudiera obtener. El álbum también incluyó la hermosa, "Katmadu".

"Peace Train".

[TEA FOR THE TILLERMAN] Este fue el nombre de la siguiente placa, y, al igual que la anterior, tuvo buena recepción en ambos lados del Atlántico. Cat Stevens comenzaba a pisar el status de estrella. Era la época en que los cantautores empezaron a ponerse de moda. Comenzando por Carole King, artistas como James Taylor, Carly Simon, Gordon Lightfoot, y Jackson Browne, fueron parte de la nueva ola. Y, a Cat Stevens, cantautor por excelencia, eso le cayó como anillo al dedo. "Father and Son" y "Wild World", fueron solo parte de ese disco que, no hace mucho, una de esas organizaciones que premian y premian, nombró el Tea for the Tillerman como uno de los mejores discos de todos los tiempos. La producción corrió a cargo de Paul Samwell-Smith, otrora integrante de los famosos Yardbirds.

[TEASER AND THE FIRECAT] Por tercera vez consecutiva, el grupo base que acompañaba a Stevens era el mismo, y, juntos, volvieron a las sendas del éxito. En guitarra volvió a estar Alun Davies, su brazo derecho. Y en la producción el ya mencionado Samwell-Smith. De esta placa de 1971 surgieron "Morning Has Broken", "Moonshadow", y el recordado "Peace Train". De los diez temas que incluyó el disco, a excepción de "Morning Has Broken", todas las canciones fueron escritas por él. Este fue, además, el disco en el que tuvo a un nuevo músico -aún más joven que él-, como invitado. Se llamaba Rick Wakeman.

[CATCH BULL AT FOUR] Lo que sucedió con esta producción fue un poco extraño. Cat Stevens puso la placa en las listas de los álbumes más populares pero no hubo ni una sola canción -como le había sucedido con los tres anteriores-, con la que pudiera mantenerse en las radios. Y, al igual que con Teaser and the Firecat, de los diez temas, nueve fueron compuestos enteramente por él. Otro, "O Caritas", fue escrito en colaboración con Jeremy Taylor y Andreas Toumazis. A pesar de la falta de un disco sencillo las listas, la carrera y la fama de Stevens seguía por todo lo alto.

[FOREIGNER] Esta placa apareció a mediados de 1973, y fue experimental. Buena parte de la misma se grabó en Jamaica y fue producida por el propio cantautor. La pieza más importante se tituló "Foreigner Suite", una composición de más de 18 minutos. En éste, algo faltó. Y podría haber sido la magia de Alun Davies y la experiencia de Samwell-Smith. El disco no funcionó, ni en las radios ni fuera de ellas. Pero el muchacho de veinticinco años, tenía aún todo un camino por delante.

[BUDDHA AND THE CHOCOLATE BOX] Recordamos casi como si fuera ayer la salida de este disco. La decepción de la producción anterior había hecho que el público esperara con ansias el nuevo material del músico inglés. Al menos, para los que gustábamos de sus canciones que, creo, éramos muchos (Andrés Dulude, el cantante de Frágil, entre ellos). Aparte de "Oh Very Young", Buddha and the Chocolate Box tampoco fue un disco aclamado, a pesar de que, para esta placa, Stevens se había vuelto a reunir con Samwell-Smith para su co-producción. Su interés en el tema religioso se aprecia en "Jesus". Era 1974.

[NUMBERS] Es muy posible que este haya sido el punto más bajo de su carrera. Comenzábamos a experimentar por nuestros propios medios lo que luego aprenderíamos en inglés con eso de the rise and fall. No solo sus discos no aparecían en versión nacional -que ya era un síntoma de su poca importancia-, sino que ni las radios le prestaban atención. Numbers se publicó en 1975, en momentos que se empezaba a dar los primeros toques del siguiente boom de la época: la música disco. Lo mismo iba pasando con Marc Bolan, otro de los ídolos, que de estar en la cima entre el 72 y 74, cayó súbitamente y nunca más pudo levantarse.

"Father and Son".

[IZITSO] En este disco, el músico quiso jugar con la electrónica y, por un momento, dejó su guitarra de lado. Aplicó buena dósis de sintetizadores y piano, y el resultado fue un poco mejor que el que lo precedió. Izitso, co-producido con Dave Kershenbaum, marcó, además, el inicio de su nueva sociedad con la A&M Records. "(Remember the Days of the) Old Schoolyard" es solo una muestra de lo que dejó esta placa de 1977.

[BACK TO EARTH] No obstante que las últimas producciones de Stevens no habían reeditado los pergaminos de aquellos cuatro que habían comenzado con el Mona Bone Jackon, nosotros los jóvenes aún teníamos la esperanza de volverlo a ver brillar. En 1978, apareció Back to Earth, al que, desafortunadamente, tampoco se le dio bola. Pero, eso, no fue todo. La poca esperanza de volverlo a ver brillar terminó cuando leímos la noticia de que Cat Stevens, el fecundo cantautor inglés con cuya música habíamos ido creciendo, se convertía a la religión musulmana, se cambiaba de nombre a Yusuf Islam, y decía adiós a la industria de la música. La noticia removió los teletipos, y también muchos corazones.

Con la muerte de Marc Bolan, en agosto del año anterior, y el retiro de Cat Stevens, dos de los grandes se habían ido en menos de un año. La posta se la habían terminado de pasar a Gloria Gaynor, Donna Summer y los Bee Gees... Y, Johnny López, el deejay peruano que alguna vez lo llamó Gato Esteban, continúa feliz como una lombriz haciendo programas.

Javier Lishner
Santa Clara, California
16 de enero de 2008

Tuesday, July 20, 2010

EDUARDO GILDEMEISTER. IN MEMORIAM

La noticia llegó ayer al Silicon Valley. El casi repentino fallecimiento de Eduardo Gildemeister, gran músico, mejor amigo e ilustre y querido maestro peruano. Pero sobre todas las cosas, padre de familia y hombre de fe. Lalo, como lo conocimos desde hace varias décadas, estuvo algunas veces de invitado en nuestro programa, cuando, entre 1986 y 1987, conducíamos con Sammy Sadovnik un espacio en Radio Miraflores de Lima.



Tengo en la memoria, las veces que estuvo en el programa, sus presentaciones de aquellos días en lugares pequeños y acogedores como Wifala e inmensos como el Campo de Marte, y el tiempo que, incluso, antes de ingresar a la radio, estuvimos bajo el mismo manto católico, que él nunca abandonó.

Vayan mis sentidas condolencias a sus familiares.

Javier Lishner
Santa Clara, California
20 de julio de 2010

Monday, July 19, 2010

COLIN, EL COPIONCITO

Por supuesto que nada tiene que hacer con que su esposa sea peruana. Colin Hay, el vocalista y uno de los dos compositores de la mayoría de los temas de Men at Work, fue obligado a compartir parte de las regalías recibidas por una de sus más populares canciones. La razón fue leída en una sentencia por el Juez Peter Jacobson, en el Tribunal Federal de Justicia. Parte de la canción "Down Under", del álbum Business as Usual, y posiblemente el más popular de todos sus temas, según Jacobson, fue copiada.



Dice la noticia que el juez ordenó que la banda australiana entregara una porción de las regalías de su éxito de 1980, "Down Under", después de que comprobó que su riff de flauta fue copiado de una canción infantil de fogata. Pero la pena -el 5 por ciento de las regalías de la canción- fue mucho menor que el 60 por ciento solicitado por Larrikin Music, la empresa editorial que posee los derechos de autor del tema "Kookaburra Sits in the Old Gum Tree".

"Kookaburra" fue escrita hace más de 70 años por el profesor australiano Marion Sinclair para un concurso de niñas guías, y la canción sobre el pájaro originario de Australia ha sido un favorito en las fogatas desde Nueva Zelanda hasta Canadá.

Sinclair murió en 1988, pero Larrikin presentó la demanda de derechos de autor el año pasado. En febrero, el Tribunal Federal de Justicia Peter Jacobson declaró que Men at Work había copiado la melodía de flauta de su canción, de la flauta de "Kookaburra". Jacobson ordenó a la compañía discográfica de Men at Work, EMI Songs Australia, y a los compositores de "Down Under", Colin Hay y Ron Strykert, a pagar el 5 por ciento de las regalías obtenidas por la canción desde el año 2002 y de sus futuras ganancias. Un estatuto de restricciones limita a Larrikin de buscar ganancias percibidas antes de 2002.

El tribunal no especificó a cuánto asciende el 5 por ciento de la multa en dólares. "Yo considero que los números presentados por Larrikin fueron excesivos, inalcanzables e irreales", escribió Jacobson en su juicio. Hay y Strykert no estuvieron en el tribunal al momento de la decisión y no pudieron ser contactados.

"Down Under" y el álbum Business As Usual, encabezaron las listas australianas, estadounidenses y británicas a principios de 1983. La canción sigue siendo un himno australiano no oficial y obtuvo el cuarto lugar en una encuesta de la industria musical realizada en 2001 entre las mejores canciones de Australia. Men at Work, en 1983, ganó el Premio Grammy al Mejor Artista Nuevo, concluye la nota.

Mientras tanto el cantante y autor, a veces con ayudita, sigue su vida al lado de Cecilia Noel, su guapa esposa, y extraordinaria y versátil cantante.

Javier Lishner
Santa Clara, California
19 de julio de 2010

Sunday, July 18, 2010

LOS HIMNOS, EMOTIVOS Y SUBLIMES

Hace una semana, un domingo como hoy, concluyó la Copa FIFA. Hubo nuevo campeón, el segundo volvió a quedarse en la misma posición que en el 74 y 78, y, finalmente, el planeta dejó de lado a la jabulani, la estrella de los intensos partidos del reconocido torneo. Para quienes ya llevamos casi una docena de copas en nuestras retinas, este nuevo encuentro mundial del deporte más popular, tenía aún algunas cosas novedosas. La más importante, posiblemente, que se desarrollaría en un nuevo continente, paradójicamente, el más antiguo de todos.


El himno en sí, es una composición poética en loor de los dioses o de los héroes. Es una poesía cuyo objeto es exaltar a un gran hombre, celebrar una victoria o algún otro suceso memorable. Es expresar júbilo o entusiasmo. Entonces diríamos como la Real Academia, que es una composición musical emblemática de una colectividad, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan. Creo que eso es más o menos la definición de Himno Nacional. Y, muy aparte de los enfrentamientos deportivos entre las diferentes escuadras, los momentos de la interpretación de los himnos de cada país, generalmente, son unos de los más emotivos. El sentimiento de toda una nación expuesto ante el mundo...

Aunque muchas de las naciones adoptaron sus himnos durante el siglo 19, como es el caso del Perú, con su Marcha Nacional escrita por José de la Torre Ugarte con música de José Bernardo Alcedo, hubo otras que lo tuvieron desde antes. Holanda, por ejemplo. Porque el "Het Wilhelmus", como se le llama al himno holandés, es el más antiguo del mundo. Y, por coincidencia, aquella tarde de hace una semana, antes del encuentro final entre España y Holanda, se escuchó la mencionada melodía.

Ayer leí que "el éxito de la selección española en continente africano, ha mejorado la imagen exterior de España, lo que, según un estudio de la Universidad de Navarra, tendrá efectos económicos positivos en sectores como el turismo, la cultura, artes y moda". Aunque eso, es otra cosa. Lo cierto es que durante un mes, los españoles tuvieron la ocasión de oír, y dejar oír al mundo, su famosa "Marcha Real" hasta el último día de la ahora cada vez más lejana Sudáfrica 2010.

Fue muy emotivo y sublime escuchar los himnos de otras naciones. Espero que en un futuro cercano, podamos escuchar también el nuestro. (FOTO: Reuters).

Javier Lishner
Santa Clara, California
18 de julio de 2010

Saturday, July 17, 2010

KIKO, CLUB NAVAL Y "AÚN"

El maestro en este video es peruano. Fue presentador de televisión, y, luego de una muy positiva experiencia en su país, que también es el mío, Perú, -donde animó Haga Negocio con Kiko- emigró a España con su familia. Se llamaba Kiko Ledgard, y, con Un, dos, tres... responda otra vez, tuvo muchísimo éxito en la televisión del país ibérico, hoy campeón mundial de fútbol.


Club Naval es un grupo pop oriundo de Vigo, esa importante ciudad gallega de donde también emergió la banda punk Siniestro Total. Estuvo compuesto por cinco jóvenes con ganas de sobresalir en el arte, especialmente en la música. Lo formaban, María en la voz, Pablo en la guitarra, Piño en el bajo, Gonzalo en teclados, y Quique en la batería.

Esta fue una canción que cruzó las fronteras de su propio país. Y, cuando llegó a América del Sur, hizo una buena escala en Perú, donde se quedó por varias semanas. El pop español andaba arribando, y, Club Naval, no sé si por mar o por aire, hizo una estada imaginaria que algunos hasta hoy recuerdan. Tanto como la calidad de Kiko en la televisión y el cine.

Javier Lishner
Santa Clara, California
17 de julio de 2010


Thursday, July 15, 2010

UN NIÑO, UNA HISTORIA

No hace mucho, recibí el mensaje de una persona que vive en Lima, Perú. Me contó una historia de esas que conmueven. Nada triste, toda buena. Recordaba que mientras aún era colegial, y tendría solo 12 años, pasó en frente de Radio Panamericana, cuando aún quedaba en Mariano Carranza, Santa Beatriz. Afuera había dos disc jockeys. Con cierto temor se les acercó a pedirles una "calcomanía clave", esos adhesivos que eran el punto de partida para ganar los premios de la emisora. Uno de los disc jockeys le preguntó, ¿qué programa escuchas? Y el niño contestó que escuchaba Fresas con Crema, el espacio de Lucho Argüelles.



A su mamá le gustaba Eva y Yo, con la conducción de Iván Márquez. El niño conocía a estos dos disc jockeys a través de las revistas que compraban en su casa -Teleguía, entre ellas- y también porque los oía en Buenos Días, Día, el matutino y diario programa que conducían. Además, a uno, lo venía siguiendo desde su trabajo en Radio Miraflores, donde el disc jockey había comenzado su carrera. De pronto, el otro disc jockey fue a traer la calcomanía, esas aurinegras que andaban de moda por aquel entonces, pero regresó con la mala noticia de que, al momento, se habían agotado. No habían. Entonces, un señor que andaba cerca interrumpió y dijo: "Espera, aquí hay una". Y se la dio. Imagino que se referiría a Jaime Benítez, Víctor Tintaya o Pedrito Vargas, que, amén de ser compañeros de trabajo, eran nuestros ayudantes y amigos, y siempre estaban allí para asistirnos. Gracias señores por todo lo que pasamos juntos. En eso, el disc jockey preguntón volvió al ataque: "¿Y qué grupos te gustan?". El niño respondió: "Ozzy, Black Sabbath... Pink Floyd".



"Deep Purple... Santana...", prosiguió el niño. Entonces el otro disc jockey le dijo: "Bueno, ya tienes tu calcomanía clave, ¿dónde la vas a pegar". Y el niño inmediatamente respondió: "En mi folder del colegio". "Oye, pero esa música que te gusta no la pasamos aquí", agregó el deejay preguntón. "Sí, pero también escucho otra radio", respondió tímidamente el niño. "¿Y cuál crees que vaya a ser la Más Más del Verano?", repreguntó el deejay; "Creo que "Don't You Want Me" de Human League", le contestó. [NOTA: El tema de Human League había sido parte del álbum Dare, publicado en 1981, pero en Panamericana se empezó a tocar a fines del 84].



"Sí ¿no?, es una bonita canción... Bueno, ya tienes tu calcomanía clave. Ahora anda a tu casa y sigue escuchando la radio", lo despidió el disc jockey preguntón. En tanto que el otro disc jockey, que siempre fue más cauto, subía a su Volkswagen amarillo para irse a su casa. Se llamaba Sammy Sadovnik. Pero antes de retirarse, el niño volteó con una sonrisa de oreja a oreja, como despidiéndose feliz, y partió. Reaparecería solo 25 años después. Estaba casado, tenía dos hijas, hasta hacía poco tiempo había sido oyente de Telestereo, y amaba las olas y el mar.



Y me recordó que, aquella vez, "Don't You Want Me" quedó segunda entre las 30 Más de ese verano. Yo ya lo había olvidado.

Javier Lishner
Santa Clara, California
15 de julio de 2010

Wednesday, July 14, 2010

EL SPAM NUESTRO DE CADA DÍA

Es cierto que en el avance de la tecnología no todo es perfecto. Quién que utilice la Internet no se ha encontrado alguna vez con mensajes como "Internet Explorer cannot display the webpage" o "File not found". Los más eruditos dirán, claro, eso te seguirá pasando mientras no obtengas una Mac. Pero, comparar el número de usuarios de PCs y de Mac, es casi como hacerlo entre los que escuchan radio en AM y FM. O algo así. Además, las Mac -que suenan a hamburguesa-, también tienen sus cositas. O, nunca les ha pasado, por ejemplo, aquello de "Safari can't open the page". Aunque lo de hoy es algo que sucede con mucha mayor frecuencia.


El 5 de julio de 1937, Hormel Foods Corporation, una empresa creada en Austin, Minnesota, a fines del siglo 19, introdujo en el mercado la marca SPAM. Pronto, en la Unión Americana, se sabría que SPAM era carne enlatada, cocida, con un sabor especial, y lista para comer. A los tres años, Hormel decidía iniciar su campaña publicitaria con mensajes como "If you want something grand; ask for SPAM". Entre 1941 y 1945, más de 100 millones de libras de SPAM fueron enviadas a las tropas aliadas que combatían en la guerra mundial de entonces. Y para 1959, Hormel ya había vendido su primer billón de latas de la nueva marca.

Por esos días, no existía la Internet. No obstante, había personas como Joseph Robnett Licklider y Vannevar Bush, que ya empezaban a lanzar las primeras ideas. No en balde habían estudiado ciencias e ingeniería. Recién años más tarde, se consideraría a 1969 como el año del nacimiento oficial de la Internet. Y el del correo electrónico, específicamente, 1971. Fue cuando Ray Tomlinson, un científico de Cambridge, hizo la primera comunicación a través de dos diferentes puertos. Eran los comienzos de lo que hoy, para muchos de nosotros, es el pan de cada día. Pero aún no se conocía el "spam".


El spam, en el ambiente de la tecnología moderna, es referido a los correos no solicitados que, por lo general, uno recibe a diario en su propio buzón. Sus comienzos y el origen del nombre, parece que es algo que aún no termina de definirse. Sin embargo, a pesar de ello, el término es actualmente muy popular en la comunidad de Internet.

Lo que sí se sabe son dos cosas: que el producto SPAM nació primero, y que ese término creado por Hormel surgió de las palabras "SPiced hAM". Por supuesto que hoy por hoy la marca es mucho más que eso, y se vende en todos los continentes. En tanto que el "spam" de las computadoras surgió, digamos, a fines de los setenta. Con el pasar del tiempo se fue popularizando y, hoy por hoy, es una de las palabras más odiadas en el diccionario de la alta tecnología. Dicen que en algún momento hubo una queja de parte de la compañía -por la negativa asociación del término con su renombrada marca-, pero ello no prosperó debido a la rapidez con que se había expandido el término.

Hormel, en poco más de setenta años, ya superó las siete billones de latas vendidas alrededor del mundo. Lo que no podemos afirmar es cuántos billones de correo basura o spam, dan la vuelta al mundo cada día.

Javier Lishner
Santa Clara, California
14 de julio de 2010

Tuesday, July 13, 2010

CAMEL, CUANDO CUÁNDO

Cuando en el día del Juicio Final llamen a los grupos que debieron llevarse todos los premios y no ganaron nada; entonces, uno de los primeros en pasar será Camel. Con Peter Barden y Andy Latimer a la cabeza. Detrás, no muy lejos de ellos, como cuando eran cuatro en el escenario, estarán Doug Ferguson y Andy Ward.



Y cuando papalindo pregunte, ¿por qué? Allí estaré yo para decirle que por la culpa de los disc jockeys del siglo XX. Y, mirando al suelo de vergüenza, levantaré mi brazo derecho y le entregaré estos extractos.

Javier Lishner
Santa Clara, California
13 de julio de 2010

Sunday, July 11, 2010

EL MICRÓFONO Y YO (PARTE FINAL)

Concluí mi reunión en gerencia y cuidadosamente cerré la puerta. Acababan de decirme que haría bien si me iba de la radio. No hacía mucho que había sido uno de los ganadores de un concurso al que Radio Miraflores denominó Nuevas Voces, y luego de morar mañana, tarde y noche en los predios de la emisora, me decían que "en el negocio de los seguros me iba a ir muy bien". Habían llegado a lo más profundo de mi corazón, a mi orgullo.


Liliana Sugobono, otra de las figuras que pertenecía a ese equipo de 1980, era la directora de programación de la FM. A Liliana, la había escuchado años antes mientras estaba en América y conducía esa lista anual que llamaba Casillero 60. Su inconfundible voz, y su apellido -que era el de un compañero de colegio quien resultó siendo el sobrino-, era inconfundible. Cuando tuve oportunidad de conocerla personalmente, pude apreciar su calidad y don de gentes. Amén de su labor como programadora, Liliana conducía diariamente El Expreso de las seis, el mismo espacio con el que la había escuchado años antes. Era un programa dedicado a la música del alma, el soul.

En frente de la radio, había un discreto establecimiento al que algunos de nosotros íbamos para adquirir desde bebidas gaseosas y emparedados hasta caldos y comida de fondo. Se llamaba Las Gaviotas. Si bien es cierto que no era la única tienda del área, sí era la más informal. Una cortina de plástico era lo único que separaba al comedor de la cocina. Lo que pasaba allá detrás fue siempre un misterio. Pero era como nuestro refugio. Juanito, el dueño, era buena gente y no se metía en nuestras conversaciones. Y ahí me quedé esperando a mi nuevo colega Jorge Muñiz, otro de los ganadores del concurso, quien desde esos días se convirtió en mi compinche. Hoy es como un hermano.

Jorge, quien actualmente reside en Toronto y dedica su vida al cine (acaba de regresar de la India, por ejemplo), era una de esas personas que nunca fallaba cuando se trataba de dar la mano. Pero esa vez, yo no necesitaba una mano sino un par de oídos. Y Jorge escuchó mi rabieta. Cruzamos la pista y regresamos a la radio, en donde algunos de nosotros solíamos quedarnos mirando y aprendiendo de los que más experiencia tenían. Sino que lo diga Gerardo Manuel, con quien pasábamos La Hora Pirata escuchando sus historias y viendo la espontaneidad con la que conducía su programa.

En ese entonces no había emisión nocturna del Noticiero El Momento, y -entre Liliana a las seis y Gerardo a las ocho-, a la siete de la noche iba Jorge Henderson. Su programa se llamaba Mundo Musical Iberoamericano y sería la base de su posterior éxito televisivo: Enhorabuena. El espacio fue muy sintonizado. Jorge era un poco celoso con su producción, sus discos, su operador técnico. Además, estudiaba voz con Margarita Ponce, que ya era bastante. Para tratar de acercarme a él, un día le presté un disco titulado Alto Voltaje, que era una recopilación de temas de grupos y artistas argentinos, entre los que recuerdo a Piero ("Soy un hombre que viene, soy un hombre que va") y Roberto Livi ("La fiesta inolvidable"). Lo recibió con gusto, agradeció, lo guardó en su casillero, y nunca más -ni mi hermano que era el dueño ni yo- lo volvimos a ver. O no fui muy claro cuando se lo presté, o no me comprendió.

Esa tarde, Liliana me vio cabizbajo y, como no era costumbre, me llamó a su cabina. El Expreso de la seis ya había empezado. Liliana era una persona muy comprometida con su quehacer cotidiano. Yo admiraba su convicción y la pasión con la que conducía cada minuto de su Expreso. Mientras iba de la cabina de locución a la del operador técnico llevando los discos que iba transmitiendo (por lo general, de su propiedad), me preguntó qué pasaba. Le comenté que era mi último día en la radio. Que había decidido irme porque algunos creían que iba a tener más éxito en la industria de los seguros. Me miró y, con esa voz que solo da la experiencia, me recomendó que me quedara. Compartió conmigo algunos pasajes de su carrera y me sembró nuevamente la duda. Pero de que me iba a trabajar a Seguros El Sol, no había duda. Ya me habían entrevistado, aceptado, y me esperaban, digamos, el lunes siguiente. Y en casa, solo de pensar que me iban a ver con saco y corbata, andaban felices. Liliana era la programadora y, como tal, me ofreció hablar con Buby, el gerente, al que le cerré cuidadosamente la puerta.

Terminado el programa llegó Jorge Henderson. Me vio ofuscado. Yo andaba con el 666 en la cabeza (o la "J" en la espalda, que es aún peor) y era muy fácil de darse cuenta. A Jorge no le gustaba mucho que hubiera gente mientras salía al aire. Para realizar un buen programa debía existir compenetración entre el disc jockey y el operador técnico, solía decir. Yo pensaba igual. Pero esa noche, Jorge me llamó a la cabina. Volví a encerrame entre viejos casilleros de madera de color plomo y un par de enclenques sillas, desde donde en las mañanas Pedrito, Enrique y Rómulo (Flores) leían las noticias. "Javier, esta carrera no es fácil", me dijo haciendo un gesto, mientras con la otra mano se acomodaba los bigotes. "Si ahora te vas, nadie te va a llamar. Nadie te conoce. Espera un tiempo, hazte de un nombre y recién has lo que quieras", me dijo casi literalmente. Jorge, por lo general, no andaba en bromas. Era una persona muy ocupada y, a la vez, uno de los engreídos de la programación por el éxito de su espacio musical y el de su estelar de los sábados, La Revista del Momento. En aquel programa de dos horas entrevistaba (conversaba debería decir) con importantes artistas, alcaldes, políticos y ministros de Estado. Me ofreció hablar con Buby, el gerente, al que le cerré cuidadosmente la puerta.

Nunca, hasta hoy, supe quién abogó literalmente por mí. Nunca supe cómo lo hicieron ni qué dijeron. Solo sé que al día siguiente se me dio un nuevo espacio en la FM, esta vez nocturno, para seguir conduciendo Reunión Acústica con la misma cortina musical de Rick Wakeman y la misma convicción de hacerme un nombre entre los Henderson y Sugobono. Al año siguiente, el que le cerré cuidadosamente la puerta, me haría programador de ambas frecuencias. Casi inmediatamente, junto a Juan Alberto Mata, habilitaríamos una oficina al lado de la de Pedrito Roncallo. Los que recuerdan deben saber que para ingresar a ese despacho, que también se convirtió en la discoteca de FM (porque la de AM siguió en la oficina de Pedro), había que pasar por un armatoste negro que pesaba una tonelada y cuyo sistema de transmisión, en tiempo (casi) real, nos traía la información alrededor del mundo. Teletipo, le llamaban. Era como el Yahoo! News de la época.

Jorge Henderson es aquel quien años más tarde, encontrándose en un hotel de Nueva York, mientras tomaba desayuno, vio en la otra mesa a un rubio y se dijo: "A este lo he visto en la carátula de algún disco". Era Rod Stewart. Liliana Sugobono es aquella que una vez, encontrándose en la cabina de Radio América, mientras contaba el dinero de su quincena que acababa de cobrar, mirando la luz roja encendida dijo al aire: "Esta es la hora en nuestro programa, son las seis de la tarde y quince centavos". A los dos les debo el que no hubiera pateado el tablero ni que hubiera habido jaque mate.

Javier Lishner
Santa Clara, California
16 de mayo de 2008